El Estadio Ol¨ªmpico de ?msterdam retira su estatua del brazo en alto
La figura se coloc¨® en los JJ OO de 1928 para imitar el supuesto saludo de los romanos
La estatua de bronce de un atl¨¦tico var¨®n que saluda con el brazo derecho en alto adorna desde 1928 la entrada del Estadio Ol¨ªmpico de ?msterdam. El adem¨¢n pretend¨ªa recordar, entonces, el usado supuestamente en tiempos de los antiguos romanos, pero se fue cargando de connotaciones hist¨®ricas m¨¢s cercanas, en particular, el gesto del Partido Nacional Fascista de Benito Mussolini y el de la Alemania nazi de Hitler. Ahora, en plena pol¨¦mica por el derribo de algunos s¨ªmbolos hist¨®ricos cuestionados por diferentes motivos, se va a trasladar la figura dentro del recinto deportivo para explicar sus or¨ªgenes en las visitas guiadas.
?msterdam acogi¨® los Juegos Ol¨ªmpicos de 1928. El estadio necesitaba una obra que recogiera el esp¨ªritu de la competici¨®n para adornar su acceso principal. La escultora neerlandesa Gerarda Rueb cre¨® un atleta que recrea el pretendido saludo romano, con el brazo derecho extendido y apuntando hacia arriba, los dedos de la mano juntos y la palma hacia afuera. De tres metros de altura, fue instalada cinco a?os antes de la subida de Hitler al poder, pero el fascismo italiano ya usaba un saludo similar ¡ªMussolini gobernaba desde 1922¡ª y el gesto de los romanos, con el brazo menos elevado y la palma hacia abajo, se considera hoy producto de la imaginaci¨®n, entre otros, de artistas como el franc¨¦s Jacques-Louis David. Su obra El juramento de los Horacios (1784) alaba el cumplimiento del deber por encima de todo.
Sin embargo, la realidad es que Rueb levant¨® su obra como tributo al bar¨®n Van Tuyll van Serooskerken, fundador del Comit¨¦ Ol¨ªmpico de Pa¨ªses Bajos y art¨ªfice de que los Juegos de 1928 se celebrasen en ?msterdam.
Despu¨¦s de consultar a un grupo de historiadores, la Fundaci¨®n del Estadio Ol¨ªmpico ha concluido que ¡°la salutaci¨®n de los romanos es un mito¡±, porque no hay relatos de la ¨¦poca que lo certifiquen, se?al¨® su directora, Ellen van Haaren. Sin embargo, quiere separar ¡°esta escultura, sin malas intenciones, y el v¨ªnculo hist¨®rico posterior¡± porque es una coincidencia que el bar¨®n de Coubertin, fundador del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional e impulsor de los Juegos modernos, introdujera ese gesto en los de 1924, en Par¨ªs, cuando el fascismo italiano ascend¨ªa. Y tambi¨¦n que los nazis a?adieran con el tiempo su propia liturgia gestual.
El saludo tuvo su momento de gloria en Berl¨ªn, en los Juegos de 1936, y pudo verse en las gradas y al subir al podio los atletas germanos. Jurryt van de Vooren, historiador deportivo neerland¨¦s, explica que el equipo franc¨¦s levant¨® el brazo ese a?o al pasar por delante del F¨¹hrer ¡°y fue una gran sorpresa porque en ese momento el Gobierno galo era de izquierdas [el Frente Popular]¡±. En conversaci¨®n telef¨®nica, este experto a?ade que ¡°hasta entonces, no hab¨ªa reparos en saludar as¨ª, porque el gesto se introdujo en Par¨ªs y se mantuvo en 1928 y en Los ?ngeles, en 1932, como cortes¨ªa ol¨ªmpica¡±. Todo cambi¨® en la cita de 1936 por su parecido con el saludo hitleriano. Luego la historia lo hizo desaparecer.
La fundaci¨®n que gestiona el estadio tendr¨¢ que pedir permiso para el traslado de la figura porque el complejo es patrimonio nacional.
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