CodeCarbon, una herramienta que rastrea cu¨¢nto contamina un algoritmo

Si cada adulto brit¨¢nico enviara un correo electr¨®nico de agradecimiento menos al d¨ªa, dejar¨ªan de emitirse 16 toneladas de CO2 anualmente, lo mismo que ir y volver en avi¨®n de Madrid a Nueva York unas 22 veces seguidas. Esta estimaci¨®n de la Universidad de Lancaster muestra c¨®mo la actividad de los usuarios en Internet repercute en el medioambiente. Al igual que un correo electr¨®nico, cada l¨ªnea de c¨®digo que se escribe para programar un sistema de inteligencia artificial se traduce en contaminaci¨®n. ?Cu¨¢nta exactamente? Esa es la pregunta que se ha propuesto responder el Instituto de Inteligencia Artificial (Mila) de Quebec (Canad¨¢) junto a un equipo de ciencia de datos del BCG y la Universidad de Pensilvania. En conjunto, han desarrollado CodeCarbon, una herramienta de c¨®digo abierto capaz de cuantificar cu¨¢nto di¨®xido de carbono genera la programaci¨®n de algoritmos.

La inteligencia artificial ya ha demostrado ser ¨²til para atajar varios problemas medioambientales, como combatir la deforestaci¨®n o ayudar en la agricultura. Pero el crecimiento exponencial que ha tenido en los ¨²ltimos a?os hace que cada vez se necesite m¨¢s energ¨ªa para soportar la computaci¨®n masiva que hay detr¨¢s. El entrenamiento de un algoritmo de aprendizaje autom¨¢tico puede requerir la ejecuci¨®n de varias m¨¢quinas durante d¨ªas o semanas. As¨ª que los beneficios de estos sistemas vienen de la mano de un gran coste medioambiental en forma de emisiones de CO2. ¡°Hasta ahora, no hab¨ªa una forma est¨¢ndar de rastrear el gasto de carbono¡±, explica Yoshua Bengio, fundador de Mila y ganador de un premio Turing. ¡°Poner n¨²meros a la contaminaci¨®n puede ayudarnos a tomar conciencia sobre la magnitud del problema¡±.

El sistema es sencillo: consiste en a?adir una l¨ªnea de c¨®digo m¨¢s, que se encarga de calcular la cantidad de di¨®xido de carbono producido por los dispositivos utilizados para ejecutar el c¨®digo. ¡°El rastreador registra la cantidad de energ¨ªa que utiliza la infraestructura de los principales proveedores de nube y centros de datos locales¡±, explican los creadores. ¡°Basado en fuentes de datos disponibles p¨²blicamente, estima la cantidad de emisiones producidas teniendo en cuenta la red el¨¦ctrica a la que est¨¢ conectado el hardware¡±. Despu¨¦s, muestra los resultados comparados con datos como los kil¨®metros conducidos o las horas de televisi¨®n vistas en un hogar promedio. As¨ª los programadores pueden hacerse una idea tangible de cu¨¢nto est¨¢ contaminando su c¨®digo.

Su objetivo es incentivar a los desarrolladores a optimizar la eficiencia de su trabajo y asesorarlos sobre c¨®mo pueden reducir las emisiones seleccionando su infraestructura en la nube en regiones que utilizan fuentes de energ¨ªa con menos carbono. ¡°Los cient¨ªficos de datos tambi¨¦n pueden hacer mucho por reducir la huella de carbono¡±, coincide Sylvain Duranton, senior partner en el Boston Consulting Group (BCG). ¡°Esto demuestra que cambiando nuestro comportamiento se puede reducir la contaminaci¨®n¡±.

Pero el objetivo no es solo que los programadores sean conscientes de esta informaci¨®n, sino que escale y sirva a los altos cargos como base sobre la que tomar decisiones para cuidar m¨¢s el medioambiente. ¡°La transparencia y la conciencia de nuestra huella de carbono es lo m¨¢s importante ahora mismo. Cuando los altos mandos de las empresas tengan datos tangibles de cu¨¢nto est¨¢n contaminando al programar sus sistemas, podr¨¢n tomar decisiones m¨¢s sabias¡±, asegura Bengio. ¡°Quiz¨¢ esto solo no resuelva todos los problemas pero puede ayudarnos a ser m¨¢s conscientes¡±, coincide Duranton.

De la concienciaci¨®n a la acci¨®n

Una vez que los datos sobre la huella de carbono sean claros, podr¨¢n empezar a tomarse medidas para reducirla. Hay algunos programadores que ya est¨¢n en ello y escriben menos l¨ªneas de c¨®digo para combatir la emergencia clim¨¢tica. Se trata de un movimiento bautizado como programaci¨®n verde que busca disminuir la huella de carbono dise?ando p¨¢ginas web con el m¨ªnimo c¨®digo posible. A mayor HTML, mayor impacto medioambiental. Consciente de esta relaci¨®n directa, Danny van Kooten, creador del plugin ¡ªun fragmento de c¨®digo que ampl¨ªa las funciones de un programa o herramienta¡ª de WordPress que ayuda a los propietarios de una p¨¢gina a usar el servicio de env¨ªo masivo de correos Mailchimp, decidi¨® aportar su granito de arena en la lucha contra la emergencia clim¨¢tica reduciendo las l¨ªneas de c¨®digo que hab¨ªa creado.

En el caso de que no sepamos por d¨®nde comenzar a modificar el c¨®digo, WebsiteCarbon.com puede echarnos una mano. Calcula la huella de di¨®xido de carbono de cualquier web y comprueba si el servidor que la aloja funciona con energ¨ªa renovable. ¡°Todo elemento que consuma electricidad es un problema para el medioambiente. Si una p¨¢gina puede consumir una cantidad menor de energ¨ªa mientras mantiene su funcionalidad, siempre ser¨¢ positivo¡±, explica Van Kooten en este reportaje para EL PA?S TECNOLOG?A. Esta idea coincide con la visi¨®n de Begio: ¡°Hay d¨ªa de hoy a¨²n hay muchos gaps entre el cerebro humano y la m¨¢quina, pero no se van a completar por utilizar m¨¢s datos, m¨¢s algoritmos y modelos m¨¢s grandes, sino haci¨¦ndolo de forma m¨¢s eficiente¡±.