Rosal¨ªa y Kylie Jenner, unidas por un maquillador: as¨ª se transform¨® la cantante en una Kardashian

Rosal¨ªa y Kylie Jenner comparten unas mimosas con la mirada desafiante puesta en la c¨¢mara. La catalana y la peque?a del clan Kardashian-Jenner parecen dos gotas de aguas. Id¨¦ntico look, id¨¦ntica forma de posar. De no ser porque hablamos de la familia m¨¢s televisiva y famosa del mundo, podr¨ªamos pensar que Rosal¨ªa es la hermana desconocida de la creadora de Kylie Cosmetics. En Instagram se intercambian corazones y Kylie suelta un ¡®madre m¨ªa, Rosal¨ªa¡¯.

Que ambas estrellas tienen complicidad ya qued¨® claro hace un mes cuando Kylie se arranc¨® a bailar flamenco y dar palmas durante el directo de Rosal¨ªa en el festival Astroworld. La de El Mal Querer, encantada con el gesto apasionado de su amiga en las primeras filas, no dud¨® en dedicarle una canci¨®n.

Pero hasta aqu¨ª no ser¨ªan m¨¢s que dos amigas artistas y famosas que se lo pasan bien juntas. Lo peculiar llega el cambio de look de Rosal¨ªa desde que se mueve en la ¨®rbita de Jenner. Facciones cinceladas a golpe de contouring, acabado empolvado ligeramente satinado, dosis exageradas de colorete en tonos rosados, extensiones de pesta?as, cejas rellenas y oscuras y labios nude milim¨¦tricamente perfilados. ?Te suena, verdad? Es el look ic¨®nico que une a todas las mujeres del clan Kardashian-Jenner. Una feminidad superproducida, muy medida y pensada para estar siempre perfectas. Detr¨¢s de este maquillaje que mueve millones en productos para imitarlo est¨¢n los pinceles de Ariel Tejada. Neoyorquino, nacido en 1995, y maquillador y amigo personal de Kylie.

Su relaci¨®n profesional arranca en 2015. Kylie empieza a despegar como estrella con luz propia. Ha aprendido de Kim la importancia de no poner un pie en la calle (ni en Instagram) sin estar perfecta. Necesita un maquillador de confianza que sea su sombra cuando lo necesite. Le gusta el trabajo de Ariel y ni corta ni perezosa, le escribe por Instagram reclamando sus servicios. El estilo del mensaje ya dejaba claro el car¨¢cter calculador de Kylie: una foto en negro con un escueto: ?Cuando est¨¦s en Los ?ngeles, h¨¢zmelo saber. Quiero trabajar contigo?. Se iniciaba as¨ª una relaci¨®n profesional muy pr¨®xima en la que Ariel acabar¨ªa siendo uno m¨¢s del c¨ªrculo ¨ªntimo de la empresaria. Y, al poco tiempo, tambi¨¦n de su madre y hermanas. ?Qu¨¦ diferencia a Ariel de los otros millones de maquilladores que matar¨ªan por trabajar con la ¡®familia real¡¯ americana? Desinhibici¨®n, juventud, confianza plena en s¨ª mismo, cierto af¨¢n de exhibicionismo (evidente en sus autorretratos disfrazado y maquillado como toda una Linda Evangelista en sus a?os dorados) y una discreci¨®n f¨¦rrea con todo lo que rodea a su vida privada. Un mutismo de cara a la prensa que extrapola tambi¨¦n a la vida de sus clientas. Nada se sabe acerca de su infancia, ni de sus padres ni de su vida sentimental. Solo que habla espa?ol latino y que es frecuente ver a Kylie solt¨¢ndole frases sueltas en la lengua de Cervantes.

Desde el primer momento son constantes los intercambios de elogios y mensajes cari?osos entre Kylie y Ariel, por supuesto, a trav¨¦s de Instagram, donde el maquillador cuenta con m¨¢s de dos millones de followers (@makeupbyariel). Y aqu¨ª irrumpe Rosal¨ªa. La espa?ola se ha puesto en sus manos durante su exitoso periplo estadounidense. Suyo era el maquillaje para los Grammy Latinos, para los Premios Billboard Women in Music y para el videoclip Aute Couture. Como sucede con Kylie, el compadreo amistoso-profesional se comparte en directo a trav¨¦s de Instagram con todos sus followers. Kylie, Rosal¨ªa y Ariel forman un tr¨ªo art¨ªstico que describe una nueva era donde el poder latino no conoce l¨ªmites.