¡°La emergencia digital es una realidad¡±
La digitalizaci¨®n de la sociedad, acelerada por la pandemia, es un arma de doble filo: tanto nos puede llevar a vivir distop¨ªas como a construir un mundo m¨¢s justo. La directora de Digital Future Society, Cristina Colom, trabaja para que suceda lo segundo
La crisis de la covid-19 ha acelerado la revoluci¨®n tecnol¨®gica. Cristina Colom (Barcelona, 1972) cree que est¨¢ en nuestra mano lograr que sus externalidades sean enteramente positivas. As¨ª lo ve la directora de Digital Future Society, la agenda digital impulsada por el Ministerio de Asuntos Econ¨®micos y Transformaci¨®n Digital junto a Mobile World Capital Barcelona con el objetivo de lograr un impacto positivo de la tecnolog¨ªa.
La iniciativa conecta a expertos, instituciones acad¨¦micas, compa?¨ªas tecnol¨®gicas, entidades transnacionales y gobiernos de todo el mundo para definir conjuntamente una nueva agenda tecnol¨®gica con una visi¨®n plenamente humanista dirigida a garantizar la equidad social.
- P. ?El coronavirus ha precipitado el desarrollo digital?
- R. Totalmente. Pero m¨¢s que de precipitar hablar¨ªa de evidenciar. A partir del coronavirus se ha evidenciado la necesidad de la tecnolog¨ªa para gestionar la crisis, tanto en temas asistenciales como para controlar la propagaci¨®n del propio virus. Tambi¨¦n nos ha permitido estar conectados, seguir trabajando o mantenernos informados. Ha mostrado una realidad que ya exist¨ªa y que presenta grandes retos.
- P. ?Cu¨¢les son esos desaf¨ªos?
- R. Hay much¨ªsimos. Algunos proceden del uso de la tecnolog¨ªa, como el sesgo de los algoritmos. Otros de la automatizaci¨®n del trabajo, que obliga a reconvertir a muchos profesionales. Tambi¨¦n existen las brechas digitales, en plural, porque adem¨¢s de las de acceso y de conectividad, que limitan el poder acceder a la propia tecnolog¨ªa, los hay de g¨¦nero y de competencias tecnol¨®gicas. Otros retos son el control de los datos, la desconfianza del ciudadano en las instituciones, el flujo masivo de desinformaci¨®n... La lista es interminable. Hay una emergencia digital porque esos retos existen. En las agendas pol¨ªticas, empresariales y sociales ya se est¨¢n buscando soluciones.
- P. ?C¨®mo es esa sociedad digital del futuro en la que ya se est¨¢ trabajando?
- R. Digital Future Society avanza en una agenda digital del futuro en la que el ciudadano est¨¦ en el centro y que sea m¨¢s sostenible, m¨¢s equitativa y con servicios tecnol¨®gicos enfocados en la sociedad.
- P. ?C¨®mo se consigue?
- R. Nosotros realizamos una labor de investigaci¨®n y an¨¢lisis a partir de la que lanzamos distintas recomendaciones que se recogen en informes. Estos est¨¢n dise?ados para capacitar a los responsables de pol¨ªticas a anticipar los desaf¨ªos y aprovechar las oportunidades de la era digital. Tambi¨¦n compartimos todo este conocimiento en diferentes encuentros internacionales, como el que celebraremos a finales de 2020 en Barcelona.
- P. De todas estas recomendaciones, ?cu¨¢l es la principal?
- R. Hacerlo juntos. Necesitamos a todos los agentes involucrados: las instituciones, las administraciones, el sector privado, la ciudadan¨ªa, los medios de comunicaci¨®n, el ecosistema tecnol¨®gico, las asociaciones y la academia. Hay que avanzar en la creaci¨®n de est¨¢ndares internacionales y de c¨®digos de buenas pr¨¢cticas en un contexto de cooperaci¨®n digital.
- P. ?Lograr¨¢ Europa la soberan¨ªa digital que pretenden los impulsores de Gaia-X, el proyecto conjunto de desarrollo de infraestructuras de datos propias?
- R. Es una buena iniciativa, a pesar de la incertidumbre en torno a c¨®mo va a desarrollarse. Europa est¨¢ bastante avanzada en la responsabilidad en el uso de los datos. En Digital Future Society impulsamos un modelo de negocio en el que las empresas hagan un uso responsable, seguro y transparente de los datos porque es posible, igual que es muy posible que avancen en sus propios c¨®digos de conducta.
- P. ?Cree que es el caso de IBM, al dejar de proporcionar sistemas de reconocimiento facial?
- R. S¨ª, ha decidido descartar el uso de reconocimiento facial porque pueden provocar discriminaci¨®n racial. Esto es importante, detectar los errores y desviaciones que provoca la tecnolog¨ªa y actuar para corregirlas.
- P. ?La introducci¨®n de sesgos humanos en los algoritmos puede dar paso al racismo?
- R. El uso de algoritmos ayuda a ser m¨¢s competitivos, pero se necesita ese factor humano. La manera de evitar distinciones err¨®neas que pueden derivar en discriminaciones, adem¨¢s de monitorizar, es abrir el debate sobre lo que es justo y lo que es injusto.
- P. ?C¨®mo debe llevarse a cabo ese debate ¨¦tico?
- R. Debe contemplar todos los alcances posibles: sociales, culturales, idiom¨¢ticos, competenciales... Si dejas algo fuera, est¨¢s provocando un sesgo. De ah¨ª la importancia de la multidisciplinariedad. Tenemos que ponernos las pilas ya, la emergencia digital es una realidad. La tecnolog¨ªa nos ofrece un amplio abanico de oportunidades de mejora, pero tambi¨¦n esconde desaf¨ªos que si no se abordan con soluciones concretas pueden provocar m¨¢s desequilibrios.
- P. ?Tiene cronograma esa agenda digital?
- R. Tenemos que actuar en los pr¨®ximos cinco o 10 a?os. Ya era urgente, pero con la pandemia lo es m¨¢s todav¨ªa. Nos ha puesto de manifiesto algo que ya conoc¨ªamos: la tecnolog¨ªa puede ser la clave del ¨¦xito. Hemos visto numerosas iniciativas globales que abarcan muchas materias, como la investigaci¨®n para encontrar una vacuna, con implicados de ¨¢mbitos muy diversos colaborando juntos para conseguir un objetivo com¨²n.
- P. ?Cu¨¢les son esas cuestiones de las que somos m¨¢s conscientes ahora?
- R. Las brechas digitales, la gobernanza de los datos, el futuro del trabajo, la desinformaci¨®n y la tecnolog¨ªa y su vinculaci¨®n con la emergencia clim¨¢tica.
- P. ?Cu¨¢l es m¨¢s prioritario?
- R. En pa¨ªses menos desarrollados, las brechas digitales. El concepto engloba m¨²ltiples diferencias existentes en las posibilidades econ¨®micas, la seguridad, la capacidad personal y las aptitudes y conocimientos que separan a unas personas de otras. Hay que plantear la existencia de brechas digitales en plural para reconocer las complejidades de la desigualdad digital.
- P. ?Y en Espa?a?
- R. El debate de la privacidad de los datos, seguido de las brechas digitales. Hay que pensar mucho m¨¢s all¨¢ del concepto tradicional de consentimiento y tener en cuenta c¨®mo afecta la tecnolog¨ªa a nuestra autonom¨ªa, al poder y a los individuos. Por otra parte, hasta hace poco, la mayor¨ªa de los esfuerzos por cerrar la brecha digital se centraban en facilitar el acceso, cuando urge concentrarse en aumentar la calidad del uso de la tecnolog¨ªa. Espa?a tiene camino para recorrer en las brechas que tienen que ver con la edad (mayores no nativos en las TIC), contenido (dificultad con el ingl¨¦s), discapacidad (falta de dispositivos adaptados), educaci¨®n, g¨¦nero (exclusi¨®n social de las mujeres), ubicaci¨®n (Espa?a vaciada) y uso (alfabetizaci¨®n digital y empoderamiento ciudadano).
- P. ?Se est¨¢n agrandando en Espa?a las brechas digitales?
- R. S¨ª. Importantes segmentos de la poblaci¨®n se est¨¢n quedando atr¨¢s. Ante la multiplicaci¨®n de brechas digitales, el acceso a la tecnolog¨ªa y la oferta tecnol¨®gica son soluciones parciales. La alfabetizaci¨®n digital puede salvar las distancias, garantizar a los ciudadanos la capacidad y la confianza necesarias para aprovechar las ventajas de la tecnolog¨ªa y hacerlos part¨ªcipes de una sociedad cada vez m¨¢s digital.
- P. No ha mencionado el futuro del mercado del trabajo.
- R. Tambi¨¦n es prioritario, pero exige una comprensi¨®n m¨¢s profunda del fen¨®meno desde diferentes puntos de vista, acuerdos internacionales sobre la gobernanza de datos y algoritmos y un sistema internacional que defina derechos y protecciones b¨¢sicas.
- P. ?Qu¨¦ desequilibrios hay que corregir?
- R. A menudo se genera un desequilibrio de poder: las plataformas establecen las reglas, dise?ando un modelo de trabajo que incrementa los m¨¢rgenes de beneficios y en el que los trabajadores tienen muy poca capacidad de influir en la toma de decisiones.
- P. ?Es necesaria la regulaci¨®n del trabajo en las plataformas?
- R. S¨ª, tanto para la protecci¨®n de los trabajadores como para la seguridad jur¨ªdica de las propias plataformas. Hay muy poca regulaci¨®n en Europa sobre este tema. Francia est¨¢ a la cabeza de la protecci¨®n del trabajador. En California se cre¨® una comisi¨®n para analizar el perfil del trabajador de las plataformas en las pr¨®ximas d¨¦cadas, que va mucho m¨¢s all¨¢ de los repartidores.
- P. ?Hay riesgo de que aumente la precarizaci¨®n?
- R. Seguramente s¨ª. Pero no hay que demonizar a las plataformas digitales porque pueden dar un sustento econ¨®mico a mucha gente. No se deben precarizar. Estamos trabajando con los agentes implicados para que existan unos est¨¢ndares internacionales y para que las entidades se corresponsabilicen. Ahora tenemos la oportunidad de no dejarnos a nadie, implicando a toda la sociedad.
Del clima a la covid-19
Los talleres e informes de Digital Future Society abordan la tecnolog¨ªa desde planos muy diversos. Su relaci¨®n con la emergencia clim¨¢tica, el fomento del odio a trav¨¦s de la publicidad online o el efecto de la covid-19 en el modelo de negocio de las plataformas son algunos de ellos.
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