GIMP: el ¡®Photoshop del pueblo¡¯ cumple 25 a?os (contra todo pron¨®stico)
Un programa de edici¨®n de gr¨¢ficos gratuito y sin vocaci¨®n de permanencia nacido en 1995 se ha mantenido vivo gracias al empuje de una comunidad de colaboradores voluntarios
Supongamos que alguien decidiera crear un programa de manipulaci¨®n de im¨¢genes gr¨¢ficas (parecido a Photoshop)¡±. Petter Mattis envi¨® este mensaje en diferentes listas de correo el 29 de julio de 1995. El entonces estudiante de la Universidad de California en Berkeley aprovechaba para pedir opiniones sobre el tipo de funciones que habr¨ªa de tener un programa as¨ª y los formatos que soportar¨ªa. A finales del mismo a?o Mattis y su compa?ero de proyecto, Spencer Kimball, presentaron GIMP. ¡°Nosotros solo quer¨ªamos saber si ¨¦ramos capaces de crear algo as¨ª¡±, recuerda Kimball durante una videollamada con EL PA?S. ¡°Y definitivamente no lo ¨¦ramos¡±, le interrumpe risue?o Mattis, que ahora es su cu?ado.
Ambos abandonaron GIMP en 1998 para centrarse en sus respectivas carreras profesionales. Y se bajaron del barco sin decir adi¨®s ni nombrar herederos. ¡°Les dejamos un poco en la estacada cuando conseguimos un empleo¡±, explica Kimball. Su despedida pudo haber sido el tiro de gracia para el a¨²n joven software, pero veinticinco a?os m¨¢s tarde, aquel programa arisco y lleno de bugs ¡ªfallos de programaci¨®n¡ª, sigue vivo. Es m¨¢s, goza de buena salud gracias al mantenimiento de generaciones de voluntarios que siguen actualizando y mejorando sus funciones. ¡°GIMP seguir¨¢ vivo mientras haya gente con suficiente pasi¨®n para continuar trabajando en ¨¦l. Y hemos tenido la suerte de contar con algunas personas extremadamente apasionadas¡±, aseguran fuentes del equipo de desarrolladores que hoy lleva la batuta.
Aunque Photoshop contin¨²a siendo el software dominante en lo que a edici¨®n de im¨¢genes se refiere, GIMP es la alternativa ideal para quien no puede o no quiere pagar las costosas suscripciones de este programa. ¡°Lo sufr¨ªamos como estudiantes de instituto interesados en la inform¨¢tica. No pod¨ªas descargar cualquier cosa que quisieras, no era gratis. Necesitabas un dinero que un estudiante no tiene. Y si consegu¨ªas el software, era muy dif¨ªcil entender por qu¨¦ algo fallaba. No pod¨ªas husmear y ver si pod¨ªas arreglarlo¡±, explica Kimball.
La herramienta naci¨® enfocada a sistemas operativos tipo UNIX, dirigidos a usuarios con un perfil m¨¢s t¨¦cnico, pero con el tiempo se fue abriendo al p¨²blico general. ¡°Linux se hizo m¨¢s amigable con el usuario y GIMP pas¨® a estar disponible para Windows y macOS. Hoy en d¨ªa nuestra comunidad probablemente es menos t¨¦cnica, pero mucho, mucho m¨¢s art¨ªstica¡±, se?alan los actuales encargados de los nuevos desarrollos de este software.
A caballo regalado m¨ªrale el diente
Pero no todo son ventajas: desde el milenio pasado, este programa gratuito ha estado sometido a cr¨ªticas constantes por sus problemas de estabilidad y, sobre todo, por las complejidades que entra?a su uso. Tanto los desarrolladores originales como sus herederos coinciden en que parte del problema puede estar en el dominio del mercado por parte de Adobe, pero tambi¨¦n hay una cuesti¨®n de identidad. ¡°Photoshop y GIMP son proyectos viejos con mucho bagaje que del que es dif¨ªcil deshacerse. La gente que se queja de que GIMP no es un clon de Photoshop lidia diariamente con las inconsistencias de este ¨²ltimo. Y quienes se han acostumbrado a las extravagancias de GIMP no admiten que hay formas mejores de implementar una u otra funci¨®n. Es algo humano, nada de lo que avergonzarse¡±, explican desde el equipo actual.
¡°No creo que quede en GIMP ni una sola l¨ªnea del c¨®digo que escribimos nosotros¡±, asegura Kimball, que ha seguido descarg¨¢ndose las nuevas versiones del programa. Sin embargo, ¨¦l y Mattis admiten que algunos de esos problemas son seguramente herencia de las decisiones que tomaron cuando eran dos ¡°ingenuos¡± estudiantes. ¡°Nunca subestimes la persistencia de una mala decisi¨®n de dise?o. Creas un patr¨®n, y despu¨¦s de un mont¨®n de reescrituras y evoluci¨®n, sigue ah¨ª. Nosotros no ¨¦ramos los adecuados para crear una interfaz para un programa de edici¨®n de gr¨¢ficos, y veinte a?os m¨¢s tarde, se sigue notando¡±.
En los albores de GIMP, nadie esperaba que el programa fuera a vivir tanto. ¡°Sigo en shock¡±, asegura Mattis. Su ambici¨®n como estudiantes no era superior a la de quien decide ensamblar un mueble de Ikea sin mirar las instrucciones. ¡°Acabamos dedicando a GIMP m¨¢s tiempo que el que invertimos en ir a clase¡±, recuerda Kimball. ¡°No ten¨ªamos ni idea del trabajo que nos iba a llevar, pero aprender por el camino fue una parte importante de la experiencia. Y se lo recomendar¨ªa a m¨¢s gente: si vas a correr una marat¨®n, es menos emocionante cuando sabes que puedes hacerlo¡±, a?ade Mattis.
Entonces, una comunidad de colaboradores voluntarios tom¨® el testigo. Pero la supervivencia segu¨ªa sin estar asegurada. ¡°Tenemos cierta costumbre de intentar hacer demasiados cambios a la vez en lugar de centrarnos en unas pocas cosas¡±, admiten los actuales art¨ªfices de GIMP. Esta ambici¨®n comenz¨® a frenar los lanzamientos de nuevas versiones, hasta el punto de que pasaron seis a?os entre la 2.8 y la 2.6. ¡°Para un observador casual, podr¨ªa parecer que el proyecto estaba muriendo¡±, reconocen. Pero el equipo segu¨ªa trabajando a pleno rendimiento.
Hasta el momento al menos 350 personas han contribuido al proyecto, posiblemente muchas m¨¢s. ¡°No tenemos solo programadores, hay colaboradores que traducen el programa, escriben manuales, revisan los informes sobre bugs, llevan las redes sociales, mantienen la web, ofrecen soporte a otros usuarios...¡±, explican. Para evitar dar sensaci¨®n de abandono, intentan seguir lanzando peque?as actualizaciones. ¡°Lo que realmente importa es que pongas cosas nuevas en manos de tus usuarios¡±.
De ese compromiso de cientos ha salido una herramienta que sigue permitiendo a cualquiera con un ordenador acceder a un programa de edici¨®n razonablemente potente sin coste alguno. ¡°Podemos asegurar que GIMP sigue creciendo. Incluso a los 25 a?os, su futuro es emocionante¡±, aseguran los ingenieros. ?Seguir¨¢ entre nosotros dentro de otro cuarto de siglo? Kimball y Mattis no lo descartan. Los actuales responsables de hacer que ocurra se conforman con que el mundo no se vaya a pique. ¡°Sean cuales sean los retos de GIMP, palidecen en comparaci¨®n con los desaf¨ªos globales. Lo que queremos para la gente es seguridad y tranquilidad: comida en sus mesas, salud, acceso a educaci¨®n, privacidad o poder tener las herramientas que necesitan para trabajar y entretenerse. Si hay espacio para eso dentro de 25 a?os, no importa mucho que GIMP est¨¦ o no¡±.
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