U?as, un negocio que mueve miles de millones de euros
El nail art es ya una industria que mueve miles de millones de euros. El que fuera un cuidado cosm¨¦tico reservado para ocasiones especiales se ha convertido hoy en una rutina que no distingue edad, clase o g¨¦nero. La u?a y su infinita gama de variantes est¨¦ticas han pasado a ser, de la mano de estrellas como Rosal¨ªa, poderosas met¨¢foras de poder
CON UN VALOR de mercado estimado en casi 9.000 millones de euros, est¨¢ visto que, en cuesti¨®n de manicura, rascar y ganar todo es empezar. Las cifras que revelan los diferentes analistas del siempre boyante sector de la belleza a prop¨®sito de la fiebre de los salones de u?as son impresionantes: solo en Estados Unidos, los beneficios anuales rondan los 5.000 millones de euros (seg¨²n el portal de informes de consumo Statista), mientras que la industria global del esmalte va camino de facturar 14.000 millones de aqu¨ª a 2024 (datos de la consultora Grand View Research). Est¨¢ claro por qu¨¦ es imposible dar dos pasos por cualquier calle sin toparse con estos templos consagrados a limpiar, pulir y dar esplendor a manos y pies.
Gracias a una clientela que repite cada semana, los salones de manicura van camino de facturar 14.000 millones de aqu¨ª a 2024
S¨ªmbolo de distinci¨®n y estatus hasta no hace demasiado, hacerse las u?as es hoy una rutina que no conoce clase, edad e incluso g¨¦nero. De aquella manicura francesa, que se requer¨ªa en ocasiones especiales en la peluquer¨ªa de siempre, se ha pasado a trabajos que se acercan a la orfebrer¨ªa. Y que se realizan lo mismo en centros de est¨¦tica especializados que en islas en mitad de centros comerciales, nail bars de lo m¨¢s cuqui y, por supuesto, salones regentados por la comunidad asi¨¢tica.
Con unos precios que oscilan entre los 7 (manicura low cost) y los 25 euros y una clientela adicta capaz de repetir cada semana, el negocio est¨¢ servido: una franquicia de ¨¦xito como la espa?ola Nails Factory puede llegar a embolsarse casi dos millones y medio de euros anualmente.
M¨¢s all¨¢ de las modas, detr¨¢s de este fen¨®meno se adivina un argumento social. No es extra?o que la mayor¨ªa de estos negocios se encuentren en manos ¡ªnunca mejor dicho¡ª de inmigrantes, convertidos en emprendedores v¨ªa manicura. Es el caso de Maritza Paz, una joven peruana establecida en Cerdanyola (Barcelona) a la que Rosal¨ªa le debe todo lo que tiene que ver con sus u?as acr¨ªlicas. Due?a de los populares salones Dvine, Paz es una autodidacta que aprendi¨® el arte del esculpido empap¨¢ndose de tutoriales en YouTube y que, casi un lustro despu¨¦s, no da abasto atendiendo citas por Whats?App. ¡°U?as de Dvine ya me las han copiado¡±, recita la int¨¦rprete de Malamente en su oda al nail art que es Aute Cuture.
Aquellas garras enjoyadas que luci¨® en la ¨²ltima gala de los Grammy Latinos fueron obra suya (seis horas de trabajo, 150 euros, ha revelado su art¨ªfice) y tienen que ver tambi¨¦n con una cuesti¨®n cultural.
De aquellas u?as kilom¨¦tricas con las que la atleta ol¨ªmpica afroamericana Florence Griffith bati¨® el r¨¦cord de los 100 metros lisos en 1988 a las extensiones gelatinosas de las Kardashian, pasando por las garras de las raperas mayores del reino (Foxy Brown, Lil¡¯ Kim, Mary J. Blige), el arte de la manicura de fantas¨ªa siempre ha respondido a las aspiraciones de poder y posici¨®n femeninos en el gueto. Un gesto de diva empoderada. Ligado a la moda urbana y la est¨¦tica de barriada, si hoy ha conseguido trascender la barrera convencional del buen gusto es porque se asocia a esos valores mileniales de la individualidad y, sobre todo, la autenticidad, que celebran la personalidad de quienes lucen unas u?as b¨¢rbaramente esculpidas como Cardi B, Ariana Grande, la estrella del reguet¨®n Becky G o las espa?olas Bad Gyal y La Zowi.
¡°Hoy cuidarse las u?as equivale a cuidar de s¨ª mismo. Este s¨ªmbolo se ha convertido en un arma para la autoafirmaci¨®n¡±
¡°Lo que aqu¨ª reviste inter¨¦s no es tanto el discurso del empoderamiento ¡ªque uno puede encontrarse hoy en todas partes y tiene, por tanto, ya poco de disidencia¡ª como el veh¨ªculo a trav¨¦s del cual se pone ese discurso en circulaci¨®n. A saber: un s¨ªmbolo tradicional del embellecimiento femenino como son las u?as es convertido aqu¨ª en un arma para la autoafirmaci¨®n e incluso la defensa personal¡±, esgrime Manuel Arias Maldonado a prop¨®sito de la cuesti¨®n. Profesor de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad de M¨¢laga, saca conclusiones al analizar el videoclip de Aute Cuture en Tacones cercanos, un reciente ensayo para Revista de Libros: ¡°Se trata, en definitiva, de la subversi¨®n de un signo: las u?as cuidadas para gustar se presentan aqu¨ª como un adorno para gustarse. La propuesta es chocante: cuidarse las u?as equivale a cuidar de s¨ª¡±.
La propia Rosal¨ªa le daba respuesta en unas declaraciones al diario brit¨¢nico The Guardian: ¡°Llevar las u?as largas es un s¨ªmbolo radical de feminismo, muy extremo. Significa mucho m¨¢s que ser guapa, es poder¡±. Bienvenidos sean los geles, las extensiones acr¨ªlicas, las pegatinas, los postizos realizados con impresoras 3D (la StyleMate) y hasta los motivos decorativos con c¨®digo QR para ver en realidad aumentada las nuevas maneras de sacar las garras.
De todo ello dar¨¢n cuenta las Nailympics, los juegos ol¨ªmpicos de las u?as que llegar¨¢n a Espa?a a mediados de octubre. Orquestada por Lysa Comfort ¡ªfundadora de la firma Charisma Nail Innovations¡ª, la competici¨®n internacional, que ya ha pasado por Londres, Los ?ngeles, Se¨²l y Roma, ser¨¢ el plato fuerte de la pr¨®xima edici¨®n del Sal¨®n Look Madrid, la feria de la cosm¨¦tica que organiza Ifema. Como alarde de feminismo la cosa a¨²n est¨¢ en discusi¨®n, pero estando las fotos de u?as en el top cinco de los contenidos m¨¢s vistos en Instagram, su poder como fuente de Me gustas resulta incontestable.?
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