Cuando bloquear a un conocido es leg¨ªtimo: gu¨ªa para discernir si ha llegado el momento
Ya no solo ignoramos a citas que salieron mal o bloqueamos a desconocidos que atacan en redes de forma gratuita, esta tambi¨¦n es una herramienta para acabar relaciones con seres con los tenemos una relaci¨®n m¨¢s profunda.
Hay relaciones que acaban por agotarnos. Que dejan de aportarnos o que directamente son da?inas para nosotros.?Dar a la opci¨®n bloquear en nuestro m¨®vil, en esas circunstancias, se convierte en una necesidad. No solo se trata de hacer ghosting [cortar todo contacto sin dar explicaciones] a alguien que acabamos de conocer por no saber c¨®mo decir simplemente que no nos gusta. Tampoco de bloquear a un hater [persona hostil] con el que hemos discutido en Twitter. ?Ya hemos aprendido a bloquear a personas con las que hemos mantenido una relaci¨®n de amistad, sentimental, laboral o incluso a un familiar. Es decir, terminar una relaci¨®n de forma online, para marcar una distancia en la vida real.
?Bloqueamos por ego¨ªsmo o falta de recursos o se trata de una opci¨®n totalmente v¨¢lida para nuestra salud mental? ?¡°La mayor¨ªa de las veces se pueden gestionar los conflictos de muchas formas, m¨¢s a¨²n si todas las partes desean que se resuelvan. Pero si ese deseo es unidireccional, quiz¨¢ tengamos que ¡®bloquear¡¯ adecuadamente a esa persona¡±, argumenta para empezar la psic¨®loga Ana Sierra. De hecho, la experta propone en su ¨²ltimo libro Felices por la vida (Kailas)? aplicar el m¨¦todo de Marie Kondo tambi¨¦n a nuestras relaciones. As¨ª, considera necesario ordenar y tirar todo lo que no se necesita, despidi¨¦ndose con amor y agradecimiento, tambi¨¦n de nuestras relaciones. ¡°Nuestra salud mental merece ser nutrida con alimentos de calidad, ni podridos ni caducados, como nuestro est¨®mago¡±.
Las redes tambi¨¦n nos retienen
Se podr¨ªa pensar que bloquear a personas es un comportamiento reciente, indudablemente influido por las redes sociales. Pero nada m¨¢s lejos de la realidad. Aunque ahora tengamos m¨¢s a mano el bot¨®n de bloquear, esta opci¨®n siempre ha existido. ¡°La necesidad de bloquear de una u otra manera ha estado presente a lo largo de la historia¡±, recuerda por su parte el psic¨®logo Enrique V¨¢zquez. ¡°Era tan solo cuesti¨®n de no cruzarse por aquellos lugares vitales por los que la otra persona discurriera, o no frecuentar a las personas relacionadas entre s¨ª durante un tiempo. Las distancias son f¨ªsicamente las mismas, pero tangiblemente diferentes¡±.
Entonces, ?qu¨¦ es lo que ha cambiado? ?Es m¨¢s f¨¢cil borrar a alguien de forma virtual que cara a cara? Realmente tampoco. ?¡°Las comunicaciones y la tecnolog¨ªa han posibilitado el acercamiento entre personas, pero tambi¨¦n han imposibilitado la distancia en algunos casos necesarios, por la excesiva interconexi¨®n que tenemos con la vida de los dem¨¢s, queramos muchas veces o no¡±.
El ejemplo m¨¢s claro es bloquear a una persona en WhatsApp y que un tercero nos agregue a ambos a un grupo. O tener que salirse de un grupo para evitar el contacto con una persona y perder el contacto con el resto. ?Y es que, aunque bloquear parezca la opci¨®n m¨¢s f¨¢cil, muchas veces acaba siendo la m¨¢s dif¨ªcil. ¡°La presi¨®n social nos hace dudar si hicimos bien o mal, pero el bien y el mal aqu¨ª solo lo puede evaluar la persona que decide. Es algo total y absolutamente subjetivo y nadie sabe lo que sientes ni necesitas mejor que t¨²¡±, argumenta Ana Sierra.
Saber cu¨¢ndo ha llegado el momento
Bloquear es una decisi¨®n m¨¢s compleja de lo que parece. Por eso, otro factor clave es saber cu¨¢ndo hemos llegado a ese punto sin retorno en esa relaci¨®n. Es decir, si de verdad hemos agotado otras opciones para no quedarnos con la duda. ¡°Que una relaci¨®n insana desaparezca significa mejorar el conflicto. Sin embargo, generalmente bloquear en redes resulta de una conducta asociada a un nivel emocional elevado e impulsivo¡±, apunta Sierra. Pese a ello, si analizamos los motivos de fondo, bloquear no deja de ser ¡°un acto de supervivencia, ataque, par¨¢lisis o huida¡±.
Como detalla la experta, ¡°si realmente no queremos saber m¨¢s de la otra persona, bloquear ser¨ªa la acci¨®n necesaria para la huida. Tambi¨¦n se utiliza el bloqueo como ataque, para producir malestar en la otra persona, y seguir as¨ª en guerra. En otras ocasiones es consecuencia de la par¨¢lisis o un bloqueo del tipo: ??No s¨¦ qu¨¦ hacer! As¨ª que te ¡®congelo¡¯ bloqueando y luego ya veremos si te vuelvo a aceptar. A veces desconectar para volver a conectar de otra forma m¨¢s sana, desde nuestro equilibrio mental, es muy positivo y mejora las relaciones¡±.
Sea el motivo que sea, la clave est¨¢ en saber si romper esa relaci¨®n, sea temporal o definitivamente, va a mejorar nuestro bienestar emocional o nos va a causar un nuevo quebradero de cabeza. En definitiva, si en la balanza bloquear hace que gane nuestra salud mental. Algo que parece f¨¢cil, pero no lo es tanto.
¡°No somos a¨²n demasiado conscientes de la necesidad de cuidarnos mentalmente. S¨ª, racionalmente lo sabemos, pero no hacemos lo suficiente para sentirlo como pensamos¡±, expone por su parte Enrique V¨¢zquez. ?¡°Permanecemos a la expectativa constante, esperando siempre algo mejor¡±, contin¨²a. Pero a veces hay que ser conscientes de que esa relaci¨®n no va a mejorar y es mejor dejar de intentarlo una vez m¨¢s.
No es solo dar un bot¨®n, es saber comunicar
Quiz¨¢s el problema no est¨¦ en el acto de bloquear en s¨ª mismo, sino el c¨®mo y por qu¨¦ lo hacemos. ¡°Es saludable ser suficientemente asertivo con uno mismo y los dem¨¢s para hacerlo cuando se pueda y deba, o cuando uno observa que una relaci¨®n lleva tiempo rest¨¢ndole. No es ego¨ªsmo, sino amor propio¡±, apunta de nuevo Enrique V¨¢zquez. Aunque el experto puntualiza que quiz¨¢s debamos aprender a adaptar este mensaje ¡°para llevarlo a cabo de tal forma que no genere m¨¢s heridas mutuamente, de cara al futuro¡±.
A este respecto, Ana Sierra se?ala en su libro la importancia de la asertividad. ¡°Si quiero bloquear a alguien de manera sana, por as¨ª decirlo, desde el respeto y no desaparecer sin m¨¢s, tengo que transmitir por qu¨¦ considero que es mejor que no volvamos a hablar, vernos o bloquearnos. Si se hace desde lo que necesito, deseo o he decidido, sin ataques ni culpas, puedo hacerlo con la conciencia tranquila. La frustraci¨®n de los dem¨¢s, no depende de nosotros, m¨¢s a¨²n cuando el respeto est¨¢ presente¡±.
Una vez tomada y comunicada la decisi¨®n queda el paso m¨¢s dif¨ªcil. Lidiar no solo con la frustraci¨®n de la persona bloqueada, seguramente tambi¨¦n con las opiniones que nuestra decisi¨®n despierta en nuestro entorno. Un hermano que se empe?a en que sigamos teniendo relaci¨®n con el otro porque la familia es la familia. Una amiga que quiere hacer una quedada por los viejos tiempos con gente que est¨¢ mejor en tu pasado. O un compa?ero de trabajo que se empe?a en tendernos una emboscada con unas ca?as despu¨¦s del trabajo con otro compa?ero, al que preferimos dirigirnos solo por? correo electr¨®nico. ¡°Si alguien no entiende esta decisi¨®n de no desear tener a esa persona en tu vida, puedes transmitir tus deseos sin menospreciar los de los dem¨¢s y pedir respeto si lo deseas o te lo preguntan¡±, a?ade Sierra.
Al final hay algo que debe quedar claro. Las relaciones que tenemos o dejamos de tener son una decisi¨®n, no una obligaci¨®n. Le pese a quien le pese. Y es que si las redes sociales dan la opci¨®n de bloquear es porque, sin darnos cuenta, estas son una puerta a nuestra vida, muchas veces sin filtros. Ya no seleccionamos con qui¨¦n compartimos o no cierta informaci¨®n de nuestra vida, la exponemos sin m¨¢s, con todo lo que eso supone. ?Por eso est¨¢ bien recordar que, por nuestra seguridad, hay puertas que a veces es necesario volver a cerrar.
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