Blogueras por una maternidad consciente
Un libro revela las reflexiones de unas mam¨¢s que tienen una nueva forma de ver la vida.
¡°Dadme otras madres y os dar¨¦ otro mundo¡±, dec¨ªa San Agust¨ªn. Esto es lo que se proponen las 15 autoras, todas ellas blogueras, de Una nueva maternidad, un libro de crianza reflejada no por psic¨®logos, pediatras o gur¨²s sino ¡°por madres que reflexionamos, estudiamos y trabajamos a la vez que criamos y alimentamos a nuestros hijos con el amor, el respeto y la corresponsabilidad de nuestras parejas¡±.
¡°El mundo no se cambia desde fuera. No lo cambian los pol¨ªticos, ni siquiera los indignados. El mundo se cambia desde los hogares¡±, dice Mar¨ªa del Mar Jim¨¦nez, una de las autoras. Ejecutiva en el sector de investigaci¨®n de mercados antes de dar a luz a su hijo, hace seis a?os, Jim¨¦nez escribe en El Blog Alternativo, un sitio de referencia cuando se habla del nuevo paradigma social del que forma parte la crianza consciente.
¡°Hoy estrenamos una nueva maternidad que no vemos en la televisi¨®n ni en las pel¨ªculas ni en las cu?adas, suegras o hermanas¡±, dijo recientemente en la presentaci¨®n del libro.
?En qu¨¦ consiste, exactamente, esta nueva maternidad?
El ejercicio de la maternidad deber¨ªa ser placentero y liberador, en lugar de sacrificado y opresor. Y esto solo se conseguir¨¢ cuando la maternidad sea valorada por la sociedad en su conjunto, m¨¢s preocupada por la producci¨®n que por la reproducci¨®n y la crianza, a pesar de que ambas funciones son fundamentales para su supervivencia y salud.
Queremos que nos permitan vivir plenamente la maternidad y la crianza como etapas que pueden cambiarlo todo en tu vida si t¨² quieres. No te conformes con lo que te dan, no anules esa parte de ti si es que quieres desarrollarla. La crianza consciente es un derecho, muy enturbiado porque el poder se rige por valores muy competitivos, tradicionalmente masculinos. Pedimos cosas como la racionalizaci¨®n de los horarios, m¨¢s teletrabajo¡ No es una necesidad de las madres, es un beneficio social de las personas¡±.
?A qui¨¦n est¨¢ dirigido el libro?
Lo entender¨¢ mejor quien haya o¨ªdo hablar de la crianza con apego. Pero es para que todas las mujeres tengamos m¨¢s opciones para reflexionar. Hay otra forma de criar y vivir la maternidad con placer y elementos de discernimiento. Elegimos, no hacemos las cosas en modo autom¨¢tico como se ha hecho durante tantos a?os.
Hacen ¨¦nfasis en la necesidad de no delegar tanto en figuras externas de autoridad.
?Tanto da?o hacen?
Tendemos a delegarlo todo en esas figuras de autoridad, en m¨¦dicos o pediatras que muchas veces no est¨¢n actualizados. El consejo es ¨¦ste: inf¨®rmate, ll¨¦nate de poder y sigue tu instinto.
?C¨®mo valora el comportamiento, en general, de madres con visibilidad, como pol¨ªticas o famosas?
Tenemos mujeres visibles y madres invisibles. Hace un siglo era impensable ver a mujeres en un Ministerio o altos puestos y ahora, aunque a¨²n no habitual, existe. Hemos conseguido ocupar un espacio p¨²blico y remunerado y por eso hay que agradecer a nuestras antecesoras ese trabajo y esfuerzo. Pero no nos quedemos ah¨ª, muchas queremos trascender ese concepto de liberaci¨®n en el que nos hemos "puesto los pantalones" e ir m¨¢s all¨¢.
Si las ministras madres recientes han elegido voluntariamente priorizar su trabajo y delegar la infancia de sus hijos en otros, enhorabuena porque el sistema actual ya permite eso, antes no. Pero habr¨¢ verdadera igualdad cuando alguna ministra -yo no conozco ninguna- se coja un a?o de excedencia para criar a su beb¨¦ y a s¨ª misma y "le guarden su silla".
Pero no todo el mundo se lo puede permitir.
Quien tiene un por qu¨¦ encontrar¨¢ siempre el c¨®mo. El dinero es una excusa. No falta dinero o informaci¨®n, falta conciencia y voluntad, en general. No se trata de trabajar fuera de casa o no hacerlo sino de entender y atender m¨¢s las necesidades de los ni?os peque?os y las nuestras propias.
Mi cu?ada me recomienda que siga el m¨¦todo Estivill (dejar llorar al ni?o). ?Qu¨¦ le digo?
Sigue tu coraz¨®n. Recupera la cultura de las nanas. Los ni?os no son un tamagotchi. No tienen el bot¨®n de apagar.
?Tengo el enemigo dentro de casa?
El enemigo dentro de casa lo tenemos todas. A los ni?os no hay que hacerles dormir, sino acompa?arles y facilitarles el sue?o. Antes s¨®lo ten¨ªamos eso, opiniones como la de Estivill, Ferber y similares. Pero ahora los cient¨ªficos y expertos explican que las necesidades de sue?o de los beb¨¦s son distintas. Es importante leer otras cosas y ver cu¨¢l es la m¨¢s acertada para las necesidades de tu familia. Es importante, tambi¨¦n, saber que en muchas otras sociedades ¨Cde hecho, en la mayor¨ªa¨C se duerme con los ni?os. Por encima de todo ello lo que queremos mostrar es que hay otras maneras de vivir la maternidad. Y s¨®lo podr¨¢s elegir libremente si conoces m¨¢s opciones.
Ligan su sentimiento de identidad a su rol de madres. ?Pero qu¨¦ pasa cuando el hijo se hace mayor?
La crianza de un ni?o dependiente es solo una etapa y por eso, como mujer decido vivir con intensidad mi rol de madre como lo he hecho en otros momentos vitales, y no perd¨¦rmerlo ni disfrutar de miguitas. Luego la vida sigue y t¨² con ella.? Puedes usar el trampol¨ªn de la maternidad como una etapa de desarrollo personal. Y despu¨¦s, cuando el hijo es m¨¢s independiente, aprovechar todo ese enriquecimiento personal para ti, para reconvertirte o mejorar.
Nadie osar¨ªa decirle a un adolescente o una persona enamorada que se desapegasen de ese momento porque caduca.
?Por qu¨¦ los padres tenemos que castrarnos?
La lactancia, por ejemplo, es para muchas mujeres un elemento de poder femenino. No s¨®lo nos hacemos fuertes a trav¨¦s del trabajo. Porque durante unos meses o a?os de tu vida te dediques m¨¢s a los ni?os y a ti misma no vas a perder todos los trenes porque pasan muchos. Lo insensato es realmente no coger los trenes cuando llaman a tu puerta¡
?Qu¨¦ proporciona la red? ?Por qu¨¦ un libro nacido en la red?
En la sociedad actual no tenemos tribu, y a menudo estamos solas. A falta de tribu, la red nos escucha, nos da cobijo y la posibilidad de compartir nuestros problemas o recibir consejos con una mujer de Chile, otra de Burgos o de Santander. La soledad es el enemigo n¨²mero uno de la mujer moderna.
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