Morrissey ten¨ªa raz¨®n
Benic¨¤ssim, que alberga desde 1995 el FIB, el gran encuentro musical que congregaba a miles de ¡®fibers¡¯, encara un verano sin festival y de reinvenci¨®n
Morrissey ten¨ªa raz¨®n, pero la diferencia entre ser un exc¨¦ntrico o un genio es tenerla antes de tiempo o no. En 2006, cuando acudi¨® a Benic¨¤ssim, se tuvo que construir un t¨²nel de tela que llevaba de su camerino al escenario porque la estrella no se quer¨ªa cruzar con nadie. Catorce a?os despu¨¦s, otro t¨²nel, pero este del tiempo, ha llevado a Benic¨¤ssim a antes de 1995: el verano sin FIB, el Festival Internacional de Benic¨¤ssim que cambi¨® para siempre esta peque?a localidad de Castell¨®n. En abril, con millones de espa?oles escondidos en sus casas, la estatua a la fiber, una chica con gorro y mochila homenaje a los miles de seguidores del festival, amaneci¨® un d¨ªa con mascarilla. La obra del escultor Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa Cerver¨® Jere, levantada en 2008, avisaba as¨ª de que nada ser¨ªa como antes, al menos de momento.
¡°En cierta medida, el pueblo viv¨ªa de ellos¡±, dice Pedro Hermida, un hombre de 42 a?os que acudi¨® a dos FIB, 1999 y 2002. En el primero recuerda ¡°la bajona m¨¢s multitudinaria de la historia¡±: en lo m¨¢s alto del Hey Boy Hey Girl de The Chemical Brothers se fue la luz en todo el festival. Aun as¨ª, su novia de entonces, que fue al evento con la pierna escayolada, destroz¨® su yeso bailando. Algo as¨ª ha ocurrido este a?o en un lugar de casi 20.000 vecinos que acoge a 140.000 personas durante 10 d¨ªas. ¡°Es como si desapareciese de golpe todo el mundo, de un a?o para otro¡±, dice Sandra, que hace algunos a?os colabor¨® con el festival. Est¨¢ en Carrer Bayer, en la paralela a la comercial Santo Tom¨¢s, buscando sombra este d¨ªa de finales de julio en el que el sol cae con todo. En Benic¨¤ssim no falta gente, pero s¨ª quien la ponga a bailar. ¡°Hay mucho vecino que supongo que vivir¨¢ m¨¢s en paz. Es demasiado p¨²blico y no siempre controlable, pero nos da la vida a los negocios del pueblo, y mira, nos deja unos grupos [musicales] impresionantes en casa¡±.
Susana Marqu¨¦s, alcaldesa de Benic¨¤ssim, cree que la localidad tiene una oportunidad este verano: la de reinventarse. ¡°Seguimos todas las normas, nos ajustamos a todos los protocolos sanitarios, mantenemos la distancia social. Y con todo eso, estamos demostrando que no tenemos que renunciar a nuestras playas, a nuestro clima, a nuestra gastronom¨ªa ni a nuestro patrimonio. Lo mismo, pero en menor formato y con menos aforo¡±, dice. El problema de un verano sin FIB en Benic¨¤ssim est¨¢ en los hoteles y los c¨¢mpings, llenos a rebosar no solo en la localidad sino en los alrededores. El zarpazo en el sector ha sido brutal. ¡°Muchos trabaj¨¢bamos esos d¨ªas reforzando plantillas y nos hemos quedado tirados; no eran contratos normales, no estamos en ERTE, simplemente nos quedamos sin un curro que nos ven¨ªa muy bien¡±, dice Samu, estudiante.
¡°Es m¨²sica o salud¡±, dicen Silvia y Pepe, dos habituales veteranos del FIB. Su ¨¢lbum de recuerdos impresiona: ¡°1997, el a?o de la tormenta. La cantidad de guiris quemados por el sol, pero quemados nivel llevar vendas. La cara de los vecinos de Benic¨¤ssim las primeras ediciones al ver aquellas hordas de ¡®modernos¡¯. El camino desde el c¨¢mping al recinto, la polvareda de tierra roja a las tres de la tarde bajo el sol. Aquel c¨¢mping que era un antiguo naranjal. Acostarte a las ocho de la ma?ana y a las nueve morir sudando en la tienda de campa?a y tener que salir. Las resacas en la playa¡±. Precisamente los lunes despu¨¦s de festival hab¨ªa fiesta en la playa. Dice Pedro Hermida que ese d¨ªa y los anteriores, ¡°si uno se fijaba un poco¡±, ve¨ªa que el mar ¡°estaba lleno de parejas follando dentro del agua, se ve¨ªan cabecitas juntas m¨¢s all¨¢ de donde empieza a cubrir; eso tambi¨¦n era el FIB, un paisaje tan hermoso como una puesta de sol¡±.
Hay Benic¨¤ssim despu¨¦s de FIB, lo que no hay son fibers sin FIB, por tanto muchos menos extranjeros. Pero este pueblo costero de playa privilegiada se pone a funcionar como un reloj en cuanto sale el sol. A finales de mayo empezaron a abrir con precauci¨®n sus terrazas m¨¢s emblem¨¢ticas, desde Jota¡¯s Vistamar a Palasiet o Voramar. All¨ª toma una cerveza Richard, jubilado recientemente y un caso habitual del turismo de Benic¨¤ssim: empez¨® a venir a los conciertos y acab¨® tray¨¦ndose su vida para aqu¨ª, o sea su familia. ¡°No lo vivo tanto pero alg¨²n concierto siempre cae, y este a?o ten¨ªa marcados varios para ir con mis hijos. Bueno, no puede ser. ?Es m¨¢s importante vivir!¡±, dice. ¡°Anteponemos la salud a cualquier otra cosa, y por tanto es un verano diferente al que no vamos a renunciar¡±, dice la alcaldesa Marqu¨¦s, que recuerda la amplia oferta cultural y musical, en peque?o formato, que habr¨¢ estos d¨ªas. ¡°Turismo seguro y de calidad, que la gente est¨¦ a gusto¡±, repite.
Antes del gigantesco apag¨®n de 1999, durante el momento ¨¢lgido de The Chemical Brothers (unos enamorados del FIB) hubo una tormenta gigantesca en 1997. Fue una lluvia torrencial que se llev¨® por delante todas las tiendas de campa?a y un escenario mientras tocaban Urusei Yatsura. Siempre pas¨® algo, por feliz o nefasto que fuese el a?o. Lo que nunca hab¨ªa ocurrido era que no pasase nada, pero esa es la condici¨®n fundamental del virus: parar la vida, ralentizarla hasta aprender a vivirla de otra forma en la que, por desgracia, no tiene cabida el contacto y las aglomeraciones. S¨ª la m¨²sica en directo, pero m¨¢s como una experiencia diferente. ¡°El turismo de festival, acampada y borracheras, el virus lo ha laminado¡±, reconoce Richard. ¡°Yo ya soy mayor, pero espero que vuelvan los macroconciertos: nuestros hijos tienen que tener nuestros mismos derechos¡±.
Uno que no es fiber, pero s¨ª cowboy de medianoche (y conductor del programa radiof¨®nico cultural que lleva ese nombre), es el periodista Luis Herrero. ¡°El ¨²nico lugare?o que nunca ha ido al FIB¡±, anuncia. ¡°?Cambios? Aqu¨ª hab¨ªa una invasi¨®n pac¨ªfica y tranquila de un mont¨®n de gente, y que funcionaba como avanzadilla de agosto. Este a?o hay un vac¨ªo: un vac¨ªo en la memoria, y los espacios p¨²blicos. Aunque en los cajeros vuelve a haber dinero; esos d¨ªas del festival, el dinero se acababa¡±.