La digitalizaci¨®n de nuestro pa¨ªs hace tiempo que dej¨® de ser una elecci¨®n
Quedarnos rezagados en la carrera por la digitalizaci¨®n no solo supone correr el riesgo de convertirnos en un pa¨ªs poco innovador. La presidenta de Adigital advierte que el progreso social y el bienestar de la ciudadan¨ªa tambi¨¦n est¨¢n en juego.
Decir que la transformaci¨®n digital es clave para el desarrollo econ¨®mico y social de un pa¨ªs suena ya a t¨®pico. Ten¨ªa sentido cuando la digitalizaci¨®n se vend¨ªa como una ¡®tendencia a la que prestar atenci¨®n¡¯, pero hace tiempo que se convirti¨® en una realidad. An¨¢lisis como el que ofrece el Digital Adoption Index del Banco Mundial, confirman que existe una relaci¨®n directa entre el nivel de digitalizaci¨®n de un pa¨ªs y su desarrollo econ¨®mico (medido en t¨¦rminos de PIB per c¨¢pita).
De ah¨ª, la necesidad de realizar una medici¨®n en detalle de la situaci¨®n y evoluci¨®n de nuestro pa¨ªs en esta materia. Adigital trata de hacerlo cada a?o con el informe Espa?a Naci¨®n Digital para saber d¨®nde estamos, a d¨®nde queremos ir y qu¨¦ debemos hacer para llegar hasta all¨ª. Tambi¨¦n para aprovechar todo el valor que la digitalizaci¨®n puede aportar al progreso y bienestar de nuestra sociedad.
En este an¨¢lisis hay m¨¢s de 90 indicadores clave, en los que examinamos las posibilidades de liderazgo de Espa?a en el contexto de la econom¨ªa digital. Si bien es cierto que nuestro pa¨ªs ha hecho los deberes en muchos sentidos (tenemos un buen despliegue y desarrollo de infraestructuras digitales), seguimos sin ocupar un lugar relevante entre el grupo de pa¨ªses l¨ªderes en cuanto a digitalizaci¨®n, ni a nivel global ni en contexto europeo. Al fin y al cabo, no solo afecta el despliegue de tecnolog¨ªa: otras carencias en materia de capacidades digitales b¨¢sicas y avanzadas, como el talento y la innovaci¨®n, son las que m¨¢s lastran el liderazgo digital de nuestro pa¨ªs.
Comprender esto es especialmente importante en un contexto en el que, a pesar de la globalizaci¨®n, se tiende cada vez m¨¢s a la concentraci¨®n de los ganadores, tanto a nivel geogr¨¢fico como empresarial. Y donde el talento, la tecnolog¨ªa y la innovaci¨®n han confirmado ser las ¨²nicas bazas v¨¢lidas en la carrera geopol¨ªtica en la que estamos inmersos. ?nicamente cinco pa¨ªses, -cuatro de ellos asi¨¢ticos (China, Taiw¨¢n, Jap¨®n y Corea), junto a Estados Unidos?, son responsables del desarrollo de m¨¢s del 70% de las 25 tecnolog¨ªas digitales punteras seg¨²n la OCDE. Espa?a no se encuentra entre ellos, ni siquiera como parte de la Uni¨®n Europea.
Como punto de inicio de la transformaci¨®n, debemos poner foco en las capacidades digitales de nuestra poblaci¨®n. Hacen falta al menos dos d¨¦cadas para que los j¨®venes que se incorporan al mercado laboral lo hagan con el nivel educativo de las sociedades m¨¢s pr¨®speras y otras dos d¨¦cadas para renovar la mitad de la poblaci¨®n activa. Por poner un ejemplo, apenas un 54,8% de los adultos espa?oles dispone de competencias digitales b¨¢sicas. Dato que se encuentra por debajo de la media de la UE (57,2%) y a¨²n m¨¢s lejos de los pa¨ªses n¨®rdicos, que superan el 70%.
" Hacen falta al menos dos d¨¦cadas para que los j¨®venes que se incorporan al mercado laboral lo hagan con el nivel educativo de las sociedades m¨¢s pr¨®speras y otras dos para renovar la mitad de la poblaci¨®n activa"
Sin ir m¨¢s lejos, en nuestro pa¨ªs hacen falta ahora mismo entre 300.000 y 350.000 profesionales para desarrollar ocupaciones digitales. Somos el pa¨ªs de la OCDE en el que mayor porcentaje de trabajadores que usan tecnolog¨ªa en su trabajo, necesita formaci¨®n adicional para enfrentarse de forma adecuada a sus tareas.
En materia de talento no hay atajos, y no podemos esperar m¨¢s para buscar soluciones a todos los niveles: en los colegios, en las universidades, en las empresas y en la vida cotidiana de todos los ciudadanos.
La innovaci¨®n es la otra gran debilidad de nuestro pa¨ªs. El hecho de que en los ¨²ltimos a?os no haya habido una apuesta ni prioritaria ni estable por las pol¨ªticas de innovaci¨®n es algo que est¨¢ teniendo un impacto negativo en la productividad de la econom¨ªa espa?ola. As¨ª lo confirman los resultados del Global Innovation Index, donde perdemos una posici¨®n, situ¨¢ndonos bastante lejos de los l¨ªderes (Suiza y Suecia), pero tambi¨¦n por detr¨¢s de Reino Unido, Alemania y Francia.
Por eso, necesitamos una apuesta m¨¢s firme por la I+D, tanto del sector p¨²blico, como privado. Pero tambi¨¦n un mayor impulso a los mecanismos de colaboraci¨®n y transferencia tecnol¨®gica entre el sector educativo y las empresas, de forma que las ideas se conviertan en productos y servicios que retornen a la econom¨ªa.
Tras el largo periodo de par¨¢lisis institucional, la conformaci¨®n del nuevo Ejecutivo abre un nuevo escenario. En ¨¦l, las administraciones p¨²blicas deben situar entre sus prioridades y con cierta urgencia, la digitalizaci¨®n. Adem¨¢s de cumplir con los compromisos de la Agenda Digital desde el Ministerio de Asuntos Econ¨®micos y Transformaci¨®n Digital, del que dependen las Secretar¨ªas del Estado de Digitalizaci¨®n e Infraestructuras Digitales.
Quedarnos rezagados en la carrera por la digitalizaci¨®n supone correr el riesgo de convertirnos en un pa¨ªs poco innovador y, en consecuencia, menos competitivo en el contexto global. Pero tambi¨¦n corremos el riesgo de tener menos capacidad para garantizar el progreso y bienestar social de su ciudadan¨ªa. Por ello, no se debe olvidar a nadie, necesita ser capaz de afrontar los retos de la despoblaci¨®n, de generar empleos de calidad o de construir ciudades m¨¢s sostenibles y habitables.
Tenemos la estructura, tenemos la materia prima y tenemos las ganas. Solo nos queda trabajar juntos y tejer sinergias para construir el escenario m¨¢s adecuado para la digitalizaci¨®n. Los beneficios repercutir¨¢n positivamente en las empresas, la econom¨ªa y la sociedad de hoy y del ma?ana.
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