Del porno ¡®chic¡¯ al pulso a Trump: todas las pol¨¦micas que han marcado la carrera de Tom Ford
Est¨¦e Lauder acaba de adquirir la marca Tom Ford por 2.800 millones de d¨®lares. Repasamos los momentos que han marcado la carrera del dise?ador texano.
Tom Ford iba para decorador de interiores, pero antes de lograrlo tuvo una revelaci¨®n: ¡°Me levant¨¦ y pens¨¦ ¡®siempre he amado la moda¡±. Sin experiencia en dise?o, pero con una marcada obsesi¨®n por la perfecci¨®n y un gran conocimiento del producto, consigui¨® alzarse como uno de los creativos m¨¢s relevantes de las ¨²ltimas d¨¦cadas. Hoy cumple 58 a?os y, a punto de celebrar la treintena en la industria, puede presumir de una de las carreras m¨¢s solidas. Tras pasar por los talleres de Chlo¨¦, Gucci e Yves Saint Laurent, ha hecho de su nombre una marca reconocible con la que vende colecci¨®n masculina y femenina (por cifras que rozan los 2.800 millones de d¨®lares), gafas, accesorios, perfumes y cosm¨¦ticos. En sus ratos libres ha dirigido dos pel¨ªculas que obtuvieron cuatro nominaciones a los Globos de Oro y dos a los Oscar.
Alabado por p¨²blico y cr¨ªtica, este a?o se convert¨ªa en presidente del CFDA (Council of Fashion Designers of America, la asociaci¨®n con 57 a?os de historia que agrupa a los dise?adores norteamericanos m¨¢s importantes). Pero este movimiento, como casi todo en la vida del texano, le ha acarreado alguna pol¨¦mica. Firme defensor dem¨®crata y votante de Hillary Clinton, como dise?ador se ha posicionado en contra de las pol¨ªticas de Donald Trump y se ha negado a prestar ropa a la primera dama, Melania: ¡°Me pidieron vestirla hace algunos a?os y rechac¨¦. No representa mi imagen. Adem¨¢s, y m¨¢s all¨¢ del hecho de que soy dem¨®crata y de que vot¨¦ por Hillary, creo que ninguna deber¨ªa llevar mis prendas, son demasiado caras¡±, confesaba en un talk show americano. Sin embargo, como presidente del consejo de dise?adores no ha podido posicionarse tan abiertamente: entre los miembros del comit¨¦ del CFDA se encuentra la creadora de joyas Kara Ross, esposa de Stephen Ross, el empresario que se volc¨® en la recaudaci¨®n de fondos durante la campa?a de Trump. Varias han sido las voces que han pedido la expulsi¨®n de la joyera de la organizaci¨®n, pero el papel de Ford como presidente le exige un comportamiento diplom¨¢tico, aunque este colisione con sus valores.
Pero esta no es la primera controversia de un dise?ador que ha hecho de su nombre sin¨®nimo de provocaci¨®n:
EL PORNO CHIC
En los noventa Tom Ford aterriz¨® en un Gucci que languidec¨ªa en la irrelevancia. Todo era marr¨®n, redondo y blanco, dijo c¨¦lebremente su compa?ero en aquella lucrativa aventura, Domenico de Sole, responsable de la parte de negocio. Cuando abandonaron la compa?¨ªa en 2004 ¡°todo era negro, cuadrado y duro¡±, un buen s¨ªmil que ilustraba la labor de ambos en la casa italiana a la que erigieron como rentable abanderada del porno chic.
Tom Ford no fue el primero en descubrir que el sexo vende, pero probablemente s¨ª el que extrajo m¨¢s partido del concepto. Con cada colecci¨®n y campa?a fue elevando la temperatura hasta llegar a la c¨²spide er¨®tica de la historia de la moda: cuando afeit¨® el vello p¨²bico de Louise Pedersen con forma de la ¡®G¡¯ de Gucci para su campa?a primavera-verano 2003. Una estrategia que no decay¨® con su salida de la marca y que adopt¨® como ense?a de su firma hom¨®nima.
Esta sexualizaci¨®n le ha valido las cr¨ªticas m¨¢s enfurecidas y sonoras de su carrera. Ha recibido ataques por varios frentes: los garantes de la moral le han denunciado recurrentemente por sus campa?as expl¨ªcitas. El feminismo, por su uso de la mujer como objeto. ?l se ha intentado defender: ¡°Tambi¨¦n me gusta cosificar a los hombres, pero la cuesti¨®n es que en nuestra cultura no puedes mostrar la desnudez masculina de la misma manera que la femenina. Nos sentimos muy c¨®modos con una cultura que explota a las mujeres y no a los hombres. Aunque yo no lo considero explotaci¨®n de ninguna manera¡±, se excusaba en una entrevista en The Guardian.
LAS CURIOSAS PREFERENCIAS
Polemizador profesional, suele colar perlas virales en todas sus entrevistas. ¡°Me gusta la gente con un toque de suciedad¡±, revelaba en 2004 en la revista GQ, ¡°no quiero decir que quiera meterme entre las piernas de alguien y encontrar moscas zumbando por ah¨ª¡ Deber¨ªa estar limpio. Pero no hay nada peor que besar o abrazar a alguien y que huela a desodorante. El olor del cuerpo es una cosa maravillosa¡±. Quiz¨¢ por ello decidi¨® que el mejor lugar para colocar su primera campa?a masculina era una vulva femenina, completamente depilada y cubierta de aceite.
LA ¡®GORDOFOBIA¡¯
Adem¨¢s de por el intenso contenido sexual y su aversi¨®n a vestir a los protagonistas de sus campa?as, estas suelen caracterizarse por una defensa expl¨ªcita de la belleza m¨¢s normativa. Amante de los cuerpos atl¨¦ticos, por sus im¨¢genes nunca se ha dejado ver ni un solo gramo de grasa. Obsesivo en sus rutinas, el mandato se lo aplica de manera personal a diario, tras pesarse cada ma?ana: ¡°Si he cogido m¨¢s de tres libras (1,4 kilos) como verduras durante dos o tres d¨ªas hasta que vuelvo a mi peso¡±, le contaba a Lisa Einer.
EL ABORTO
Aunque quiz¨¢ uno de los debates m¨¢s peligrosos que sobrevuelan su obra sea el que se desat¨® tras el estreno de su segunda y ¨²ltima pel¨ªcula hasta la fecha, Animales nocturnos (2016). En la cinta, Amy Adams recibe el manuscrito de la novela de su ex, Jake Gyllenhaal, una cruenta historia de violencia con la que el escritor alcanza su catarsis personal. Una especie de venganza que rumiaba desde hace a?os por el dolor que le provoc¨® su mujer. ?La causa? Se descubre al final (atenci¨®n spoiler), ella decidi¨® abortar sin consultar a su pareja y ¨¦l qued¨® devastado. ¡°Un momento, ?ha hecho una pel¨ªcula criticando el aborto?¡±, escrib¨ªan en The Huffington Post. ¡°Gracias Tom Ford. Porque no ten¨ªamos suficiente estigma alrededor del aborto¡±. La historia, inspirada en la novela del escritor Austin Wright, hace una comparaci¨®n subrepticia entre violaci¨®n y asesinato y el poner fin a un embarazo no deseado. ¡°Provocar esta comparaci¨®n directa, en un momento en el que los derechos reproductivos est¨¢n en jaque en los Estados Unidos, es tremendamente preocupante¡±, reflexionaban en Feminist Academic Collective.
EL RELEVO
Al frente de Yves Saint Laurent desde 1999, tir¨® de archivo para hacer suyas las referencias m¨¢s c¨¦lebres de la casa. ?Una de las m¨¢s evidentes? Su O-I 2004/05, que revis¨® las colecciones chinas del couturier. Su esp¨ªritu irreverente aterriz¨® tambi¨¦n en la publicidad: para siempre quedar¨¢ la campa?a que Ford ide¨® para Opium, con una desnud¨ªsima y sugerente Sophie Dahl, vestida solo con sandalias y joyas. Pero el idilio sobre la pasarela no se tradujo en una relaci¨®n fluida con Yves Saint Laurent. Cuenta Marie-Dominique Leli¨¨vre en Saint Laurent Chico Malo que el propio Yves le mand¨® cartas de odio de manera recurrente: ¡°En solo 13 minutos has destrozado sobre la pasarela mis 40 a?os de carrera¡±. A Ford poco le import¨®.
EL ANTIAMERICANISMO
Las declaraciones que menos gustaron en su pa¨ªs natal fueron las que concedi¨® a The New York Times en diciembre de 2001, solo unos meses despu¨¦s de los ataques del 11S: ¡°Los americanos temen el estilo. Descendemos de los Puritanos y a¨²n lo llevamos en nuestra cultura (¡). No quiero parecer insensible, pero si no quieres que los terroristas nos derroten coge ese pedazo extra de pastel¡±, dec¨ªa mientras ten¨ªa un soliloquio consigo mismo sobre el papel del lujo tras los atentados.
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