Hemeroteca: El a?o en que Saint Laurent se comi¨® a Yves
Despu¨¦s de fagocitar la estructura original de la firma y provocar el pasmo en la cr¨ªtica, la primera colecci¨®n de Hedi Slimane para Saint Laurent ha pulverizado las ventas en las tiendas.
No es f¨¢cil encontrar gestas comparables al New Look que Christian Dior cre¨® en 1947, cuando la nueva silueta restall¨® como un l¨¢tigo en forma de mujeres listas para un mundo sin guerras mundiales. Tiempo despu¨¦s, en los primeros a?os del siglo XXI, la divisi¨®n masculina de la misma casa volvi¨® a marcar otro punto de inflexi¨®n. Hedi Slimane, su director creativo, abander¨® una revoluci¨®n est¨¦tica cuya influencia ha trascendido la legislatura semestral de las tendencias. Aquellos hombres hiperestilizados en blanco y negro han encontrado su otra mitad en las prendas que desde hace un a?o firma el propio Slimane al frente de Saint Laurent. Y en declaraciones al New York Magazine, los responsables de Jeffrey y Barney¡¯s ya han asegurado que la colecci¨®n de primavera se est¨¢ vendiendo como rosquillas.
El 7 de marzo de 2012, el grupo PPR ?ahora Kering? anunci¨® mediante un escueto comunicado que el dise?ador que consigui¨® elevar Dior Homme a categor¨ªa de objeto de culto abandonaba su vida de outsider para tomar las riendas de una de sus firmas m¨¢s importantes. Hedi Slimane tomaba el relevo de Stefano Pilati con el mandato de transformar Yves Saint Laurent en un aut¨¦ntico blast que fuera m¨¢s all¨¢ del respeto a los archivos y las ventas discretas ?los siete a?os de Pilati en la marca se saldaron con ese balance?.
La metamorfosis ideada por Slimane empez¨® con un cambio de nombre ?Saint Laurent a secas? y la deslocalizaci¨®n de los talleres parisinos para llev¨¢rselos a Los ?ngeles. Despu¨¦s lleg¨® el redise?o de las tiendas, nuevas l¨ªneas (Skinny, Suede y Selvage), colaboraciones impensables (Courtney Love, Marilyn Manson¡) y finalmente las colecciones.
Su debut cont¨® con lo mejor de los archivos ?pasados por la trituradora californiana?. El esmoquin, los caftanes de inspiraci¨®n marroqu¨ª, los sombreros de ala ancha y toda la imaginer¨ªa setentera que estim¨® oportuno rescatar paraliz¨® Par¨ªs por unos minutos. Nada realmente objetable en su aproximaci¨®n a la historia de la firma, pero las tintas estaban cargadas de antemano y muchos se llevaron las manos a la cabeza cuando observaron una supuesta afrenta al legado de la marca.
Hedi Slimane, director creativo de Saint Laurent.
Cordon Press
Esa idea de reventar la vitrina sagrada que acog¨ªa las siglas YSL y astillarla con la furia de una canci¨®n punk? ha contado en todo momento con la bendici¨®n del cofundador de la casa Pierre Berg¨¦. Si al principio la cr¨ªtica simplemente se limit¨® a trasladar los cambios a la opini¨®n p¨²blica, con el desfile de octubre arreci¨® la pol¨¦mica. Las vacas sagradas del periodismo de moda y los advenedizos reci¨¦n llegados al universo de los opinadores profesionales confluyeron en el mismo punto.
Cathy Horyn y Suzy Menkes, cr¨ªticas del diario The New York Times en sus ediciones nacionales y globales respectivamente, abrieron la veda. Esta ¨²ltima advirti¨® que Slimane deber¨ªa haber empleado el legado de YSL ?para crear algo m¨¢s din¨¢mico?, pero fue Horyn quien atiz¨® sin contemplaciones: ?La visi¨®n chic bohemia del Chateau Marmont estar¨ªa bien si aportara algo nuevo a la moda?.
Semejante dardo devino en una bochornosa guerra digital de dimes y diretes entre el director creativo y la periodista. ?El motivo? El dise?ador albergaba rencores enquistados desde el a?o 2004, cuando Horyn asegur¨® que sin las incursiones de Raf Simons en el terreno del slim tailoring Hedi Slimane nunca habr¨ªa existido. En consecuencia, este decidi¨® no invitar a Horyn a su debut en Saint Laurent, y el resto de la historia se la pueden imaginar.
Look Saint Laurent temporada oto?o-invierno 2014.
Cordon Press
Si el desfile de octubre fue interpretado como una aut¨¦ntica declaraci¨®n de guerra, las colecciones que se presentaron en enero y marzo tuvieron el mismo efecto que un c¨®ctel molotov lanzado desde la ¨²ltima planta de un rascacielos. Los coqueteos con el grunge no siempre salen bien ?en 1992 Marc Jacobs se rompi¨® los morros cuando visti¨® Perry Ellis con harapos?, y esta vez no fue diferente.
Que de nuevo no fuera invitada al desfile no fue un impedimento para que Cathy Horyn tuviera una opini¨®n sobre lo que no le dejaron ver: ?Hay quienes creen que las prendas fueron sacadas de Topshop o de una tienda de segunda mano?. ?Y qu¨¦? No es ning¨²n secreto que Slimane fue llamado para vestir a las chicas de las canciones y a los chicos que enamoran a las chicas de las canciones. Su trabajo en Dior Homme lo apuntal¨® como uno de los m¨¢ximos valedores de los j¨®venes herederos de Sal Paradise, los mismos que retrat¨® por festivales de medio mundo antes de entrar en Saint Laurent ?el MUSAC de Le¨®n expuso su fotograf¨ªas en 2008 y el MOCA de Los ?ngeles organiz¨® una retrospectiva llamada California Song en 2012?.
Una de las fotograf¨ªas de su exposici¨®n en el MUSAC.
Cordon Press
Lo cierto es que m¨¢s all¨¢ de la idoneidad o no del nuevo rumbo de Saint Laurent lo que muchos sugieren es que bajo las cr¨ªticas recibidas subyace la marcha de Slimane de Dior Homme en 2007. Entonces pocos perdonaron al dise?ador que pusiera tierra de por medio para centrarse en su carrera como fot¨®grafo. Los apoyos en la moda se pagan con lealtad incondicional, y algunos interpretaron aquel gesto como un desprecio a la gente que lo encumbr¨®.
Da igual que sea por acci¨®n u omisi¨®n, pero la verdad es que Slimane logra lo que pocos colegas consiguen. En poco m¨¢s de un a?o ha puesto nervioso a todo el mundo y ha conseguido que no se deje de hablar de ¨¦l. Angelina Jolie, Kate Moss o Lady Gaga ya han apostado por ¨¦l, y Vogue ha sacado sus prendas en portada. As¨ª es como se ha cristalizado la esencia del primer Saint Laurent, quien afirmaba aquello de ??abajo el Ritz y viva la calle!?. ?Acaso hay algo m¨¢s rive gauche que retratar a Courtney Love arrastr¨¢ndose por el suelo? Al fin y al cabo, como afirmaba Riccardo Tisci este domingo en El Pa¨ªs Semanal, lo que diga la cr¨ªtica es simplemente opini¨®n. El ¨¦xito de verdad solo se mide con las ventas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.