El m¨¦dico que enga?¨® y embaraz¨® a 56 mujeres con su propio semen
The New York Times, en una extensa investigaci¨®n, ha conseguido hablar con las v¨ªctimas de varios m¨¦dicos privados que decidieron no utilizar el semen de donantes o de parejas y usaron el suyo propio.
Las t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida han avanzado mucho desde el nacimiento de Louise Brown, la primera ni?a concebida en el mundo por fecundaci¨®n?in vitro, el 25 de julio de 1978 en Inglaterra. Desde entonces miles de mujeres en todo el mundo han sido madres gracias a los avances de la medicina, bien porque problemas de salud suyos o de su pareja les imped¨ªan concebir o bien porque sus circunstancias personales no eran las propicias para tener un hijo de un modo natural.
Ahora, despu¨¦s de 40 a?os de uso de estas t¨¦cnicas, empiezan a florecer casos de irregularidades que han marcado para siempre a esas mujeres que confiaron en la medicina para cumplir su sue?o de ser madres. The New York Times en una extensa investigaci¨®n ha conseguido hablar con las v¨ªctimas de varios m¨¦dicos privados que hace varias d¨¦cadas decidieron no utilizar el semen de donantes o de parejas y apostaron por usar el suyo propio. Los casos de cl¨ªnicas involucradas salpican a varios estados de EEUU (Connecticut, Vermont, Idaho, Utah y Nevada), a pa¨ªses europeos (Inglaterra, Alemania y Holanda), a Canad¨¢ y a Sud¨¢frica.
El caso del doctor alem¨¢n Jan Karbaat es uno de los m¨¢s sangrantes. Las autoridades han comprobado a trav¨¦s de pruebas de ADN, que el m¨¦dico, ya fallecido, era el padre de al menos 56 hijos de pacientes que confiaron en ¨¦l para quedarse embarazadas. ?Las cosas hace treinta a?os eran muy distintas. Quiz¨¢ el doctor Karbaat era un donante an¨®nimo y no lo sabemos. No existen registros de la ¨¦poca?, ha explicado el abogado de la familia a The New York Times.
Hace unos meses en Ontario (Canad¨¢) se descubri¨® otro caso de un doctor que habr¨ªa utilizado su semen en 11 casos de inseminaci¨®n artificial. Al parecer habr¨ªa tratado de convencer a una de sus pacientes de que lo hab¨ªa usado mezclado con otro para dar con una f¨®rmula perfecta responsable de que el embarazo se hubiera realizado con ¨¦xito. Las autoridades sanitarias han calificado de ?incre¨ªbles y reprobables? las explicaciones que ofreci¨® a su paciente.
?El problema es que lejos de parecer unas manzanas podridas aisladas era una pr¨¢ctica m¨¢s generaliza de lo que pens¨¢bamos que ha estado escondida bajo el estigma y los fallos de protocolo?, ha explicado el biotecn¨®logo Dov Fox de la Universidad de San Diego.
Las pruebas de ADN realizadas a 61 personas en la ciudad de Indianapolis aseguran que todos son hijos del doctor Donald Cline. El m¨¦dico se declar¨® culpable y reconoci¨® haber mentido a los investigadores pero solo ha sido condenado con la retirada de su licencia m¨¦dica durante un a?o. Las condenas son tan irrisorias porque en la mayor¨ªa de los estados la ley no contemplaba este tipo de delito. Ahora los legisladores se est¨¢n poniendo las pilas y, en estados como Texas, se han aprobado leyes que consideran este tipo de pr¨¢cticas como delictivas y las tipifica como abusos sexuales. Otros estados como California, van por el mismo camino. Existe un gran debate sobre si haber inyectado un semen sin consentimiento en el vagina de una mujer puede ser considerado una violaci¨®n aunque se trate de un procedimiento m¨¦dico.
Todos estos casos est¨¢n saliendo a la luz porque en Estados Unidos se ha puesto de moda hacerse test de ADN dom¨¦sticos para conocer mejor los antepasados.
?Construyes toda tu vida basada en una identidad gen¨¦tica y de pronto cuando todo eso se derrumba y se ve alterado puede llegar a ser devastador?, ha dicho un de las v¨ªctimas a la periodista
del Times. ?Despu¨¦s de hacerme un test de ADN comprob¨¦ que era hija del doctor. Cuando se lo comuniqu¨¦ a mi madre se sinti¨® violada. Estoy tratando de sobrellevar todo lo que se me ha venido encima. Estoy ante una crisis de identidad muy fuerte,? ha narrado otra mujer.Los abogados de las v¨ªctimas coinciden en que hay que llegar hasta el final del asunto y no dejar de investigar otros casos que todav¨ªa no hayan salido a la luz. Es importante conocer a fondo lo que ha pasado para que en el futuro no vuelva a ocurrir.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.