Cola de le¨®n
?La durabilidad, ese concepto en el que se basa una gran parte de la sostenibilidad, no solo afecta a los objetos, sino tambi¨¦n a las amistades, los amores, las profesiones, el bienestar. Se necesita la energ¨ªa suficiente para mantenerla, pero no tanta como para que se rompa?.
Sarah Bernhardt naci¨® en 1844 y fue actriz, escultora, pintora, escribi¨® unas memorias. Pero sobre todo fue una diva. Esto es, sufri¨® much¨ªsimo. Coleccion¨® amores, objetos, cuadros y cirug¨ªas. Interpret¨® casi todas las grandes obras de teatro de la ¨¦poca, pero ansiosa por seguir siempre siendo Sarah Bernhardt se rode¨® de excentricidades: quiso implantarse una cola de le¨®n (los m¨¦dicos se negaron) y el cocodrilo que tuvo en su casa muri¨® por beber demasiada leche y champagne. La llamaban ¡®la divina Sarah¡¯.
El Petit Palais de Par¨ªs le dedica una exposici¨®n. El cuadro que sirve de imagen a la muestra refleja a una mujer sensual, en bata de seda con plumas, en una postura provocadora, semirrecostada en un sof¨¢. Lo pint¨® su amigo George Clairin. Yo hab¨ªa visto el cuadro antes de ir, por eso me sorprendi¨® ver otro reflejo, el que retrat¨® su amiga (y amante en alg¨²n momento), Louise Abb¨¦ma. A los ojos de la pintora la actriz se convert¨ªa en una mujer sobria, serena, y transmit¨ªa un halo regio y compuesto. Como digo, Sarah Bernhardt y Louise Abb¨¦ma fueron amantes durante un tiempo, pero sobre todo fueron amigas toda la vida. As¨ª lo atestigua la ¨²ltima foto de la exposici¨®n con esta dedicatoria escrita en una fotograf¨ªa que la actriz regal¨® a Abb¨¦ma hacia el final de sus d¨ªas: ¡°Su amiga para siempre y pronto del m¨¢s all¨¢¡±.
Estoy viendo esta exposici¨®n despu¨¦s de leer la entrevista de Paloma Rando a Sandra Oh, que arranca, como no pod¨ªa ser de otro modo, con la an¨¦cdota de my person, el apelativo y la funci¨®n que desempe?aban Cristina Yang y Meredith Grey en la serie que hizo famosa a nuestro personaje de portada, Anatom¨ªa de Grey. Cuenta el texto que Shonda Rhimes, creadora de la serie, explic¨® que el tema de la misma era precisamente la relaci¨®n entre ellas. Y es cierto.
C¨®mo se ven la una a la otra define qui¨¦nes son: amigas siempre, incluso cuando est¨¢n enfadadas y no se soportan. Rivales (por favor, escuchen Deforme Semanal y su cap¨ªtulo sobre rivalidad femenina) que se espoleaban y segu¨ªan siendo amigas. Ahora que hablamos tanto de sororidad pienso en esas amistades ¨²nicas que sobreviven conflictos, enfados, parejas, amores rom¨¢nticos, amores filiales¡
Pero Sandra Oh, adem¨¢s de ser la eterna Cristina Yang a la que reconocen todav¨ªa hoy adolescentes en el supermercado y le susurran ¡°my person¡±, es sobre todo un ejemplo de c¨®mo mantener una carrera exitosa sin plegarse a las exigencias de ser una estrella (el sufrimiento p¨²blico de las divas, qu¨¦ ense?anza perversa). Durar en el tiempo sin forzar, renovarse cada vez, no anhelar una fama ef¨ªmera por definici¨®n que puede hacerte desear tener cola de le¨®n.
Lo mismo le ocurre a la modelo Erin Wasson, una de las grandes tops de los primeros 2000 que no ha perdido una pizca de su talento, aunque ahora escoge como quiere sus trabajos desde Marsella, donde regenta con su pareja un caf¨¦. O a Custo, el dise?ador catal¨¢n que revolucion¨® los 2000, que permanece en el imaginario colectivo (sus camisetas pueden costar 600 euros en plataformas de venta de segunda mano) y que ahora colabora con Abra. Gioconda Scott, la cocinera que retratamos en nuestra secci¨®n de Placeres, ense?¨® a Ana Fern¨¢ndez Abad toda la tradici¨®n de la Sierra de Cazalla, en la que se crio y en la que, despu¨¦s de dar muchas vueltas por el mundo, quiere vivir.
La durabilidad, ese concepto en el que se basa una gran parte de la sostenibilidad, no solo afecta a los objetos, sino tambi¨¦n a las amistades, los amores, las profesiones, el bienestar. Se necesita la energ¨ªa suficiente para mantenerla, pero no tanta como para que se rompa.
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