El teletrabajo tambi¨¦n necesita adaptarse a la nueva realidad
La irrupci¨®n de nuevas formas de relaciones laborales impuestas por la crisis de la Covid requiere de cambios legales y sociales para evitar desigualdades, como el incremento de la brecha digital
El futuro del trabajo lleva varios a?os a debate. Los sospechosos habituales sol¨ªan ser la automatizaci¨®n, la inteligencia artificial, la digitalizaci¨®n o la transformaci¨®n tecnol¨®gica. El teletrabajo ha sido de los ¨²ltimos en incorporarse con fuerza, aunque obligado por una pandemia mundial. La crisis de la covid-19, para mantener el tejido productivo, ha enviado por la fuerza a casi todos los empleados a sus domicilios. Todo esto en un pa¨ªs proclive al presentismo. Apenas un 3% practicaba esta modalidad antes de la emergencia sanitaria. Por si no fuera suficiente con el drama de salud p¨²blica, las relaciones laborales tambi¨¦n necesitan adaptarse a la nueva realidad. Y a su desescalada particular retos no le faltan.
En un desayuno organizado por EL PA?S Retina y la Asociaci¨®n Europea para la Transici¨®n Digital (AETD) que ha abordado qu¨¦ futuro le espera, Mar¨ªa Luz Vega, consejera principal del departamento de Investigaci¨®n de la OIT, ha advertido sobre la desactualizaci¨®n legislativa que lo rodea. A su parecer, es muy urgente comenzar a regularlo. El derecho a la privacidad o la desconexi¨®n digital ya cuentan con cierto amparo legal, pero solo representan una peque?a parte de un fen¨®meno que, seg¨²n sus datos, alcanzar¨¢ al 25% de pa¨ªses industrializados. ¡°Necesitamos leyes diferentes, adaptar la digitalizaci¨®n y garantizar unas condiciones sanas de trabajo. Toca proteger a la persona, con las garant¨ªas suficientes como para mantener la dignidad¡±.
El factor humano tambi¨¦n ha sido indispensable para Sara de la Rica, directora de la Fundaci¨®n ISEAK. Al m¨¢s que conocido I+D, de investigaci¨®n m¨¢s desarrollo, ha pedido que a?adamos una A, de adaptabilidad de las personas. ¡°Han de situarse en el centro para aportar un valor extra a las organizaciones. Es sangrante que con la automatizaci¨®n y las nuevas tecnolog¨ªas solo tengamos en cuentan la situaci¨®n digital¡±, ha lamentado. Precisamente, el teletrabajo deber¨ªa atender a las diferentes situaciones individuales de los empleados. Como ha sostenido, a las personas m¨¢s mayores les cuesta m¨¢s manejarse con estas herramientas. ¡°La pandemia ha sido un experimento social que ha permitido comprobar c¨®mo rendimos a distancia¡±.
Los asistentes han coincidido en que conviene diferenciar entre teletrabajo, con su metodolog¨ªa, estructura y sistemas, y trabajar desde casa, que no es m¨¢s que una conexi¨®n remota. ¡°Necesitamos una inversi¨®n masiva en educaci¨®n y formaci¨®n si pretendemos que funcione. Tenemos un grave d¨¦ficit de perfiles digitales. Esta experiencia reciente solo ha encubierto la gran presencia anal¨®gica que tenemos¡±, ha asegurado Ricardo Rodr¨ªguez, presidente de AETD. Pese a la realidad que ha descrito, parte de la soluci¨®n debe mirar a la recualificaci¨®n del mercado laboral, en especial el m¨¢s envejecido. Tal y como ha expresado, debemos recuperar a la gente que se quedar¨ªa fuera del nuevo modelo. ¡°Transitamos hacia lo digital y sostenible, as¨ª que este modelo ha de ser lo m¨¢s incluyente posible¡±.
Conciliaci¨®n relativa
Una de las virtudes del teletrabajo, al menos sobre el papel, es la mejor conciliaci¨®n de la vida profesional y personal. Toni Rold¨¢n, director de EsadeEcPol, Center for Economic Policy & Political Economy y profesor visitante en la LSE, ha expresado ciertas dudas, sobre todo cuando tienes hijos muy peque?os, como es su situaci¨®n. Los padres no se distribuyen de la misma manera el tiempo dentro del hogar que si tuvieran adolescentes bajo su responsabilidad. Puede convertirse en una puerta abierta a incrementar las desigualdades. ¡°La soluci¨®n no es estar hasta las tres de la ma?ana terminando tu jornada laboral. La administraci¨®n tiene que garantizar diferentes espacios en funci¨®n de las circunstancias personales¡±.
Una desigualdad que en seguida puede convertirse en una de g¨¦nero. De la Rica ha defendido la flexibilidad que aporta este modelo tanto a empresas como a empleados. Historia diferente, de acuerdo con sus palabras, es que las mujeres sean las primeras a las que inviten a trabajar a distancia. ¡°Ambos deben hacer uso de esta herramienta. Cuidado con relacionarla siempre con un car¨¢cter femenino¡±. Reformas al margen, el mejor camino para culminar exitosamente esta transformaci¨®n no ser¨¢ otro que el de la valent¨ªa. Como ha a?adido, se trata de la ¨²nica actitud posible ante una digitalizaci¨®n que se ha acelerado a¨²n m¨¢s si cabe.
La econom¨ªa de plataformas tambi¨¦n ha tenido un impacto evidente en el mercado laboral. Los nuevos modelos de negocio que ha generado afectan directamente tanto a los trabajadores como a la relaci¨®n que mantienen con las organizaciones. En un contexto como el actual, de gran incertidumbre, crisis econ¨®mica sin precedentes en la historia reciente y con un desempleo al alza, la desprotecci¨®n puede aumentar un poco m¨¢s por la necesidad de disponer de unos ingresos m¨ªnimos. ¡°Ahora quien regula las relaciones de trabajo es un algoritmo. No hay nadie a quien reclamar¡±, ha asegurado Vega.
Cuesta definir por completo c¨®mo ser¨¢ ese nuevo modelo de trabajo. Sin embargo, en lo que han coincidido es las oportunidades que va a abrir en sectores estrat¨¦gicos, como el de la protecci¨®n del medio ambiente y la econom¨ªa circular ¡°Tenemos que decidir d¨®nde gastamos todo el dinero que va a venir de golpe. Para m¨ª, en el medio y largo plazo es en aquellas tecnolog¨ªas de futuro, las que apuestan por un cambio de modelo a partir de una transformaci¨®n verde¡±, ha concluido Rold¨¢n. El teletrabajo ha abierto una nueva realidad, con consecuencias dispares, que nos toca afrontar a todos por igual y a una velocidad no apta para rezagados.
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