No son unicornios: personas que tienen una relaci¨®n sana con las redes sociales
Estar presente en las redes sociales y que estas no se coman tu vida es posible. El truco principal: ser t¨² quien tiene control sobre ellas y no a la inversa.
Si sali¨¦ramos a la calle y pregunt¨¢ramos a personas aleatorias si tienen perfiles en alguna red social, acabar¨ªamos teniendo la sensaci¨®n de que se trata de una actividad casi obligatoria. Seg¨²n Statista, por ejemplo, en 2020 hab¨ªa unos 22 millones de perfiles de Facebook en Espa?a (es decir, m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n). Instagram, por su parte, alcanz¨® los 20 millones de usuarios en Espa?a ese mismo a?o. TikTok estaba cerca de los 9 millones de usuarios activos y Twitter andaba por los 4,1 millones.
Sin embargo, al leer muchas de las noticias sobre redes sociales tambi¨¦n es f¨¢cil llegar a la conclusi¨®n de que participar en ellas es como un deporte de riesgo: crean dependencia, est¨¢n relacionadas con much¨ªsimos problemas de salud mental, muchas de las personas responsables de su creaci¨®n no dejan que sus hijos se acerquen a ellas¡ ?Es posible mantener una relaci¨®n sana con las redes sociales o la ¨²nica relaci¨®n sana con ellas es la que no existe?
¡°Digo que mi uso de redes sociales es saludable porque, b¨¢sicamente, soy yo quien las controla y no viceversa¡±, explica Cecilia F. Santom¨¦, escritora. Tiene perfiles en Instagram y Twitter y asegura que su enfoque es ¡°puramente instrumental¡±. En Instagram muestra sus lecturas y placeres culturales y comparte fragmentos de sus escritos, pero admite que solo est¨¢ ah¨ª porque cree que al ser una escritora nueva de un sistema literario peque?o y perif¨¦rico (el gallego), ese tipo de exposici¨®n es imprescindible. Twitter lo usa m¨¢s para estar al d¨ªa de las novedades del mundo de la cultura. En ambos casos, se define como una consumidora muy pasiva: ¡°Apenas interact¨²o, no comento, mucho menos entro en debates¡±. No tiene la aplicaci¨®n de Twitter en el m¨®vil (Instagram s¨ª porque la versi¨®n de escritorio no le parece suficiente), va por la calle sin conectar los datos y deja de usar el tel¨¦fono mucho antes de acostarse.
Ese control del que habla Santom¨¦ es el que, para la psic¨®loga Valeria Sabater, define una buena relaci¨®n con las redes. ¡°Esto significa que hacemos un uso enriquecedor y ¨²til de las mismas sin que afecten a nuestra salud mental, a nuestras relaciones personales, sin que nos hagan perder el tiempo o alteren nuestro descanso nocturno¡±, explica. Sin embargo, puntualiza tambi¨¦n lo dif¨ªcil que puede llegar a ser mantener ese control: ¡°Se nos olvida que todos estos universos digitales est¨¢n dise?ados para un mismo fin: mantenernos pegados el mayor tiempo posible a las pantallas de nuestros dispositivos¡±.
Para la tambi¨¦n escritora y publicista Carmen Pacheco, fue clave entender precisamente ese aspecto para poder hacer un cambio y lograr esa relaci¨®n sana con las redes sociales. ¡°Hubo una ¨¦poca en la que habl¨¢bamos de redes sociales y procrastinar como si fueran sin¨®nimos. Alguna gente todav¨ªa tiene esta concepci¨®n y creo que verlo as¨ª es un error. T¨² puedes procrastinar mirando la app del tiempo o buscando recetas de cocina. Los motivos por los que te distraes o necesitas hacer pausas mientras trabajas son algo a tratar aparte. El problema es que las redes sociales est¨¢n dise?adas para atraparte en esos momentos y hacerte pasar el mayor tiempo posible en ellas. Es decir, que si hubieras mirado la app del tiempo, quiz¨¢ te habr¨ªas distra¨ªdo un minuto, pero entraste en Twitter y pasaste una hora haciendo scroll¡±, se?ala.
Ella empez¨® su andanza en las redes sociales al principio del todo, cuando solo se pod¨ªa entrar en Facebook con invitaci¨®n (¡°no voy a hacer las cuentas para ahorrarme el v¨¦rtigo¡±), as¨ª que ha visto y vivido toda su evoluci¨®n. Recuerda como al principio hab¨ªa tan poca gente en Twitter que hasta se hac¨ªan quedadas, pero ahora todo es muy diferente. ¡°Para m¨ª ahora tuitear es como gritar algo en la calle, en un lugar aleatorio. Puede que te toque en medio de la Gran V¨ªa y nadie te haga caso, puede que sea un pueblo de gente encantadora que te alegre el d¨ªa con sus comentarios o un vecindario de psic¨®patas que te linchen y te prendan fuego. Nunca sabes qu¨¦ te va a tocar. Si un tuit se hace viral, puede pasar por todos esos lugares a la vez¡±, cuenta.
Al darse cuenta de que la din¨¢mica de las redes sociales hab¨ªa cambiado, aunque no la forma en la que consumimos esa informaci¨®n (a tope y sin filtro), se empez¨® a plantear un cambio. Cuenta que lo que m¨¢s la ayud¨® fue ?desintoxicarse? durante un mes: redujo el tiempo de uso en el m¨®vil de Twitter e Instagram a un minuto al d¨ªa. No lo hizo durante m¨¢s tiempo porque parte de su trabajo consiste en publicar en redes, pero el experimento fue clave ¡°para poder observar la din¨¢mica desde fuera y entender por qu¨¦ estaba atrapada en ella¡±. A partir de esa toma de conciencia, pudo cambiar las cosas. ¡°Si estoy trabajando y quiero distraerme un minuto, contesto alg¨²n mensaje de WhatsApp, pienso qu¨¦ me apetece comer ma?ana, busco algo en Google que tengo pendiente por comprar¡ Ese tipo de cosas. Pero no suelo abrir Twitter o Instagram. Eso solo lo hago cuando tengo tiempo libre por delante y soy todo el rato consciente de si me est¨¢ divirtiendo o me est¨¢ creando una sensaci¨®n de pesadez¡±, explica.
Las redes sociales como algo divertido
Maruxa, dise?adora que asegura ser m¨¢s feliz como camarera, tambi¨¦n tuvo redes sociales desde el principio y tambi¨¦n ha ido introduciendo cambios en su relaci¨®n con ellas. ¡°Not¨¦ que me pasaba el tiempo haciendo mucho scroll porque hab¨ªa demasiadas cosas que no me interesaban¡±, asegura. De vez en cuando, hace limpieza de perfiles y p¨¢ginas y elimina lo que ya no le parece interesante, porque cree que somos muy propensos en el mundo digital a ¡°hacer Di¨®genes de un sinf¨ªn de cosas que luego nunca m¨¢s vuelves a ver¡±.
Gracias a estas limpiezas peri¨®dicas, mantiene sus redes como le gustan y disfruta de ellas. ¡°Me gustan porque sanan mi esp¨ªritu curioso¡±, explica. Cree tambi¨¦n que a lo mejor mantiene buena relaci¨®n porque es consciente de si algo le aporta conocimiento o ¡°simple placer visual¡±, algo que como dise?adora tambi¨¦n disfruta, o si ya no le aporta nada. En cuanto a las cosas que comparte, no son muchas y no espera ?me gustas?.?Aunque admite que, ¡°como todos¡±, usa el m¨®vil m¨¢s de lo que le gustar¨ªa, tambi¨¦n tiene claro que no siente la necesidad de compartir si se lo est¨¢ pasando bien. ¡°Cuando mi mejor amiga est¨¢ de cumplea?os, la llamo o quedo con ella, que para m¨ª est¨¢ en un plano m¨¢s alto que en la pantalla de un tel¨¦fono. No necesito que los dem¨¢s vean que la quiero. Eso ya lo sabemos las dos¡±.
Ese buscar conocimiento o cosas que te gusten para colmar tu esp¨ªritu curioso es uno de los aspectos positivos que pueden tener las redes sociales. Juan Nieto, psic¨®logo especialista en ansiedad y depresi¨®n y director del Instituto Espa?ol de Psicolog¨ªa Positiva, explica que, aunque muchas veces nos centremos en hablar solo de lo malo de las redes, tambi¨¦n son ¡°superdivertidas y nos abren la mente a cosas nuevas¡±. Adem¨¢s, nos permiten conectar con personas a las que en un mundo puramente anal¨®gico nunca conocer¨ªamos. ¡°Si a m¨ª me gusta un tipo de c¨®mic manga que se produce en Jap¨®n, igual conecto con esa comunidad y me aportan un mont¨®n de cosas, mientras que antes en mi pueblo de Extremadura no hab¨ªa nadie con los mismos intereses¡±, asegura.
Ese es uno de los usos de los que habla tambi¨¦n Lorena, que se dedica al mundo de la publicidad. Ella lo cuenta todo en Instagram de forma ¡°muy abierta y natural¡±, pero no por los likes ni para alimentar su ego, sino para ¡°hacer una peque?a tribu con la que compartir¡±. Pone como ejemplo que acaba de dar positivo en covid (ella y sus dos hijos) y que lo est¨¢ contando en redes. Gracias a eso, lleva algo mejor el confinamiento. ¡°Ayer, aisladas por el covid, lo compartimos y nos vino bien¡±, dice.
Consigue una relaci¨®n sana con las redes, cuenta, porque no espera nada a cambio. No son su medio de vida, sino simplemente algo que le parece muy divertido. ¡°Si me olvido el m¨®vil en casa o me quedo sin bater¨ªa no me vuelvo loca. Me vuelvo m¨¢s loca por no tener Spotify que por Instagram¡±, sentencia.
En cuanto a los aspectos negativos que siempre se mencionan, admite que ¡°compararse es inevitable¡±, pero que es algo que ya hac¨ªamos antes. ¡°?bamos a la peluquer¨ªa, le¨ªamos una revista y ve¨ªamos a las se?oras maravillosas y quer¨ªamos ser como ellas, pero estaban tambi¨¦n retocad¨ªsimas¡±, cuenta.
Que te importe y afecte esto o no depende mucho de tus caracter¨ªsticas psicol¨®gicas individuales, se?ala F¨¢tima Servi¨¢n Franco, psic¨®loga en el Centro de Psicolog¨ªa Renacer. Seg¨²n la experta, la relaci¨®n sana o t¨®xica sale del v¨ªnculo que se establece entre la forma en la que utilizamos las redes ¡ªen cuanto a contenidos y tiempo¡ª y esas caracter¨ªsticas individuales.
Para ella, como para todos los entrevistados, es muy importante educarse en c¨®mo funcionan estas nuevas tecnolog¨ªas y entender que est¨¢ en el propio ADN de las redes intentar crear necesidades y comparaciones. ?C¨®mo usarlas de forma m¨¢s saludable sin tener que dejarlas? ¡°Bajar el tiempo de uso de las redes y objetos tecnol¨®gicos, definir espacios libres de redes, educarnos en mecanismos de autorregulaci¨®n¡¡±, enumera. Valeria Sabater a?ade tambi¨¦n intentar ¡°entrenar los algoritmos de tus redes sociales para que te ofrezcan contenidos saludables e inspiradores¡± o ¡°pensar dos veces antes de publicar un contenido o un comentario¡±, entre otros. Por su parte, Juan Nieto menciona que tambi¨¦n es importante ¡°tener el radar activo a si alguien nos dice ¡®oye, est¨¢s todo el d¨ªa en eso¡±, adem¨¢s de definir de antemano tiempos y contenidos.
Sentir que puedes contestar que s¨ª cuando alguien te pregunta si tienes una relaci¨®n sana con las redes sociales es posible. ¡°Se me hace raro poder decir esto, pero siento que ahora por fin estoy en paz con ese tema¡±, reflexiona Carmen Pacheco. ¡°No s¨¦ si es una relaci¨®n perfecta, pero es algo que me ha dejado de preocupar¡±.
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