El orgullo de tener canas, cuatro mujeres nos explican c¨®mo cuidarlas
El cabello blanco, asociado todav¨ªa por muchos al paso del tiempo, vive un momento de gloria propiciado por celebridades y miembros de la realeza. Hablamos con cuatro mujeres sobre su relaci¨®n con el pelo cano.
Seg¨²n recoge el Instituto M¨¦dico Dermatol¨®gico, seis de cada diez mujeres se ti?en las canas frente a uno de cada diez hombres. Un estudio de la p¨¢gina de contactos Match.com (ahora Meetic) desvel¨® en 2017 que el 72% de las mujeres encuentra a los hombres canosos atractivos. No existen datos al respecto sobre la percepci¨®n masculina frente a las mujeres con cabellos blancos. Y el vocabulario tampoco ha ayudado: mientras a los varones con canas se les denomina?silver fox (literalmente, zorros plateados) para destacar su sex-appeal, a la tendencia de llevar el pelo gris¨¢ceo por parte de ellas se le tach¨® de?granny hair (literalmente, pelo de abuela), perpetuando la relaci¨®n (falsa) de canas y vejez.
El panorama est¨¢ cambiando. El sector cosm¨¦tico ofrece productos para mantener esos cabellos brillantes y vivos bajo nombres como silver (plata). Muchas famosas las lucen sin miedo, independientemente de su edad. Pueden ser naturales como las de Kate Moss o Mary Kate Olsen, o un ba?o de tinte blanco como Pink? o Lady Gaga. Incluso la reina Letizia o Kate Middleton han dejado entrever las suyas en m¨¢s de una ocasi¨®n.
Hemos hablado con cuatro mujeres que llevan con orgullo sus canas, para que nos cuenten su experiencia con ellas, cu¨¢ndo empezaron a aparecer, cu¨¢ndo decidieron lucirlas y qu¨¦ trucos utilizan para cuid¨¢rselas. Estas son sus historias particulares.
Trabajaba en Bahamas y mi pelo no lo entend¨ªa nadie
La modelo Pino Montesdeoca no sabe bien si fue por fastidiar a su hermano o porque, desde que las not¨®, le parecieron ?muy cool?, pero nunca combati¨® sus canas. ?Como era muy rubia, no me enter¨¦ de que ten¨ªa hasta que mi hermano me llam¨® la atenci¨®n sobre ellas y me dijo que me hiciese algo?, comenta. En ese momento, trabajaba con ¨¦l en Las Bahamas y, aunque hubiese querido, no habr¨ªa podido te?¨ªrselas adecuadamente. ?Las peluquer¨ªas estaban acostumbradas a unos cabellos muy oscuros, mi pelo no lo entend¨ªa nadie. De todas formas, aunque le promet¨ªa que me te?ir¨ªa al volver a Espa?a, no ten¨ªa ninguna intenci¨®n de hacerlo?. Su familiar no fue el ¨²nico que le inst¨® para ocultarlas. ?No hubo ni una persona que me animara en mi decisi¨®n: me dec¨ªan que me ve¨ªa bien, pero que me estaba echando a?os encima?. De hecho, aunque ve un cambio y a cada vez m¨¢s mujeres (pocas) que se lanzan a ello, sigue sintiendo asombro en la sociedad. El d¨ªa de la entrevista, volv¨ªa justo de hacerse un tratamiento de brillo en la peluquer¨ªa. ?Todas las se?oras mayores, que estaban ah¨ª para te?irse, me preguntaron por qu¨¦ no me echaba color?.
Ella, sin embargo, se ve mejor que nunca. ?Es una sorpresa c¨®mo va a ser tu pelo, porque depende del color de cada una, y al final resultan muy personales, eres m¨¢s t¨²: de distintos grises a blancos completos?. Y anima a otras mujeres a atreverse, como hace con sus amigas. ?Si no quieres, ni lo intentes, pues lo importante es sentirte bien con tu aspecto; pero si tienes un m¨ªnimo de curiosidad, pru¨¦balo, siempre hay formas de volver atr¨¢s?.
Para cuidarse el pelo, no se rompe la cabeza, aunque cuenta con un buen arsenal de productos (hasta 13 se pueden contar en su ba?o). Se lava el pelo una vez a la semana (?no quiero maltratarlo?). Por lo general, apuesta por Silver Shampoo de Wella, que le recomend¨® su peluquero de confianza, Joseba de Corta Cabeza. Ahora, en su neceser tiene el champ¨² para cabellos blancos y platinos de Deliplus. ?Es maravilloso?, asegura de este ¨²ltimo. Acude al sal¨®n cada tres meses, para darse una mascarilla (unas veces de prote¨ªna, otras de brillo) y cortar. ?Su truco especial? ?Nunca me echo los champ¨²s para canas directamente sobre el pelo, sino que los mezclo con otros productos, sobre todo de K¨¦rastase y Sebastian, mis marcas favoritas?.
Me encant¨® heredar la blancura de mi abuela
Ha convivido con las canas desde los 16 a?os: en plena adolescencia, un mech¨®n blanco apareci¨® en su cabello. ?Me gustaba jugar con ¨¦l: me lo pintaba de azul, de rojo¡?. A eso se suma el plano emocional. ?Ten¨ªa una relaci¨®n muy fuerte con mi abuela, era muy importante, y heredar la blancura de su pelo me encant¨®?. Al cabo del tiempo, se hart¨® de jugar con ¨¦l y de llevarlo sobre todo rojo. ?El blanco suaviza el rostro y te hace m¨¢s joven: la clave es llevar un buen corte?. Las personas cercanas, adem¨¢s, aplaudieron la decisi¨®n. ?Para mi sorpresa, todos me dijeron que me quedaba mejor que el rojo; eso s¨ª, cuando les propon¨ªa dej¨¢rselas tambi¨¦n, se echan para atr¨¢s pues se ven mayores?.
Lo que m¨¢s le gusta de abrazar su color natural es la libertad que le ofrece. ?No eres esclava de las ra¨ªces, de los tintes?. Y le apasiona ver a otras mujeres lucirlas con orgullo. ?Me gusta reconocerme en otras que se atreven a llevar el pelo blanco?.
Cada dos meses, acude al peluquero (a?Frank, en el 7 de la calle Alarc¨®n Luj¨¢n de M¨¢laga)?para darse forma, porque ?es fundamental que el peinado tenga estilo?. Ah¨ª, le aplican un champ¨² especial para cabellos blancos, pero nada m¨¢s. ?Necesitaba m¨¢s tratamientos cuando me te?¨ªa porque tengo el cuero cabelludo muy delicado?. Ella, en casa, se lo lava con Pro You White Hair de Revlon para impedir que se amarillee y con Scalp Relief Soothing Balance de Redken para mantenerlo vivo. Su as en la manga: aplicar un spray para el volumen, en concreto, la bruma de agua de rosa de Christophe Robin. ?Ayuda a que la cana se vea mejor?.
Mis canas est¨¢n llenas de tonos y es ah¨ª donde me reconozco
Soledad Alcaide, jefa de redes sociales de El Pa¨ªs, tambi¨¦n tap¨® sus canas al principio. Recuerda c¨®mo, cuando todav¨ªa las ocultaba, deb¨ªa recurrir a tintes cada vez m¨¢s claros y que requer¨ªan mucho trabajo para simular el tono de a?os atr¨¢s. ?Ten¨ªa que darme un ba?o casta?o y luego mechas rubias; supuso un hartazgo de tanta peluquer¨ªa?, asegura. Eso y la normalidad con la que ve¨ªa las canas cuando visitaba a sus hermanos le ayudaron a tomar la decisi¨®n. ?Viv¨ªan en Holanda y all¨ª la mayor¨ªa de mujeres luce canas y me gustaba c¨®mo les quedaban?. Al final, puso sobre la mesa dos alternativas: ?o ser una mujer mayor que se piensa m¨¢s joven por te?irse, o aceptar que tengo una edad y abrir las puertas a los cabellos blancos?. Opt¨® por la segunda, aunque el proceso, en su caso, fue arduo. ?Comet¨ª el error de te?¨ªrmelo del color que tengo ahora con la idea de que me crecer¨ªa y acabar¨ªa quedando natural¡ Pero se necesita mucha decoloraci¨®n y acab¨¦ destroz¨¢ndomelo?. La soluci¨®n, radical: termin¨® por rap¨¢rselo. ?Fue el 20 de enero de 2017?. A partir de ah¨ª, busc¨® estilista a conciencia: ?He cambiado de peluquero hasta encontrar uno que no me insistiera en que deb¨ªa colorearme: si les planteaba te?irme de gris, les parec¨ªa bien, pero se horrorizaban si planteaba que mi pelo creciese con naturalidad?. Soledad se queda con lo que espont¨¢neamente le coment¨® una mujer mientras esperaba a sus hijos a la salida del colegio. ?Recordaba haberme visto con los tintes rubios, y me dijo que ahora parec¨ªa m¨¢s yo; no puedo estar m¨¢s de acuerdo: los tintes al final resultan muy uniformes, pero si te fijas, mi cabello est¨¢ lleno de tonos y es ah¨ª donde me reconozco?. Adem¨¢s, nos conf¨ªa tener un referente capilar: Annika von Holdt. ?A veces publica recomendaciones para el pelo blanco en su Instagram, y suelo incluirlas en mi rutina?.
La aceptaci¨®n de las canas no vino sola: tambi¨¦n provocaron un cambio radical en su armario. ?Antes tiraba por los tonos tierra, beige, pero con las canas me ve¨ªa horrorosa y regal¨¦ todas esas prendas a mi hermana. Ahora conf¨ªo en los rojos, los azules el¨¦ctricos y otros colores chillones que nunca antes habr¨ªa imaginado?. Y lo que nunca puede faltar: su pintalabios rojo.
Para mantener las canas a tono, se dedica 30 minutos una vez a la semana. Su rutina empieza fuera de la ducha. Se lava primero con el champ¨² Remedio de Arce de la gama Original Remedies de Garnier?(que usa el resto de la semana), para luego aplicar el champ¨² para canas BC Bonacure de Schwarzkopf. Ah¨ª le da su toque personal: ?Me enrollo una toalla como un turbante y lo dejo reposar seis minutos, me di cuenta que as¨ª se amarillea menos el pelo?. Despu¨¦s, se lo aclara y se echa la mascarilla morada de Mercadona para, al final, secar su pelo al aire. ?El secador tambi¨¦n lo amarillea?. Visita su peluquer¨ªa, Le Salon d¡¯Apodaca (Calle Apodaca 1, Madrid), una vez al mes, pero solo para perfeccionar el corte.
Una de las ventajas es que te ceden el asiento en el metro
Las primeras canas de Carmen Otto, jefa de secci¨®n de Factor¨ªa Prisa Noticias, aparecieron como las de Bueno, a los 16 a?os. ?A esa edad no te gusta poseer una diferencia excesiva con los dem¨¢s, pero en mi familia somos de canas prematuras, as¨ª que me pareci¨® algo natural?, afirma. Como muchas mujeres, una de sus primeras reacciones fue ocultarlas. ?Me di un tinte negro, como mi color entonces, pero me endurec¨ªa las facciones, me di miedo y nunca m¨¢s repet¨ª?. Ese momento fue el punto de inflexi¨®n que allan¨® el camino a su cabello actual. ?Eso y que no me gusta que me toquen mucho la cabeza: para m¨ª, ir a la peluquer¨ªa a veces supone un suplicio?, confiesa. Tambi¨¦n como todas, algunos amigos, e incluso su hermana, le han animado a te?irse, pero ha sido las menos veces. El hecho de que a su colegio asistiese una ni?a albina tambi¨¦n le ayud¨® a ver las cabelleras blancas como algo natural. ?Ahora me costar¨ªa verme morena de nuevo, o con cualquier otro color; creo que me quedan muy bien, y me veo a m¨ª misma en ellas?. Y, por fortuna para ella, a su peluquero de confianza, Javier, parece que tambi¨¦n: ?Una vez me quise dar un ba?o de rubio platino y se neg¨®?.
Destaca c¨®mo, especialmente en Espa?a, se asocian todav¨ªa las canas a la vejez. Y lo ejemplifica: ?En el metro, te ceden el asiento. La primera vez me ofend¨ª, pero ahora soy m¨¢s pr¨¢ctica: lo agradezco porque puedo desplazarme leyendo tranquilamente?.
Cada dos meses va al sal¨®n de estilismo, donde Javier aprovecha para tratar su cabello. ?Siempre me echa la bronca porque me lo cuido poco, y como no me puedo mover una vez sentada, me aplica siempre una mascarilla para canas?. Ella, si tiene a mano un champ¨² para canas, lo usa cuando se lava el pelo (cada dos d¨ªas). Si no, tira de gel de ba?o. ?Siempre he tenido mucha grasa y el jab¨®n no la genera?. El secador lo tiene prohibido. Para protegerlo en el d¨ªa a d¨ªa, usa siempre el gorro de piscina para evitar el contacto con el cloro, y un sombrero o una gorra si sabe que va a estar expuesta al sol.
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