Chamanas de Instagram: la invasi¨®n de las ¡®influencers¡¯ de la pseudociencia
Una legi¨®n de j¨®venes estilosas mezcla la narrativa del ¡®empoderamiento femenino¡¯ con el negocio de las pseudociencias. Las d¨ªscipulas del ¡®wellness¡¯ crean un nuevo g¨¦nero de curanderas que bebe del pulso activista y lo mezcla con hechizos o piedras ¡®curativas¡¯.
?Si algo me cuadra, no me hace falta que est¨¦ demostrado cient¨ªficamente?. A Miranda Makaroff (292.000 seguidores en Instagram e imagen de varias firmas de moda) le encantan las pseudociencias. La influencer ha defendido desde sus redes sociales y en alguna que otra entrevista su entusiasmo por lo que el ministro de Ciencia cataloga como ?teor¨ªas de sacacuartos peligrosas?. Makaroff disiente y unas veces anima a leer las teor¨ªas de curanderos como Francisco Moya (un radi¨®logo con consulta que sostiene que toda patolog¨ªa,?tambi¨¦n el c¨¢ncer, tiene un origen emocional. Que si enfermamos, b¨¢sicamente, es porque no somos lo suficientemente positivos); otras, publica stories en su cuenta de Instagram donde recomienda la lectura de libros como Spiritual Growth y narra su epifan¨ªa tras entender que su eczema at¨®pico se cur¨® por su felicidad personal. Motivo para concluir, sustent¨¢ndose en las teor¨ªas del libro, que lo mismo los seres humanos enferman porque no nos queremos lo suficiente a nosotros mismos.
Makaroff no hace negocio con las pseudociencias aunque haga apolog¨ªa de ellas con sus seguidores. Otras estrellas, como Gwyneth Paltrow, s¨ª han edificado un mastod¨®ntico imperio empresarial ¨CGoop, valorado en 200 millones de d¨®lares¨C?a base de mercantilizar los miedos de la mujer occidental con terapias alternativas. Suyo es el arte de dominar el wellness, ese caj¨®n de sastre en el que mediums y curanderos se mezclan con perfiles m¨¦dicos poco ortodoxos ofreciendo supuestas respuestas a la ansiedad y debilidades m¨¢s oscuras de la mujer moderna (?Por qu¨¦ me veo gorda? ?Por qu¨¦ me veo vieja? ?Por qu¨¦ no duermo bien? ?Por qu¨¦ no me sube la libido?). Paltrow?monetiza remedios por los que la comunidad cient¨ªfica ha puesto el grito en el cielo en repetidas ocasiones ¨Cy por los que ha sido hasta multada¨C pero a ella, todas estas denuncias,?plin. Hasta las agradece. La viralidad de esa indignaci¨®n, iron¨ªas del destino, redirige a su web y aumenta sus beneficios de forma directa, algo por lo que ella se vanaglori¨® personalmente en el indispensable?perfil del suplemento de The?New York Times que firm¨® este verano?la siempre afilada Taffy Brodesser-Akner.
El wellness de la actriz y empresaria a ratos y sus suced¨¢neos, acogidos con entusiasmo por las revistas femeninas en la ¨²ltima d¨¦cada, ha derivado en un nuevo fen¨®meno al hilo del auge del marketing feminista y la popularizaci¨®n de las redes sociales: la eclosi¨®n de las denominadas influencers de la pseudociencia. Chicas estilosas, h¨¢biles en la neoest¨¦tica del rosa millennial y de la narrativa del meme. Se venden como brujas y chamanas modernas y lo mismo comparten una cita de Gloria Steinem que te venden ?un elixir de hierbas para abrir el coraz¨®n?. Son m¨ªsticas ensalzadas por las revistas de tendencias que se suben al carro del empoderamiento femenino ¨Calgunas lo bautizan como ?activismo espiritual?¨C,? mientras se lucran vendiendo las bondades de piedras m¨¢gicas, tutoriales de construcci¨®n de altares o rituales de brujer¨ªa moderna para ?desterrar a una persona t¨®xica?. Que nadie las confunda con las W.I.T.C.H, el grupo feminista de los 70 que imit¨® la iconograf¨ªa visual de las brujas como recurso activista. Hablamos de mujeres que han construido una marca pseudocient¨ªfica bajo el envoltorio cool del marketing activista que triunfa tras el despertar feminista global.
Gabriela Herstik se autodenomina ?alquimista de la moda y bruja moderna?, tiene columna en revistas y webs de ¨¦xito como Nylon, i-D o Broadly,?15.000 seguidores en Instagram y el pr¨®ximo cuatro de octubre publica con Roca Editorial la traducci¨®n al castellano de?C¨®mo ser una bruja moderna, un compendio de consejos vitales porque, seg¨²n cuenta en la presentaci¨®n del libro sabe ?que cada palabra tiene magia y agregarle un poco de l¨¢piz labial nunca duele?.? Entre sus p¨¢ginas hay una gu¨ªa de ?estilo espiritual? con gui?os desde Patti Smith a Morticia Adams, tutoriales para preparar agua bendita o un cap¨ªtulo dedicado al Abec¨¦ de los cristales y la astrolog¨ªa. Herstik, en este nuevo paradigma, no es la ¨²nica en promulgar estas bondades. Chani Nicholas? tambi¨¦n arrastra un culto de fans (163.000 seguidores en Instagram) con sus memes en los que mezcla cultura pop y cr¨ªticas al patriarcado con la astrolog¨ªa, escribe columnas para el newsletter de Lena Dunham? y en su web publicita workshops sobre La sabidur¨ªa de las diosas.
?Los pensamientos son energ¨ªa que se transforma en lo que t¨² decidas? o ?mirad, yo me pongo fluorita al lado del ordenador para evitar las ondas negativas y las caquitas de la tecnolog¨ªa?. Estos son algunos de los consejos que ofrecen las influencers ¡®cham¨¢nicas¡¯ que denunci¨® este verano?Roc¨ªo Vidal en su canal de YouTube. Conocida bajo el alias de La Gata de Schr?dinger, esta periodista de Castell¨®n con m¨¢ster en comunicaci¨®n cient¨ªfica descubri¨® desde su plataforma dos casos de influencers?espirituales?espa?olas relacionadas con el mundo de la moda y belleza ¨Cambas promocionan marcas de este ¨¢mbito en sus cuentas¨C. Vidal voce¨® sus casos alegando que se lucraban con las terapias alternativas apelando a las inseguridades de sus seguidoras. Se trataba de Mar¨ªa Cadepe (256.000 seguidores) y Claudia Ayuso (129.000 seguidores?), dos chicas que se hab¨ªan especializado en la cultura del lifestyle?y que en los ¨²ltimos meses viraron su filosof¨ªa y posts de recomendaciones a una labor mucho empresarial. Las influencers se asociaron con una astr¨®loga brit¨¢nica bajo el dominio Live by your soul,?donde ofrec¨ªan sesiones de ?conversaciones con tu alma? (durante 45 minutos y por unas 50 libras por Skype te limpiaban el aura a distancia y te equilibraban los chacras); por 70 libras te hac¨ªan la carta Astral y por 20 libras te mandan un PDF con tu animal espiritual. La pol¨¦mica llev¨® al cierre de la web y ahora estas dos j¨®venes venden sus productos y terapias desde sus dominios personales.
?No pretend¨ªa criticar gratuitamente?, aclara a S Moda Vidal y hace hincapi¨¦ en el hecho de que las j¨®venes se lucran con terapias pseudocient¨ªficas. ?Hice el v¨ªdeo porque estas chicas venden unas vidas id¨ªlicas desde sus redes y pueden influenciar y aprovecharse de gente vulnerable, desesperada o con problemas de salud. Muchas chicas j¨®venes quieren replicar estas vidas y puede ser problem¨¢tico si se sustentan en la pseudociencia?. Las dos influencers afectadas respondieron desde sus redes alegando ser v¨ªctimas de una ?caza de brujas?. Vidal no desfallece. ?Hay mucho mito que desmontar: imagina que una persona enferma deja de tomar su medicaci¨®n o, desesperada, se pasa a este tipo de pr¨¢cticas que se aprovechan de sus debilidades, es ah¨ª cuando se debe denunciar?. M¨¢s all¨¢ del bodeg¨®n preciosista con cristales rosas curativos y la excusa de reunir a unas amigas para establecer un hechizo entre risas, un centenar de m¨¦dicos y cient¨ªficos pidieron esta misma semana a la ministra de Sanidad firmeza con las pseudoterapias tras la muerte de Rosa Morillo, una mujer que abandon¨® su tratamiento de c¨¢ncer para recurrir a la homeopat¨ªa: ?Seamos claros: las pseudociencias matan?.
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