¡®Selfie¡¯ con estrella de mar y otras 6 irresponsabilidades que hacemos de vacaciones
Ba?arse con delfines o no pensar en consumo del agua son h¨¢bitos que van dej¨¢ndose atr¨¢s a favor de un turismo m¨¢s responsable
Vivimos enganchados a las redes sociales y eso, adem¨¢s de hacernos perder mucho el tiempo y ser menos productivos, tambi¨¦n nos hace aprender muchas cosas que antes desconoc¨ªamos. A veces son cosas inservibles y otras informaciones que nos generan mayor conciencia. Por ejemplo, que pedir una pajita en un bar es una forma de da?ar el medio ambiente. Esa conciencia nos ha hecho tambi¨¦n planificar de forma diferente nuestras vacaciones. Si hace unos a?os nos apunt¨¢bamos a todo sin pensar, ahora ciertas fotos de veranos anteriores parecen impensables gracias al progreso social y la pedagog¨ªa medioambiental.
Estos son algunos ejemplos de esas cosas que hicimos en nuestras vacaciones pasadas y que quiz¨¢s ya no repetir¨ªamos si queremos hacer un turismo m¨¢s responsable.
Selfie con una estrella de mar
¡°O besando a una manta raya, arrancando un trozo de coral, o tocando a una tortuga marina o a un tibur¨®n ballena¡±, Patricia Rojas, periodista de viajes ¡ªm¨¢s conocida como ¡°la cosmopolilla¡±¡ª insiste en que aunque cada vez est¨¢ m¨¢s de moda apuntarse a una actividad de snorkel o a un curso de buceo para conocer el mundo submarino, muchos olvidan una de las claves que dan los instructores a la hora de la inmersi¨®n: ¡°la fauna marina se mira, pero no se toca¡±. Ni qu¨¦ comentar de aquellos casos que saltaron en las noticias de animales marinos que han muerto debido a que los turistas, en vez de ayudarlos, los han dejado agonizar para hacerse un selfie con ellos.
Paseo en elefante o interactuar con animales amaestrados:
Ir a M¨¦xico supone querer ba?arse con delfines e ir a Tailandia dar un paseo en elefante o hacerse una foto dando un biber¨®n al cachorro de un tigre. Parece algo precioso, si no nos paramos a pensar en las condiciones de esos animales o en el adiestramiento que han sufrido para poder interactuar con nosotros para la foto. Como apunta Patricia Rojas, ¡°por suerte los zool¨®gicos donde exhiben animales salvajes entre rejas con fines lucrativos cada vez est¨¢n m¨¢s en jaque, y se impone aquello de observar a la fauna en su propio h¨¢bitat, de manera menos intrusiva¡±. De hecho, existen alternativas ¡°como el avistamiento de grandes cet¨¢ceos como delfines o ballenas, con s¨®lo un peque?o barco y apagando el motor para no perturbar su descanso¡±. En el caso de los elefantes, recuerda que ¡°hay santuarios y centros de recuperaci¨®n de elefantes que han sufrido maltrato, donde los cuidadores te permiten conocerlos, interactuar con ellos y ayudar a ba?arlos¡±.
Perpetuar tradiciones evitables
Algunas de las excursiones que nos sugieren en los viajes nos ofrecen conocer la cultura y las tradiciones locales, lo cual es enriquecedor y apasionante. Siempre y cuando suponga un beneficio para todos. No parece ser el caso, por ejemplo, en las visitas a las llamadas ¡°mujeres jirafa¡± de Tailandia. Sobre esta cuesti¨®n, Patricia Rojas expone que ¡°hace a?os el colmo del exotismo era visitar y fotografiar a esas mujeres que viven en la selva de Tailandia, exiliadas birmanas, que decoran y estiran su cuello con anillos de metal. El zool¨®gico humano va descubriendo el rentable negocio y que es un enga?o que el visitarlas no garantiza su supervivencia, sino que es darle cuerda a la rueda de la esclavitud¡±.
Comer comida callejera sin identificar
Una de las experiencias de los viajes m¨¢s ex¨®ticos es perderse por un mercadillo y probar la comida local. Si bien esto es parte de la vivencia de viajar, quiz¨¢s nos arrepintamos de alguno de nuestros bocados. Bien porque no haya sido la mejor idea para nuestro est¨®mago, o bien porque hayamos descubierto que nos hemos comido una especie que deber¨ªa estar protegida. Como apunta la periodista experta en gastronom¨ªa, Elena R. Feij¨®o , ¡°los puestos callejeros son un gran atractivo y a todos nos gusta convertirnos en locales y dejar de ser por unos minutos turistas, ?pero cuidado! el control sanitario que existe en Espa?a no es igual en todos los pa¨ªses¡±.
Alquilar un coche en una zona con transporte p¨²blico
Nos pasamos el a?o hablando de que abusamos del coche, de que a muchos sitios se puede ir andando y de que hay que usar m¨¢s el transporte p¨²blico para evitar la contaminaci¨®n de nuestra ciudad, pero cuando llegamos a una ciudad que no es la nuestra no tenemos reparo en alquilar un veh¨ªculo para desplazarnos. El experto en comunicaci¨®n medioambiental Enrique Estrela recuerda que ¡°el uso de coches y motos de alquiler sigue sin ser beneficioso para el medio ambiente incluso en vacaciones¡±. Si bien a?ade que quiz¨¢s el verano es la temporada de las bicicletas y una forma excelente de hacer turismo en muchas ciudades, si la geograf¨ªa o el clima no lo permiten, siempre se puede priorizar el uso del transporte p¨²blico local. ¡°Aporta un plus a la experiencia hacer lo mismo que los y las lugare?as, viendo zonas diferentes al tour tur¨ªstico. Perderse a veces compensa¡±.
El uso (y abuso) del agua
El editor de viajes Hugh Morris publicaba en uno de sus reportajes en The Telegraph? su experiencia en un viaje a Ciudad del Cabo con las restricciones del agua, debido a una importante sequ¨ªa, y c¨®mo eso le hizo replantarse esta visi¨®n del turismo responsable. Algo que no todos los turistas se plantean ¨Cve¨¢se el esc¨¢ndalo que protagoni¨® el pol¨¦mico ba?o de Dulceida¨C, ya que como apunta Morris ¡°por ahora, estamos familiarizados y nos sentimos c¨®modos con mantener las toallas en el piso de los hoteles para que puedan volver a usarse al d¨ªa siguiente, ahorrando agua en la lavander¨ªa¡±.
Llevar pl¨¢stico de usar y tirar
Una idea habitual para ahorrar dinero en nuestro viaje, es comprar algo en el supermercado m¨¢s cercano, pero para comerlo, hay quien incluye en su maleta cubiertos de usar y tirar, precisamente para evitar que salten las alarmas en el aeropuerto. Sobre esta idea, Enrique Estrela opina que ¡°llevar cubiertos de pl¨¢stico parece una buena idea ya que nunca sabes cu¨¢ndo los vas a necesitar, pero se trata de una mala opci¨®n. Adem¨¢s de su escasa resistencia y la facilidad de que se rompan, al ser de usar y tirar, su vida ¨²til es muy breve y su proceso de degradaci¨®n se alarga cientos de a?os¡±. En este sentido el experto se?ala que hay m¨¢s opciones sin tener que recurrir a la navaja del abuelo. ¡°Hay alternativas tambi¨¦n en pl¨¢stico (sin ser de usar y tirar) aunque, preferiblemente, busquemos las que sean con bamb¨², con las que tampoco nos pondr¨¢n pegas en el control de equipaje del aeropuerto¡±.
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