Diez razones por las que Charles James merece una exposici¨®n en el MET
?Por qu¨¦ un dise?ador desconocido es el protagonista de la exhibici¨®n de moda m¨¢s esperada del a?o?
Dos a?os y cuarenta millones de d¨®lares ha costado renovar el ala dedicada a la moda (Costume Institute) que alberga el museo Metropolitan de Nueva York.Un ¨¢rea que, adem¨¢s, a partir de hoy pasar¨¢ a llevar el nombre de la editora de moda m¨¢s famosa (e influyente) del mundo: Anna Wintour.
Las entradas para poder acudir a la cena anual que se celebra esta noche han duplicado su precio (de 15.000 a 25. 000 d¨®lares), lo que no ha frenado a todos los famosos y magnates que se pasear¨¢n por la alfombra roja en homenaje a la directora de Vogue y al protagonista de la exposici¨®n que, como cada a?o, se inaugura tras la gala.
Pero, a diferencia de otros a?os, el protagonista de dicha muestra no es un dise?ador de fama mundial como McQueen, una revolucionaria de la indumentria como Schiaparelli o un estilo influyente y revistitado como el punk, sino un modisto angloamericano desconocido por casi todos, expertos inclu¨ªdos.
?Por qu¨¦ Charles James ser¨¢ el encargado de inugurar el Anna Wintour Costume Institute? ?Por qu¨¦ dedicarle la exposici¨®n de moda m¨¢s esperada del a?o?
Uno de sus dise?os, el modelo ¡®Butterfly¡¯, fotografiado en 1954.
Cecil Beaton/ Cortes¨ªa de The Costume Institute The Metropolitan Museum of Art
1. Porque quiz¨¢ sin ¨¦l Dior y Balenciaga no habr¨ªan sido lo que fueron: Obsesionado con revisitar la moda del pasado para experimentar con las siluetas del presente, James cre¨® en la d¨¦cada de los 40 vestidos de estr¨ªchisimas cinturas y ampl¨ªsimas faldas, muy similares a la silueta New Look que le dio la fama mundial a Christian Dior. Por eso el dise?ador franc¨¦s no dudaba en hablar de James como fuente de inspiraci¨®n. "Es el talento m¨¢s grande de mi generaci¨®n", sol¨ªa decir. Una opini¨®n que tambi¨¦n compart¨ªa Crist¨®bal Balenciaga, cuyo patronaje casi escult¨®rico y su gusto por las asimetr¨ªas estuvieron fuertemente influ¨ªdos por el trabajo de James. Tal vez sin la obra de este dise?ador el legado de ambos habr¨ªa sido otro.
2. Porque supo aunar moda y arte sin dejar de ser funcional:? James se consideraba un escultor, por eso se tomaba mucho tiempo en dise?ar cada una de sus prendas (produjo menos de mil vestidos en cuarenta a?os de trayectoria), analizaba al detalle cada corte que imprim¨ªa en la tela y, finalmente, titulaba su obra con nombres tan descriptivos como 'four leaves', 'butterfly' o 'petal'. Sus clientas, sin embargo, alababan la comodidad de unos trajes cuyas formas parec¨ªan a priori bastante complejas para ser llevadas con naturalidad. Cuentan que sus voluminosas faldas eran sorprendentemente ligeras o que el reconocimiento le lleg¨® con un vestido al que le sol¨ªan llamar 'taxi dress' porque pod¨ªa llevarse en el asiento trsero de un taxi sin que se arrugara o perdiera su forma.
Austine Hearst fotografiada con un vestido de James en 1953.
Cecil Beaton/ Cortes¨ªa de The Costume Institute The Metropolitan Museum of Art
3. Porque fue un genuino couturier: y quiz¨¢ uno de los primeros ( y de los pocos) que comenz¨® y termin¨® su carrera en los Estados Unidos. Mientras la mitad de los dise?adores americanos hac¨ªa fortuna con estilos m¨¢s pr¨¢cticos y cotidianos y la otra mitad ten¨ªa las miras puestas en las novedades que ven¨ªan de Par¨ªs, James fue un genuino modisto de Alta Costura. Hizo algunas concesiones al pr¨ºt-¨¤-porter, pero siempre con acabados majestuosos y exclusivos. Le obsesionaba la manufactura artesanal y la creaci¨®n ¨²nicafuera de colecciones, temporadas o calendarios; as¨ª fue como lleg¨® a desfilar en la semana de la Alta Costura de Par¨ªs y a dise?ar sobre los cuerpos de las socialit¨¦s americanas m¨¢s prestigiosas. La elegancia francesa que todos los ricos estadounidenses quer¨ªan vestir ten¨ªa a su mayor exponente en un modisto residente en Nueva York.
4. Porque sus prendas no han pasado de moda: como no lo han hecho las de Balenciaga, Yves Saint Laurent, Chanel y todos los creadores que han traspasado d¨¦cadas, estilos y tendencias pasajeras. La original silueta de sus vestidos sigue siendo perfectamente reconocible y perfectamente llevable a d¨ªa de hoy. y lo comprobaremos esta noche, cuando muchas famosas luzcan sus prendas en la alfombra roja.
Nancy James en uno de los dise?os de James (1955).
Cecil Beaton/ Cortes¨ªa de The Costume Institute The Metropolitan Museum of Art
5. Porque representa a la perfecci¨®n el sue?o americano: aunque proced¨ªa de una familia adinerada, su padre lo deshered¨® y James se traslad¨® de Chicago a Nueva York con un par de d¨®lares en el bolsillo y las ganas de fundar un emporio millonario. El dinero no lleg¨® a contarse por millones, pero James logr¨® vivir en los hoteles m¨¢s emblem¨¢ticos de la Gran Manzana, a vestir a Mona Bismarck, Babe Paley y otras mujeres ilustres de la ciudad y a poseer puntos de ventas en los grandes alamacenes m¨¢s prestigiosos de Europa. A Am¨¦rica le encantan las historias de hombre hechos a s¨ª mismos, y m¨¢s si estos hombres adem¨¢s supieron embellecer su ¨¦poca.
6. Porque las mejores instat¨¢neas de los a?os 50 est¨¢n vestidas por ¨¦l: y firmadas por Cecil Beaton, el que fuera su mejor amigo y su padrino dentro de la industria. Juntos dieron forma a esos innumerables retratos de inspiraci¨®n surrealista que marcaron la edad dorada de Vogue.
7. Porque era todo un personaje: con fama de eg¨®latra, caprichoso y despilfarrador. Decid¨ªa qu¨¦ clientas aceptaba en su taller y no ten¨ªa reparos en rechazar a muchas por no ser dignas de sus prendas. Sus obras eran extremadamente caras para la ¨¦poca (unos mil quinientos d¨®lares) y nunca quiso ceder ante los precios o las demandas del mercado. Cobraba los vestidos a Schiaparelli pero se los regalaba a Chanel y, mientras tanto, ten¨ªa litigios abiertos por cadauna de las aventuras empresariales en las que se hab¨ªa embarcado. Su figura fue tan pol¨¦mica y emblem¨¢tica que repiti¨® el clich¨¦ de muchos otros y, ya arruinado, decidi¨® establecer su vivienda-estudio en el m¨ªtico Chelsea Hotel, donde muri¨® al poco tiempo.
Vestidos de fiesta de Charles James fotografiados por Cecil Beaton en 1948.
Cecil Beaton/ Cortes¨ªa de The Costume Institute The Metropolitan Museum of Art
8. Porque s¨®lo ¨¦l podr¨ªa unir en una sola exposici¨®n moda, arquitectura y tecnolog¨ªa: debido a su t¨¦cnica escult¨®rica y a sus incre¨ªbles vol¨²menes, Harol Koda, comisario del Costume Institute, ha decidido prescindir de escen¨®grafos contratar al estudio de arquitectos Dillier Scofidio & Renfro para dise?ar el espacio de la muestra. Los lazos entre la arquitectura y la indumentaria se ver¨¢n reforzados por maniqu¨ªes digitales y herramientas que ofrecer¨¢n panor¨¢micas de 360 grados en algunas de las obras.
9. Porque representa a la perfecci¨®n lo que ser¨¢ el nuevo museo Anna Wintour: un reflejo del carisma de la mujer que da nombre, o lo que es lo mismo, una mezcla entre tradici¨®n, modernidad, elitismo y un esp¨ªritu profundamente americano. En ese sentido, pocos modistos aut¨®ctonos han sabido equilibrar pasado, presente y futuro del modo en lo hizo Charles James, por lo que la elecci¨®n de este semidesconocido resulta m¨¢s que oportuna.
10. Porque para eso deber¨ªan servir las exposiciones importantes: es importante que se homenajee la trayectoria de creadores de fama mundial o se analicen los estilos conocidos por el gran p¨²blico, pero, en ocasiones, es necesario que los grandes museos saquen del anonimato a esos genios con los que la historia no ha sido demasiado justa.
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