Artesanos de mantas para toda la vida
Grandes decoradores y firmas como Herm¨¨s, Loewe o Armani conf¨ªan en la elaboraci¨®n de sus delicadas mantas y bufandas a telares artesanales espa?oles que tienen una gran herencia familiar.
Todos los talleres que hemos visitado les une una firme apuesta por la artesan¨ªa y los materiales de calidad. Unos recurren a proveedores pr¨®ximos para crear productos con mayor trazabilidad; otros los buscan en cualquier rinc¨®n del mundo. Son empresas valientes que defienden el patrimonio remando contracorriente frente a la gran industria textil de consumo.
Grazalema (C¨¢diz), Ezcaray (La Rioja), Collado Hermoso (Segovia) o un barrio de Terrassa (Barcelona) esconden telares en los que las t¨¦cnicas ancestrales acogen al ¨²ltimo dise?o de lujo. De aqu¨ª salen piezas que se venden en las mejores tiendas de decoraci¨®n de las capitales internacionales y en boutiques de firmas como Herm¨¨s, Loewe y Armani. Mantas para toda la vida. De esas que trasmiten leyendas familiares, que se pagan con gusto cuando se conoce el trabajo y la cultura que hay detr¨¢s. De las que dan envidia cuando otro las usa.
?BBATTE
Color en el telar
Cuando la bi¨®loga Elena Goded descubri¨® las plantas tint¨®reas, no se imaginaba que podr¨ªa dedicarles su vida. Mientras era profesora titular en la UNED, mont¨® el curso Taller de artesan¨ªa textil y lo dirigi¨® durante 20 a?os. Ten¨ªa una casa cerca del monasterio cisterciense de Santa Mar¨ªa de la Sierra, en Collado Hermoso (Segovia), cuando se enteraron de que iban a convertirlo en un hotel de lujo. ?Nos parec¨ªa un horror, pero el estudio de arquitectura que iba a realizarlo quebr¨® y decidimos comprarlo?, explica. De esto hace ocho a?os. ?Los cuatro primeros estuvimos limpiando, creando nuevos espacios. Despu¨¦s, encargamos unos telares y comenzamos a usarlos para producir piezas?, cuenta.
Las edificaciones creadas, integradas en el monasterio, tienen diferentes usos. Una es el aula donde imparten seminarios los fines de semana con un nexo com¨²n: la importancia del tejido en la historia. ?En uno, La historia a trav¨¦s de la vida cotidiana, los participantes tienen la oportunidad de sumergirse, durante un d¨ªa, en un periodo concreto de la humanidad, reflexionando sobre su indumentaria y mobiliario?, explica. En otra sala anexa est¨¢n los siete telares donde trabajan cuatro tejedoras segovianas. ?Hicimos reuniones con gente de la zona para ver qui¨¦n estaba interesado en formarse para trabajar en un telar, y vinieron ellas. Ahora formamos un equipo: todas tejemos, rematamos, lavamos, secamos y planchamos. En enero iremos juntas a la prestigiosa feria Maison Objet de Par¨ªs para que puedan ver d¨®nde y c¨®mo se expone lo que crean?, dice Goded. Frente a esta nave, emerge de la tierra un potente jard¨ªn bot¨¢nico. Es el lugar predilecto de la directora. Est¨¢ dedicado a la docencia y al abastecimiento del propio telar. Con ¨¦l tambi¨¦n quiere recuperar el cultivo de la Rubia tinctorum. ?Castilla ten¨ªa una gran tradici¨®n en el uso y comercio de esta planta?, cuenta.
Una id¨ªlica caba?a de madera, en medio del pinar, es el taller tint¨®reo. Aqu¨ª se extraen los pigmentos de diferentes plantas y se ti?en las hilaturas para las piezas realizadas con tintes naturales. ?Trabajamos con materiales de primera como la lana merino espa?ola, la seda de China, la alpaca de Per¨² y el lino egipcio. Pero nuestros colores nos diferencian en el mercado?, afirma con seguridad. Aunque el elegante dise?o, del que se encarga su hija Camila, tambi¨¦n es clave en su posicionamiento.
Goded cuenta con modestia que la actual reina tiene un par de chales suyos, que una importante empresaria espa?ola lleg¨® en helic¨®ptero a comprarle unas piezas y que trabajan por encargo para muchos dise?adores. ?El embajador de EE?UU nos pidi¨® unas alfombras para su residencia?, nos dice. Pero el verdadero empuj¨®n se lo dio el Premio Nacional de Artesan¨ªa 2015 a la empresa emprendedora. ?Gracias a ¨¦l nos han solicitado piezas desde Nueva York, Bruselas y Canad¨¢?, cuenta. Adem¨¢s, en Navidades abrieron su tienda en Madrid (Villanueva, 27).
GRAZALEMA
El secreto est¨¢ en C¨¢diz
La serpenteante carretera que lleva de Ronda a Grazalema parece que tiene las ovejas de atrezo. Salpican de blanco el paisaje de tal manera que uno puede llegar a obsesionarse con que son irreales. Pero no. Se acaban moviendo. De hecho son una de las mayores fuentes de ingreso de la sierra gaditana.
A este escondido lugar lleg¨® hace unos meses el dise?ador Steve Mono para adquirir las mantas de lana t¨ªpicas de la zona. De regreso a su estudio las cort¨® y con los retales confeccion¨® un exquisito bolso combinando la piel de Ubrique con el pa?o de Grazalema. ?Este tipo de complementos se lleva haciendo aqu¨ª toda la vida. Hay que tener en cuenta que Ubrique se encuentra solo a 20 kil¨®metros. Pero lo cierto es que nadie lo hab¨ªa hecho con tanto gusto como ¨¦l. Para nosotros es un orgullo?, cuenta Mario S¨¢nchez, heredero de Mantas de Grazalema.
Dicen que es el lugar donde m¨¢s llueve de Espa?a. ?Por lo que hay buenos pastos y antes buena lana?, apunta Mario. Los vecinos cuentan que ya en 1568 el ej¨¦rcito espa?ol vest¨ªa capas de Grazalema en la batalla de Flandes y que los zahones que utilizaba el rey Alfonso XIII para cazar tambi¨¦n se confeccionaban aqu¨ª. ?Hace 200 a?os no hab¨ªa acr¨ªlicos. Todo el mundo vest¨ªa con lana y hab¨ªa mucha industria textil. Esta localidad lleg¨® a tener 10 f¨¢bricas y 4.000 trabajadores. Pero con la revoluci¨®n industrial y la dificultad del transporte de estas carreteras se fueron cerrando todas. Solo queda la nuestra?, nos cuenta resignado. ?Tambi¨¦n exist¨ªa la tradici¨®n de hacerse las mantas en casa y llevarlas a rematar al bat¨¢n (m¨¢quina que golpea el tejido ligero para hacerlo compacto)?, nos explica mientras muestra el suyo, que es centenario y sigue en funcionamiento. Por ¨¦l pasan sus piezas m¨¢s artesanales, las joyas de esta casa hechas en su totalidad en la serran¨ªa gaditana. Son de lana merino de Grazalema y las confeccionan con el mismo dise?o y t¨¦cnica que antiguamente. Ver trabajar al urdidor anudando uno a uno los 1.880 hilos para hacer la urdimbre de una de estas piezas es un espect¨¢culo de precisi¨®n. ?Lo seguimos haciendo as¨ª como se?a de identidad. Adem¨¢s, mi padre descubri¨® una receta secreta que confiere a estos hilos un tacto como si fueran cachemir?, cuenta con picaresca.
En los nueve telares, que est¨¢n a pleno rendimiento, elaboran el 20% de su producci¨®n con lana merino de la zona y el 80% con merino australiana. ?Podr¨ªamos seguir tejiendo todo de un modo rom¨¢ntico, solo con producto de aqu¨ª, pero es imposible. Aunque la merino sea original de Espa?a, se encuentra de mejor calidad en Australia. Ellos la cuidan m¨¢s que nosotros. Cuando ves una oveja en el campo con un n¨²mero pintado de un color fosforito luego no se puede quitar. Adem¨¢s se paga fatal, a 60 c¨¦ntimos el kilo de lana. Si un animal puede producir entre dos y tres kilos al a?o, es l¨®gico que la gente prefiera tenerlos para vender su leche y criar corderos?, concluye con pena.
MANTAS EZCARAY
Los reyes del ¡®mohair¡¯
Juan Luis Valga?¨®n explica con orgullo la historia de su empresa familiar, porque demuestra el triunfo del esfuerzo de varias generaciones. ?Mi padre (Cecilio Valga?¨®n) se qued¨® hu¨¦rfano a los 10 a?os y entr¨® a trabajar en un telar manual de su t¨ªo. Pero como le gustaba mucho la m¨²sica lo mandaron al conservatorio de Madrid a estudiar. All¨ª alucinaba con los tejidos ingleses de lana de mohair que ve¨ªa en los escaparates de las mejores firmas, y crey¨® que podr¨ªa hacer lo mismo en su tierra, Ezcaray. As¨ª que en 1930 regres¨® y fund¨® la actual f¨¢brica?.
Adem¨¢s de este prestigioso material, su otra gran innovaci¨®n, que los sigue caracterizando, fue el uso del color. ?Despu¨¦s de la Guerra Civil, Espa?a viv¨ªa una ¨¦poca oscura. Mi padre, inspirado por la naturaleza de Ezcaray (algo que uno entiende al pasearse por aqu¨ª en oto?o), comenz¨® a emplear tintes muy coloridos que nadie m¨¢s hac¨ªa?, dice. De ah¨ª que Loewe llamara a sus puertas para convertirse en su cliente y que contin¨²e su relaci¨®n a d¨ªa de hoy. Pero no ha sido una historia f¨¢cil. Aunque est¨¢n considerados los mejores elaborando piezas de mohair, la fibra procedente del pelo de la cabra de angora que compran mediante un br¨®ker en subastas internacionales, no siempre supieron venderse bien. La crisis se les ech¨® encima como una losa y al ser una empresa familiar ??a qui¨¦n ¨ªbamos a echar??, se pregunta Valga?¨®n.
Pero en 2010 sucedi¨® el milagro. Unos amigos les cedieron su espacio en la Maison Objet y triunfaron. ?La due?a de la tienda ABC de Nueva York se puso a dar saltos de alegr¨ªa delante de nuestras mantas, exclamando que era justo lo que llevaba a?os buscando?, recuerda. As¨ª comprendieron que su mercado estaba fuera. Aunque ya fabricaban para grandes firmas, como Herm¨¨s y Armani Casa, se internacionalizaron. Ahora sus exportaciones a EE?UU, Jap¨®n y Europa son la base de su mercado. ?Pero nos sigue gustando la venta directa en Ezcaray. Y contar de primera mano qu¨¦ se lleva la gente?, confiesa. Es la manera de mostrar al cliente que toda su producci¨®n es manual ?con lo complicado que resulta encontrar expertos artesanos de determinadas profesiones, como hiladores o acabadores?, apunta. ?Nosotros los buscamos por toda Espa?a. La gran industria quiere producir cuanto m¨¢s, mejor, y propicia que estas profesiones se extingan. Quedamos pocos que ansiemos hacerlo de forma artesanal y de calidad?. El que husmee por el taller comprobar¨¢ que su urdidor parece una instalaci¨®n art¨ªstica del japon¨¦s Chiharu Shiota, aunque en su interior hay una artesana manejando los hilos cuya actividad hipnotiza.
Los 11 preciosos telares mec¨¢nicos de 1890, con sus respectivos 11 tejedores al frente, est¨¢n siempre al m¨¢ximo de su funcionamiento. A su alrededor hay decenas de herramientas diferentes. ?Como son tan antiguas, no tenemos repuestos para sus piezas. Si se estropean, debemos hacer nosotros mismos el mantenimiento?. Tambi¨¦n cuentan con ocho telares autom¨¢ticos y otros tantos controlados por ordenador. Pero si hay una m¨¢quina que llama poderosamente la atenci¨®n es la percha de cardos naturales giratorios. Parece un instrumento de tortura de los que aparec¨ªan en pel¨ªculas de aventuras de los a?os 80. ?Se usa para cardar y es ¨²nica en Europa. Estas mantas requieren mucho mimo. Los cardos naturales, que se cultivan en Alicante, acarician el hilo para que quede suave y haya aire entre las fibras de la manta. As¨ª se conserva mejor el calor?. Despu¨¦s, una a una, dos mujeres las cepillan para quitar los flecos sueltos y cosen las etiquetas. Dependiendo del destinatario final. ?Esta es la manera de trabajar que yo siempre he visto. Y no creo en otra forma de hacerlo. Cada pieza lleva cuatro d¨ªas de elaboraci¨®n. Pero en invierno, cuando te metes con fr¨ªo debajo de ella, al minuto sonr¨ªes y piensas: ¡®?Qu¨¦ gozada!¡¯?.
TEIXIDORS
Tambi¨¦n con valor social
Si existe otro lugar de referencia a la hora de hablar de la creaci¨®n textil en Espa?a es la cooperativa Teixidors en Terrassa. Tienen m¨¢s de 400 puntos de venta en todo el mundo, como Selfridges en Reino Unido, Space en Singapur o ABC en Nueva York. Y crean piezas a medida para clientes como Casa Bonay o 1Hotel Central Park. Pero lo realmente conmovedor es la historia de cada uno de sus procesos. Teixidors naci¨® en 1983 de la mano de Juan Ruiz y Marta Ribas con una firme vocaci¨®n social: lograr la integraci¨®n social y la independencia econ¨®mica de personas con dificultades de aprendizaje.
Marta se dedicaba a la atenci¨®n social cuando descubri¨® los telares artesanales. Y le parecieron la herramienta terap¨¦utica id¨®nea para estas personas. ?Para usarlos se requiere paciencia y coordinaci¨®n. Por eso tejemos a mano. Es un buen m¨¦todo para hacer reinserci¨®n laboral con personas discapacitadas?, dice Jaume Mas, director t¨¦cnico de esta empresa, en la que m¨¢s de la mitad de sus trabajadores est¨¢n en riesgo de exclusi¨®n.
En su taller, ubicado en un edificio industrial cerca de la estaci¨®n de Terrassa, manejan los telares manuales que ellos mismos construyeron hace 35 a?os. Los tienen de cinco medidas y cuentan con uno de los m¨¢s grandes del mundo, de tres metros. Por eso pueden tejer a mano la manta artesanal de mayor tama?o del mercado, de 2,80 x 2,40 metros. Pero sus telares tambi¨¦n viajan. Los fabrican por encargo, incluso a su competencia, como es el caso de ?bbatte.
Cuando Mars explica paso a paso la elaboraci¨®n, comienza con el origen de los materiales. Y con ellos empieza la primera p¨¢gina de una historia con final feliz. La lana macomerino, que utilizan en sus productos ecol¨®gicos, es 100% merino de ovejas francesas. Hay un v¨ªdeo en Vimeo donde aparece su proveedor, un tozudo pastor franc¨¦s con su reba?o ecol¨®gico, emocionad¨ªsimo al explicar su relaci¨®n con Teixidors. En ¨¦l, con l¨¢grimas en los ojos, cuenta que mucha gente quiere su lana, pero que ¨¦l solo se la vende a proyectos en los que cree. En ese momento uno comprende que existen muchas maneras de hacer las cosas. Y que el camino de la sostenibilidad es arduo, pero el resultado es satisfactorio.
Otro material con el que tejen aqu¨ª, y del que se siente particularmente orgulloso, es el hilo de yac. ?Proviene de un proyecto de Veterinarios sin Fronteras en el que hicieron una cooperativa de ganaderos de yac en Mongolia. Buscaron socios en Europa que se comprometieran a comprarles para as¨ª asegurar su supervivencia. Y all¨¢ nos metimos?, apunta Mars.
Despu¨¦s est¨¢ Cornelia Bl¨¹mli, una artesana suiza afincada en el Pened¨¦s, que se encarga del tinte natural a partir de plantas propias de la regi¨®n y otras importadas. Adem¨¢s, todas las mantas son lavadas con jab¨®n ecol¨®gico de Beltr¨¢n de Castell¨®n, ¨²nico que lo elabora en Espa?a.
?Partimos con desventaja, pero en cada etapa introducimos un valor a?adido. Nosotros tejemos 200 veces m¨¢s lento que un telar de tecnolog¨ªa punta, pero no queremos competir en velocidad. Intentamos transmitir todas estas historias con nuestras prendas para que, cuando adquieras una de ellas, sepas que te llevas a casa artesan¨ªa, valor social y trazabilidad?, recalca Mars. ?Para pagar cientos de euros por una pieza, esta ha de ser impecable y tener toda esta labor detr¨¢s?. Aunque el 60% de su negocio est¨¢ en la exportaci¨®n, afirman que en Espa?a hay un p¨²blico que est¨¢ creciendo. ?Aunque a¨²n no es suficiente?.
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