El turismo despu¨¦s del turismo
Italia, el pa¨ªs donde nacieron los viajes de placer, debate sobre c¨®mo hacer regresar una industria vital econ¨®micamente pero mortal en t¨¦rminos de sostenibilidad y futuro
Los primeros s¨ªntomas, todav¨ªa en dosis homeop¨¢ticas, pueden verse ya en el centro de Roma. Los Museos Vaticanos lucen su inexorable cola donde la Santa Sede se divierte cociendo las almas de los pecadores a 37 grados en pleno julio. Las japonesas vuelven a cruzarse el mundo para fotografiarse vestidas de novia en el puente de Sant¡¯Angelo; las barcas surcan el T¨ªber esquivando una plaga de nutrias, neveras y patinetes el¨¦ctricos de alquiler a la deriva r¨ªo abajo. Aquella taquillera del Coliseo, que acaba de salir del ERE, blasfema...
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Los primeros s¨ªntomas, todav¨ªa en dosis homeop¨¢ticas, pueden verse ya en el centro de Roma. Los Museos Vaticanos lucen su inexorable cola donde la Santa Sede se divierte cociendo las almas de los pecadores a 37 grados en pleno julio. Las japonesas vuelven a cruzarse el mundo para fotografiarse vestidas de novia en el puente de Sant¡¯Angelo; las barcas surcan el T¨ªber esquivando una plaga de nutrias, neveras y patinetes el¨¦ctricos de alquiler a la deriva r¨ªo abajo. Aquella taquillera del Coliseo, que acaba de salir del ERE, blasfema en romanesco de nuevo ante una fila de turistas polacos que empuja sin escuchar a una irritante gu¨ªa con meg¨¢fono. La ciudad eterna recupera lentamente el paso. Puede o¨ªrse ya el ralent¨ª de uno de sus principales motores econ¨®micos, tal y como les sucede a Venecia o Florencia, dependientes en vena de esta industria. Pero resulta que nadie sabe, en cambio, si el mundo que conocimos antes de la pandemia volver¨¢. Y mucho menos el de los cruceros, las aglomeraciones y las luces de ne¨®n del negocio de los viajes de masas: una de las industrias m¨¢s golpeadas del mundo.
El turismo requiere tiempo libre, algo de dinero y cierta libertad de movimiento. Tambi¨¦n sol¨ªa exigir un punto de esp¨ªritu aventurero (cada vez menos) y argumentos de peso para compartir diminutas parcelas de espacio y tiempo con seres humanos desconocidos. La pandemia ha sumido todos esos privilegios en una crisis de identidad y miedo que cuestiona la supervivencia de ese acto compulsivo que convertimos en s¨ªmbolo de la prosperidad globalizada. En un documento de 2020 la Organizaci¨®n Mundial del Turismo ya calcul¨® la ca¨ªda del sector en hasta un 80% de las llegadas internacionales a nivel global respecto a 2019. En Italia, finalmente, se qued¨® en un 61%. Pero casi ning¨²n sector econ¨®mico (representa alrededor del 13% del PIB) ha recibido una bofetada tan agresiva. El turismo global, que perdi¨® 2,4 billones de d¨®lares en 2020 (unos dos billones de euros) por la pandemia, volver¨¢ a caer entre 1,7 y 2,4 billones en 2021: es decir, entre un 1,9 y un 2,7 % del PIB mundial, seg¨²n un informe de la Agencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD). ?Viajaremos menos y con mayor reflexi¨®n despu¨¦s de la pandemia? ?Se terminar¨¢ el turismo de masas? ?O volveremos a dejarnos las pesta?as para encontrar los vuelos m¨¢s baratos sin importar a d¨®nde vayan? Roma, Venecia y Florencia aportan algunas respuestas.
El pasado domingo unas 1.000 personas se acercaron a la plaza de San Pedro para escuchar al Papa celebrar el ?ngelus desde el balc¨®n de su despacho en el Palacio Apost¨®lico. No estaba llena, pero el lugar empez¨® a congregar a fieles como hace dos a?os. Roma, m¨¢s all¨¢ del rom¨¢ntico Grand Tour en el que se embarcaban j¨®venes arist¨®cratas brit¨¢nicos en el siglo XVII, podr¨ªa inscribir su magnetismo en la g¨¦nesis del gran libro econ¨®mico como el primer destino tur¨ªstico de la historia. El Caput Mundi fue desde el siglo II objeto de peregrinaci¨®n de cristianos y curiosos que alimentaron toda una industria econ¨®mica alrededor de estos viajes de fe y arqueolog¨ªa espiritual. Y as¨ª seguir¨¢ siendo tantos siglos como dure esta creencia. Pero durante un a?o y medio, quiz¨¢ por primera vez en el ¨²ltimo siglo, todo el variopinto ecosistema econ¨®mico que creci¨® en la v¨ªa de la Conciliazione o en las calles adyacentes a la bas¨ªlica donde reposan los restos de San Pedro ha quedado paralizado.
¡ªCinco euros ¡ªpide por un agua mineral un vendedor bangladesh¨ª a una pareja de turistas holandeses que rechaza sin pesta?ear un sobreprecio que, hasta hace solo un a?o y medio, formaba parte del statu quo de la econom¨ªa global.
La pandemia trajo la ruina econ¨®mica para muchos en el centro de Roma. Pero tambi¨¦n el silencio, y de vuelta a muchos romanos, expulsados por los intereses comerciales e inmobiliarios de una selva de apartamentos tur¨ªsticos sin regulaci¨®n clara en Italia. La empresa de recogida de basuras cumpli¨® con su misi¨®n tras a?os de no dar abasto. Y algunos restaurantes comenzaron a servir comida a los vecinos, con la consecuente exigencia local. TripAdvisor y los comentarios dieron un vuelco. Y la duda pas¨® a ser cu¨¢nto resistir¨ªa el nuevo clima cuando se restaurase la normalidad sanitaria. ¡°La pandemia ha golpeado los puntos cardinales del turismo, como la libertad de movimientos. Y el desarrollo del mundo se manifest¨® en los ¨²ltimos a?os en esa libertad que ahora se ha restringido a muchas escalas: piense en los viajes de novios, en los que la pareja se iba a la Polinesia y ahora se conforma con la regi¨®n de al lado. Y eso tiene un efecto psicol¨®gico importante de cara al futuro¡±, apunta Stefano Franco, profesor de Gesti¨®n Tur¨ªstica en la universidad LUISS.
Venecia ha sido s¨ªmbolo universal de a?os de desmanes, excesos y atentados contra el medioambiente del turismo de masas. Tambi¨¦n de las estafas a incautos en restaurantes de medio pelo, del vaciado del centro de la ciudad y de un paisaje social y comercial de cart¨®n piedra en uno de los lugares m¨¢s impresionantes del mundo. Incluso los 433 gondoleros que vivieron de ello se lamentan estos d¨ªas del punto de no retorno alcanzado: cruceros, visitas de mordi e fuggi (muerde y huye) que regatean o no gastan y bajan con el bocadillo del barco. La llegada de la mayor partida de fondos europeos del plan de recuperaci¨®n y la amenaza de la Unesco de incluir a Venecia en la lista negra de patrimonio amenazado empujaron hace dos semanas al Gobierno de Mario Draghi a aprobar una hist¨®rica ley por la que los cruceros no podr¨¢n volver a pasar por delante de la plaza de San Marcos. Pero la pandemia ha tra¨ªdo tambi¨¦n una reflexi¨®n m¨¢s profunda para una ciudad (la isla) que basa en el turismo m¨¢s del 70% de su econom¨ªa. ¡°Hoy es el momento de decir que este modelo no ha funcionado y los ayuntamientos deben volver a ser los reguladores de su territorio¡±, anuncia al tel¨¦fono el concejal de turismo veneciano, Simone Venturini.
Nadie oculta ya que la ciudad jug¨® a la ruleta rusa durante a?os fiando su supervivencia al monocultivo econ¨®mico. Cuando en marzo de 2020 los canales quedaron desiertos y los vecinos dejaron de o¨ªr el traqueteo de las maletas subiendo y bajando las escaleras de los 455 puentes que atraviesan los canales, todos supieron que con el silencio llegar¨ªa la ruina. ¡°Los da?os son enormes. Hemos perdido un 80% de la facturaci¨®n del turismo que ten¨ªa Venecia. M¨¢s de 1.000 millones de euros que forman parte de toda la hilera econ¨®mica. Solo la compa?¨ªa de transportes ha perdido 80 millones de euros y los privados han perdido otros centenares. Es un golpe muy duro que no ha sido compensado p¨²blicamente como en otros pa¨ªses. Eso no ha sucedido aqu¨ª¡±, lamenta Venturini. Los problemas son parecidos algo m¨¢s al sur.
La percepci¨®n de fin de ciclo sobrevuela tambi¨¦n Florencia, que estima en unos 1.000 millones el agujero de la pandemia en el sector y sobrevive este verano con alrededor del 50% de la ocupaci¨®n de otros a?os. Su alcalde, el socialdem¨®crata Dario Nardella, tiene muy claro que el modelo debe cambiar. ¡°Era una econom¨ªa muy fr¨¢gil. Hay que invertir en la calidad y no en la cantidad. Antes del virus ten¨ªamos 14 millones de visitas al a?o y somos 400.000 habitantes. No parece sostenible. No podemos pensar en prescindir del turismo, pero hay que organizar una oferta distinta e implementar normas globales. El poder de las plataformas y touroperadores en l¨ªnea es fort¨ªsimo y los alcaldes solos no conseguimos equilibrarlo. Es cierto que hay libertad de competencia, pero el turismo tiene un impacto social muy alto y tiene que ser regulado en nuestras ciudades. No puede dejarse a la libre competencia¡±, apunta.
Roma para los romanos
Florencia aprobar¨¢ en oto?o un nuevo plan urban¨ªstico en el que se bloquear¨¢ la construcci¨®n de nuevos hoteles en el centro, como ya hizo Barcelona. Tampoco se permitir¨¢ abrir un restaurante m¨¢s sin que haya antes cerrado otro y se ha previsto liquidar el IBI de las empresas que se instalen en esta ¨¢rea de la ciudad. Adem¨¢s, se ha creado una partida de 10 millones para comprar viejas tiendas de souvenirs convertidas en cad¨¢veres inmobiliarios y alquilarlas a bajos precios a j¨®venes artesanos. ¡°El centro ahora es casi monosectorial¡±, explica Nardella.
Los vecinos de Roma, Florencia y Venecia que no viv¨ªan del turismo han redescubierto sus ciudades durante este a?o y medio. La suciedad y las aglomeraciones han disminuido y la calidad de los servicios ha mejorado. Roma para los romanos ha sido el mantra. Pero el da?o econ¨®mico desequilibra demasiado la balanza. ?Ser¨¢ el virus el momento para conocer la nueva cara del turismo despu¨¦s del turismo? Paolo Figini, profesor de Econom¨ªa de esta materia en la Universidad de Bolo?a, no cree en la redenci¨®n poscovid de esta industria. ¡°Lamentablemente se percibe una gran voluntad de volver a la vida precedente a la covid. Creo que cuando la pandemia est¨¦ totalmente superada, se volver¨¢ a viajar como antes. Habr¨¢ ganas. Y eso es algo muy peligroso, porque la crisis m¨¢s importante de nuestro tiempo no es sanitaria, sino clim¨¢tica. Y el turismo contribuye enormemente a la contaminaci¨®n. Volver a ese camino va en sentido contrario a la l¨ªnea en la que va todo. El turismo lento crea ocupaci¨®n en lugares menos importantes, pero mueve menos dinero que el de masas. Y s¨ª, hay una voluntad pol¨ªtica de perseguir esos objetivos sostenibles. Pero el inter¨¦s econ¨®mico de comerciantes, restauradores, hoteleros apunta en otra direcci¨®n¡±. M¨¢s turismo, en suma, despu¨¦s del turismo.
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