De ¡®freelance¡¯ en Madrid a vivir en Bali: c¨®mo cambi¨¦ de vida en 10 pasos
¡°Todo el mundo puede¡±, asegura Osiris Mart¨ªnez, la periodista protagonista de esta historia. Ella nos cuenta los pasos que la convirtieron en n¨®mada digital.
Mi nombre es Osiris Mart¨ªnez, tengo 33 a?os, y soy lo que muchos llaman una ¡®n¨®mada digital¡¯. Mi ordenador es mi oficina y os escribo estas l¨ªneas desde mi casita de Bali. Hace algo m¨¢s de dos a?os, mi entorno era diferente. No hab¨ªa arrozales alrededor de mi sal¨®n sin paredes y enviaba mis trabajos de redactora y estilista freelance desde mi peque?o apartamento de Madrid. Mis d¨ªas eran un tanto mon¨®tonos, estresantes, y los recuerdo con un tono gris que ha ido desapareciendo por completo en esta pasada veintena de meses. Ahora todo es distinto: vivo en Asia, ando descalza y saludo a la gente en indonesio cuando voy a hacer la compra al mercado. Cuando me preguntan c¨®mo lo he hecho, o me animan y felicitan dici¨¦ndome que soy una valiente por haberle dado un giro tan grande a mi d¨ªa a d¨ªa, y que ?ojal¨¢ ellos pudieran?, no puedo evitar contestar que ?todo el mundo puede?. No creo que exista una gu¨ªa de uso para todo aquel que desee darle un giro a su existencia, pero s¨ª que puedo relatar mi experiencia, con la esperanza de, tal vez, inspirar, ayudar o motivar. Estos fueron los 10 pasos de mi inmersi¨®n en la vida de una ¡®n¨®mada digital¡¯.
1. La llamada del cambio
Como primer paso, me gustar¨ªa mencionar la necesidad de identificar. Tuve que identificar el origen de mi malestar, de lo que me hac¨ªa sentir realmente la necesidad de cambiar. Mi detonante fue de darme cuenta de que lo que me rodeaba ya no me emocionaba. Me encantaba mi trabajo, Madrid me daba confort y cierta seguridad y las cosas no me iban demasiado mal, pero algo me dec¨ªa constantemente que ten¨ªa que ver y vivir algo diferente. Me faltaba intensidad, pasi¨®n, emociones. Estaba anestesiada y no soportaba esa anestesia. Mi mayor dolor era provocado por el sentimiento de ser extra?a, de no comulgar con la gente que me rodeaba y de no coincidir con el ritmo que me impon¨ªa el pa¨ªs en el que viv¨ªa. Y creo que eso fue clave. Necesitaba claramente cambiar de aires.
2. El primer viaje
Creo que es importante ir paso a paso. Al ser freelance, mi decisi¨®n fue sencilla: eleg¨ª (de forma bastante casual) viajar sola a Bali. Mi idea era irme tres semanas¡y la experiencia fue tan buena que decid¨ª quedarme un mes y medio. Ese viaje me hizo darme cuenta de que tal vez exist¨ªa otro modo de vida que me correspond¨ªa m¨¢s que el que ten¨ªa. Durante mi viaje conoc¨ª a mucha gente joven, viajeros independientes e incluso ¡®n¨®madas¡¯ que viv¨ªan viajando y trabajando online desde todo aquel lugar que visitaban. Prob¨¦ a imitarles esas semanas, y descubr¨ª que pod¨ªa perfectamente trabajar de forma remota con la mayor¨ªa de mis clientes¡ y regres¨¦ a Madrid.
3. Volver a ¡®casa¡¯ y cambiar de perspectiva
Tras ese primer viaje revelador, regres¨¦ a Madrid y a mi rutina de freelance. Sin embargo, ya nada era igual. Ahora, mi estancia en Espa?a se impregnaba de un sabor a temporalidad, y mis d¨ªas se consum¨ªan con el fin de generar m¨¢s dinero y cumplir con mis deberes laborales para ponerle fecha a mi pr¨®ximo viaje en solitario. ?Mi plan? Esperar unos meses y viajar de nuevo a Asia. Visitar¨ªa Vietnam unos 15 d¨ªas en ?plan mochilero?, para luego regresar a Indonesia y quedarme all¨ª un mes y medio. La vida en el sudeste asi¨¢tico es bastante m¨¢s barata que en Espa?a. Iba a perder alg¨²n cliente por ausentarme tanto, claro. Pero en pa¨ªses en los que comer te puede salir por menos de dos euros, no necesitaba tanto dinero¡ni trabajar tanto.
4. Viajar de nuevo, pero de otra manera
Y as¨ª fue. Recorr¨ª Vietnam y volv¨ª a Indonesia. En mi primer viaje, me hab¨ªa enamorado especialmente de una isla llamada Gili Air, muy cerca de Bali. Volv¨ª a Gili y me ¡®instal¨¦¡¯ ah¨ª por m¨¢s de un mes. Me empe?¨¦ en aprender a hablar indonesio y adopt¨¦ esa peque?a isla como un lugar provisional de residencia. Y creo que ese fue tambi¨¦n un paso importante. No es lo mismo viajar y hacer turismo que trasladar (y adaptar) tu rutina personal y laboral a un nuevo lugar. Experimentar lo que pod¨ªa ser mi vida de n¨®mada digital en la otra punto del mundo me ayud¨® a confirmar que me atra¨ªa de verdad es idea y que tal vez era hora de pensar en emprenderla.
5. Volver de nuevo para soltar, vaciar, liberarse
Todo el proceso de mi ?cambio de vida? me hizo darme cuenta del peso (real y simb¨®lico) que tienen los objetos. Tenemos casas llenas de cosas que nos atan, de objetos que no son m¨¢s que pesos que nos anclan a un lugar. Empec¨¦ a limpiar, a ordenar, a vender y a deshacerme de un mont¨®n de objetos, de ropa, de muebles incluso¡Y cuanto m¨¢s me desprend¨ªa de ellos, m¨¢s libre me sent¨ªa. Mi manera de afrontar el dinero y los bienes materiales ya hab¨ªa cambiado: mi cerebro empez¨® a calcular en rupias indonesias todo el rato y ya todos mis gastos superficiales me parec¨ªan un esc¨¢ndalo. Mi nueva mente ahorradora se puso en marcha y dej¨¦ de comprar. Si viajas, viaja con una mochila ligera.
6. Aceptar la incertidumbre y escucharse de verdad
No pens¨¦is que todo es un camino de rosas. A pesar de saber que quer¨ªa probar, que quer¨ªa dar el paso y apostar por un cambio, surgieron (y siguen surgiendo) dudas. Todo el rato. Dudas que me ralentizaban, incertidumbres que me frenaban y que alguna vez amenazaron por pararme y cancelar el proyecto que se estaba formando. Creo que todas esas dudas est¨¢n gobernadas por el miedo. Y, justamente ¨¦l es mi punto n¨²mero 7.
7. Definir el miedo para afrontarlo
Me di cuenta de que dejarlo todo, emprender un nuevo camino o simplemente acariciar la idea de cualquier gran cambio tiene un enemigo principal: el miedo. ¡®?Y si no encuentro trabajo?¡¯, ¡®?Y si pierdo todo lo que tengo aqu¨ª y no encuentro nada all¨ª?¡¯, ¡®?Y si me doy cuenta de que me he equivocado y ya es demasiado tarde?¡¯, ¡®?Y si me quedo sin clientes y dejo de tener dinero para vivir?¡¯¡ Todas esas preguntas (y muchas m¨¢s) rondaron mi cabeza m¨¢s de una vez, pero me di cuenta de que la ¨²nica forma de obviarlas era simplemente tratar de darles una respuesta. ?La conclusi¨®n? Siempre podr¨ªa salir adelante: vivir en Asia no me iba a costar tanto (una habitaci¨®n en un guesthouse en la mejor zona de Bali o en muchos lugares de Asia no sobrepasa los 300/400 euros al mes y la vida diaria es mucho m¨¢s barata que en Espa?a). Si me arruinaba, siempre podr¨ªa regresar a casa de mis padres y rebotar¨ªa como siempre lo hab¨ªa hecho cada vez que hab¨ªa estado en el paro.
8. Aceptar el desapego, la p¨¦rdida y la lejan¨ªa
Alejarte de tu c¨ªrculo, de cierto sistema y de tu ?base? de origen conlleva p¨¦rdidas. Perd¨ª contacto con amigos que cre¨ªa muy cercanos, mucha gente no me comprendi¨® ni me apoy¨®¡y la distancia hace el olvido muchas veces. Creo que aceptar eso es importante: para cambiar, en ocasiones, tendr¨¢s que prescindir de elementos de tu actualidad. Es inevitable. Y, a veces, las personas forman parte de esos elementos. Pero no pasa nada: conoc¨ª a otras personas maravillosas que me acompa?an ahora y seguir¨¦ conociendo a personas nuevas.
9. Preparar el salto
Una vez tomada la decisi¨®n de cambiar el peso de mi balanza y de trasladar mi base de operaciones a Bali, me puse a organizar. Ya llevaba meses ahorrando (poco a poco, decid¨ª gastar menos para viajar m¨¢s) y solo me quedaba encontrar casa all¨ª (vivo en una peque?a villa de dos habitaciones con piscina en la zona m¨¢s cool de Bali por unos 500 euros al mes), conseguir mantener una cartera de clientes con la que podr¨ªa seguir trabajando en remoto sin problema, meter todas mis cosas en un trastero (55 euros al mes), suspender mi l¨ªnea de tel¨¦fono¡?y comprar mi billete de ida sin vuelta!
10. Irte, y dejarte llevar
Ahora que he dado el salto, solo me queda vivir mi nueva etapa, emprender mi aventura y saborear mi nuevo presente. Creo que mirar demasiado hacia el futuro o pensar en el pasado es un error que hace mucha gente. Cuando me preguntan cu¨¢nto tiempo pienso quedarme en Bali, no puedo dar una respuesta. No la conozco. De momento, sigo escribiendo para algunas revistas espa?olas, hago traducciones, he montado mi peque?a marca de productos ecosostenibles, imparto coachings nutricionales (tambi¨¦n me gradu¨¦ online durante todo este tiempo), cuento todas mis vivencias en Instagram y estoy empezando a asesorar tambi¨¦n a viajeras que se vienen solas a Bali. Pero no s¨¦ d¨®nde terminar¨¦, ni c¨®mo evolucionar¨¢ este nuevo viaje. Y tampoco me preocupa demasiado.
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