Y de la p¨ªldora masculina, ?ni hablamos?
El MIT y la fundaci¨®n Bill y Melinda Gates anuncian un revolucionario sistema anticonceptivo femenino con microchip ¡®wireless¡¯. ?Por qu¨¦ no avanzamos en la anticoncepci¨®n para ellos?
Todo surgi¨® en las dependencias del MIT (Massachussets Institute of Technology) en 2012. Bill Gates visit¨® el laboratorio del reputado Robert S. Langer (premio Pr¨ªncipe de Asturias en 2008) y le pregunt¨® si ser¨ªa posible desarrollar un nuevo m¨¦todo anticonceptivo que una mujer pudiese apagar y encender cuando quisiese y durante muchos a?os. Dos a?os despu¨¦s, la idea de Gates ya es una realidad. Hace unos d¨ªas, la compa?¨ªa MicroCHIPS anunci¨® uno de los mayores avances en contracepci¨®n de la historia: un chip cuadrado de dos cent¨ªmetros y 7mm de ancho que se implanta bajo la piel del abdomen, las nalgas o el antebrazo de la mujer y que es capaz de dispensar durante 16 a?os 30 mcg de levonergestrel diarios (una de las hormonas anticonceptivas m¨¢s populares).
La ¨²ltima revoluci¨®n anticonceptiva femenina del MIT y la Fundaci¨®n Bill y Melinda Gates, que podr¨ªa empezar a comercializarse en 2018, implica dos avances en contracepci¨®n hasta ahora impensables: por un lado, alargar la longevidad del anticonceptivo de larga duraci¨®n que hasta ahora conoc¨ªamos (pasar de los 5 a?os actuales a los 16 que plantea este m¨¦todo) y por otro, dar libertad e independencia a la mujer para poder 'desconectar' de su anticonceptivo implantado bajo la piel desde su propia casa si se quiere quedar embarazada y sin necesidad de intervenci¨®n m¨¦dica.
Estudios que se quedan a medias
Si en apenas dos a?os de investigaci¨®n se ha conseguido este avance, y teniendo en cuenta que desde hace m¨¢s de medio siglo las mujeres se hormonan para prevenir el embarazo, ?por qu¨¦ seguimos sin tener noticias de una p¨ªldora masculina o de otro sistema a lo MIT en versi¨®n masculina? ?Son barreras m¨¦dicas o hay tab¨²es sociales que impiden la igualdad de g¨¦nero en la anticoncepci¨®n?
La 'p¨ªldora masculina' no es una realidad pese a la voluntad de la investigaci¨®n. Tal y como recuerda Jos¨¦ Mar¨ªa Mart¨ªnez Jabaloyas, ur¨®logo del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), "ya en 1937 se investigaron formas de detener la reproducci¨®n de espermatozoides" y se ha experimentado con m¨¦todos hormonales durante d¨¦cadas que nunca han llegado a buen puerto. "La producci¨®n de espermatozoides y la de ¨®vulos es distinta, lo que ha complicado un desarrollo con ¨¦xito en las investigaciones", asegura. Son 1.000 espermatozoides por segundo contra un ¨®vulo feminino al mes. Todo pareci¨® cambiar hace medio a?o, cuando un estudio australiano convulsion¨® el status quo de la contracepci¨®n masculina, dominada por el preservativo y la vasectom¨ªa: un grupo de cient¨ªficos de la Universidad de Monash descubri¨® testando en ratones una forma no hormonada de frenar la eyaculaci¨®n (que no el orgasmo), lo que vendr¨ªa a ser una eyaculaci¨®n seca. Era reversible y a los tres d¨ªas los espermetozoides volv¨ªan en las eyaculaciones si se frenaba su uso. El descubrimiento cop¨® los titulares de medio mundo, en los que se vaticinaba el advenimiento de la p¨ªldora masculina en una d¨¦cada, aunque el estudio se ha quedado en pruebas con animales y parece que ni siquiera ha pasado la fase de ser probado en humanos.
La 'pereza' empresarial de equiparar la responsabilidad anticonceptiva
No hay m¨¢s que echar un vistazo al mercado para comprobar la desigualdad latente: p¨ªldora, dispositivo intrauterino, inyecciones anticonceptivas, parches, diafragmas, implan¨®n o aro vaginal (entre otros) para ellas frente el preservativo o la vasectom¨ªa para ellos. "Hay un doble rasero que afecta al desarrollo de la igualdad en m¨¦todos anticonceptivos" explica el ginec¨®logo y vocal de la Sociedad Espa?ola de Contracepci¨®n (SEC) Modesto Rey. "La iniciativa privada no ve necesario avanzar en la p¨ªldora masculina y conseguir la equiparaci¨®n de responsabilidad", destaca.?
M¨¦todos anticonceptivos disponibles en el mercado: pastillas, espermicida, aro vaginal e implan¨®n (implante anticonceptivo), diafragma, Diu y parche anticonceptivo y, por ¨²ltimo, preservativos.
Cordon Press
Rey asegura que la inacci¨®n de farmace¨²ticas en el desarrollo de la p¨ªldora masculina radica en la sensaci¨®n de que la cuota masculina se cumple con el preservativo y la vasectom¨ªa y, por lo tanto, "no hay perspectiva de negocio y no hay m¨¢s investigaciones". En Espa?a, seg¨²n datos de 2014 de la SEC, el cond¨®n es el m¨¦todo anticonceptivo m¨¢s utilizado y el 7,2% de los hombres se ha practicado una vasectom¨ªa. Un tercio de la poblaci¨®n (un 31,3%) prefiere el cond¨®n frente al 16,2% de poblaci¨®n femenina que toma la p¨ªldora ¨Caunque cabe destacar que de ese tercio de poblaci¨®n que usa preservativo, una cuarta parte lo utiliza mal o no se lo pone en todas sus relaciones sexuales¨C.
Tanto Rey como Jabaloyas aseguran que la infantilizaci¨®n social del hombre es otro de los motivos por los que posiblemente no se investigue m¨¢s. "El factor de la fiabilidad tambi¨¦n influye, quiz¨¢ una mujer no conf¨ªe en que el hombre sea capaz de tomar la pastilla y ¨¦sta prefiera asumir la decisi¨®n anticonceptiva porque ella es la que asume el embarazo", explica Rey. Una postura que choca de bruces con el contexto social que rodea a la p¨ªldora. La pastilla anticonceptiva no frena la transmisi¨®n de enfermedades de transmisi¨®n sexual (ETS) y su administraci¨®n suele darse en parejas mon¨®gamas y responsables sexualmente. ?Por qu¨¦ no podr¨ªa haber igualdad entonces? ?Por qu¨¦ deber¨ªan las mujeres desconfiar de su propia pareja?
"Es una situaci¨®n muy complicada, por un lado vivimos en una sociedad machista a much¨ªsimos niveles y por otro, las investigaciones que se llevaron a cabo los 90 ofrecieron resultados muy variables entre razas y con efectos secundarios", apunta Jabaloyas.
Ellos s¨ª que quieren la p¨ªldora
Pese a esta sensaci¨®n de que el mercado ya se sostiene con el preservativo y la vasectom¨ªa, a los hombres s¨ª que les interesar¨ªa tomar la p¨ªldora. En un estudio realizado sobre 1.843 hombres de tres continentes y diferentes comunidades culturales en 2012, la mayor¨ªa se mostr¨® dispuesto a tomar la p¨ªldora (entre el 44 y el 83%). En 2005, el 55% de los 9.000 hombres encuestados de nueve pa¨ªses tambi¨¦n pidi¨® una pastilla anticonceptiva masculina. Los australianos son los m¨¢s dispuestos: el 75% se muestra favorable a tomarla si estuviese disponible en el mercado.
"Queda mucho camino por recorrer, deber¨ªamos empezar a desmitificar el riesgo hormonal de los anticonceptivos", apuntan desde el SEC. Adem¨¢s del miedo a los efectos secundarios ¨C"las hormonas tienen m¨¢s beneficios que riesgos", asegura Modesto Rey¨C, la sociedad debe aprender a lidar con falsos mitos que afirman que la pastilla masculina podr¨ªa afectar a la "virilidad y las erecciones". Para Rey, la soluci¨®n ser¨ªa mucho m¨¢s gradual si "hubi¨¦semes tenido m¨¢s posibilidades de educar en contracepci¨®n. La Ley Wert ha dilapidado la educaci¨®n sexual y con la derogaci¨®n de la Ley de salud sexual y reproductiva de 2010 vamos por el mismo camino".?
A falta de educaci¨®n e informaci¨®n, desde la Male Contraception Information Project (MCIP) se informa de las novedades en este ¨¢mbito y se aboga por concienciar de la necesidad de nuevos caminos. Desde all¨ª se dan a conocer opciones como los estudios sobre inyecciones de vasalgel (con una efectividad de hasta 10 a?os) o la contracepci¨®n con ultrasonidos. Si Hipocr¨¢tes ya investigaba calentando los test¨ªculos de los hombres para prevenir embarazos hace 2.500 a?os, algo deber¨ªamos ir avanzando.
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