6 consejos para unas navidades sostenibles
Otras fiestas existen, al margen de despilfarros, cenas pantagru¨¦licas, pirotecnia antimascotas e iluminaci¨®n al m¨¢s puro estilo de Las Vegas. Y son igual de entra?ables y divertidas, o m¨¢s.
1. Decoraci¨®n. Hay navidad m¨¢s all¨¢ del ¨¢rbol
La costumbre de poner el ¨¢rbol en estas fechas es una tradici¨®n que parece imprescindible para muchos y que supone la sentencia de millones de arbolitos que, aunque criados en viveros y con la posibilidad de retornar a ellos (hay empresas que los recogen tras las fiestas y los vuelven a plantar como www.miarboldenavidad.com), no siempre logran sobrevivir las altas temperaturas de las calefacciones o las condiciones de algunos interiores, insalubres para ellos.
La opci¨®n del ¨¢rbol de pl¨¢stico, enarbolada hace a?os por muchos preocupados por el medioambiente, no parece ser tampoco muy eco, ya que seg¨²n un informe de la organizaci¨®n brit¨¢nica Carbon Trust, la huella de carbono de un ¨¢rbol artificial, es de hasta 40 kg de CO2. ?stos se fabrican con PVC y otros pl¨¢sticos que no se degradan y contienen una gran cantidad de plomo y mercurio. Adem¨¢s, suelen producirse a grandes distancias del lugar de compra y su transporte a?ade m¨¢s impacto ambiental.
Miguel ?ngel Soto, portavoz de Greenpeace Espa?a, opina que ¡°lo mejor es cambiar el chip. Si alguien tiene un ¨¢rbol de pl¨¢stico que lo use, pero lo ideal es optar por otro tipo de decoraci¨®n. Usar las plantas de casa u otros elementos de la naturaleza, como ramas secas o pi?as ya que, al fin de al cabo, esta es una tradici¨®n anglosajona, no nuestra¡±.
Crear la propia decoraci¨®n navide?a, huyendo del espumill¨®n, la nieve artificial y dem¨¢s ¨ªtems procedentes de Plastilandia puede ser una ocasi¨®n para poner en funcionamiento la creatividad y jugar con los m¨¢s peque?os. Los corchos de vino pueden convertirse en personajes del bel¨¦n, las capsulas de caf¨¦ en campanitas que enmarquen peque?as bombillas y los socorridos pal¨¦s que hacen de asientos en los bares hipsters, pueden servir de armaz¨®n para un peculiar abeto navide?o. Hazlo tu mismo y, de paso, dale un respiro a los chinos.
2. Las mascotas son para toda la vida
Regalar mascotas por navidad va mucho m¨¢s all¨¢ del tierno gesto de ver a un cachorrillo saliendo de una cesta, y no debe hacerse nunca por sorpresa, sin consentimiento del futuro due?o. Un animal es para toda la vida, requiere de cuidados diarios y una cierta econom¨ªa que haga frente a sus gastos. As¨ª que no est¨¢ de m¨¢s pens¨¢rselo, casi tanto como el matrimonio.
Es mejor adoptar que comprar, porque adoptando no solo se libera a un animal de una jaula, sino que se deja de alimentar a la maquinaria de los criaderos de mascotas que, a menudo, explotan a las hembras como si fueran factor¨ªas de cachorros. Seg¨²n el informe anual de la Fundaci¨®n Affinity (el estudio ?l nunca lo har¨ªa, que elabora anualmente) en 2017 las sociedades protectoras en Espa?a recogieron m¨¢s de 138.000 perros y gatos.
¡°Contrariamente a la idea de que la ¨¦poca en que m¨¢s mascotas se abandonan es en verano, nuestro informe dice que el 33% de los abandonos de perros se dan durante el primer cuatrimestre del a?o, el 35% en el segundo y el 32% en el tercero¡±, afirma Laura Rodr¨ªguez, responsable de Affinity en Espa?a, quien se?ala que las tres principales causas de abandono son: las camadas no deseadas (15%), el fin de la temporada de caza (12%) y la precariedad econ¨®mica (12%).
La costumbre patria de manifestar la alegr¨ªa y el regocijo con pirotecnia molesta bastante a las mascotas, a las que asusta el ruido. ¡°Muchos due?os renuncian a salir el fin de a?o para acompa?ar a sus perros o gatos en esa noche terror¨ªfica, y otros muchos animales se pierden en la calle porque han salido huyendo al o¨ªr un petardo¡±, comenta Rodr¨ªguez.
3. El consumismo no te har¨¢ m¨¢s feliz, solo m¨¢s pobre
?Consumimos felicidad?, es el nombre de la campa?a que Ecologistas en Acci¨®n ha lanzado estas navidades para hacernos reflexionar sobre el acto de comprar o acumular cosas (se cree que tenemos una media de 10.000 objetos en nuestras casas, la mayor¨ªa de los cuales ni siquiera utilizamos) y sus consecuencias.
¡°La campa?a es un compendio de estudios que relacionan el consumismo y la felicidad, desde el punto de vista psicol¨®gico o sociol¨®gico¡±, apunta Charo Mor¨¢n, coordinadora del ¨¢rea de consumo de esta organizaci¨®n. ¡°El resultado de todas estas investigaciones que hemos recopilado apunta hacia lo que se conoce como la Paradoja de Easterlin. Un postulado al que lleg¨® el economista Richard Easterlin en los a?os 70, y que pone en cuesti¨®n la teor¨ªa tradicional econ¨®mica, que relacionaba el mayor nivel de ingresos de un individuo con su felicidad. Seg¨²n este economista, cubiertas las necesidades b¨¢sicas, la felicidad no sube al mismo ritmo que el PIB. Es m¨¢s, a veces tiende a bajar¡±, se?ala Mor¨¢n. ¡°El ant¨ªdoto para el consumismo est¨¢ en las relaciones con los dem¨¢s y en la proximidad con la naturaleza, seg¨²n muchos psic¨®logos y soci¨®logos. El consumismo genera individualismo y competitividad, mientras que la empat¨ªa y la colectividad est¨¢n en nuestro ADN, son las neuronas espejo que nos han ayudado a sobrevivir como especie¡±.
En un art¨ªculo de la revista PlayGround titulado ?Si no compras, no amas?: as¨ª funciona tu cerebro en navidad, Albert Vinyals, profesor de psicolog¨ªa del consumo en la Escola Superior de Comer? i Distribuci¨® (ESCODI), en Barcelona, se?ala que ¡°como se ha visto en el ¨¢mbito de la psicolog¨ªa, lo que nos hace m¨¢s felices es compartir. La felicidad se mantiene en el tiempo cuando damos a los dem¨¢s. Las campa?as navide?as dan en el clavo en eso: hacen que te sientas obligado a regalar para demostrar tu amor a los otros¡±.
En el reportaje, Vinyals reconoce que comprar es una adicci¨®n que sirve para muchas cosas ¡°mostrar mi identidad, tener reconocimiento social, aumentar la autoestima o compensar una semana terrible (¡) En los esc¨¢neres cerebrales se ve que el pico de placer se da antes de pagar. Cuando estamos a punto de poseer el objeto es cuando m¨¢s dopamina segregamos (¡). Pero si nuestra felicidad se basa en el consumo, es imposible alcanzarla. Siempre vamos a necesitar m¨¢s¡±.
4. Men¨²s low cost. Sin gambas tambi¨¦n hay para¨ªso
Empe?arse en comer los hits de la temporada, cueste lo que cueste, puede hacer que muchas familias se endeuden por esa extra?a convicci¨®n de que sin gambas no hay Nochebuena, cuando cuestan 10 veces menos cualquier otro momento del a?o.
Optar por otros platos no solo ser¨¢ bueno para nuestros bolsillos, sino para una pesca menos salvaje y m¨¢s sostenida. Algunos ingredientes imprescindibles en nochebuena viajan m¨¢s de 5.000 km antes de llegar al plato, por eso los m¨¢s preocupados por el medioambiente proponen platos navide?os en donde est¨¦n m¨¢s presentes los productos locales, frescos y de temporada. No elaborados ni sobreenvasados, y proponen elegir pescados menos demandados y comprar las uvas a granel.
Volver a los men¨²s de nuestras abuelas, optando por comidas t¨ªpicas de esas fechas como la col lombarda, el bacalao, el cardo o el cordero, no solo es bueno para los bolsillos y el medioambiente, sino para que las transparencias de la Pedroche no nos parezcan tan inalcanzables.
5. Ahorrar energ¨ªa. Leaving Las Vegas
Para muchos, el esp¨ªritu navide?o se expresa en forma de luces de colores al modo de Las Vegas, lo que contribuye a la contaminaci¨®n lum¨ªnica y al incremento de la factura de la luz. Para gastar la menor energ¨ªa posible conviene usar bombillas de bajo consumo, micro bombillas o m¨®dulos que reducen un tercio el consumo el¨¦ctrico. Las luces LED gastan un 90% menos de energ¨ªa que las tradicionales y otra idea interesante es limitar las horas de encendido a momentos especiales y no todo el d¨ªa o la noche.
Los hay tambi¨¦n que no conciben comidas o cenas sin una temperatura tropical, conseguida por uso y abuso de la calefacci¨®n, que har¨¢ que los invitados acaben abriendo las ventanas para poder sobrevivir a la ola de calor. Una temperatura confortable en invierno se sit¨²a entorno a los 18 -21 ?C; pero adem¨¢s, hay que tener en cuenta que la gente y el alcohol subir¨¢n la sensaci¨®n t¨¦rmica.
Para desplazarse por una ciudad llena de gente, haciendo las compras, lo mejor es el transporte p¨²blico; al igual que para volver a casa en navidad. Un trayecto en coche emite 4 veces m¨¢s CO2 por pasajero y kil¨®metro que el tren o el autob¨²s. Sin contar con que uno puede aprovechar para colgar en Instagram las fotos de la noche anterior o practicar la relajaci¨®n antes de enfrentarse a la entra?able pero temida reuni¨®n familiar.
6. Regala sensaciones. Tendr¨¢s m¨¢s espacio en casa
Seg¨²n la asociaci¨®n ecologista ECODES, todas las navidades en el Reino Unido acaban en la basura 83 kil¨®metros cuadrados de papel de regalo, suficientes para cubrir la isla de Formentera. Si el packaging es ya un problema medioambiental habitualmente, en estas fechas crece como la espuma bajo el lema de que el envoltorio tambi¨¦n importa; y, a menudo, contiene una gran cantidad de elementos no reciclables.
Una opci¨®n a la hora de elegir un regalo puede ser optar por sensaciones, actividades o servicios (viajes, entradas a espect¨¢culos, cenas, sesiones de spa o masaje) que puedan disfrutarse con otro/os y que liberen a nuestras abigarradas casas de nuevos objetos, m¨¢s o menos ¨²tiles.
En cuanto a los juguetes, desde esta organizaci¨®n aconsejan ¡°buscar los que empleen bater¨ªas recargables en vez de pilas, de artesan¨ªa local, duraderos y did¨¢cticos, que infundan a los ni?os la importancia de la conservaci¨®n del medioambiente y que cumplan con los certificados de la Uni¨®n Europea en cuanto a responsabilidades medioambientales y materiales seguros para los peque?os¡±. Comprar en peque?as tiendas, mercados locales o a artesanos favorece el peque?o comercio, la microeconom¨ªa y la autosuficiencia.
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