Cuando quererse a una misma tambi¨¦n resulta ser un privilegio
¡°Cada vez es menos rara una mujer con alta autoestima, pero a algunas nos cuesta evidenciarlo¡±.
Una vez tuve un trabajo en el que nos ped¨ªan hacer una revisi¨®n de desempe?o anual. A principios de a?o rellen¨¢bamos un formulario online para enunciar unos objetivos y a finales ten¨ªamos la evaluaci¨®n. Hab¨ªa un apartado en el que t¨² misma deb¨ªas calificarte eligiendo de una a cinco estrellas (como los restaurantes Michelin o los productos de Amazon) y otra secci¨®n justo debajo donde, una vez terminada tu valoraci¨®n, tu m¨¢nager puntuaba tu labor del mismo modo. La primera vez que pas¨¦ por esto me puse cinco estrellas en todo, ?hala!, convencida de mis logros y ejecuci¨®n de tareas y de que, en consecuencia, merec¨ªa un aumento de sueldo. Mi m¨¢nager, que me hab¨ªa dado tres estrellas a lo sumo, me baj¨® de la nube mostr¨¢ndome con ejemplos lo que hab¨ªa que hacer para sacar mejores notas. Tras el bajonazo inicial, continu¨¦ trabajando al ritmo de siempre, es decir, igual (o peor, m¨¢s desganada, seguro), pero al hacer la autoevaluaci¨®n al final de aquel a?o me di un m¨¢ximo de tres estrellas, en algunos campos s¨®lo dos, e incluso a?ad¨ª comentarios con ejemplos sobre c¨®mo podr¨ªa haber mejorado mi trabajo. Esta vez mi m¨¢nager escribi¨® en el espacio reservado a ¡°Observaciones¡± que nada de dos ni tres estrellas, que merec¨ªa cinco en todo y la consecuente subida salarial. (?Bieeeen?).
Este tipo de experiencias me han llevado en no pocas ocasiones a confundir la imagen ¨ªntima que tengo de m¨ª con la que se espera y he de proyectar en favor de proteger mis propios intereses, algo as¨ª como un olor corporal que estar¨ªa orgullosa de mostrar si no fuera porque ha acabado convertido en el famoso pedo bajo la s¨¢bana que s¨®lo su due?o es capaz de soportar.
S¨¦ que cada vez resulta menos raro conocer a una mujer con alta autoestima, pero a algunas a¨²n nos cuesta evidenciarlo porque nos han ense?ado a verlo como algo aberrante, algo as¨ª como besar con lengua a tu hermana. Hemos sido funambulistas que deben permanecer siempre a mitad del cable: lista, pero no sabionda, nada pacata pero tampoco audaz, ni muy estrecha ni muy puta, y cuando yo ya estaba encaminada a superar ese absurdo he encontrado otra grieta en la autoestima que suena a mujer, qui¨¦rete mucho ahora que has entrado en el mercado com¨²n pero, por favor, que no se te note, no vaya a ser que est¨¦s equivocada.
?C¨®mo va a ser un error amarte? Desde luego, hacerlo abiertamente y sin que chirr¨ªe es un privilegio y si alguna vez esta mierda ha ocupado alg¨²n minuto de tu tiempo ser¨¢ porque tu autoestima no es tan alta como cre¨ªas, me digo. Y como est¨¢s harta de marearte en ese p¨¦ndulo que oscila entre quererte mucho y no quererte nada, y adem¨¢s deseas preservar ese amor que en el fondo te profesas, decides que lo mejor es llevar esa pasi¨®n prohibida en secreto, as¨ª no vendr¨¢ nadie a bajarte los humos ni tendr¨¢s que volver a poner energ¨ªa en reconstruirte, cuando lo ideal ser¨ªa hacer que el p¨¦ndulo parase y que tu autoestima no dependiera de los dem¨¢s, pero, de momento, parece m¨¢s f¨¢cil bajarse, besarse a oscuras y estar tranquilas.
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