Er¨®tica, youtuber a los 60 y amante de Espa?a: as¨ª es la zapatera de Theresa May
¡°Me dicen que soy una influencer, pero yo creo que soy m¨¢s bien inspiradora¡±.
En las cincuenta primeras p¨¢ginas de sus memorias, Too much is not enough (Mucho no es demasiado), Beverly Feldman cuenta c¨®mo muri¨® su perro, c¨®mo su jefe la acosaba ¡°cuando t¨¦rmino acoso sexual a¨²n no se hab¨ªa acu?ado¡± o c¨®mo alcanz¨® su primer orgasmo en una playa de Ibiza. A la zapatera ni le faltan historias ni le sobran prejuicios. Lo demuestra en su canal de YouTube (Beauty after 60) o en su diario online en el que comparte con sus seguidores sus ¨²ltimos escarceos entre zapatos y amantes. ¡°Creo que este hombre est¨¢ bastante enamorado. Y soltero, y eso que los casados son algo a lo que fui adicta. Pero eso solo es un gasto en maquillaje¡±, dice del ¨²ltimo.
Sus aventuras son adictivas. Tanto como sus coloridos zapatos, que en las ¨²ltimas d¨¦cadas han conquistado a nombres como Oprah?Winfrey o Susan Sarandon. Tambi¨¦n, por supuesto, a la primera ministra brit¨¢nica, probablemente su clienta m¨¢s celebre e influyente. Theresa May es fan del modelo Caliente (rebautizado despu¨¦s con su nombre), un sal¨®n de punta afilada, tac¨®n carrete y exc¨¦ntricos estampados que la creativa fabrica en Espa?a. Al primer par lleg¨® por casualidad: ¡°Lo compr¨® en Russell & Bromley en Londres, que era mi distribuidor en exclusiva all¨ª. Nos hemos visto varias veces en sus oficinas, es maravillosamente simp¨¢tica¡±, explica Feldman por mail a S Moda. ¡°Nos ha dado una incre¨ªble cobertura medi¨¢tica en todo el mundo. Ha sido asombroso. Pero yo siempre he tenido mucha prensa¡±.
Naci¨® en Massachusetts y estudi¨® en Nueva York. Se cas¨® con 31 a?os, ¡°me cre¨ªa terriblemente vieja entonces¡±, con un traje de cuero de Claude Montana y unas botas cowboy en color burdeos de su propia marca. Aquello no dur¨® para siempre y se instal¨® definitivamente en Espa?a. ¡°De mi marido conservo la piscina ol¨ªmpica¡±.
Tras m¨¢s de cincuenta a?os en el negocio puede presumir de haberlo visto todo. Y ya de vuelta, en su casa en Alicante, disfruta de un rejuvenecimiento de su marca gracias a la exposici¨®n de la pol¨ªtica y a las bondades del comercio electr¨®nico. ¡°Llegamos a ser cincuenta personas. Ahora nos hemos reducido a cinco: una lleva aqu¨ª 20 a?os, otra 38¡±. Ella misma se encarga de empaquetar los pedidos y escribir un mensaje a sus destinatarios. ¡°A veces env¨ªo mal la talla o el color. Pero generalmente va bien¡±, bromea. La etiqueta Made in Spain, where the sun always shines (hechos en Espa?a, donde el sol siempre brilla), cuelga de la mayor¨ªa de sus modelos. Feldman lleg¨® por casualidad con 23 a?os, ¡°cuando Franco todav¨ªa viv¨ªa¡±, recuerda, ¡°tras graduarme en el Pratt Institute, en Brooklyn, encontr¨¦ mi primer trabajo en dise?o en Alicante¡±. En Elche y Elda, cuna de la industria del calzado en nuestro pa¨ªs, ha sido testigo del declive del sector tras la globalizaci¨®n. ¡°China se llev¨® por delante a muchos de los negocios locales¡±. Tambi¨¦n, m¨¢s recientemente, de un pausado renacer: ¡°De repente Espa?a volv¨ªa a ser interesante. Nunca fue un tema de calidad, porque los chinos son capaces de hacerlo perfectamente. Era un tema de precios¡±, defiende.
A sus zapatos se les puede acusar de excesivos o maximalistas, pero nunca de incomodos: ¡°Los tacones altos son solo para la satisfacci¨®n sexual masculina¡±, dice la dise?adora, que en marzo cumplir¨¢ 72 a?os (¡°pero no se lo cuentes a mis amantes¡±). Una edad tan perfecta como otra cualquiera para no callarse: ¡°He conocido a muchas mujeres mayores de 60 que se invisibilizan ellas mismas al vestir demasiado simple, demasiado beige.?Se camuflan¡±. Algo de lo que nunca podr¨¢ acusarse a Beverly Feldman, que tambi¨¦n hace alarde desde su cuenta de Instagram del #GreyHairDontCare (pelo gris no me importa): ¡°Me dicen que soy una influencer, pero yo creo que soy m¨¢s bien inspiradora¡±.
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