Instagram y salud mental: ?por qu¨¦ se queman las ¡®influencers¡¯?
En los ¨²ltimos d¨ªas, tanto Dulceida como Laura Escanes han hablado de su necesidad de descansar de las redes, aunque esos descansos han sido calificados como demasiado cortos. ?Cu¨¢ndo y cu¨¢nto hay que parar?
El pasado fin de semana, Aida Dom¨¨nech, la influencer m¨¢s conocida como Dulceida, public¨® un post en el que dec¨ªa a sus casi tres millones de seguidores que paraba, que necesitaba descansar para cuidar su salud mental. Relataba que se acababa de morir su abuela y que llevaba meses sufriendo acoso constante en redes sociales. ?Soy una mujer fuerte pero siento que ahora mismo estoy cargando con mucho y esto no puede ser un peso m¨¢s, no me siento con fuerzas?, aseguraba en la publicaci¨®n, que continuaba indicando que esperaba tener esas fuerzas en septiembre y ?volver a tope?. Entre los miles de mensajes de apoyo que recibi¨®, algunos algo m¨¢s cr¨ªticos cuestionaban que un descanso de menos de dos semanas fuese a ser suficiente.
Dos d¨ªas antes, Laura Escanes hab¨ªa comunicado a su mill¨®n y medio de followers que acababa de pasar diez d¨ªas sin Instagram en el m¨®vil. ?Supongo que todos en alg¨²n momento necesitamos parar. No os voy a mentir, he pasado ¨¦pocas mejores?, explicaba en el texto, ya de vuelta y a punto de retomar su ritmo normal de publicaci¨®n.
La actriz Sara S¨¢lamo tambi¨¦n dej¨® Twitter hace unos d¨ªas con el objetivo de ?cuidarse y cuidar? y otra influencer, @Luceral, ha publicado hace unas horas un v¨ªdeo en el que contaba que hab¨ªa desaparecido tres semanas de Instagram por ansiedad. Todos estos ejemplos transmiten que estas mujeres no lo est¨¢n pasando bien. Si esto es as¨ª, ?no son sus parones demasiado cortos?
?Solemos recomendar a los pacientes que nos llegan con problemas de adicci¨®n al m¨®vil o a las redes sociales como m¨ªnimo entre uno y dos meses?, explica Raquel Moy¨¢, directora ejecutiva de Y Psi Hablamos? Psic¨®logos Online. Ninguna de las dos influencers habla de adicci¨®n, pero cuando una siente que las redes ¨CInstagram, en este caso¨C le pesan y que necesita desconectar, es posible que se haya detectado una relaci¨®n t¨®xica con ellas. Cuando adem¨¢s las redes son tu trabajo, dejarlo tiene implicaciones extra.
?Al ser su forma de vida ¨Cy su vida es monetizada a trav¨¦s de las redes sociales¨C, quiz¨¢ no quieran tomarse ese descanso por cuestiones econ¨®micas o contractuales?, explica la experta. Sin embargo, ?lo que realmente te devuelve la perspectiva sobre lo importante de la vida y tu salud mental es estar un tiempo lo suficientemente distanciada. Sin ese tiempo, realmente sirve de poco parar?, indica.
La conversaci¨®n sobre el impacto que tienen las redes sociales sobre nuestra salud mental no es nueva. Instagram, en particular, es la m¨¢s perjudicial,?seg¨²n un estudio de 2017 realizado por la Royal Society of Public Health y la Universidad de Cambridge. Las y los influencers, que a veces son culpados tambi¨¦n de potenciar las expectativas irreales sobre cuerpos y estilos de vida, no est¨¢n a salvo de caer en esa espiral negativa. ?Si eres influencer, tu trabajo tiene que ver con tu imagen y con mostrar partes de tu vida para generar empat¨ªa en las personas que consumen tu contenido?, se?ala Juan Nieto, director del Instituto Espa?ol de Psicolog¨ªa Positiva (IEPP) en Madrid. ?Mostrarse aut¨¦ntico implica hacer part¨ªcipes a los dem¨¢s de partes ¨ªntimas de tu vida, como una relaci¨®n amorosa o una decisi¨®n importante. Y esto hace que muchas personas que est¨¢n vi¨¦ndote puedan criticar o tener una opini¨®n sobre lo que haces. Si esto coincide con que uno o una misma se critique duramente, le damos m¨¢s gasolina a algo que ya viene desgastando nuestra autoestima desde dentro?, apunta.
Comentarios negativos y esclavitud en la producci¨®n de contenido
La productora Marta Cabrera abri¨® su cuenta de Instagram, @redwoodbird, en 2012 como lugar heredero del Fotolog en el que expresarse, compartir cosas e impregnarse de inspiraci¨®n. Hace cinco a?os tuvo a su primera hija y, como estaba lejos de familia y amigas, us¨® la red social para conectar con otras madres con un estilo de crianza similar. ?Fue todo muy natural?, asegura. En aquellos primeros tiempos, compart¨ªa todo lo que se le pasaba por la cabeza y se abr¨ªa much¨ªsimo. Ahora, con m¨¢s de 30.000 seguidores e Instagram como una fuente de ingresos m¨¢s, nota que su actitud ha cambiado. ?Ha llegado un punto en el que lo he ido pasando cada vez peor y cada vez soy m¨¢s as¨¦ptica. Publico de una forma que me mojo menos, me explico menos, creo que es como una forma de protegerme?, explica.
De lo que se protege es de las cr¨ªticas y comentarios negativos que nota que empezaron a aparecer cuando empez¨® a hacer publicidad a trav¨¦s de su cuenta en la aplicaci¨®n. ?Solo hago publicidad de cosas que van un poco conmigo y siempre lo indico e intento ser clara?, asegura, ?pero ah¨ª es cuando he empezado a recibir muy pocos, pero algunos, comentarios muy negativos?. En lo de que son una minor¨ªa insiste mucho, pero tambi¨¦n en c¨®mo le afectan precisamente por la naturaleza del trabajo como influencer.
?Te expones mucho m¨¢s porque al final no est¨¢n hablando de un producto que vendes?, explica. Lo compara con su trabajo principal, el de productora. ?Cuando haces una peli luego ves las cr¨ªticas y algunas son devastadoras y te quedas hecha polvo, pero al final est¨¢n hablando de un producto, una pel¨ªcula. No es lo mismo cuando est¨¢n hablando de ti o tu familia o lo que has dicho, al final inevitablemente afecta mucho m¨¢s?, reflexiona. Como ejemplo, cuenta que de su primera hija comparti¨® much¨ªsimo sobre lactancia. En cambio, de su hija peque?a, que tiene a?o y medio y sigue tomando pecho, apenas ha sacado un par de fotos mamando. ?Nada m¨¢s porque todo molesta?, se lamenta.
Tambi¨¦n le llama la atenci¨®n que mucha gente se forma una idea de c¨®mo es ella a trav¨¦s se lo que publica y, si alguna vez comparte algo que va en contra de esa imagen que se han creado, hay quien se lo echa en cara. ?Ni mi vida es slow ni yo soy un ser de luz ni he dicho jam¨¢s que mis hijas no coman chocolate ni soy la nieta de Maria Montessori, pero es como que la gente sentencia c¨®mo eres?, comenta.
Otro de los aspectos que nota que ha llegado a tener un impacto negativo en su salud mental es que el algoritmo de Instagram premia la presencia y penaliza que no pases el d¨ªa en la app. ?Parece que si no est¨¢s constantemente generando contenido [la aplicaci¨®n] hace que no te vean?, explica Cabrera. Cuando las visualizaciones y likes no son solo un agradable ba?o para el ego, sino que tambi¨¦n condicionan el inter¨¦s que las marcas pueden tener en ofrecerte colaboraciones pagadas, es f¨¢cil caer en el querer estar siempre ah¨ª. ?A principios de verano mis seguidores no se correspond¨ªan con las visualizaciones que luego ten¨ªa y me llegu¨¦ a obsesionar un poco?, explica la responsable de @redwoodbird. Finalmente, fue capaz de cambiar el chip y pasar un poco. Se ha puesto un l¨ªmite de pantallas y se perdona si no publica siempre. ?En ¨¦pocas en las que estoy m¨¢s baja o m¨¢s triste me desconecto m¨¢s. Mi cuenta ya no crece como crec¨ªa, pero me da igual. El cuerpo me pide estar m¨¢s tranquila?, concluye.
Cu¨¢ndo desconectar
Tanto para influencers como para gente de a pie, hay momentos en los que, como Dulceida o Laura Escanes, es necesario parar un poco, repensar la relaci¨®n que tenemos con las redes sociales y detectar si nos estamos quemando. ?Notar que perdemos la ilusi¨®n por hacer lo que en otros momentos s¨ª nos ilusionaba o tener una sensaci¨®n de fatiga constante son indicadores que pueden ser la antesala a un estado de ¨¢nimo un poco m¨¢s depresivo?, explica el psic¨®logo Juan Nieto, director del IEPP de Madrid.
Adem¨¢s, hay que estar atento a c¨®mo nos afecta el uso que hacemos de las redes sociales. ?Ser¨ªa interesante ver c¨®mo las estamos utilizando y qu¨¦ contenido consumimos con m¨¢s frecuencia. No es lo mismo ver recetas que ver modelos o deportistas, donde nos podemos comparar y da?ar nuestra autoestima?, indica el experto.
La psic¨®loga Raquel Moy¨¢, por su parte, a?ade que una de las primeras se?ales de alarma suele ser el tiempo que pasamos en las redes sociales. M¨¢s de 45 minutos diarios le parece ya preocupante. Hay m¨¢s se?ales a las que estar atentos. ?Si notas que tu estado de ¨¢nimo fluct¨²a mucho despu¨¦s de entrar en las redes sociales quiere decir que has entrado en la espiral de subidas y bajadas de autoestima. Si tienes problemas para conciliar el sue?o. Si tu vida real se ha vuelto una esclava de Instagram, es decir, si haces cosas solo para publicarlas o sientes la necesidad de compartir constantemente lo que haces, si tu vida est¨¢ m¨¢s en el online que en el offline, claramente hay que tomarse un descanso. Otros s¨ªntomas pueden ser la irritabilidad y, de la misma forma que en un burnout [s¨ªndrome del quemado], problemas para mantener la atenci¨®n y un estado de alarma constante que te hace chequear demasiado a menudo las redes. Son todo signos de que algo no va bien?, apunta.
Por su parte, a las y los influencers que quiz¨¢ no se puedan permitir un descanso prolongado (aunque llegado un punto de agotamiento va a ser ?lo ¨²nico que te devuelva la salud?), les recomienda pautar descansos ?m¨¢s breves y constantes, de igual forma que el resto nos vamos tomando d¨ªas de vacaciones?. Adem¨¢s, considera que es muy importante que fortalezcan su autoestima en terapia. ?Las nuevas profesiones traen con ellas nuevas formas de mala salud mental y creo que no est¨¢bamos preparadas para las consecuencias de ser influencer?, asegura.
Por ¨²ltimo, lo m¨¢s importante: ?Que no se olviden de proteger algunas partes de la vida y hacerlas ¡°espacios libres de redes sociales. Tu vida no es una performance para Instagram: apaga el m¨®vil de vez en cuando?.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.