Casarse en una playa, ?sencillo o imposible?
Te contamos los pasos que debes seguir si tu intenci¨®n es dar el ¡®s¨ª, quiero¡¯ frente al mar.
En un pa¨ªs como Espa?a, con casi 8.000 kil¨®metros de costa, la idea de casarse con una boda en la playa puede haber pasado por la cabeza de cualquier pareja en el comienzo de sus lides prenupciales. Adem¨¢s de rom¨¢ntica y desenfadada, una ceremonia y un fiest¨®n a la orilla del mar suena a diversi¨®n tranquila, casi a fiesta de iniciaci¨®n juvenil, sin grandes protocolos, sin solemnidades ni aforo, sin horas de cierre, ?sin tacones!, algo natural y sencillo, como aparece en las pel¨ªculas¡
Pues bien, ese fotograma id¨ªlico que evoca tu cabeza al pensar en una boda playera es lo m¨¢s alejado de la realidad que pueda imaginarse ¡°una boda en la playa es, en realidad, una boda muy exclusiva, con m¨¢s complejidad t¨¦cnica que muchas otras. Al menos en el nivel de celebraciones que nosotros trabajamos, puedo decirte que las bodas en la playa son cualquier cosa menos sencillas¡± lo asegura al tel¨¦fono Sira Antequera, fundadora de S¨ª Quiero y una de las primeras personas que import¨® a nuestro pa¨ªs la profesi¨®n de wedding planner hace ya casi dos d¨¦cadas. Aporta un consejo a las parejas que hayan pensado en esa opci¨®n ¡°que sean realistas con sus expectativas y se planteen c¨®mo es la boda que quieren, qu¨¦ infraestructuras necesitan, qu¨¦ horarios son los m¨¢s adecuados y que cuenten con un profesional que est¨¦ acostumbrado a la log¨ªstica de una boda como esta. Cualquier planteamiento puede llevarse a cabo, S¨ª Quiero ha hecho todo tipo de bodas en todos los sitios imaginables, en este sentido, una boda en una playa p¨²blica es posible, por supuesto, pero a menudo los novios desconocen que tambi¨¦n tiene la posibilidad de acudir a infraestructuras maravillosas que ya est¨¢n pensadas para eso como ?beach clubs u hoteles con acceso al mar o villas privadas¡±, sugiere. Entender las palabras de Antequera requiere hacer un repaso por algo tan poco sugerente como la Ley de Costas para, a continuaci¨®n, adentrarnos en los entresijos de la burocracia nupcial.
Si no quieres llevarte un chasco, lo primero que debes hacer antes de decidir plantear tu boda en esa playa tan encantadora en la que os conocisteis es acercarte al ayuntamiento de la localidad a la que pertenece. Los consistorios suelen ser las entidades encargadas de facilitar los permisos y aplicar la normativa de la autoridad costera, dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentaci¨®n y Medio Ambiente, aunque en algunas ocasiones los tr¨¢mites han de hacerse desde estancias superiores como la Delegaci¨®n o Subdelegaci¨®n del Gobierno. Pero, en cualquier caso, en el municipio te informar¨¢n. Eso s¨ª, no existe un plazo com¨²n para obtener ese permiso en caso de que la playa de tus sue?os, de uso p¨²blico, pueda acotarse para un evento privado. A veces son d¨ªas, a veces semanas y a veces meses. A veces el permiso no ser¨¢ posible por distintos factores, el m¨¢s habitual, la imposibilidad de que la celebraci¨®n de la boda implique la acotaci¨®n del espacio p¨²blico. Es decir, puede que logres tus permisos pero dif¨ªcilmente podr¨¢s impedir testigos desconocidos de tu enlace.
Si a¨²n as¨ª, deseas por encima de todas las cosas tu boda en la playa debes saber que en la cita para la solicitud deber¨¢s informar sobre datos que no se improvisan: lista y detalles del sistema de montaje de elementos que debes instalar como ba?os, generadores el¨¦ctricos, cocinas, etc., lugar en el que pretendes ubicarlos, justificaci¨®n t¨¦cnica de su necesidad, medidas de seguridad, planos de situaci¨®n, emplazamientos o nivel de decibelios que quieras emitir, entre otros.
En funci¨®n de cada normativa se aplicar¨¢ una tasa que var¨ªa seg¨²n la localidad porque la Ley ni proh¨ªbe los eventos privados en las playas ni los permite, de manera que en cada demarcaci¨®n puede haber un criterio diferente y tambi¨¦n distinto precio. En Lanzarote, por ejemplo, apenas hay que depositar una fianza de 300 euros m¨¢s un canon en torno al 10% del beneficio que obtendr¨¢ la empresa organizadora del evento. Pero seg¨²n distintos medios catalanes, celebrar su ceremonia en El Vendrell desde 2013 implica un pago al ayuntamiento de 1.000 euros. Y en Castelldefels las bodas civiles de las parejas empadronadas en la poblaci¨®n barcelonesa llevan una tasa de 1.900 euros que sube hasta los 2.500 para los no empadronados. En ambos casos la tasa solo permite el uso de la playa para la ceremonia civil, no para la fiesta posterior.
La cosa se complica si la pareja desea casarse por la Iglesia, porque pocos obispados permiten celebrar sacramentos fuera de los templos y estos requieren autorizaciones especiales. Y las nupcias laicas tambi¨¦n tienen l¨ªmites. ¡°Espa?a deber¨ªa ser uno de los pa¨ªses con m¨¢s destination weddings de nuestro entorno¡± por tradici¨®n tur¨ªstica, cultural, gastron¨®mica, hotelera y aeroportuaria. Y de hecho, muchos extranjeros desean casarse en nuestro pa¨ªs, tambi¨¦n en las playas, por supuesto, desde que nosotros empezamos en la zona de Marbella hace 17 a?os el mar ha sido protagonista de muchos enlaces. Lo que ocurre es que desde las administraciones no se promueve este mercado. En pa¨ªses como Italia, por ejemplo, es posible alquilar espacios como los Uffizi para la celebraci¨®n de un enlace y apenas hay que cumplir requisitos administrativos complejos. Sin embargo, en nuestro pa¨ªs es necesario demostrar una residencia m¨ªnima de dos a?os de uno de los c¨®nyuges para que el matrimonio sea legal¡±.
As¨ª que las cuestiones administrativas, sumadas a la poca tradici¨®n del uso de espacios p¨²blicos para eventos privados hacen que las bodas id¨ªlicas en nuestro pa¨ªs sean muchas, pero menos de las que podr¨ªan ser seg¨²n Sira Antequera ¡°se trata de un sector en el que Espa?a puede ser muy competitivo. Podr¨ªamos liderar el mercado europeo de bodas de destino porque tenemos condiciones de sobra para hacerlo. No existen muchos pa¨ªses con costas como las nuestras, con tantas estrellas Michellin, aeropuertos, rutas tur¨ªsticas, hoteles de lujo o tan apetecibles para una pareja y sus invitados como Espa?a. Pero todav¨ªa no se impulsa lo suficiente. Creo que en el futuro se har¨¢ y las instituciones entender¨¢n que potenciar Espa?a como destino de bodas internacionales es un plan muy sensato que puede traer grandes beneficios al pa¨ªs¡±. Cuando eso ocurra, casarse en alguno de nuestros 8.000 kil¨®metros de playa tendr¨¢ por fin, el encanto de lo sencillo.
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