A bordo del Uber chino sin conductor
Didi opera ya un centenar de veh¨ªculos aut¨®nomos en un proyecto que se extender¨¢ por el mundo. Subimos en uno de ellos y damos fe: funcionan.
Uno de los elementos que m¨¢s nos fascinaba a quienes crecimos viendo El coche fant¨¢stico era la capacidad que KITT ten¨ªa de moverse sin conductor. En la serie televisiva de los ochenta, David Hasselhoff le hablaba a un reloj de pulsera con el que muchos ni?os so?aron y, tras pronunciar la c¨¦lebre frase ¡°KITT, te necesito¡±, el Pontiac Trans Am negro con morro de futuristas luces rojas acud¨ªa a su rescate. Casi cuatro d¨¦cadas despu¨¦s, ese escenario ya no es de ciencia ficci¨®n. Cualquier smartwatch puede comunicarse con un autom¨®vil, y en el distrito de Jiading, en Shangh¨¢i, ya es posible utilizarlo para pedir que un coche venga a recogernos de forma autom¨¢tica. No se trata de un deportivo sino de un SUV, y su conducci¨®n es, afortunadamente, menos agresiva que la de KITT.
Didi, el Uber de China, ofrece este servicio de coches aut¨®nomos desde el pasado 28 de junio y casi un centenar de veh¨ªculos de nivel 4 (no requieren de conductor) recorren ya las calles de este barrio de la capital econ¨®mica del gigante asi¨¢tico. El funcionamiento del sistema es tan sencillo como el de los taxis convencionales: el usuario descarga la aplicaci¨®n especial que Didi ha desarrollado para solicitar veh¨ªculos aut¨®nomos, indica su destino ¡ªque debe estar dentro de la zona en la que Shangh¨¢i permite la circulaci¨®n de estos autom¨®viles¡ª y el coche m¨¢s cercano se pone en marcha para acudir a su encuentro. Eso s¨ª, de momento, en su interior viajan un conductor de seguridad ¡ªrequerido por la legislaci¨®n¡ª y un ingeniero que analiza cada viaje.
Todo empieza con un bot¨®n
En cuanto el cliente entra en el taxi, una voz le indica que escanee el c¨®digo QR que aparece en la pantalla personal para confirmar su identidad, y, tras asegurarse de que el cintur¨®n de seguridad est¨¢ abrochado, permite el inicio del viaje con solo pulsar un bot¨®n. ¡°Yo solo tocar¨¦ el volante en caso de que haya peligro de accidente¡±, explica el conductor que acompa?a a EL PA?S Retina durante el viaje.
Y no miente: en cuanto arranca el veh¨ªculo pone sus manos sobre las piernas. Entre el Centro de Exposiciones Automovil¨ªsticas y un hotel situado a varios kil¨®metros no interviene en ning¨²n momento, ni siquiera cuando una bicicleta se cruza en nuestro camino ¡ªel coche frena r¨¢pidamente¡ª o cuando el veh¨ªculo de enfrente decide parar en seco para tomar bruscamente y sin se?alizar una salida hacia la izquierda. El Volvo XC60 lo esquiva sin problema y contin¨²a su marcha.
Las pantallas de los pasajeros muestran el entorno en tiempo real: los veh¨ªculos de los alrededores, la calzada y el estado de los sem¨¢foros. ¡°En esta zona se han habilitado ya los sistemas V2X ¡ªcomunicaci¨®n entre veh¨ªculo e infraestructura viaria¡ª que permiten al coche anticiparse a las paradas que tendr¨¢ que hacer y as¨ª determinar la velocidad m¨¢s adecuada para consumir menos combustible¡±, explica el ingeniero que viaja en el asiento del copiloto y que supervisa todos los movimientos del coche en una tableta.
Esa eficiencia es uno de los motivos que han llevado a Didi a impulsar esta tecnolog¨ªa. ¡°Los veh¨ªculos aut¨®nomos suponen una importante mejora en el orden con el que se gestionan los pedidos y en la econom¨ªa de la propia conducci¨®n, y representan un ahorro sustancial en mano de obra¡±, explica Meng Xing, responsable de Operaciones del proyecto de veh¨ªculos aut¨®nomos de Didi. ¡°Adem¨¢s, son m¨¢s seguros porque todas las normativas de tr¨¢fico est¨¢n escritas en el c¨®digo del algoritmo y no hay posibilidad de que se las salten¡±, a?ade.
Meng reconoce que el hecho de que otros conductores hagan caso omiso de las reglas supone un reto para sus taxis aut¨®nomos. Pone como ejemplo los peque?os veh¨ªculos el¨¦ctricos para ancianos y personas con discapacidad que a menudo saltan de la acera a la carretera y que han supuesto un quebradero de cabeza para los programadores. Este tipo de detalles son los que han retrasado hasta este verano el arranque del proyecto, para el que Didi recibi¨® licencia el pasado mes de octubre.
Entre las ventajas de los veh¨ªculos aut¨®nomos, Meng incide en la futura comodidad para el pasajero. ¡°Cuando retiremos al conductor y todos los elementos de la conducci¨®n manual, ganaremos espacio para ofrecer una experiencia de primera clase, con la posibilidad de instalar una cama y ofrecer un grado de privacidad propio del hogar incluso en un coche peque?o¡±, comenta el directivo.
Hasta entonces, Meng reconoce que su empresa explota el efecto wow. ¡°Mucha gente se ve atra¨ªda por la posibilidad de atisbar el futuro, pero, cuando esa curiosidad se desvanezca, lo que querr¨¢ es ir de A a B sin notar la diferencia con un veh¨ªculo tradicional. Y eso es en lo que estamos trabajando¡±, afirma.
Acumular datos
El proyecto de Shangh¨¢i permite a Didi acumular una ingente cantidad de datos que es, a la postre, lo que diferencia a su sistema del que desarrollan otros competidores. ¡°La calidad de esos datos y las herramientas para analizarlos son vitales¡±, matiza Meng. Porque no solo se cuentan los de los coches aut¨®nomos de la empresa. ¡°Hemos instalado sistemas que recogen tambi¨¦n los datos de incidentes sufridos en la mitad de nuestra flota de veh¨ªculos tradicionales, lo cual nos permite simular multitud de situaciones en los aut¨®nomos y perfeccionar el algoritmo mucho m¨¢s r¨¢pido que otros¡±.
Aun as¨ª, Meng est¨¢ convencido de que la popularizaci¨®n de los veh¨ªculos sin conductor todav¨ªa est¨¢ lejos. ¡°En el pr¨®ximo lustro tendremos que ce?irnos a zonas de operaci¨®n limitadas que ir¨¢n creciendo para permitir que este tipo de servicios sean viables comercialmente¡±, avanza. Didi se centrar¨¢ primero en Shangh¨¢i e ir¨¢ estableciendo operaciones, poco a poco, en otras ciudades que aprueben este tipo de proyectos, tanto dentro como fuera de China.
El conductor de seguridad solo desaparecer¨¢ cuando se cumplan tres condiciones. ¡°La primera es que nuestro sistema de inteligencia artificial pueda enfrentarse con ¨¦xito a cualquier situaci¨®n en la calle, y ya vemos que el n¨²mero de intervenciones humanas es m¨ªnimo y se reduce exclusivamente a situaciones de emergencia. La segunda depende de nuestros socios de hardware y de lo que tarden en crear sistemas de seguridad redundantes. Finalmente, la conducci¨®n aut¨®noma total solo ser¨¢ posible cuando la legislaci¨®n la permita¡±, concluye Meng.
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