?Es el cintur¨®n el nuevo bolso de lujo? De tener una funci¨®n pr¨¢ctica a convertirse en s¨ªmbolo de estatus
Este accesorio, de car¨¢cter funcional pero esp¨ªritu ornamental, se empez¨® a usar en la Edad de Bronce aunque no fue hasta muchos siglos despu¨¦s cuando despert¨® inter¨¦s para definir el cuerpo seg¨²n las modas de la ¨¦poca. Siempre presente en el armario, este oto?o reivindica su presencia y no como mero accesorio
A veces ornamental, a veces funcional, podr¨ªamos abordar buena parte de la historia de la humanidad solo siguiendo el rastro del cintur¨®n, presente en la indumentaria desde hace milenios. Este oto?o recupera protagonismo y se desmarca de su concepci¨®n de complemento para reivindicar su presencia en primer plano y no como mero accesorio. En 2024 el cintur¨®n adorna vestidos, pero se traslada de la cintura a la parte del escote, como dej¨® ver la actriz Alicia Vikander con su dise?o de Louis Vuitton en el pasado Festival Internacional de cine de Toronto. Quien opta por lucirlo en la cintura innova al apostar por el doble cintur¨®n, una alternativa vista en las calles de la mano de Bella Hadid y sobre la pasarela en desfiles como el de Alta Costura primavera-verano 2024 de Schiaparelli.
Incluso Herm¨¨s, ep¨ªtome de la moda cl¨¢sica y discreta, da un giro al cintur¨®n tradicional con dise?os que permiten colgar minibolsos de su correa. Podr¨ªamos pensar que la simplicidad del cintur¨®n desde el punto de vista del dise?o despierta la imaginaci¨®n de estilistas y creativos pero lo cierto es que desde hace siglos este objeto se ha ido moldeando de acuerdo a las modas y necesidades de la ¨¦poca. ¡°El cintur¨®n es, sin duda, una pieza clave dentro de la creaci¨®n de identidad visual y de expresi¨®n cultural. Aunque a menudo se percibe como un accesorio sencillo, desempe?a un papel importante en la creaci¨®n de un buen fondo de armario. Un cintur¨®n puede transformar por completo un look d¨¢ndole un toque especial¡±, sostiene Monti Guti¨¦rrez Benavides, fundadora y CEO de mint&rose, una firma espa?ola de bolsos, calzado y accesorios donde el cintur¨®n tiene una presencia destacada.
Una historia milenaria
Para indagar en los or¨ªgenes del cintur¨®n hay que viajar miles de a?os en el tiempo. Se han encontrado restos de cinturones pertenecientes a la Edad de Bronce, cuando se elaboraban con cuero y en ocasiones con metales ricamente labrados. En el Antiguo Egipto, los hombres vest¨ªan una falda (denominada schenti) sujeta con una faja o cinturones, sencillos para el pueblo y muy adornados entre las clases altas. Y a todas nos viene a la mente el traje femenino de la Grecia cl¨¢sica en el que ¡°los peplos se ce?¨ªan al cuerpo femenino molde¨¢ndolo a trav¨¦s de finas tiras de cuero o cuerda, primeros ejemplos de la importancia de este complemento¡±, puntualiza Rosa Moreno Laorga, analista de tendencias, consultora de moda y docente de Arte y Moda y Sociolog¨ªa de la moda del Istituto Europeo di Design (IED) de Madrid. Su car¨¢cter pr¨¢ctico siempre ha convivido con sus posibilidades ornamentales, pero no fue hasta el siglo XVI cuando empez¨® a ser percibido como un accesorio de moda con el que ce?irse al canon est¨¦tico del momento. As¨ª lo explica Moreno al apuntar que ¡°la moda a la espa?ola impuesta en tiempo de Felipe II concedi¨® una especial importancia a la cintura, tanto a trav¨¦s de los jubones masculinos como en las faldas verdugadas, esto hizo que este complemento cobrara importancia y protagonismo. De hecho, a lo largo del siglo XVI los cinturones met¨¢licos y profusamente enjoyados se pusieron de moda entre las mujeres de las principales cortes europeas¡±. Adem¨¢s de integrarse en el vestuario de la corte, al cintur¨®n se le atribuyeron otras funciones peculiares. Por ejemplo, est¨¢ muy documentado el uso del cintur¨®n con amuletos como forma de protecci¨®n a los beb¨¦s desde finales del siglo XVI hasta el XIX, un periodo marcado por la gran mortalidad infantil. Esa costumbre se refleja en muchos cuadros de la ¨¦poca, como el realizado por el pintor de c¨¢mara Juan Pantoja de la Cruz de la infanta Ana Mauricia de Austria a los pocos meses de edad, donde se puede identificar el cintur¨®n repleto de amuletos colgantes.
Tampoco podemos olvidar la conexi¨®n de este accesorio con la indumentaria militar. Desde los centuriones romanos a los templarios o los mosqueteros de Luis XIII, la correa en la cintura ha rematado los uniformes de los ej¨¦rcitos desde tiempos inmemoriales. Y sigue siendo as¨ª en la actualidad. Por ejemplo, en el caso de las Fuerzas Armadas espa?olas el cintur¨®n forma parte obligatoria del vestuario, variando su color y estilo seg¨²n el personal militar que lo lleve.
De la cintura de avispa al cintur¨®n en la cadera
Utilizado por igual por hombres y mujeres, aunque no con la misma finalidad, este complemento ha ayudado a definir algunas de las modas m¨¢s representativas del pasado siglo. Moreno recuerda que ¡°durante el auge del dandismo decimon¨®nico todos estos complementos masculinos (corbata, cintur¨®n, pa?uelo, sombrero, bast¨®n...) cobraron una especial relevancia pues otorgaban una cierta individualizaci¨®n del estilo dentro de unos par¨¢metros, los del traje masculino, muy limitados¡±. En el caso de la mujer, en las ¨²ltimas d¨¦cadas el cintur¨®n ha sido concebido, con escasas excepciones, para reducir visualmente el contorno de la cintura, una funci¨®n reservada al cors¨¦ hasta comienzos del siglo XX. Ejemplos cinematogr¨¢ficos como el de Audrey Hepburn en Vacaciones en Roma (1953) o el de Grace Kelly en La ventana Indiscreta (1954), con ambas actrices luciendo cinturones que subrayan la cintura de avispa heredera del New Look presentado por Dior en 1947, ilustran a la perfecci¨®n el uso del cintur¨®n en aquellos a?os. Se podr¨ªa decir que el cintur¨®n constre?¨ªa la figura femenina de manera literal en un contexto en el que las mujeres carec¨ªan de la libertad de la que gozaban los hombres, quienes luc¨ªan esta correa sin renunciar a a la comodidad. Durante los sesenta, el cintur¨®n se mantuvo en un segundo plano en lo referente a los atuendos femeninos, de l¨ªneas m¨¢s relajadas gracias a la influencia de la silueta trapecio.
En los setenta volvi¨® a gozar de protagonismo gracias a prendas como la chaqueta sahariana de Yves Saint Laurent y ese estilo bohemio burgu¨¦s abanderado por mujeres como Loulou de la Falaise. M¨¢s tarde, el talle alto de los pantalones ochenteros exig¨ªa en muchos casos un cintur¨®n que rematara el look y siguiendo la estela colorida y excesiva de la ¨¦poca la hebilla de grandes dimensiones se convirtieron en muchos casos en las protagonistas absolutas. El ancho de la correa tambi¨¦n se increment¨® en varios cent¨ªmetros. El carism¨¢tico Freddy Mercury lo llevaba siempre sobre el escenario (normalmente negro y con peque?as tachuelas) e incluso hizo del accesorio una se?a de identidad clave en su imagen.
Despu¨¦s llegar¨ªa la contenci¨®n del minimalismo noventero y el cintur¨®n volvi¨® a presentar un aire sencillo y funcional. Sin embargo, en esta ¨¦poca tambi¨¦n se populariza el cintur¨®n de cadena. Karl Lagerfeld lo incluy¨® en varias colecciones de Chanel, entre ellas la perteneciente a la primavera-verano de 1995, con el logo de la doble C de la firma francesa presente. En los primeros 2000 su car¨¢cter es puramente decorativo ya que los pantalones de tiro bajo a la altura de la cadera no precisan de un extra de sujeci¨®n. Son los a?os del cintur¨®n con tachuelas de la era punk de Avril Lavingne, de los modelos anchos que Kate Moss luc¨ªa en Glastonbury con vestidos o pantalones cortos (siempre en clave mini) y del cintur¨®n trenzado de colores visto en los estilismos de los adolescentes de la serie F¨ªsica o Qu¨ªmica y que en Espa?a fue uno de los ¨¦xitos de venta de la extinta tienda Blanco. A d¨ªa de hoy, con las generaciones m¨¢s j¨®venes nost¨¢lgicas de la moda de comienzos de siglo firmas como Miu Miu no han perdido la oportunidad de reinventar aquel look de vaqueros bajos y cintur¨®n, una de sus grandes apuestas para este oto?o-invierno.
?Es el cintur¨®n el nuevo bolso de lujo?
No podemos olvidar la obsesi¨®n por los logos de los detractores del lujo silencioso, lo que ha permitido a las grandes firmas engrosar sus beneficios vendiendo cinturones con su ense?a en primera plana. Con el logo m¨¢s o menos evidente pero siempre dando forma a la hebilla, Gucci lo convirti¨® en objeto de deseo cuando Alessandro Michele (por entonces al frente creativo de la firma) los reintrodujo en 2015. En 2018, aquel cintur¨®n se convirti¨® en el dise?o m¨¢s deseado del a?o, seg¨²n el buscador de moda Lyst. Loewe, Chanel, Dolce&Gabbana o Valentino tambi¨¦n contribuyeron a elevar el cintur¨®n a la categor¨ªa de objeto de lujo por obra y gracia de sus millonarios logos, haciendo de este complemento un s¨ªmbolo de estatus como lo pueden ser los bolsos m¨¢s exclusivos. Con un precio m¨¢s accesible que el resto de accesorios y unos m¨¢rgenes m¨¢s que beneficiosos para las firmas, la edici¨®n estadounidense de la revista Vogue se preguntaba el pasado abril ?Son los cinturones la columna vertebral secreta de la industria de la moda?, en alusi¨®n a las ventas que cosechan estos dise?os de fabricaci¨®n sencilla. Dejando a un lado la logoman¨ªa, tampoco faltan entre las novedades de la temporada los dise?os de inspiraci¨®n cowboy con hebillas labradas, los que toman el testigo del boho chic de hace dos d¨¦cadas y, como analiz¨¢bamos al comienzo de este art¨ªculo, las propuestas ganadoras: aquellas que consiguen reinventar el cintur¨®n y hacerlo interesante, ya sea por su exterior o por su forma de llevarlo. Y es que, convertir un producto milenario en algo novedoso no es precisamente f¨¢cil.
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