Drones a¨¦reos, la avanzadilla del sector
Los operadores de drones en Espa?a est¨¢n fundamentalmente dedicados a la fotograf¨ªa y la filmaci¨®n (m¨¢s de un 90%)
Cuando pensamos en drones, pensamos casi siempre en peque?os aviones. El t¨¦rmino t¨¦cnico que se usa en el sector, RPAS (remoted pilot aircraft), va en esa direcci¨®n. Seg¨²n el plan estrat¨¦gico estatal y atendiendo a los registros oficiales de 2018, los operadores de drones en Espa?a est¨¢n fundamentalmente dedicados a la fotograf¨ªa y la filmaci¨®n (m¨¢s de un 90%), a pesar de las limitaciones legales que suelen afrontar.
¡°Nosotros tenemos un archivo con cientos de correos contestando a solicitudes de presupuestos y explicando por qu¨¦ ah¨ª no se puede volar¡±, cuenta Jos¨¦ Luis Mol¨¦s, director de operaciones de Dron Planet. ¡°Sobre todo nos afectan las limitaciones en n¨²cleos urbanos y las CTR [zonas de control]. Es duro renunciar a trabajos importantes, pero los drones no son juguetes y lo primero es la seguridad¡±, explica el operador.
Dron Planet naci¨® en 2015 con socios formados en el sector audiovisual y dos drones DJI S900. Desde entonces han trabajado en varias televisiones internacionales, el reality Supervivientes o el programa Mi casa es la tuya. Mol¨¦s cuenta que el sector estaba deprimido antes de la llegada de los drones, pero estos animaron a las unidades t¨¦cnicas entrenadas en la grabaci¨®n con helic¨®pteros.
Hoy los planos cenitales son m¨¢s seguros y baratos. ¡°En los proyectos peque?os solemos facturar entre 500 y 1.200 euros la jornada¡±, cuenta el cofundador de Dron Planet, que fuera de los sets recibe ofertas variopintas: ¡°Nos han pedido cosas muy raras, como recoger palomas muertas bajo la cubierta de un polideportivo¡±. Los drones llevan m¨¢s de una d¨¦cada buscando su sitio.
En 2007, el mexicano Jordi Mu?oz logr¨® volar un helic¨®ptero de juguete mediante una plataforma de c¨®digo abierto y una Nintendo Wii hackeada. Fue el primer paso para democratizar las aeronaves no tripuladas. Despu¨¦s lleg¨® un boom relacionado con los usos en miner¨ªa, entretenimiento e inspecci¨®n de instalaciones, y hasta 2035 se espera un nuevo crecimiento motivado por las operaciones en agricultura, paqueter¨ªa, seguridad y salvamento. Este incremento avanzar¨¢ en paralelo a dos grandes tendencias tecnol¨®gicas: la miniaturizaci¨®n y la autonom¨ªa de vuelo, hacer los sensores m¨¢s peque?os y conseguir que los drones vuelen sin mediaci¨®n humana.
Especializaci¨®n
Entretanto, Mol¨¦s pronostica una agrupaci¨®n de la industria: ¡°Los operadores habilitados por la AESA superan las proyecciones m¨¢s optimistas, pero la mayor¨ªa son micropymes y aut¨®nomos con poca actividad y baja facturaci¨®n. La industria tender¨¢ a autorregularse mediante la fusi¨®n de empresas y la especializaci¨®n¡±, apunta. ¡°Con los drones pas¨® como con las puntocom: todo el mundo vio el negocio¡±, dice Quintanilla. Y eso provoc¨® una burbuja. ¡°Compras un dron de 1.000 euros, un software por otros 1.000, un curso de 400 y te pones a hacer cartograf¨ªa. Eso no tiene recorrido¡±, redunda el profesor.
La especializaci¨®n ha terminado siendo un salvavidas. ¡°Para nosotros lo m¨¢s importante es el an¨¢lisis de la informaci¨®n que cualquiera podr¨ªa levantar con sus drones¡±, afirma Javier Pe?afiel, director de BIGM, una empresa dedicada a los drones en miner¨ªa, energ¨ªas renovables e ingenier¨ªa civil. Pe?afiel aprendi¨® a volarlos en Inglaterra y su empresa, de 10 trabajadores, acumula el 90% de la facturaci¨®n tambi¨¦n en el extranjero, donde miden producci¨®n y desviaci¨®n respecto al objetivo final. ¡°Trabajamos con Acciona, Ferrovial, Naturgy o Repsol, pero en Espa?a hay poco movimiento de obras y estamos sobre todo en la construcci¨®n de carreteras polacas¡±, explica.
BIGM utiliza cinco drones en Espa?a y otros 25 en los 15 pa¨ªses donde opera. La estandarizaci¨®n europea de normativas les facilitar¨¢ la vida. Otras veces ocurre que el salvavidas de la especializaci¨®n aguanta poco peso. ¡°En Espa?a no se contempla el manejo de drones para cuestiones como la agricultura¡±, afirma Sergio Rodr¨ªguez, un ingeniero agr¨ªcola que digitaliza el sector con su empresa Smart Rural. ¡°Compaginamos esa tarea con otras cosas¡±, confiesa.
Su firma utiliza un dron de senseFly para recoger datos y una plataforma propia para interpretarlos. ¡°Estamos en un proyecto europeo de inteligencia artificial con drones en el que recogemos im¨¢genes de vi?edos para hacer conteo y m¨¦tricas de calidad¡±, explica. ¡°Medimos tambi¨¦n el estr¨¦s h¨ªdrico y elaboramos mapas t¨¦rmicos¡±. Sobrevuelan el campo para extraerle mayor productividad, algo que est¨¢n aprendiendo, afirma, los j¨®venes agricultores equipados con drones propios.
Reparto de paquetes
As¨ª luce el presente de los drones en Espa?a. ?Cu¨¢l es su futuro? La Universidad Polit¨¦cnica de Valencia dio una pista hace dos meses. En el marco de un proyecto para transportar material de emergencias, el equipo liderado por Israel Quintanilla vol¨® tres drones cargados con un kit de primera intervenci¨®n covid sobre el cielo de Valencia, en entornos rurales y en trayecto interurbano. La idea es montar una infraestructura log¨ªstica en la Comunidad Valenciana.
Muy posiblemente, el reparto de medicinas en zonas rurales ser¨¢ lo primero en llegar, mientras que el env¨ªo en entorno urbano a¨²n tardar¨¢ un m¨ªnimo de dos a?os, aunque Amazon ya ha recibido la autorizaci¨®n de EE UU para operar vuelos de reparto. La compa?¨ªa, igual que DHL y otras, lleva tiempo presionando a los reguladores de medio mundo para poder operar por los aires.
Tras la paqueter¨ªa deber¨ªan llegar los aerotaxis, un segmento de la industria que atrae inversiones de gigantes como Airbus, Boeing, Audi o BMW. Enaire probar¨¢ taxis voladores en Barcelona y Santiago en 2022 y antes, a lo largo de este a?o, est¨¢ previsto que se realicen ensayos todav¨ªa por concretar. En todo caso, los taxis a¨¦reos, de categor¨ªa certificada, no tendr¨¢n autorizaci¨®n para volar regularmente hasta 2023. Quintanilla los espera con ganas: ¡°Los atascos me parecen antediluvianos, tardamos una hora en llegar al trabajo y gastamos un mont¨®n de combustible f¨®sil.
?C¨®mo es posible que la sociedad del siglo XXI no sea capaz de dar el salto al dron el¨¦ctrico?¡±, se pregunta. ¡°En diciembre se vendieron 120.000 coches en Espa?a. Yo veo la ciudad y digo: no lo estamos haciendo bien¡±. Las ciudades dar¨¢n el salto al dron cuando se habilite U-Space, un conjunto de servicios digitales que permitir¨¢ coordinar de manera segura el tr¨¢fico denso de drones, aerotaxis y helic¨®pteros de vuelo bajo. Dise?ado por la Comisi¨®n Europea, est¨¢ en fase de discusi¨®n y se espera que salga aprobado en febrero. ¡°En un primer momento estar¨¢ segregado del espacio a¨¦reo general, pero a partir de la zonificaci¨®n dispuesta por la normativa europea en 2022 solo podr¨¢n operar aeronaves en ellos si contratan a un proveedor de servicios U-Space¡±, cuenta Daniel Garc¨ªa-Monteavaro, jefe del departamento de drones de Enaire.
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