Un estudio identifica cinco formas distintas de envejecer gracias a los datos de 50.000 esc¨¢neres cerebrales
Un sistema inform¨¢tico permite observar cambios sutiles que se escapan al ojo humano y ayudar¨ªa a calcular el envejecimiento real m¨¢s all¨¢ del que se ve en el DNI
Lord Kelvin, uno de los f¨ªsicos m¨¢s importantes de la historia, dec¨ªa que solo cuando puedes hacer medidas sobre lo que est¨¢s hablando, y expresarlo en n¨²meros, sabes algo al respecto. Si no, afirmaba, tu conocimiento es pobre e insatisfactorio. La medici¨®n precisa y omnipresente est¨¢ detr¨¢s del inmenso progreso tecnol¨®gico del ¨²ltimo siglo y medio, y tambi¨¦n de la medicina personalizada. Esa medicina de precisi¨®n aspira a curar la enfermedad particular de cada individuo con tratamientos personalizados y, aunque no sea una enfermedad, el envejecimiento est¨¢ detr¨¢s de todas las enfermedades. Kelvin, que vivi¨® en el siglo XIX y predijo la muerte del universo con su segunda ley de la termodin¨¢mica, sab¨ªa tan bien como nosotros que todos envejecemos, pero no habr¨ªa podido expresarlo en n¨²meros, m¨¢s all¨¢ de los a?os del calendario, ni explicar por qu¨¦ cada uno envejece a un ritmo distinto.
Recientemente, un equipo de cient¨ªficos liderado por Christos Davatzikos, de la Universidad de Pensilvania (EE UU), ha publicado en Nature Medicine un trabajo en el que se han identificado diferentes formas en que nuestro cerebro se desmorona con el paso de los a?os y que promete una medida m¨¢s individualizada del envejecimiento. Analizaron 50.000 esc¨¢neres cerebrales que revelaron cinco formas distintas de atrofia cerebral asociada al envejecimiento y a la aparici¨®n de enfermedades neurodegenerativas. Aunque el ojo humano no puede detectar los cambios sutiles que existen entre estos cinco patrones, lograron identificarlos utilizando tecnolog¨ªa de aprendizaje autom¨¢tico. Los autores entrenaron un algoritmo mostr¨¢ndole esc¨¢neres de 1.150 personas sanas de entre 20 y 50 a?os y de casi 9.000 personas a partir de esa edad, sanas y con deterioro cognitivo.
Las formas particulares de envejecimiento tienen que ver con rasgos biol¨®gicos individuales, como aquellos que hacen a unas personas m¨¢s propensas a la diabetes y a otros a las enfermedades cardiovasculares, pero tambi¨¦n se vieron pautas m¨¢s relacionadas con h¨¢bitos como el consumo de alcohol o tabaco. Y tambi¨¦n existe una combinaci¨®n de patrones. Las personas con deterioro cognitivo leve, que precede a la demencia, van acumulando rasgos de cada una de las pautas, aunque la presencia de una de ellas era la que m¨¢s ayudaba a predecir el riesgo de demencia a?os despu¨¦s. En general, como era previsible, el estado de otros ¨®rganos ten¨ªa un reflejo en el envejecimiento cerebral.
Davatzikos advierte que este tipo de conocimiento no permitir¨ªa ¡°hablar de tratamientos en un futuro cercano¡±. ¡°Este trabajo nos ayuda a comprender la heterogeneidad del envejecimiento del cerebro en general, que est¨¢ causada por varias patolog¨ªas subyacentes posibles, incluidos el alzh¨¦imer y el p¨¢rkinson, y tambi¨¦n factores relacionados con la salud cardiovascular y metab¨®lica¡±. ¡°Por ahora, el beneficio m¨¢s inmediato podr¨ªa verse en ensayos cl¨ªnicos, que se benefician de reclutar a individuos con perfiles m¨¢s homog¨¦neos, algo que permite detectar efectos de tratamientos m¨¢s sutiles con muestras m¨¢s peque?as¡±, explica el investigador.
Otros trabajos recientes han buscado se?ales que puedan ayudar a predecir el riesgo de un deterioro cognitivo acelerado a partir de los 40 o 50 a?os. Se ha visto que el hipocampo, una regi¨®n clave en la creaci¨®n de nuevas memorias, encoge con los a?os, pero puede hacerlo de forma m¨¢s acelerada en la mediana edad. Como los esc¨¢neres cerebrales no son una forma barata y sencilla de medir estos cambios, hay cient¨ªficos que han buscado formas alternativas para ver si el envejecimiento del cerebro se puede estar acelerando. Un equipo de la Universidad Johns Hopkins (EE UU) evalu¨® el deterioro cognitivo en m¨¢s de 12.000 personas durante veinte a?os y lo cotejaron con un c¨¢lculo de sus niveles de inflamaci¨®n, que se pod¨ªa medir en los an¨¢lisis de sangre. Aquellos que se encontraban entre el 25% con mayor inflamaci¨®n ten¨ªan un deterioro cognitivo casi un 8% mayor que los del 25% inferior. Este efecto del envejecimiento en el cerebro, que tiene un mayor impacto a partir de los 40, se podr¨ªa medir con un an¨¢lisis de sangre y se podr¨ªa combatir con ejercicio, que tiene efectos antiinflamatorios, u otros tratamientos neuroprotectores personalizados para una pauta concreta de envejecimiento cerebral.
En un trabajo liderado por Richard Bethlehem, de la Universidad de Cambridge, una colaboraci¨®n internacional de cient¨ªficos trat¨® de identificar los principales cambios que se producen en el cerebro a lo largo de la vida. Entre otras cosas, contaba Bethlehem en The Conversation, vieron que el n¨²mero de neuronas crece desde antes del nacimiento hasta un m¨¢ximo a los seis a?os, y desciende a partir de ah¨ª. El n¨²mero de conexiones cerebrales sigue creciendo hasta los 29 a?os y empieza a descender poco a poco hasta los 50. A partir de esa edad, la p¨¦rdida de conexiones se acelera.
Trabajos como este y como el que acaba de publicar Nature Medicine buscan identificar cambios espec¨ªficos en el cerebro que permitan estandarizar la medici¨®n precisa del envejecimiento de cada persona. Eso permitir¨¢ superar ese conocimiento pobre e insatisfactorio del que hablaba Kelvin y mejorar nuestra capacidad para hacer algo frente al envejecimiento.
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