Los tres mordiscos de la obsolescencia programada al medioambiente

Un smartphone apenas contamina por s¨ª mismo durante su vida ¨²til. Su consumo energ¨¦tico a lo largo del a?o es anecd¨®tico. El problema est¨¢ en el antes y el despu¨¦s. Dos procesos que se repiten intensivamente debido a la obsolescencia programada, normalizada en la industria electr¨®nica. Y con su repetici¨®n se dispara el consumo energ¨¦tico y la basura electr¨®nica.

Al 27,4% de los usuarios les dura menos de seis meses el m¨®vil, otro 24% lo mantiene entre seis meses y un a?o, mientras que solo un 9,2% aguantaban su terminal tres a?os o m¨¢s. Estos datos se encuentran dentro del paper The Environmental Consequences in a Process of Planned Obsolescence of Mobile Phones, publicado en el American Journal of Engineering Research.

¡°Tenemos muchos ejemplos de productos que parecen dise?ados de forma que duran mucho menos de lo que deber¨ªan¡±, se?ala Jean-Pierre Schweitzer, especialista en Econom¨ªa Circular y Pol¨ªtica de Producto del European Environmental Bureau (EEB). Pone el ejemplo del fabricante de altavoces inteligentes Sonos, a quien las quejas de los consumidores obligaron a rectificar su anuncio de que los productos antiguos no recibir¨ªan actualizaciones de software. La propia Apple tendr¨¢ que pagar 500 millones de d¨®lares para saldar las demandas que acusan a la compa?¨ªa de empeorar deliberadamente el rendimiento de los iPhones antiguos mediante actualizaci¨®n de software.

¡°Algunos fabricantes se defienden con el argumento de que hay que comprar productos nuevos porque consumen menos energ¨ªa, menos materias primas y, tambi¨¦n, porque hay que renovarse¡±, comenta Alicia Garc¨ªa-Franco, directora general de la Federaci¨®n Espa?ola de la Recuperaci¨®n y el Reciclaje. Existen productos, se?alados en el Real Decreto sobre residuos de aparatos el¨¦ctricos y electr¨®nicos, que no deben tener una segunda vida, porque ¡°es m¨¢s contaminante usarlos que comprar un producto nuevo¡±, a?ade Garc¨ªa-Franco, haciendo hincapi¨¦ en que son solo unos pocos, como las pantallas de rayos cat¨®dicos de los viejos televisores o las neveras que generan gases de efecto invernadero.

• Basura

El problema m¨¢s visible que provoca la obsolescencia programada al medio ambiente es la basura electr¨®nica. Cuanto menos dura la vida ¨²til de un producto m¨¢s unidades del mismo se desechan. ¡°No es el mayor flujo de basura por volumen, no es tan grande como los envases, por ejemplo. Pero tiene un impacto medioambiental importante, debido a los metales y los elementos qu¨ªmicos que contienen los productos electr¨®nicos¡±, explica Schweitzer. En un informe de la ONU se calculaba en 50 millones de toneladas los residuos electr¨®nicos generados en un a?o. De ellos solo el 20% se recicla adecuadamente. El resto se esparce en los campos y grandes vertederos, como los que mantienen algunos pa¨ªses del Golfo de Guinea.

• Recursos

El segundo problema que genera la obsolescencia programada se puede encontrar en la extracci¨®n de los materiales. Los dispositivos electr¨®nicos necesitan una gran variedad de materias primas que se extraen de las minas, incluso emplean cantidades menores de metales preciosos, como oro, paladio y plata. Para hacerse una idea de la huella medioambiental que esto supone, extraer una tonelada de oro genera alrededor de 10.000 toneladas de CO₂.

Schweitzer pone a las bater¨ªas de ion-litio como ejemplo arquet¨ªpico: "En muchos casos las compa?¨ªas que usan el litio y el cobalto para bater¨ªas no los extraen ellas mismas. Los compran a subsidiarias o directamente en las minas. Y en estas minas los est¨¢ndares sociales y medioambientales son muy inferiores a los de Europa. En algunos casos extremos, est¨¢n a nivel de esclavismo o en zonas de conflicto¡±. Y la bater¨ªa es un componente clave. ¡°En los AirPods de Apple no puedes sustituir la bater¨ªa sin destruir los auriculares. As¨ª que cuando la bater¨ªa se deteriora hay que tirar el producto¡±, apunta este experto.

• Energ¨ªa

Un tercer impacto que asesta la obsolescencia programada al medio ambiente es el consumo energ¨¦tico de la producci¨®n. Schweitzer afirma que la filosof¨ªa de la obsolescencia programada afecta a cada parte de la cadena de suministro de un producto electr¨®nico, pero puntualiza: ¡°En los peque?os dispositivos, como port¨¢tiles, smartphones, tabletas, libros electr¨®nicos, el mayor impacto medioambiental est¨¢ en la producci¨®n¡±. As¨ª ocurre a no ser que el producto sean grandes electrodom¨¦sticos, como una lavadora, que consumen mucha energ¨ªa durante su vida ¨²til. Aqu¨ª hay que tener en cuenta la huella de fabricar cada componente, transportarlos hasta la f¨¢brica y ensamblarlos. Una estimaci¨®n de la Universidad McMaster, de Canad¨¢, asociaba el 85% del consumo energ¨¦tico de un smartphone a su proceso de producci¨®n, incluyendo tambi¨¦n la extracci¨®n de materiales.

Un cambio necesario en el dise?o de producto

La soluci¨®n a esta espiral de producci¨®n, consumo y residuos pasa por un cambio en la filosof¨ªa del dise?o industrial. Garc¨ªa-Franco, de la Federaci¨®n Espa?ola de la Recuperaci¨®n y el Reciclaje (FER), enarbola el concepto de ecodise?o. Se basa en alargar la vida ¨²til de un producto y facilitar su reparaci¨®n.

¡°La Comisi¨®n Europea ha puesto el foco en obligar a los fabricantes a dise?ar los productos para que sean f¨¢cilmente reparables y f¨¢cilmente reciclables¡±, se?ala Garc¨ªa-Franco. El objetivo es que sea posible una reparaci¨®n por piezas. Pero tambi¨¦n que esto sea sencillo para los t¨¦cnicos. ¡°Si t¨² haces muy complejo el desmontar un aparato, la reparaci¨®n te va a costar m¨¢s dinero, porque el t¨¦cnico va a tardar una hora en desmontarlo¡±, a?ade la directora de la FER.

Schweitzer, del EEB, coincide con esta filosof¨ªa. Su entidad, una red de ONGs que opera como lobby en las instituciones europeas, ha llevado a cabo la iniciativa Right and Repair Campaing?con el fin de facilitar las reparaci¨®n de productos. ¡°Antes la normativa europea se centraba m¨¢s en el reciclaje y la basura. Ahora habr¨¢ un mayor foco en el dise?o de producto y prestar¨¢n m¨¢s atenci¨®n al derecho a reparar¡±, aclara.

El pasado a?o la Comisi¨®n Europea adopt¨® una regulaci¨®n que obliga a fabricar piezas sueltas e informaci¨®n para reparar algunos productos, como lavadoras, lavavajillas, neveras o televisores. El siguiente paso llega con el Circular Economy Action Plan, previsto para su presentaci¨®n el 11 de marzo, y del que se espera que abarque otros productos, entre ellos los smartphones. Esto significar¨ªa que ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil cambiar la pantalla o la bater¨ªa.

El plan solo ser¨¢ una hoja de ruta. A partir de ah¨ª la Comisi¨®n redactar¨¢ una serie de normativas. Aunque el objetivo que persiguen organizaciones como las que representa EEB es m¨¢s ambicioso: ¡°Lo que realmente necesitamos es una visi¨®n pol¨ªtica de c¨®mo reducir el impacto global del consumo de Europa de recursos naturales, que van a nuestros productos. Y este es el gran reto porque de alguna forma cuestiona el modelo econ¨®mico de crecimiento¡±, sostiene Schweitzer. Disminuir la producci¨®n choca de frente con los principios econ¨®micos vigentes. Pero Garc¨ªa-Franco advierte: ¡°No tenemos dos planetas. Los recursos son finitos y por mucho que t¨² recicles nunca llegas al 100%. Siempre hay alg¨²n tipo de residuo sobre tu proceso¡±.