El auge de lo ¡®trash¡¯
La cultura irreverente y minoritaria llega a las instituciones para cuestionar las normas.
Siempre habr¨¢ quien trabaje en los m¨¢rgenes y a quien no le importe lo m¨¢s m¨ªnimo lo que marque el discurso oficial?, sostiene Joana Carro, de la editorial Fulgencio Pimentel. Por eso, ellos han creado Puchi Award, un premio que busca ¡°libros ¨²nicos en su g¨¦nero¡±. En su primera edici¨®n, la de 2017, reconocieron el valor de J+K, un c¨®mic del vietnamita afincado en Estados Unidos John Pham, autor que viene del mundo del fanzine. Para crear el galard¨®n la editorial ha colaborado con el centro cultural madrile?o La Casa Encendida, porque esa cultura fuera de lo establecido est¨¢ col¨¢ndose poco a poco en la programaci¨®n de algunos centros de arte e instituciones, que apuestan por dar cabida y abrir debate alrededor de formas de expresi¨®n antes consideradas underground.
¡°Hay que dotar los espacios de autonom¨ªa y ver los nuevos lenguajes, lo interdisciplinar y transversal, como una forma m¨¢s de pensamiento y trabajo, y todo esto entra en conflicto muchas veces con el temor a lo nuevo, porque el orden siempre pretende expulsar lo extra?o¡±, apunta Mateo Feij¨®o, director del espacio de artes esc¨¦nicas Naves Matadero, que ha programado a artistas rompedores como la performer de burlesque ?rsula Mart¨ªnez o la artista visual belga Miet Warlop. Argumenta que ¡°para que se conozcan los nuevos lenguajes hay que difundirlos, dejar que sucedan de forma natural y trabajar en relaci¨®n con la comunidad y los creadores para que la sociedad forme parte activa de los procesos¡±. Y a?ade que, a la hora de innovar y mostrar nuevas propuestas ¨Cque pueden proceder de circuitos minoritarios¨C, el valor reside en ¡°la mirada del creador cuando es honesta y ofrece un punto de vista diferente de los hechos, eso es lo que incomoda al poder, que se siente agredido por lo que no conoce¡±.
Pese a los miedos, Pablo Mart¨ªnez, jefe de Programas del Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona?(Macba), corrobora que se est¨¢ produciendo una apertura que suprime barreras: ¡°Nos interesa mostrar que el museo tambi¨¦n es un espacio para hacer cosas canallas y que apelen a distintos p¨²blicos¡±. De ah¨ª que en la exposici¨®n dedicada a Joan Brossa ¨CPoes¨ªa Brossa, que puede visitarse hasta el hasta el 25 de febrero¨C se incluyera un ciclo de cabaret, ¡°que ayuda a jugar con jerarqu¨ªas, habla de g¨¦neros e identidades¡ Espacios que trabajan en lugares intersticiales que hacen que las pr¨¢cticas sean m¨¢s pol¨ªticas y abran debates¡±.
El asturiano Rodrigo Cuevas fue uno de los invitados a ese ciclo de cabaret. Su espect¨¢culo, que mezcla folclore, m¨²sica y contracultura, promueve la ¡°reivindicaci¨®n social, no desde un lado panfletario y dogm¨¢tico, sino intentando tocar botones que hagan que la gente piense en temas como el despoblamiento rural o la m¨²sica tradicional para que se tengan en cuenta, porque son cosas que no est¨¢n pr¨¢cticamente en la escena pol¨ªtica, casi no se habla sobre ellas¡±. En su opini¨®n, ahora existe ¡°una generaci¨®n que cree en los cambios sociales y ha aprendido a hacerlos no desde el odio, sino desde la alegr¨ªa y la participaci¨®n¡±.
Porque el activismo, desde diferentes ¨¢ngulos, articula estos nuevos discursos, que traspasan disciplinas, combinan conceptos y afrontan cuestiones como la integraci¨®n en la sociedad o el g¨¦nero. Esta ¨²ltima idea es el centro sobre el que giran las performances de El Palomar. Mariokissme y R. Marcos Mota impulsan este colectivo barcelon¨¦s, que ha colaborado con C. Tangana y ha reivindicado a creadores como Cecilia Barriga o Alberto Card¨ªn. En sus proyectos ¨Ccon t¨ªtulos como Curador curandero o Cuando el orgullo grita es el amor que calla¨C abordan cuestiones queer o trans. ¡°Siempre partimos de un activismo de base, que forma parte de nuestra experiencia en el d¨ªa a d¨ªa; nuestro objetivo no es ser m¨¢s y m¨¢s populares, sino que pretendemos insertar pedagog¨ªas radicales sobre distintos ¨¢mbitos all¨¢ donde lleguemos¡±, explican. Y creen que la sociedad necesita estas pistas, quiere escuchar discursos diferentes, que abran un debate: ¡°Tenemos muy en cuenta una cr¨ªtica constructiva al sistema del arte y sus instituciones. Nuestro proyecto Hedonismo cr¨ªtico fue de corte radical y, sin embargo, la confluencia de gente estuvo al nivel de cualquier macrodiscoteca. Creemos que en esta era de la gentrificaci¨®n el p¨²blico est¨¢ deseoso de proyectos radicales que rompan con este capitalismo asimilacionista¡±.
Chenta Tsai, con su proyecto musical Putochinomaric¨®n, tambi¨¦n considera que hay que llamar a la acci¨®n, despertar conciencias. ¡°Ve¨ªa una indiferencia peligrosa respecto a los conflictos en la sociedad y una brecha entre el contenido y la forma. Parec¨ªa que, si quer¨ªas ser un artista pop, no pod¨ªas tratar temas sustanciales, solo escribir canciones mis¨®ginas sobre culos, relaciones t¨®xicas y papis. Por el otro lado, est¨¢ lo te¨®rico. Yo quer¨ªa combinar dos mundos para difundir lo sustancial y renunciar lo banal a partir del baile, del pop¡±. Su proyecto ¡°surgi¨® de la frustraci¨®n y el enfado; estamos en tiempos de conflictos sociopol¨ªticos, de desestructuralizaci¨®n, y hay un auge de voces que tratan sobre temas que molestan, crean pol¨¦mica y obligan a la reflexi¨®n¡±. Que lleguen a instituciones, asegura, ¡°crea di¨¢logo y uni¨®n, porque es un error aislarse como minor¨ªa¡±.
Precisamente esa m¨¢xima es el motor de festivales de cine como el madrile?o Rizoma, que descubre a ¡°creadores con un esp¨ªritu propio, un deseo de ser originales¡±, explica su directora, Gabriela Mart¨ª. Para ella, ¡°lo que prima en un trabajo independiente siempre es el proyecto y no los n¨²meros¡±. En su festival se premi¨® la ¨®pera prima del director de cine Carlos Vermut, Diamond Flash, y entre sus invitados han figurado creadores como John Waters, David Lynch o Tom Sachs. ¡°Lo novedoso siempre viene de gente libre, y luego puede hacerse parte de un sistema cultural¡±, explica Mart¨ª.
El af¨¢n de innovaci¨®n y la idea de compartir referentes con nuevos p¨²blicos rigieron el pasado octubre el I Festival de Cultura Basura de La T¨¦rmica de M¨¢laga, impulsado por la galerista Topacio Fresh, que cont¨® con la presencia de John Waters y los cuadros de iconos pop de Octavio Terol y Leo Peralta. La diversidad de disciplinas fue su se?a: en ¨¦l participaron Alaska y Mario Vaquerizo junto a figuras emergentes como el youtuber Jedet S¨¢nchez (King Jedet), quien cree que ¡°la gente joven conecta con esta cultura porque la siente suya y quiere formar parte de esa revoluci¨®n¡±. Fresh subraya la importancia de ¡°ese recambio generacional¡± y considera que ¡°el arte basura es directo, renueva energ¨ªas. El mundo est¨¢ loco, y el trash es una forma de escapar de la realidad¡±. Analizando la repercusi¨®n del evento, Salom¨®n Castiel, director de La T¨¦rmica, sostiene que ¡°las instituciones tienen que reflejar la sociedad, recoger el fen¨®meno y explicar por qu¨¦ se ha asimilado y est¨¢ presente en el d¨ªa a d¨ªa¡±.
Adem¨¢s de en el activismo, esta cultura minoritaria se apoya en el humor. La youtuber Esty Quesada (Soy una pringada) opina que la libertad que da Internet ha facilitado la popularizaci¨®n de estas figuras. ¡°?Que se lleva? No me preocupa. Se pasar¨¢, como los pantalones de campana. Que se haya puesto de moda est¨¢ guay porque m¨¢s frikis descubrir¨¢n que no est¨¢n solos y se les abrir¨¢ un mundo¡±. Mientras, ella trabaja para romper c¨¢nones: ¡°Cuando se est¨¢ muy enfadado con el mundo se tiende a caer en eso que se burla de ¨¦l, en el underground. Que no es nada m¨¢s que, como dijo RuPaul, conocer las reglas y jugarlas a tu favor, molestar por los alrededores¡±.
?sa es tambi¨¦n la opci¨®n de Alba Rihe y Carla Moreno Parmenter,?Las Bistecs, que definen su estilo musical como electro-disgusting:?¡°El humor es vital para decir ciertos temas con profundidad y a la vez iron¨ªa, y para nosotras muchas veces es el veh¨ªculo para hablar sobre ciertos temas serios de una manera m¨¢s light¡±.?Argumentan que el p¨²blico busca estas propuestas antes minoritarias. ¡°La gente estar¨¢ cansada de escuchar discos enteros de amor o desamor. Hace falta un poco m¨¢s de humor y de cr¨ªtica social en la m¨²sica. Solo hay que encender la tele para ver que la m¨¢scara est¨¢ cayendo, y que la gente est¨¢ harta¡±, defienden.?O reacciones como las de Carlos Ojete y An¨ªbal Calor, del d¨²o?Ojete Calor,?que encuentra en el absurdo la mejor respuesta al fen¨®meno que expande la cultura minoritaria: ¡°Nosotros nos sentimos conservadores, l¨¢stima que parezcamos vanguardistas. Nos asusta lo moderno, lo que est¨¢ por venir, por eso estamos a favor de la ¡®evoluci¨®n sosegada¡¯, una tendencia que defiende no m¨¢s de un cambio por d¨¦cada en cualquier ¨¢mbito y que nos acabamos de inventar. Es para que la gente asimile bien las movidas que nos rodean, porque creemos que el mundo evoluciona demasiado r¨¢pido y eso no acaba de molar. En cuanto a los museos, casi mejor que no nos lleven a ninguno porque har¨ªamos limpieza tirando muchas obras de arte contempor¨¢neo a la basura, como hicieron una vez dos limpiadoras en ARCO. En resumen, todo lo que sucede al Arte Paleocristiano no lo entendemos. Caravaggio nos parece casi abstracto¡±.
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