Todo lo que podr¨ªamos cambiar con una buena educaci¨®n sexual
Numerosos estudios demuestran que los j¨®venes que reciben educaci¨®n sexual toman mejores decisiones, conocen y respetan m¨¢s sus cuerpos, se relacionan de forma m¨¢s sana y adquieren roles m¨¢s flexibles. Entonces, ?por qu¨¦ sigue siendo la asignatura pendiente?
Seguramente, lo m¨¢s atrevido e innovador en materia de educaci¨®n sexual hasta el momento sea Newton, un programa de la televisi¨®n p¨²blica noruega que ense?aba sexualidad a los m¨¢s j¨®venes con penes y vaginas reales. En primer plano, la presentadora mostraba los genitales e iba hablando de las distintas partes y su funci¨®n en un lenguaje adecuado a la audiencia y con sus dosis de iron¨ªa y humor. ¡°Este es el pene, y aunque ahora lo utilices solo para hacer pis, de mayor tendr¨¢ otras funciones¡±.
Un programa de estas caracter¨ªsticas es todav¨ªa impensable en Espa?a, pa¨ªs donde a pesar del tir¨®n que siempre ha tenido el sexo solo cuenta en su historia con dos iniciativas televisivas: los programas de Elena Ochoa, tan caricaturizados por Martes y Trece, y los de Lorena Berd¨²n.
La asignatura pendiente no parece tener prisa en dejar de serlo y delega en Internet sus funciones. En la mayor parte del territorio espa?ol la educaci¨®n sexual en los colegios e institutos se reduce a una charla anual, impartida por un sex¨®logo en horario no lectivo, siempre que haya sido previamente aprobada por el centro, los profesores y la asociaci¨®n de padres.
Muchos colegios ni siquiera optan a esta modalidad y otros, muy probablemente, regidos por personas sensibles, ampl¨ªan la oferta y acogen peque?as pero entusiastas iniciativas. La conclusi¨®n es que, en Espa?a, la educaci¨®n sexual recibida en la escuela es discontinua y diferente para cada alumno, dependiendo de la comunidad aut¨®noma en la que vive y de la mayor o menor sensibilidad del centro hacia estos asuntos. Imag¨ªnense que la ense?anza de las matem¨¢ticas tuviese el mismo criterio y que en el territorio espa?ol convivieran ni?os de la misma edad que no saben dividir con otros que manejan a la perfecci¨®n las derivadas e integrales.
¡°De momento existe una Estrategia Nacional de Salud Sexual que se puso en marcha en su d¨ªa pero que est¨¢ parada desde hace 10 a?os y que depende del Ministerio de Sanidad, pero lo suyo ser¨ªa que el Ministerio de Educaci¨®n estuviera tambi¨¦n involucrado¡±, comenta Francisca Molero, sex¨®loga, ginec¨®loga, directora del Institut de Sexolog¨ªa de Barcelona, del Instituto Iberoamericano de Sexolog¨ªa y presidenta de la Federaci¨®n Espa?ola de Sociedades de Sexolog¨ªa. ¡°La gente confunde sexualidad (placer, comunicaci¨®n er¨®tica y reproducci¨®n) con actividad sexual. Tenemos una er¨®tica pobre porque nos faltan tutores. El sexo es algo que se ha ocultado, reprimido, rodeado de misterio, morbo y sensaci¨®n de culpa. Y sobre todo, se cree que es algo instintivo, pero la sexualidad humana, actualmente, lo que menos tiene es instinto¡±, a?ade Molero.
Con la educaci¨®n sexual ganamos todos
?El poco o mucho instinto que haya ya en la sexualidad requiere tambi¨¦n de informaci¨®n, pero ¨¦sta se deja en manos de los padres, aunque las estad¨ªsticas demuestran que muy pocos tratan el tema con sus hijos, quienes recurren a la red o a las experiencias y opiniones de amigos de su misma edad y conocimiento. De esta forma, la culpa del problema recae en la pornograf¨ªa y, si acaso el reggaeton, y todos contentos.
¡°Me sorprende que en la materia escolar, en conocimiento del medio u otra asignatura, no se estudie a fondo cierta parte de la anatom¨ªa. No se sabe nada de los genitales, se sabe del aparato circulatorio o de los huesos pero muy poco de la menstruaci¨®n o del ciclo hormonal. Todav¨ªa hay mucha gente que cree que el cl¨ªtoris est¨¢ dentro de la vagina o mujeres que a los 40 ¨® 50 a?os nunca se han visto los genitales. Los adolescentes no conocen bien sus cuerpos, ya que hay una carencia de educaci¨®n sexual integral; y la llamamos as¨ª porque el t¨¦rmino educaci¨®n afectivo-sexual es err¨®neo, ya que el afecto se supone que va incluido en la sexualidad¡±, apunta Ana Y¨¢?ez, psic¨®loga, sex¨®loga, directora del Instituto Cl¨ªnico Extreme?o de Sexolog¨ªa y con una amplia experiencia docente a la hora de impartir charlas de educaci¨®n sexual en los centros educativos.
Hay numerosos estudios que demuestran que los j¨®venes que reciben educaci¨®n sexual toman mejores decisiones, conocen y respetan m¨¢s sus cuerpos, se relacionan de forma m¨¢s sana y adquieren roles m¨¢s flexibles. Como se?ala Y¨¢?ez, ¡°saber decir no depende tambi¨¦n de poseer informaci¨®n y tener claro que el coito no es la ¨²nica practica sexual. Se pueden hacer muchas otras cosas, por ejemplo, si no se dispone de un cond¨®n. En las charlas ense?amos tambi¨¦n que las mujeres pueden llevar preservativo y no delegar esta tarea en manos masculinas, como se ha hecho siempre por tradici¨®n. Los estudios sobre los efectos de la educaci¨®n sexual en j¨®venes indican que los que la reciben empiezan a tener relaciones sexuales m¨¢s tarde, tienen menos parejas, las eligen mejor y no son tan influenciables por el grupo¡±.
La educaci¨®n sexual no solo beneficia a los que la reciben, sino a la sociedad en general. ¡°Se evitar¨ªan muchos casos de abusos y violencia de g¨¦nero. Las ideas de respeto, amabilidad, consentimiento se est¨¢n perdiendo entre los j¨®venes ya que la mayor¨ªa de ellos han crecido sin ense?anzas de ¨¦tica. Tal vez muchos piensen que esto es tambi¨¦n algo instintivo, pero ciertas conductas demuestra que no. Impera el individualismo, la b¨²squeda del placer inmediato y la insensibilidad hacia conceptos como el bien com¨²n¡±, subraya Molero, ¡°al no haber educaci¨®n sexual, en la sociedad hay m¨¢s abortos, embarazos no deseados, ETS, violaciones. Entonces se hacen campa?as que generalizan, mandan mensajes angustiosos y provocan fobias y angustias en unos sectores de la poblaci¨®n; mientras no llegan a otros¡±.
Elementos a tener en cuenta
?¡°Cada vez son m¨¢s las asociaciones de padres que piden que se impartan charlas sobre sexualidad en los colegios, lo ven como una ayuda, ya que no se puede tener una sexualidad sana y libre sin informaci¨®n, y es peor tener una mala informaci¨®n que no tenerla. Esto es lo que distingue a las generaciones anteriores (que no sab¨ªan nada) de las actuales. La pornograf¨ªa hace que muchos j¨®venes odien sus cuerpos, piensen que no son potentes, que tienen eyaculaci¨®n precoz porque no aguantan tanto como los actores porno; o que son fr¨ªgidas porque no alcanzan el orgasmo tan r¨¢pido como las chicas de las pel¨ªculas o no disfrutan con el sexo anal¡±; se?ala Ana Y¨¢?ez, quien contin¨²a, ¡°yo implantar¨ªa la educaci¨®n sexual desde los 3 a?os, ya se hace en muchos pa¨ªses, empezando por diferenciar las distintas partes del cuerpo (el propio y el ajeno) y aprendiendo a respetar la intimidad. Por supuesto, en un lenguaje adaptado a su edad y entendimiento¡±.
Francisca Molero tambi¨¦n coincide con Y¨¢?ez en que ¡°la mayor¨ªa de los padres (aunque algunos todav¨ªa est¨¢n en contra) viven la educaci¨®n sexual como un alivio, algo necesario y de mucha ayuda para ellos. Mi experiencia no es que fiscalizan o censuran los contenidos sino que que los miran porque les interesan. Yo abogo por una educaci¨®n desde peque?os y que llegue hasta la universidad. Este a?o, en mayo, hicimos unas jornadas de educaci¨®n sexual en San Andr¨¦s de la Barca (Barcelona), en tres institutos y se trabaj¨® con profesionales (sex¨®logos), educadores, padres y alumnos. Fueron muy participativas y los chicos tuvieron mucho protagonismo. Se les pidi¨® que apuntaran las debilidades, fortalezas y futuro de la educaci¨®n sexual. Se quejaron de que no hab¨ªan tenido este tipo de formaci¨®n, de que sus fuentes son Internet y los amigos y de que quer¨ªan formarse sobre temas como las drogas, pornograf¨ªa o bisexualidad. Adem¨¢s, utilizamos la metodolog¨ªa del ¡®caso ficticio¡¯. Plante¨¢bamos una situaci¨®n y pregunt¨¢bamos a los chicos como reaccionar¨ªan ante ella. Eso nos daba mucha informaci¨®n sobre su manera de ver las cosas y sus necesidades¡±.
La educaci¨®n sentimental, aprender a gestionar las emociones entorno al sexo, deber¨ªa ser tambi¨¦n materia imprescindible en esta hipot¨¦tica y a?orada asignatura. ¡°Debemos ense?arles cosas como que romper una relaci¨®n de pareja no es un fracaso. Fracasar es seguir en una din¨¢mica cuando ¨¦sta ya no funciona; o analizar como han evolucionado los v¨ªnculos entre dos personas con relaciones ¨ªntimas. Se deber¨ªa abordar tambi¨¦n un autocuidado emocional, que no va innato en nuestros genes, y tener claro que se puede ser feliz sin tener pareja y que no somos mon¨®gamos por naturaleza¡±, apunta Ana Y¨¢?ez.
?Solo para j¨®venes o tambi¨¦n para mayores?
Antonio Daniel Garc¨ªa Rojas es sex¨®logo, doctor en psicolog¨ªa y profesor en la Universidad de de Huelva, adem¨¢s de director acad¨¦mico del M¨¢ster en Sexolog¨ªa y Educaci¨®n Sexual de dicha universidad.
?Aula de la Experiencia, es una iniciativa de la Universidad de Huelva que consiste en una formaci¨®n para mayores de 55 a?os de 3 cursos, donde no se da titulaci¨®n alguna. ¡°La gente lo hace por motivaci¨®n personal, para aprender y saber m¨¢s¡±, aclara Garc¨ªa Rojas. ¡°Aqu¨ª la asignatura de sexualidad es obligatoria y est¨¢ dentro de las m¨¢s valoradas, pero se dan otras materias como historia, literatura, psicolog¨ªa, salud o econom¨ªa. El objetivo es conocer la historia sexual, asimilarla e introducir cambios para ser m¨¢s felices porque, como han demostrado unos estudios del Fondo Social Europeo, a mayor satisfacci¨®n sexual m¨¢s calidad y esperanza de vida¡±.
¡°Los mayores han vivido una sexualidad sin informaci¨®n alguna, llena de tab¨²es, miedos, prejuicios, en una cultura machista donde la opini¨®n de la mujer no contaba para nada y donde muchos maridos violaban a sus esposas. La educaci¨®n sexual de los mayores no solo les ayuda a ellos sino tambi¨¦n a sus nietos, ya que muchos ancianos est¨¢n al cargo de hijos o familiares y son un elemento multiplicador. Pero, adem¨¢s, nosotros hacemos intervenciones intergeneracionales en las que mezclamos mayores, universitarios y escolares, y el resultado es muy interesante ¡±, apunta este sex¨®logo.
Garc¨ªa Rojas sostiene que siempre ha habido educaci¨®n sexual en Espa?a, lo que ocurre es que ¨¦sta ha sido la peor de todas. ¡°Siempre se ha educado respecto al sexo, porque si no contesto a una pregunta, digo una mentira o siembro el terror respecto a un tema, eso tambi¨¦n es en cierta medida educaci¨®n, pero de la mala, no reflexionada y sin conocimiento. El sexismo, la violencia de g¨¦nero y el machismo se corrigen con la educaci¨®n. De hecho, yo incluir¨ªa tambi¨¦n las agresiones sexuales en infantil. Qu¨¦ conductas son aceptables en mayores y cu¨¢les no¡±.
Este profesional de la sexolog¨ªa tienen un proyecto en mente, destinado a estudiar los h¨¢bitos sexuales de los adolescentes en Espa?a, con estad¨ªsticas. ¡°Las lagunas m¨¢s patentes entre los m¨¢s j¨®venes son: la orientaci¨®n sexual (se hacen muchas preguntas sobre si son heteros, gays o bisexuales) y la correcta interpretaci¨®n del porno. Tienen mucha informaci¨®n y quieren imitar lo que ven, pero a veces esto se traduce en desgarros vaginales. Los j¨®venes de hoy tienen menos privacidad que generaciones anteriores. Muchos tienen miedo a que los graben haciendo el amor en el coche o en el campo y viven hasta muy tarde con sus padres. Es curioso, porque la pregunta que m¨¢s me hacen los chicos en las clases de educaci¨®n sexual es cu¨¢l es la diferencia entre amor y amistad¡±.
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