El chiringuito que cambi¨® la pol¨ªtica italiana
Matteo Salvini celebr¨® en el Papeete Beach su enorme popularidad hace un a?o. Pocos d¨ªas despu¨¦s intent¨® derrocar al primer ministro Conte en una jugada desastrosa que le apart¨® del Gobierno y dio inicio a su ca¨ªda en desgracia
El 3 de agosto de 2019, un chiringuito de playa entr¨® en la historia de la pol¨ªtica italiana. No era f¨¢cil. Pero aquel d¨ªa pis¨® la arena del Papeete Beach (Milano Marittima) el hombre de moda, el rey de los sondeos en Italia, que en ese momento atesoraba un 38% de popularidad y manten¨ªa barcos humanitarios con centenares de inmigrantes a bordo flotando en el mar sin poder entrar en los puertos italianos, mientras ¨¦l se calzaba el ba?ador con un mojito en la mano. Matteo Salvini, l¨ªder de la Liga y entonces ministro del Interior, era cliente asiduo. Ese d¨ªa se quit¨® la camiseta, agarr¨® el cubata y se fue hasta la cabina del pinchadiscos, como otros a?os. El furor nacional le llevaba en volandas y le pusieron a tiro el himno de Italia. Sonr¨ªo, mir¨® al tendido y las gog¨®s comenzaron a contonearse ante miles de personas que se agolpaban alrededor de la cabina, en un fabuloso espect¨¢culo pol¨ªtico playero. Aquel fue el ¨²ltimo tema que pinch¨® como ministro. Justo ah¨ª cambi¨® el curso de la pol¨ªtica en Italia. Pocos d¨ªas despu¨¦s intent¨® derrocar al primer ministro Giuseppe Conte.
Un a?o despu¨¦s, Salvini y el Papeete Beach, en la costa Adri¨¢tica, sufren los estragos de la pandemia. Es jueves, no es el mejor d¨ªa. Pero en la entrada no hay colas, solo dispensadores de gel desinfectante y camareras que contemplan el empedrado con su mascarilla. Su propietario, Massimo Casanova, un eurodiputado de la Liga, ¨ªntimo amigo de Salvini, ha prescindido esta temporada de una d¨¦cima parte de la plantilla. Las salvajes fiestas de los s¨¢bados, como aquella donde el pol¨ªtico ultraderechista encandil¨® a sus fans y se entreg¨® a los efluvios de la hierbabuena y el ron, se celebran ahora sin aquella agitaci¨®n alrededor de la cabina. Los clientes pueden solo bailar junto a sus hamacas, sentarse en un puf relajadamente o escuchar actuaciones en directo con saxofones y violines. Una aut¨¦ntica estampa del fin del mundo.
Matteo Molina, m¨¢nager del local, da cuenta a pie de arena de la paradoja hoy de un negocio de este tipo. ¡°Ahora buscamos un target m¨¢s tranquilo, menos fiestero. Para evitar aglomeraciones peligrosas por la covid-19, intentamos rebajar un poco el entusiasmo de los clientes¡±. Puede que a Salvini le hubiera venido bien cuando gest¨® aqu¨ª la decisi¨®n m¨¢s importante de su carrera hace un a?o.
Fotos y abrazos
El l¨ªder de la Liga lleg¨® aquel s¨¢bado a la playa algo turbado, cabizbajo, cuentan los que estuvieron con ¨¦l. Concedi¨® centenares de selfis, reparti¨® abrazos. Pero hac¨ªa d¨ªas que le persegu¨ªa un mal augurio. ¡°Estaba atormentado. No hablaba con nadie de los suyos, ni con Lorenzo Fontana [entonces ministro de Asuntos Europeos, tambi¨¦n en ba?ador], ni con Massimo Casanova¡ Se pas¨® el d¨ªa mirando el tel¨¦fono. Cada a?o va a la playa y hace algo as¨ª¡ Pero esta vez ten¨ªa un humor l¨²gubre¡±, relat¨® entonces una persona que compart¨ªa con ¨¦l la arena de playa. Las cosas, en realidad, ya no eran lo que parec¨ªan.
Italia es el ¨²nico lugar del mundo donde puede haber m¨¢s noticias en verano que en plena vor¨¢gine del curso. Si un periodista se va de vacaciones pensando que puede entregarse al dolce far niente, se enfrentar¨¢ pronto a serios problemas en la redacci¨®n. Un viejo corresponsal en Roma se fue con un cambio de Papa y descubri¨® en el avi¨®n de vuelta que, por el camino, hubo otro c¨®nclave y muri¨® tambi¨¦n el primero de sus reemplazos (como sucedi¨® entre Pablo VI y Juan Pablo II). Conviene recordar que suceden a menudo cat¨¢strofes naturales (como el terremoto de Amatrice) o terribles accidentes en viejas infraestructuras (el m¨¢s reciente fue la ca¨ªda del Puente Morandi, hace dos a?os). Qued¨® tambi¨¦n por inaugurada en 2019 la modalidad fundada por Salvini: la crisis de Gobierno en ba?ador.
El 8 de agosto, cinco d¨ªas despu¨¦s de la fiesta del Papeete, el l¨ªder de la Liga lanz¨® la bomba para anunciar la ca¨ªda del Ejecutivo. Quer¨ªa materializar las ganancias en los sondeos. Y la fecha no fue casual. Pens¨® que durante las vacaciones ser¨ªa mucho m¨¢s dif¨ªcil que las instituciones reaccionasen y que los otros dos principales partidos, el PD y el M5S, llegasen a un acuerdo. Cont¨® a tres y pidi¨® ¡°plenos poderes¡± a los italianos. Una frase de ecos mussolinianos que en su cabeza, sin duda, debi¨® de sonar mejor. Subestim¨® tambi¨¦n la complejidad del verano italiano.
Los s¨ªmbolos apuntalan siempre la pol¨ªtica m¨¢s fr¨¢gil. Y los grandes acuerdos, pero tambi¨¦n sus crisis, suelen llevar un nombre asociado, un lugar que las sit¨²a en el tiempo y el espacio. El Papeete estar¨¢ siempre unido en Italia a la ca¨ªda de Salvini en el verano de 2019. El nombre del chiringuito asoma recurrentemente en los debates pol¨ªticos y en las discusiones del Parlamento. El m¨¢nager del local lo ve como una publicidad estupenda, no hay duda. Pero insiste, claro, en que ellos no tienen un sesgo pol¨ªtico y aceptan en su podio a todo el arco parlamentario. ¡°Si viniera cualquier otro pol¨ªtico, lo invitar¨ªamos tambi¨¦n a entrar en la cabina y a poner un tema en los platos¡±, subraya.
El ambiente del Papeete, en plena pandemia, no ha vuelto a ser el mismo. La clientela est¨¢ algo mustia, no hay gog¨®s y el bombo de sus compilaciones suena hueco por los altavoces. Tambi¨¦n desprende otro aire el humor de Matteo Salvini, que se deja caer por aqu¨ª el primer fin de semana de agosto, justo un a?o despu¨¦s del juerg¨®n a pie de playa. Desde aquel mojito hasta hoy ha perdido 17 puntos porcentuales en estimaci¨®n de voto. Su socia en la coalici¨®n de derechas, Giorgia Meloni (Hermanos de Italia), le pisa los talones y la pandemia ha destrozado todos sus esquemas pol¨ªticos. El ¨²ltimo jueves de julio, justo antes de tomarse unas peque?as vacaciones en la escena del crimen, el Senado vot¨® a favor de retirarle la inmunidad de la que goz¨® el a?o anterior, en calidad de ministro de Interior, por bloquear la entrada a puerto del barco de la ONG espa?ola Open Arms con 150 inmigrantes a bordo. Si lo procesan y resulta condenado, no podr¨¢ volver a presentarse a las elecciones.
¡ªEh, Matteo, Matteo. ?Capitano! ¡ªle gritan dos fans a los que ignora mientras atraviesa las hamacas del Papeete y Salvini se mete en el mar lentamente.
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