Tatuarse en la mediana edad: ?crisis existencial o reafirmaci¨®n de la identidad?
Son muchas las mujeres que estrenan su primer tatuaje, pirsin o segundo agujero en la oreja rondando o pasados los 40. Analizamos los motivos.
Este verano, paseando por la orilla del mar o sentada sobre la arena habr¨¢ advertido en el cuerpo ajeno la eclosi¨®n de nuevos tatuajes, en general de tama?o nimio, que en el menor de los casos se han sumado a aquellos tribales maquineros tallados en la juventud. Son muchas las mujeres que estrenan su primer tatuaje, pirsin o segundo agujero en el mismo l¨®bulo rondando o pasados los 40. Lejos de lo que el imaginario cultural machista y mis¨®gino heredado nos pueda arrastrar a creer, no estamos ante una hipot¨¦tica ¡°crisis de los treinta y todos¡±. La tinta y las perforaciones, s¨ªmbolo anta?o de rebeli¨®n juvenil, sirven ahora para reafirmar identidades que, en algunas circunstancias, han despertado mucho tiempo despu¨¦s de la erupci¨®n de la rabia adolescente.
Nathalie Humbert se hizo su primer tatuaje con 42 a?os. ¡°Siempre hab¨ªa querido hacerme uno pero algo me frenaba¡ tal vez el que mi marido fuese reacio a la tinta. Mi separaci¨®n me dio el impulso suficiente y me tatu¨¦ en la piel la nueva p¨¢gina que comenzaba en mi vida¡±, nos confiesa por tel¨¦fono. Comenz¨® con un par de grabados de fuerte significado para ella que prefiere no compartir; ¡°despu¨¦s descubr¨ª a la tatuadora Marta Madrigal, por quien tuve un verdadero flechazo art¨ªstico, y confi¨¦ en ella para subliminar mi escote con mi flor favorita, la peon¨ªa, y tres hojas giradas hacia mi coraz¨®n que representan a mis tres hijos. Hace poco tambi¨¦n le confi¨¦ a Marta mi espalda para un gran tatuaje sin ning¨²n significado especial¡±, a?ade. Nathalie tiene 47 a?os y cinco tatuajes. ¡°Asumo completamente mis tatuajes porque no hay edad para no asumirlos, una mujer nunca ser¨¢ demasiado joven, demasiado vieja, demasiado delgada o demasiado gorda para tatuarse¡±, sentencia.
Seg¨²n una encuesta realizada por la agencia alemana de investigaci¨®n Dalia Research, en una muestra de 9.000 personas en 18 pa¨ªses en mayo de 2018, m¨¢s del 38% de la poblaci¨®n mundial presum¨ªa, al menos, de un tatuaje. Espa?a era el sexto pa¨ªs con m¨¢s grabados sobre la epidermis por habitante por detr¨¢s de Italia, Suecia, EEUU, Australia y Argentina. El informe destacaba que entre los m¨¢s j¨®venes (de 18 a 30 primaveras) s¨®lo se tatuaba el 32% de la franja, siendo las personas entre 30 y 49 las m¨¢s propensas a tatuarse (el 45% y en su mayor¨ªa mujeres). Adem¨¢s a?ad¨ªa que el dibujo perenne es m¨¢s popular entre la gente con m¨¢s nivel educativo, el 32% frente al 26%, y que cuenta con m¨¢s adeptos en las ciudades que en los n¨²cleos rurales.
Anabel Ramos esper¨® a ser madre para hacerse un pirsin en el ombligo por culpa de la leyenda popular que asegura que es nocivo para el beb¨¦. ¡°Demasiadas voces dici¨¦ndome lo irresponsable que era si tomaba la decisi¨®n contraria. As¨ª que el verano despu¨¦s de tener a mi segundo hijo, con 44 a?os, me lo hice. Me lo hice y lo mantengo porque me gusta, nada tiene que ver con una p¨¢jara de ¡®ey, soy madre pero sigo siendo mujer¡¯, es obvio que una madre es m¨¢s que una madre y el que no vea m¨¢s que a una madre en una madre es que es muy corto de vista¡±.
Las razones que le llevaron a Beatriz Hidalgo a a?adir un tr¨ªo de agujeros en su oreja izquierda tambi¨¦n fueron est¨¦ticas: ¡°Mi madre me regal¨® un par de diamantes y los quer¨ªa llevar siempre conmigo, aunque suene raro es la mejor forma de no perderlos, pero tampoco quer¨ªa renunciar a llevar otros aros de bisuter¨ªa m¨¢s tendencia o divertidos¡±. El ¨²ltimo tatuaje, el sexto, se lo hizo estrenando cuarta d¨¦cada porque se lo pidi¨® su hermana, ¡°cuando llegas a esta edad tienes de todo, al menos todo lo que te puedes permitir, por lo que desde hace a?os mi hermana Ana y yo nos regalamos experiencias. Con todo el l¨ªo de la covid en vez de irnos de escapada me pidi¨® que nos regal¨¢semos un tatuaje gemelo. Las dos nos dibujamos una balanza, muy chiquitita en el antebrazo, simboliza nuestra relaci¨®n¡±, cuenta.
Aya Kanai, directora de contenido y asociaciones de creadores de Pinterest, aseguraba en el diario The Wall Street Journal que la b¨²squeda ¡°perforaciones geniales en las orejas¡± incrementa un 140% a?o tras a?o. La propia Kanai reconoc¨ªa haber sucumbido al movimiento de los soplillos sobredecorados: ¡°Hasta los 40, ten¨ªa el mismo agujero en cada oreja¡±. Ahora, con 43, no puedo parar¡±. Suma ocho y est¨¢ tramando atravesarse, en sus propias palabras, ¡°el cart¨ªlago con una diminuta espada¡±. El ¨¦xito de la tendencia se constata en el aumento de la oferta de aretes individuales en marcas como Bimba y Lola, TOUS,? Gucci, apm M¨®naco o Alison Lou. La mayor¨ªa de estas firmas tambi¨¦n ofrecen versiones de ear cuff (un pendiente que se sostiene en la oreja sin necesidad de perforarla) para las que quieren simular varios agujeros sin pasar por el tr¨¢mite de la pistola agujereadora.
El tatuador Fernando L¨®pez (@ferlopezxvtattoo, en Instagram) nos explica que la mayor¨ªa de los dibujos que le demandan sus clientes de mediana edad son, como el de Ana y Beatriz, discretos: ¡°Ha aumentado el p¨²blico pasada la treintena por el tipo de l¨ªnea que se hace ahora, o en mi caso que hago yo, una l¨ªnea muy finita, son tatuajes muy peque?itos, es algo m¨¢s elegante, por as¨ª decirlo, que los tatuajes con color y l¨ªnea gigante¡±. Gran n¨²mero de los trabajos de L¨®pez esconden un significado, ¡°la mayor¨ªa se tat¨²a algo simb¨®lico para la familia. Hago muchos grupos en los que viene la madre, el padre, los hijos¡ generalmente arrastrados por los peques¡±, comenta a?adiendo que rebasada la pubertad no siempre colorea sobre lienzo en blanco: ¡°Mucha gente, sobre todo a partir de los 50, viene a arreglarse alg¨²n tatu que ya estaba mal¡±.
En 2015, la escritora Robyn Gearey, relataba en Scary Mommy, el medio estadounidense dedicado a las madres con m¨¢s de 85 millones de visitantes, que cuando le preguntaban si su tatuaje a¨²n h¨²medo a los 40 era la consecuencia de una crisis de la mediana edad ella contestaba: ¡°No, pero, ?qu¨¦ es una crisis de la mediana edad? ?Se da cuenta de que nos pasamos la vida siguiendo meticulosamente algunas reglas no escritas para alcanzar una edad adulta exitosa pero que todo se puede derrumbar en un momento? ?No se da cuenta de que anteponemos las necesidades de los dem¨¢s durante tanto tiempo que olvidamos que tenemos algunas propias? A caso no miras hacia atr¨¢s y viendo toda esa cantidad de amores perdidos y puertas cerradas no te preguntas ?vendr¨¢n m¨¢s?¡±.
Marta Madrigal (@marta.madrigal_tattoos en Instagram), antes citada por Nathalie, advierte una mutaci¨®n en los gustos de las mujeres de Sevilla y Toulouse, dos ciudades completamente distintas, donde tat¨²a con asiduidad. ¡°Antes, entre los 40 y los 50, e incluso hasta los 70, sol¨ªan hacerse tatuajes peque?os y discretos, pero la sociedad ha evolucionado y con ella la imagen que tenemos asociada a los tatuajes y a las mujeres tatuadas. Cada vez son m¨¢s las mujeres de estas edades que deciden dar el paso¡±.
Generalmente el primer tatuaje con el que estrenan su piel mide entre los 10 y los 15 cent¨ªmetros y encierra un secreto, ¡°pero enseguida vuelven, normalmente en menos de un a?o, para tatuarse algo mucho m¨¢s grande y esta vez sin tener necesariamente un significado detr¨¢s¡±, puntualiza Marta. ¡°Las mujeres de hoy en d¨ªa son guerreras, luchadoras, mujeres con car¨¢cter que quieren representar su historia en su piel y sobre todo sentirse ellas mismas, expresarse sin miedos¡±, alega.
Manuel Madrigal, padre de Marta y del que hered¨® la devoci¨®n por la aguja, no la contradice y asegura que la edad de los perfiles que conf¨ªan en su pulso ha aumentado con los a?os. ¡°Muchos vienen a tatuarse, tanto ellos como ellas, despu¨¦s de separarse o divorciarse, como un rito de iniciaci¨®n a una nueva etapa de sus vidas. Muchos te cuentan que a sus parejas no les gustaban los tatuajes y que ahora que no est¨¢n juntos aprovechan para cumplir viejos sue?os¡±, nos cuenta desde la playa. Madrigal padre est¨¢ especializado en embellecer cicatrices, quemaduras, mastectom¨ªas y abdominoplastias. En sus cuentas de Instagram, @madrigal.tatuajereparador y @twotattoo_sevilla, relata la parte m¨¢s humana de sus obras. ¡°La demanda para tapar cicatrices ha ido creciendo proporcionalmente en mujeres y hombres CIS y trans, sin importar la edad. Hay muchos casos en los que la gente se cansa de que le pregunten en el gimnasio, por ejemplo, c¨®mo se hizo una quemadura y decide tatu¨¢rsela¡± y nos avisa tambi¨¦n de que la mayor¨ªa no lo hace por complejo sino por hast¨ªo de que la gente se entrometa en sus vivencias.
La tinta engancha
¡°Muchos vuelven despu¨¦s, y a veces acompa?ados de familiares, para dibujar sobre la piel sin se?ales¡±, confiesa. No siempre se pueden llevar a cabo los deseos del consumidor y el dibujo debe ajustarse a las exigencias de la cicatriz, pero generalmente las pinturas hablan de experiencias personales. ¡°Hace poco que he tatuado un par de brazos a la misma persona; uno con motivos del carnaval de C¨¢diz, del que es fan, y otro con el incendio en el que muri¨® su hermana hace cuatro a?os¡±, nos cuenta Manuel. ¡°Vienen muchas personas remitidas por psic¨®logos, los tatuajes ayudan a cubrir no s¨®lo las cicatrices que se llevan por fuera sino las que se llevan por dentro, traumas, malos momentos, inseguridades¡¡±.
El caso de las mastectom¨ªas es especial, ¡°la mujer lo que quiere es terminar de encontrarse bien, por muchas operaciones que pueda haber pasado hasta que no se coloca frente al espejo y ve su aureola y su pez¨®n en 3D, no se siente completa, por decirlo de alguna manera¡±, relata Madrigal y a?ade que ¡°es muy bonito, cuando termina el proceso se les humedecen los ojos y, antes de la pandemia, te abrazaban¡±.
La tinta no es una moda pasajera, ha venido para quedarse. Los datos lo avalan. En 1996 hab¨ªa 100 estudios, en 2019 eran entre 2.000 y 2.500, seg¨²n recog¨ªa el mismo a?o El Pa¨ªs Semanal. Y eso sin tener en cuenta que por cada trabajador legal hay dos ilegales, seg¨²n los c¨¢lculos de la Uni¨®n Nacional de Tatuadores y Anilladores Profesionales (UNTAP).
Marta tambi¨¦n recubre cicatrices, quemaduras y corrige visualmente la escoliosis, su especialidad. En estos casos es m¨¢s que un simple adorno en la piel. Este tipo de grabados, sobre todo, traen consigo una mayor aceptaci¨®n real de uno mismo y del propio cuerpo. ¡°A muchas al final del proceso se les saltan las l¨¢grimas. La mayor satisfacci¨®n que me aporta mi trabajo viene con los mensajes que me dicen ¡®por fin me pongo bikini y no escondo mi cuerpo, ?sino que lo muestro con orgullo! La gente ya no me pregunta por mi cicatriz sino por mi tatuadora¡¯¡±, destaca Marta. Este tipo de dibujos exigen que la artista tenga mayor libertad creativa. ¡°No tengo que adaptarme s¨®lo a la morfolog¨ªa de la clienta, sino tambi¨¦n a sus cicatrices/quemaduras/escoliosis. En estos casos pido que elijan una o dos flores o elementos de un tama?o aproximado y me dejen carta blanca para hacer el resto¡±, explica Marta Madrigal y se?ala ¡°estas mujeres son las m¨¢s fuertes. Tienen much¨ªsima fuerza mental y de voluntad. Saben por qu¨¦ lo hacen. He llegado a tatuar 18 horas seguidas a la misma persona¡±.
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