Del relevo de Amancio Ortega al ¨¦xito de las marcas digitales: evoluci¨®n de la moda espa?ola en la ¨²ltima d¨¦cada
En los ¨²ltimos 10 a?os, la moda espa?ola ha perdido en volumen de negocio, pero ha ganado en ¡®zeitgeist¡¯. Y aunque la brecha entre industria y creaci¨®n sigue abierta, la revoluci¨®n digital provee nuevos modelos.
El principio del fin de Amaya Arzuaga. El mutis por el foro de El Delgado Buil. Los problemas comerciales de Davidelf¨ªn. La muerte de Jes¨²s del Pozo. Tristes titulares los de la moda en 2011, el a?o del paso atr¨¢s de Amancio Ortega en favor de Pablo Isla, la compra de Jean Paul Gaultier por el grupo catal¨¢n Puig y la reconversi¨®n de la otrora pasarela Cibeles en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. Lastrado a¨²n por la recesi¨®n global de 2008, el sector cerraba entonces su ejercicio fiscal de nuevo a la baja, con una facturaci¨®n de poco m¨¢s de 17.000 millones de euros, seg¨²n cifraba la Asociaci¨®n Empresarial del Comercio Textil y Complementos (Acotex). Una d¨¦cada despu¨¦s, inmersos en otra crisis, los n¨²meros revelados el pasado junio son incluso peores: 10.619 millones, una ca¨ªda del 41,26% y 7.400 millones perdidos con respecto a 2019. Al final resulta que, en el transcurso de este ¨²ltimo decenio, el volumen de negocio del producto indumentario nacional se ha reducido a la mitad.
Los datos positivos que ven¨ªan registr¨¢ndose desde 2015, con un incremento del 25% en la facturaci¨®n hasta hace un par de a?os, no han podido evitar fundirse a negro con la pandemia. Aun as¨ª, la pretendida recuperaci¨®n del sector se intu¨ªa renqueante: aquellos 22.000 millones largos de r¨¦cord registrados en 2006 quedaban bastante lejos aun antes de la actual coyuntura econ¨®mico-sanitaria. Con una industria bajo m¨ªnimos debido a la deslocalizaci¨®n tampoco es que se pudiera correr demasiado. Quiz¨¢ por eso la expresi¨®n que m¨¢s se escucha desde hace tiempo en boca de los principales agentes del llamado dise?o de autor espa?ol es slow fashion, la deliberada, mimosa lentitud de una estrategia empresarial/de marca que pondera la calidad por encima de la cantidad, la confecci¨®n local y la circularidad de los materiales. ¡°Es el discurso impuesto por las firmas m¨¢s j¨®venes¡±, esgrime Pepa Bueno, directora ejecutiva de la Asociaci¨®n de Creadores de Moda de Espa?a (ACME). ¡°Nosotros siempre hemos defendido que crear sin excedentes, con producciones cortas para no sobresaturar el mercado y generando empleo en tu entorno era si no la soluci¨®n, al menos s¨ª una de las v¨ªas¡±.
No deja de resultar curioso que aquello que sol¨ªa criticarse a prop¨®sito de las pr¨¢cticas ¡®perezosas¡¯ de la mayor¨ªa de las etiquetas que desfilan ¨Co lo han hecho¨C en la principal pasarela espa?ola sea hoy la apuesta sostenible de alcance global. Confeccionando a medida o limitando el n¨²mero de piezas, Ana Locking, Juan Duyos, Teresa Helbig, Juanjo Oliva, Modesto Lomba o Jorge V¨¢zquez han conseguido capear los sucesivos temporales, manteniendo la idea de que la moda m¨¢s all¨¢ de la apisonadora del gran consumo sigue siendo posible por estos pagos. La generaci¨®n de creadores que, precisamente, comenz¨® a bregar en las procelosas aguas del mercado hace justo una d¨¦cada ha sabido capitalizar la situaci¨®n, tambi¨¦n para sacudir el polvo en la percepci¨®n p¨²blica de nuestro pr¨ºt-¨¤-porter. Leandro Cano, Mois¨¦s Nieto, Mar¨ªa ke Fisherman, Man¨¦Man¨¦, Carlota Barrera y el fen¨®meno Palomo Spain (refrendado hasta por Beyonc¨¦, Madonna y Harry Styles), entre otros, han hecho del zeitgeist una virtud en sus narraciones como no se observaba en mucho tiempo. ¡°La escena ha cambiado en firmas, por supuesto, pero sobre todo en la manera de acercarse al consumidor. Ahora los dise?adores llegan de manera directa, sin mediador, por eso han de medir mucho lo que se quiere contar. Tienes que tener un discurso muy estructurado de lo que eres y lo que quieres decir, porque ya no enga?as a nadie¡±, concede Bueno.
El giro de paradigma cabalga sobre la estandarizaci¨®n de los procesos comerciales digitales y la hegemon¨ªa de las redes sociales, claro. La posibilidad de conectar y vender a trav¨¦s de plataformas como Instagram ha propiciado la irrupci¨®n de etiquetas nicho que operan de manera independiente, de Galicia (v¨¦ase el furor de las blusas y vestidos de la coru?esa Andi¨®n) a Catalu?a (la barcelonesa Gimaguas) para el mundo. La directora ejecutiva de ACME, para el caso, advierte de la alta volatilidad de este nuevo modelo de negocio, una burbuja que propicia tanto el ¨¦xito como la desaparici¨®n inmediatos si no existe una m¨ªnima inversi¨®n, un apoyo financiero que permita si no el crecimiento, al menos la estabilidad del proyecto en el tiempo.
¡°Hace 10 a?os solo hab¨ªa una manera de hacer las cosas, o eso te hac¨ªan creer, y as¨ª muchos acabaron ahog¨¢ndose. Yo ca¨ª: dej¨¦ entrar a unos socios capitalistas para poder expandir mi marca y al final me qued¨¦ sin ella¡±, concede Daniel Rabaneda. El del sevillano es, seguramente, el ejemplo esclarecedor que define esta ¨²ltima d¨¦cada de moda espa?ola: el joven dise?ador que a¨²na visi¨®n creativa y empresarial, jaleado por los medios y acreedor de premios, machacado por una industria que sigue sin creer en sus creativos. En 2018 fue nombrado director art¨ªstico de ?ngel Schlesser y apenas dos a?os despu¨¦s sal¨ªa por la puerta de atr¨¢s. Una experiencia traum¨¢tica similar a la del m¨¢s curtido Josep Font, que tras rejuvenecer Delpozo y convertirla en objeto de deseo internacional (Michelle Obama, Cate Blanchett, Lady Gaga) se desped¨ªa de la marca sin dar mayores explicaciones hace tres a?os. La firma, adquirida en 2011 por el grupo Perfumes y Dise?o con intenci¨®n de dar continuidad al legado de su fundador, desaparec¨ªa el pasado julio, sin que inversor alguno saliera en su rescate. Pero, oiga, que Marta Ortega se codea con Pierpaolo Piccioli y sale en la portada de la revista del Wall Street Journal. Titulares de la moda espa?ola en 2021.
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