Correr un marat¨®n embarazada, ?reto o barbaridad?
Cada vez son m¨¢s las mujeres que se atreven con los m¨ªticos 42 kil¨®metros mientras gestan a sus beb¨¦s. No est¨¢ prohibido, pero conlleva riesgos.
Cuando Kathrine Switzer la li¨® parda corriendo de tapadillo en el marat¨®n de Boston all¨¢ por 1967 (entonces solo pod¨ªan participar varones) no pod¨ªa ni imaginar que, casi medio siglo despu¨¦s, ej¨¦rcitos de mujeres se apuntar¨ªan a las cientos de carreras que se celebran en todo el mundo y que algunas de ellas incluso llegar¨ªan a cruzar la meta del marat¨®n embarazadas. ¡°En general, si me preguntan si una gestante puede correr un marat¨®n sin arriesgar su salud o la del feto la respuesta es, rotundamente, no. Pero, excepcionalmente, aquellas mujeres ¨Cprofesionales o aficionadas¨C que vienen manteniendo un nivel alto de entrenamientos pueden atreverse con los 42 kil¨®metros¡±, explica Soraya Casla, especialista en entrenamiento y mujer en Running Company.
La cuesti¨®n hace hervir los foros de runners cada vez que una mujer, con su oronda barriga, se enfrasca en la m¨ªtica distancia. La ¨²ltima (conocida) es Amy Kiel. A sus 34 semanas de gestaci¨®n culmin¨® el marat¨®n de Boston en algo m¨¢s de cuatro horas (4:19:19). Era su tercer marat¨®n. Lo corri¨® con las bendiciones de su toc¨®logo. Casi en una hora m¨¢s de su tiempo habitual (se inscribi¨® con 3:23:13). Y esa es la primera premisa a tener presente antes de atarse las zapatillas: hay que correr m¨¢s despacio s¨ª o s¨ª. El coraz¨®n de la madre trabaja para ella y para el beb¨¦. Si las piernas exigen m¨¢s energ¨ªa, el organismo va a priorizar esa necesidad frente a alimentar al beb¨¦ (como si nos persiguiera un depredador en la ¨¦poca de las cavernas) y la criatura podr¨ªa sufrir privaci¨®n de ox¨ªgeno. ¡°Para evitarlo la clave est¨¢ en no superar el 70% de la intensidad card¨ªaca, teniendo en cuenta que ese 70% no es igual para todas. Cada coraz¨®n y cada cuerpo son diferentes. Habr¨¢ mujeres cuyas pulsaciones aumenten mucho durante la gestaci¨®n; otras, menos¡±. Algunos ginec¨®logos ponen ese l¨ªmite en las 140 pulsaciones. Casla se subleva. ¡°Hay runners que pueden alcanzar las 145 pulsaciones sin sobrepasar ese 70%. Como norma general lo mejor es someterse a un chequeo m¨¦dico para ir sobre seguro. Y si no, siempre funciona la pauta de mantener un ritmo de carrera que permita mantener una conversaci¨®n normal sin perder el resuello¡±.
Amy Kiel al terminar el marat¨®n de Boston embarazada de 34 semanas.
Como entrenadora no se cansa de insistir en que en ese estado se puede correr de forma moderada pero nunca competir. Tambi¨¦n hay que tener en cuenta que hay que evitar el primer y el ¨²ltimo trimestre de gestaci¨®n? En otras palabras, que van a hacer marcas muy por debajo de lo normal y que el entrenamiento previo tambi¨¦n deber¨¢ modificarse. ¡°Hay que descartar los trabajos de velocidad, las series y los isom¨¦tricos (abdominales hipopresivos, flexiones¡). Son ejercicios en los que la frecuencia card¨ªaca se acerca al 100%. Adem¨¢s, se eleva la temperatura corporal, un riesgo que no siempre se tiene en cuenta¡±, recuerda.
Al correr se entra en calor. No es una novedad. Pero convertir el interior de la placenta en una t¨®rrida habitaci¨®n puede ser fatal para el feto. ¡°Hay estudios que sugieren una posible correlaci¨®n entre la teratog¨¦neis (malformaciones del feto) y un aumento de la temperatura por encima de 39-40?C¡±, advierte Mariella Lilue, experta en Obstetricia en el Instituto Palacios. ¡°Una corredora puede medir con su puls¨®metro la frecuencia card¨ªaca, ir administr¨¢ndose geles y bebidas energ¨¦ticas para no quedarse sin glucosa ni amino¨¢cidos, pero, ?c¨®mo sabe exactamente a qu¨¦ temperatura est¨¢ su cuerpo? Porque no es lo mismo correr en Nueva York con temporal que en Sevilla bajo un sol de justicia¡±. El riesgo es especialmente alto en el primer trimestre, cuando a¨²n se est¨¢n formando los ¨®rganos y muchas madres ni siquiera saben que est¨¢n embarazadas.
Para Miguel ?ngel Rodr¨ªguez Zambrano, jefe del servicio de Ginecolog¨ªa y Obstetricia de Hospital Madrid Puerta del Sur, el marat¨®n son palabras mayores. ¡°En cada competici¨®n vemos a corredores desorientados, deshidratados¡ Si cualquier deportista, incluso ol¨ªmpico, puede sufrir una ¡®p¨¢jara¡¯ o un ¡®golpe de calor¡¯ en mitad de esa carrera, una gestante con m¨¢s raz¨®n. Adem¨¢s, durante esas dos, cuatro o las horas que tarde, el cuerpo consume gran cantidad de energ¨ªa, se pierden sales minerales con el sudor y se destruyen muchos gl¨®bulos rojos. En mi opini¨®n es un est¨ªmulo excesivo al que solo se deber¨ªan someter deportistas muy entrenadas y asumiendo que hay un riesgo. Ya solo el aumento de la relaxina, la hormona que facilita la dilataci¨®n de las articulaciones, favorece las torceduras. Y el abdomen, al presionar el diafragma, dificulta la respiraci¨®n¡±. Adem¨¢s, la columna se curva para compensar la variaci¨®n del centro de gravedad por la irrupci¨®n de la tripa. ¡°Si ya es m¨¢s dif¨ªcil mantener el equilibrio en un autob¨²s, tanto m¨¢s con el cansancio acumulado tras cuatro horas de carrera¡±, recalca la doctora Lilue. Sin ponerse agorera, Casla recuerda que ¡°correr con el peso del feto y la placenta presionando el suelo p¨¦lvico lo empeora mucho¡±. Y otro apunte antes de plantearse los 42 kil¨®metros: ¡°Muchas de las cardiopat¨ªas en mujeres se originan durante el embarazo. Forzar el coraz¨®n agrava este riesgo¡±. Todos coinciden en que la recuperaci¨®n tras la carrera, dura para cualquier corredor, puede ser exhaustiva para una gestante.
Cada vez m¨¢s mujeres embarazadas se animana a correr. Los m¨¦dicos recomiendan hacerlo de forma moderada.
Corbis
Dado el auge popular de las carreras muy exigentes (marat¨®n, ironman, grandes trails¡ ) algunos organismos ya empiezan a establecer reglamentos muy estrictos para evitar lesiones e, incluso, fallecimientos de los participantes. El Gran Trail de Pe?alara, por citar una prueba emblem¨¢tica en Espa?a, impone desde este a?o a los participantes en la distancia de 110 km presentar un certificado m¨¦dico y acreditar que ya han corrido alguna carrera de 60 kil¨®metros. Por su parte, la Federaci¨®n de Deportes de Monta?a y Escalada (FEDME) acaba de prohibir expresamente la utilizaci¨®n de sandalias de running y exige un calzado de trail running ¡®con buen agarre¡¯. ¡°Tal vez habr¨ªa que plantear la posibilidad de que, si una mujer embarazada quiere participar en un marat¨®n, deba presentar un certificado acreditando estar en forma f¨ªsica suficiente para acometer la carrera¡±. La doctora Lilue, en cambio, no comparte esta opini¨®n. ¡°Funcionar¨ªa en un estudio de laboratorio, pero en un marat¨®n influye tanto la forma f¨ªsica como el trazado, la altimetr¨ªa o la meteorolog¨ªa. Un d¨ªa lluvioso hay m¨¢s riesgo de resbalones, pero si hace mucho calor, se puede llegar a la hipertermia. Sin contar con los inevitables empujones¡±.
En ocasiones la realidad pone a prueba el tes¨®n (o la temeridad, seg¨²n a qui¨¦n se pregunte) de las madres. Fue el caso de Amber Miller, que sinti¨® contracciones mientras corr¨ªa el marat¨®n de Chicago. A¨²n as¨ª, la termin¨®, se tom¨® un s¨¢ndwich tras cruzar la meta y, despu¨¦s, se march¨® al hospital. Horas m¨¢s tarde nac¨ªa su segunda hija, June. Perfectamente sana. No era la primera vez que corr¨ªa un marat¨®n (llevaba nueve a sus espaldas) ni la primera que lo hac¨ªa embarazada (tambi¨¦n lo hizo en el anterior). Para el doctor Rodr¨ªguez es tentar demasiado a la suerte: ¡°Si una vez nacido el ni?o, la madre o el padre hacen algo que ponga en riesgo su la vida, los servicios sociales pueden retirarles la custodia. Sin embargo, ?qui¨¦n protege al feto en caso de una ca¨ªda o de falta de ox¨ªgeno que produzca una lesi¨®n durante una carrera de la madre?¡±. La pol¨¦mica est¨¢ servida.
La corredora Alysia Montano antes de empezar los 800 metros del campeonato de Sacramento.
Getty
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