Las autoescuelas se saltan el stop de la digitalizaci¨®n

En mitad del debate sobre si la transformaci¨®n digital est¨¢ superada, si la dependencia tecnol¨®gica no se negocia y qu¨¦ nombre debemos ponerle a esta nueva era, van y aparecen las autoescuelas para zanjar el problema de ra¨ªz. La digitalizaci¨®n se ha saltado el stop. Ha cogido la autopista anal¨®gica casi sin pensar si este nuevo contexto generalizado le afecta de alguna manera. Tan excepcional es la situaci¨®n que la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico (DGT) est¨¢ pendiente de que la Comisi¨®n Nacional de los Mercados y la Competencia de Valores (CNMC) determine si los futuros conductores han de formarse ocho horas presencialmente antes de examinarse de la parte te¨®rica. "Lo importante de una formaci¨®n son los contenidos y el programa educativo, no el canal o formato", asegura un informe de la Fundaci¨®n Alternativas.

M¨¢s all¨¢ de la guerra abierta entre detractores y defensores de la medida, en el fondo prosigue el dilema de c¨®mo acercarse a la transformaci¨®n. Las startups, como suele ocurrir en cualquier sector, han comenzado a irrumpir en un coto aparentemente vedado a las autoescuelas de toda la vida. Esas con pizarras en las que pintar rotondas y veh¨ªculos con un rotulador. Dribo es uno de estos nombres propios con ganas de agitar el mercado. Su fundador y CEO, Enric Romero, cree que el modelo actual carece de sentido. Se trata de un negocio tan atomizado que no hay recursos para la disrupci¨®n y lo anal¨®gico permanece como norma. "Siguen con procesos demasiado offline. La crisis econ¨®mica ha afectado a la innovaci¨®n, pero estructuras tan obsoletas no ayudan a que cambie", asegura.

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El futuro, ?ex¨¢menes para coches aut¨®nomos?

Dribo lo que promete, al igual que otros emprendedores como Obikar y Mite¨®rico, es una experiencia totalmente digital para sacarse el permiso de conducir. Vive pendiente de lo que decida la DGT ¡ªque no ha respondido a ninguna pregunta¡ª; pero, por el momento, sus alumnos no pisan ninguna aula f¨ªsica. "Buscamos una buena experiencia de usuario. Una experiencia que no implique perder tiempo en los traslados y contar con todo el material que necesite cualquier persona en un clic", sostiene. Lo que lamenta Romero es que todav¨ªa haya tr¨¢mites y documentos de la autoescuela con las DGT territoriales que funcionen con papel, boli y sellos. "Esto lastra la forma de trabajar del sector. Reduce el avance de la digitalizaci¨®n", zanja.

La DGT, por boca de su director general, Pere Navarro, hace un par de meses aleg¨® que su propuesta nada ten¨ªa que ver con cortar las alas a las autoescuelas digitales, sino que estas ocho horas servir¨ªan para concienciar sobre las buenas pr¨¢cticas al volante. Sea como fuere, al menos en opini¨®n de Romero, su negocio solo puede coger la misma autopista que el resto de sectores econ¨®micos. "Ha llegado cierta transformaci¨®n, pero insuficiente a todas luces. La realidad de la sociedad es digital. Quiere flexibilidad, productos digitales y asequibles", mantiene a la vez que compara esta situaci¨®n con la de otras formaciones, como la antigua FP y las universidades. "La educaci¨®n, en especial la reglada, cada vez se ha movido m¨¢s hacia el online", concluye.

• ?Y qu¨¦ hacemos con el veh¨ªculo aut¨®nomo?

Si algo tan aparentemente asumido como la incorporaci¨®n de la tecnolog¨ªa no lo est¨¢ tanto, al final de la carretera se atisban nuevas curvas que casi ni ocupan media l¨ªnea entre las preocupaciones del sector. El m¨¢s evidente es el coche aut¨®nomo ¡ª"que llegar¨¢ m¨¢s pronto que tarde", afirma Romero¡ª. El cambio en las autoescuelas ser¨¢ casi radical, aunque tambi¨¦n tendr¨¢ que esperar a que la legislaci¨®n apruebe que los veh¨ªculos 100% independientes, los llamados de grado cinco, tengan su espacio. "La transformaci¨®n es tan bestia que afectar¨¢ a fabricantes, dise?o urban¨ªstico, movilidad... El reto es may¨²sculo. Entiendo que esta transici¨®n tenemos que acompa?arla tambi¨¦n desde nuestro sector", vaticina.

En el aire flotan otras tecnolog¨ªas, como el machine learning y el big data, en las que estos nuevos actores tienen algo que decir. Al ser nativos digitales, recaban datos anonimizados de los alumnos. ?En qu¨¦ se traduce? La respuesta del CEO de Dribo es tajante: en una mejora de la seguridad vial y de las infraestructuras. "Nos resulta m¨¢s f¨¢cil establecer modelos predictivos, de aprendizaje y de comportamiento. La informaci¨®n de los usuarios nos ofrece variables que humanamente resultan imposibles de ver. Los propios algoritmos entienden y aprenden lo que sucede con los alumnos", explica. Y es que hablar de transformaci¨®n abarca m¨¢s que una batalla entre ense?ar online u offline, al menos as¨ª pretenden que lo creamos quienes abogan por renovar el sector.

De acuerdo con el ¨²ltimo informe sobre seguridad vial de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE) seis de los siete pa¨ªses europeos con menor siniestralidad, entre ellos Espa?a, cuentan con sistemas de formaci¨®n completamente libres para acceder al examen te¨®rico. El modelo de ense?anza solo es una parada del v¨ªa crucis tecnol¨®gico por el que circulan las autoescuelas. Innovar, y m¨¢s en el contexto actual, conlleva m¨²ltiples derivadas. Las startups, aunque sea solo por subsistencia empresarial, luchan por que casi todo cambie y el sector pare de una vez por todas en el stop de la digitalizaci¨®n.