Por qu¨¦ los hombres se muerden m¨¢s las u?as que las mujeres
Aunque el origen de la onicofagia (el h¨¢bito de comerse las u?as) puede nacer por igual en ni?os y ni?as, con la edad factores como la presi¨®n social o la cultura de la belleza hacen que las mujeres abandonen antes el h¨¢bito.
Intenta evocar el primer d¨ªa que te mordiste las u?as. Visualizar esa primera vez que te llevaste el dedo a la boca y apretaste los dientes. Si era lunes o s¨¢bado, d¨®nde estabas, en qu¨¦ pensabas. ?C¨®mo te sent¨ªas? Int¨¦ntalo de nuevo. Imposible, ?verdad? El h¨¢bito de mordisquearse las u?as probablemente te acompa?a desde los tres o cinco a?os, la primera edad en la que suele empezar a manifestarse la onicofagia (as¨ª se llama cuando se llega a comer la u?a). Seg¨²n crecemos, va en aumento: seg¨²n la Sociedad Espa?ola de Medicina Interna (SEMI), un 30% de los menores entre siete y diez a?os tiene este h¨¢bito, cifra que puede llegar al 45% en los adolescentes. En esta entidad la definen como ¡°la situaci¨®n que tienen algunas personas que se comen las u?as, preferentemente de los dedos de las manos¡±, que puede ser o bien ¡°una man¨ªa, o tener una causa emocional y conductual, que en ocasiones precisar ayuda de profesionales para corregirla. Al hacerlo puede dejar la piel descubierto y producir un deterioro estructural periungueal [la zona que queda alrededor de las u?as]¡±. Los trastornos de ansiedad, el estr¨¦s o una tendencia excesivamente perfeccionista pueden funcionar como un gatillo para empezar desarrollar este h¨¢bito, que ni?os y ni?as pueden acusarlo por igual: no hay ning¨²n estudio que relacione el inicio de esta costumbre con el g¨¦nero, sino m¨¢s bien con la edad. Sin embargo, algo ocurre seg¨²n se van cumpliendo a?os: seg¨²n se acerca la adolescencia comienza a ser una tendencia m¨¢s habitual entre chicos (despu¨¦s de los 10 a?os quienes se muerden las u?as son m¨¢s a menudo ni?os, y seg¨²n un estudio sobre la prevalencia de morderse las u?as y su asociaci¨®n con la salud mental en la adolescencia su incidencia en chicos es mayor). Cuando llegamos a la edad adulta la onicofagia desciende considerablemente (m¨¢s o menos el 10% de los adultos mayores de 35 a?os se muerden las u?as de manera compulsiva) y se confirma como un h¨¢bito masculino: ellas, m¨¢s habitualmente, dejan de hacerlo. En torno a un 20% de hombres siguen mordi¨¦ndose las u?as (seg¨²n recoge la National Library of Medicine en este art¨ªculo o en este otro: Nail Biting; Etiology, Consequences and Management).
Morderse las u?as en exceso es una actividad humana sorprendentemente extendida y se remonta a milenios: se dec¨ªa que el antiguo fil¨®sofo griego Cleantes, por ejemplo, era adicto a morderse las u?as. En la era moderna no existe apenas documentaci¨®n sobre cu¨¢ntas personas comparten este tic y a pesar de que el morderse las u?as en exceso est¨¢ muy extendido, los psic¨®logos solo han comenzado a estudiarlo en las ¨²ltimas d¨¦cadas. De hecho, todav¨ªa est¨¢n tratando de entender la pregunta b¨¢sica con la que muchas personas con onicofagia pasan tanto tiempo luchando: dado que la parte racional de nuestro cerebro quiere dejarlo, ?por qu¨¦ seguimos mordi¨¦ndonos las u?as? La hip¨®tesis m¨¢s extendida es que morderse las u?as ayuda a nivelar nuestras emociones. Cuando estamos aburridos, nos estimula; cuando estamos estresados o frustrados, proporciona una calma temporal. Funciona como una v¨ªa de escape moment¨¢nea, una distracci¨®n o un momento de placer o relajaci¨®n, al menos hasta que comienza a afectar al lecho ungueal (la parte del dedo sobre la que cree la u?a) o causar una infecci¨®n llamada panadizo, por quitar los padrastros. Pero, ?por qu¨¦ las mujeres lo abandonan antes?
Este problema ¡°suele asociarse a comportamientos de respuesta ansiosa¡±, explica Pilar Conde, psic¨®loga cl¨ªnica y directora t¨¦cnica de Cl¨ªnicas Origen. ¡°Ante las respuesta ansiosa de nuestro organismo, el ser humano buscar herramientas?para gestionarlo. Algunas de ellas son funcionales y otras desadaptativas. Es habitual en la infancia que cuando un menor siente niveles ansiosos recurra a herramientas de estas caracter¨ªsticas, como puede ser la onicofagia, dado que al hacerlo el menor percibe una reducci¨®n de su malestar, dado que tiene un efecto calmante al hacerlo, a pesar de tener consecuencias graves como heridas o dolor.?A su vez, el comportamiento se asocia a actos compulsivos, m¨¢s all¨¢ de los niveles de estr¨¦s. Estos tipos de caso, en lo que tiene menos asociaci¨®n al estr¨¦s, son casos de mayor severidad¡±. De ah¨ª que la pubertad sea el momento de mayor incidencia: ¡°El aumento de demandas y la adaptaci¨®n y desarrollo de recursos?a las diferentes situaciones como escolares, familiares, sociales, personales. Lo que la hace una etapa de alto nivel de estr¨¦s¡±, apunta esta doctora.
La desaprobaci¨®n social suele hacer que ambos sexos abandonen el h¨¢bito, pero las mujeres est¨¢n m¨¢s influenciadas ante el valor de las u?as bien cuidadas. No es nuevo: a lo largo de la historia, las mujeres han realzado sus u?as con cosm¨¦ticos desde el a?o 5000 a. C., cuando las mujeres de India, China y Egipto usaban henna para te?irse las u?as (Shafer, 1993; Tsatalis et al., 2018). Actualmente, entre el 85 % y el 90 % de las mujeres de todo el mundo utilizan productos para el cuidado de las u?as (Goldstein Research, 2018).El creciente mercado mundial de cosm¨¦ticos para u?as refleja la importancia que les damos: los cosm¨¦ticos para u?as, incluidos esmaltes, acr¨ªlicos, sedas, geles y extensiones, son una industria global multimillonaria, cuyo principal consumidor es mujer. En 2019 El Pa¨ªs publicaba que su valor de mercado estaba estimado en casi 9.000 millones de euros. ¡°Las cifras que revelan los diferentes analistas del siempre boyante sector de la belleza a prop¨®sito de la fiebre de los salones de u?as son impresionantes: solo en Estados Unidos, los beneficios anuales rondan los 5.000 millones de euros (seg¨²n el portal de informes de consumo Statista), mientras que la industria global del esmalte va camino de facturar 14.000 millones de aqu¨ª a 2024 (datos de la consultora Grand View Research)¡±. Claramente, la apariencia est¨¦tica de las u?as es importante para las mujeres y el conocimiento de c¨®mo mantener una u?a saludable, las pr¨¢cticas seguras para el uso de cosm¨¦ticos y la identificaci¨®n y el tratamiento tempranos de los trastornos de las u?as les ayudan a mantener las u?as funcionales durante toda su vida. Pero los especialistas advierten que hay algo m¨¢s.
Lourdes Navarro, dermat¨®loga miembro del Grupo Espa?ol de Tricolog¨ªa y Oncolog¨ªa de la Asociaci¨®n Espa?ola de Dermatolog¨ªa y Venerealog¨ªa (AEDV), confirma algo que apuntan distintos colegas: normalmente hay pocos pacientes que consultan al dermat¨®logo sobre la salud de sus u?as y cuando lo hacen, son los casos m¨¢s complicados. ¡°Se ven m¨¢s casos adultos en hombres que en mujeres. Normalmente acuden por otro problema (acn¨¦ u otra patolog¨ªa) y soy yo quien les pregunta por ello. Muchos no quieren hablar del tema porque sienten cierto pudor y la mayor¨ªa asegura que no le preocupa su aspecto¡±, cuenta a SModa. ¡°Hace un par de semanas vi a un padre y un hijo, ambos con el mismo problema en las u?as, y a ninguno le importaba lo m¨¢s m¨ªnimo la apariencia de sus manos. En consulta es evidente que las mujeres est¨¢n m¨¢s pendientes de lo que transmitimos externamente. Antes del verano comenc¨¦ a tratar a una chica adolescente por un tema de acn¨¦ y al entregarle la receta vi sus manos. Ella intent¨® esconderlas y quiso evitar hablar del tema, pero en la siguiente consulta accedi¨® a hablar de ello. Me cont¨® que sol¨ªa esconderlas, bajo mangas largas o en los bolsillos. Y pusimos un tratamiento. Desde hace a?os trato tambi¨¦n a otra paciente, que es modelo, y que acudi¨® a la primera consulta muy avergonzada por sus u?as. Le recomend¨¦ que buscara ayuda psicol¨®gica y que pusiera en pr¨¢ctica un truco: ponerse esparadrapo en los dedos para ser consciente del h¨¢bito. Regres¨® a los seis meses a ense?arme las u?as: hab¨ªan crecido por completo (es el tiempo que necesitan la u?as de la mano para crecer enteras; en el pie tardan un a?o). Morderse las u?as es un tema conductual y es evidente que existe cierta presi¨®n social para que las mujeres mantengan unas manos bonitas¡±, reflexiona esta dermat¨®loga. En las farmacias se confirma la tendencia masculina a morderse las u?as en la edad adulta: ¡°Quienes compran Mordex, el famoso esmalte amargo, suelen ser madres de adolescentes u hombres de entre 20 y 45 a?os¡±, contaba hace poco a SModa Sabina Palazzi, farmac¨¦utica con dos d¨¦cadas de experiencia en Barcelona.
¡°Al no ser considerada oficialmente una enfermedad, existen pocas publicaciones sobre la onicofagia¡±, a?ade la doctora Lourdes Navarro. ¡°Pero s¨ª te puedo confirmar que hay otro trastorno localizado en las u?as que es mucho m¨¢s prevalente en hombres adultos que en mujeres. Se trata del trastorno TIC de toquetear el primer dedo de la mano (no importa si es el pulgar o el me?ique), en la zona de la cut¨ªcula, con los dem¨¢s dedos de la misma mano. Esto provoca peque?os traumatismos de repetici¨®n que se transforman en una distrofia, una alteraci¨®n longitudinal de la u?a por peque?as rayitas transversales que van formando un surco, que con el tiempo se pigmenta. Yo lo llamo u?as en tabla de lavar, porque acaban con esa forma. Y es much¨ªsimo m¨¢s frecuente entre los hombres. Tambi¨¦n existe un tercer problema asociado a las u?as, la onicotiloman¨ªa, que en este caso es un trastorno psiqui¨¢trico¡±, explica. Desde hace tiempo, esta doctora (junto con otros dos especialistas, el doctor Rom¨¢n Milano y la doctora Esther Jim¨¦nez) aboga por que la dermatolog¨ªa incorpore el tratamiento de las u?as: ¡°La mayor¨ªa de las personas cuando ve una u?a estropeada piensa que son hongos. Y en muchas ocasiones no es as¨ª. A diferencia de otros pa¨ªses, como en Latinoam¨¦rica, en Espa?a no tenemos una gran cultura de la u?a. Son muy pocas las personas que se realizan cuidados espec¨ªficos semanalmente o mensualmente¡±.
La pandemia aument¨® el foco que ponemos en nuestras manos. Primero, por higiene (comenzamos a lavarlas m¨¢s a menudo y durante una canci¨®n completa de Cumplea?os feliz). Segundo, por su aspecto: el uso del gel hidroalcoh¨®lico comenz¨® a dejar huella en la piel y tambi¨¦n en las u?as. En las revistas especializadas en moda comenzaron a aparecer art¨ªculos sobre c¨®mo cuidar las manos y, quiz¨¢ por primera vez, experiencias de redactoras con la onicofagia. En Vogue India, una periodista contaba c¨®mo hab¨ªa regresado a su antiguo h¨¢bito de morderse las u?as y c¨®mo hacerse la manicura, utilizar esmaltes amargos y ponerse una tirita en cada u?a mordida le estaban ayudando a parar. En Self, otra redactora probaba todos los remedios posibles (desde ponerse sal y cosas picantes en las u?as, cosa que ni es recomendable ni funcion¨®, hasta reflexionar sobre las bacterias que se acumulan bajo ellas) y en Refinery29, atendiendo a que la ansiedad por la pandemia pod¨ªa disparar este h¨¢bito, publicaban sus esmaltes favoritos (muchos amargos) para parar.
La presi¨®n social, unida a la cultura de la belleza, suele empujar a las mujeres a abandonar este h¨¢bito antes que a los hombres. As¨ª, la extensa industria cosm¨¦tica femenina que existe en torno a la u?a y su embellecimiento funciona al mismo tiempo como herramienta para evitar seguir mordi¨¦ndola (al verla esmaltada en alg¨²n color, o m¨¢s trabajada, es com¨²n intentar frenar el h¨¢bito) y como catalizador de inseguridades: parece que si no llevas unas u?as perfectas (entendi¨¦ndose por esto decoradas y trabajadas), tienes un problema. Esta percepci¨®n nos la confirma Nikol Aray, especialista en manicura en el sal¨®n My Little Mom¨® de Madrid. ¡°Las mujeres dejan de hacerlo por belleza. Aqu¨ª vienen chicas que han dejado de morderse las u?as por una cuesti¨®n de est¨¦tica. Desde peque?as tenemos esa cultura de empezar a cuidarlas y, adem¨¢s, ahora tienes la posibilidad de arreglarte las u?as desde casa, por lo que puedes destinar m¨¢s o menos presupuesto a su cuidado, mientras que antes era algo solo para las que se lo pod¨ªan permitir.?Para los hombres, sin embargo, el cuidado de sus manos no es tan indispensable como cortarse el pelo o arreglarse la barba¡±.
Esto es algo que parece querer cambiar y aunque la demanda a¨²n sigue siendo discreta, algunos salones est¨¢n incorporando servicios de cuidado de u?as para ellos. En My Little Mom¨®, un sal¨®n en el que el 95% de clientes son mujeres, han desarrollado tratamientos espec¨ªficos para hombres, tanto manicura (un tratamiento de media hora, que tiene en cuenta que ¡°por lo general la piel de las manos de los hombres es m¨¢s gruesa y tendente a formar asperezas, que la de las mujeres. Nuestro tratamiento tiene tres funciones principales: es nutritivo y cosm¨¦tico, hidratando y rejuveneciendo la piel, es terap¨¦utico para proteger la facilidad de las u?as y sequedad de la piel, y por ¨²ltimo es est¨¦tico e higi¨¦nico¡±) como pedicura (un protocolo de 45 minutos que incluye un ba?o relajante de pies, pulido de talones, corte y limado de u?as, retirada de cut¨ªcula, masaje hasta la rodilla y esmaltado o pulido de u?as). En Hom Estetic, tambi¨¦n en Madrid, especializado en est¨¦tica para hombres, cuentan con tratamientos espec¨ªficos de hidrataci¨®n y cuidado de manos y pies, incluidas las u?as.
En realidad, los hombres cuentan con grandes referentes masculinos de manicuras llamativas. Desde el rapero A$AP Rocky, que se declar¨® fan del nail art en Vogue USA: ¡°Creo que los hombres se deber¨ªan poder hacer nail art aunque no se sientan femeninos¡±, dijo con las u?as decoradas con los motivos del oto?o 2019 de Prada, como el coraz¨®n roto y la cara de Frankenstein, a Bad Bunny, que en su momento tambi¨¦n declar¨® a la revista que le encanta hacerse las u?as: ¡°Yo no le digo a nadie: ¡®Eh, t¨², p¨ªntate las u?as o t¨ª?ete el pelo, haz esto, haz lo otro¡¯. Yo solo digo que hagas lo que te hace feliz, y no te pongas l¨ªmites¡±. Aunque a¨²n provocan cierta fascinaci¨®n cuando aparecen con sus impecables manicuras, ambos m¨²sicos han tenido quien les allanara el camino: en los a?os 70 David Bowie sol¨ªa lucir una manicura color turquesa (que despu¨¦s ha llevado tambi¨¦n Keith Richards de The Rolling Stones) y por aquel entonces el cantante de Aerosmith, Steven Tyler, empez¨® a llevar sus caracter¨ªsticas u?as con barras negras verticales. Les siguieron Kurt Cobain de Nirvana, con aquel esmalte cuarteado tan grunge y tan a?os 90, o m¨¢s tarde Seal, en color verde fluorescente. Hoy ha cogido el testigo de esta expresi¨®n de nueva masculinidad Harry Styles, que de hecho acaba de lanzar su propia l¨ªnea cosm¨¦tica que, por supuesto, incluye pintau?as. Si la tendencia acaba por cuajar entre los hombres y ayudar a mantener la salud y la apariencia de sus u?as ser¨¢ algo que el tiempo acabar¨¢ por desvelar.
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