?En busca del b¨¢sico perfecto? Estas son las cuatro firmas que necesitas conocer
Los nuevos nombres del minimalismo apelan a una filosof¨ªa com¨²n: reciclan los tejidos, rechazan las temporadas y buscan reducir el consumo.
Hace cuatro a?os Internet enloquec¨ªa con el normcore, una tendencia que consideraba la normalidad como la quintaesencia de lo moderno. Vestir sin estampados, sin vol¨²menes, sin combinaciones extra?as, deb¨ªa ser la norma para los que siguen las tendencias con devoci¨®n. Pero, como suele ocurrir, pronto la historia se dio la vuelta: hoy vivimos en la era de la excentricidad como envoltorio de lo aut¨¦ntico. Las pasarelas realizan complicados ejercicios de estilismo y cualquier cosa es susceptible de ponerse de moda si resulta lo suficientemente visual y diferente.
Pero en esta ¨¦poca del todo vale tambi¨¦n funcionan marcas cuya filosof¨ªa supone un rechazo a lo ef¨ªmero. Proyectos que apuestan por el minimalismo de autor y el consumo sensato, sostenible, duradero y de factura casi artesanal. Saben que no van a cambiar las din¨¢micas del sector, pero se postulan como alternativa para aquellos que no compran en funci¨®n de las tendencias. Porque, aunque en la superficie de Instagram el fondo de armario parece brillar por su ausencia, todav¨ªa algunos abogan por una discreci¨®n que hoy nos parece casi transgresora.
Aday
Normalmente se asocia la ropa t¨¦cnica con la indumentaria deportiva y un tipo de dise?o mucho m¨¢s funcional que est¨¦tico. Meg He y Nina Faulhaber, dos exempleadas de la financiera Goldman Sachs, quisieron acabar con este y muchos otros prejuicios creando una firma en la que la tecnolog¨ªa, el minimalismo y el dise?o se dieran la mano. ?Si compras ropa vers¨¢til puedes consumir mucho menos?, explican. Se mudaron de Londres a Nueva York y crearon Aday en 2015, un proyecto con unos valores tan peculiares que ya ha logrado financiaci¨®n de empresas como Spotify, Net-a- Porter o Co:lab, el brazo financiero de H&M.
El boca a boca hizo el resto. Tanto, que Aday salt¨® a la palestra medi¨¢tica cuando, en 2017, sus leggings alcanzaron una lista de espera de 2.000 personas. Con un dise?o m¨¢s similar al de un pantal¨®n pitillo que al de una malla deportiva, est¨¢n confeccionados en la misma f¨¢brica que produce los monos de nataci¨®n de Michael Phelps, pero estos leggings no son la ¨²nica prenda que alcanza los est¨¢ndares de calidad t¨¦cnica. La mayor¨ªa de las piezas de Aday no se arrugan, regulan la temperatura y se adaptan al cuerpo. Sin embargo, tienen m¨¢s que ver con la oficina que con el gimnasio. ?Nuestra generaci¨®n es polifac¨¦tica. Hacemos mil cosas distintas a la vez y necesitamos ropa que se adapte a todas?, cuentan las dise?adoras. Por eso sus prendas no se distribuyen por temporadas (?hoy casi todo se combina para que sirva en cualquier momento?, opinan) pero s¨ª por circunstancias.
Meg y Nina han querido volver a los noventa, en concreto, a la idea de armario c¨¢psula que encumbr¨® a dise?adoras como Donna Karan. Sus colecciones constan de tres, cuatro o cinco piezas que, coordinadas entre s¨ª, resuelven buena parte de los looks de diario. ?Al final, una camisa tiene varias posibilidades. No solo al combinarla, sino al pon¨¦rtela?, apuntan.
Podr¨ªa parecer complicado encontrar inspiraci¨®n para dise?os tan b¨¢sicos, pero ellas se fijan en las mujeres de su entorno. ?M¨¢s que su estilo en concreto, apuntamos sus demandas?, explican. De ah¨ª que sus campa?as no las protagonicen modelos, sino otras emprendedoras que, como ellas, han fundado marcas nicho. ?As¨ª hacemos hincapi¨¦ en la idea de comunidad?, explican. Por el momento, en Aday no planean expandirse ni aumentar el n¨²mero de colecciones. Prefieren perfeccionar su filosof¨ªa de empresa con un objetivo muy claro: ?Crear prendas que duren muchos a?os, que no pasen de moda y que sirvan para cualquier momento. La meta es llegar a consumir menos?, concluyen.
Our Legacy
De vender camisetas estampadas a convertirse en una marca de culto que factura nueve millones de d¨®lares anuales. La clave del ¨¦xito de esta firma sueca no tiene tanto que ver con el? auge del dise?o n¨®rdico de los ¨²ltimos a?os (aunque tambi¨¦n se sumen a su larga tradici¨®n minimalista), sino con un peculiar modo de entender la moda.
Ya el nombre, Our Legacy (Nuestro legado), apunta la idea que sus tres fundadores, Jockum Hallin, Christopher Nying y Richardos Klar¨¦n, tienen de la ropa. ?Nos gusta retomar la herencia de generaciones anteriores y adaptarla al presente?, cuenta Nying. De hecho, en sus etiquetas va bordada la fecha 1980-1981, el a?o de nacimiento del tr¨ªo y en su est¨¦tica resuena la iconograf¨ªa de los ¨²ltimos noventa, la ¨¦poca que marca sus gustos culturales.
Sin embargo, Our Legacy no es una firma que alardee de inspiraciones intelectuales o de referencias culturales grandilocuentes. A diferencia de la mayor¨ªa, ellos ni siquiera empiezan por un panel con im¨¢genes. ?M¨¢s que una marca de moda, nos gusta definirnos como una empresa orientada al producto?, dice. Porque aqu¨ª todo empieza en el tejido, uno de los rasgos m¨¢s aclamados de su trabajo. De hecho, llevan desde 2016 abriendo talleres ef¨ªmeros en las grandes capitales para que el p¨²blico conozca su manera de trabajar. All¨ª se puede observar c¨®mo producen de forma artesanal o c¨®mo reciclan tejidos de prendas usadas. ?Casi todo lo que parece viejo e inservible puede volver a ser nuevo?, apunta Nying.
El segundo elemento que marca la diferencia en Our Legacy es la descontextualizaci¨®n. Sus prendas tienen apariencia b¨¢sica, pero los patrones y los detalles redefinen su estatus. Las sudaderas tienen rasgos propios de la sastrer¨ªa y las camisas se tratan con el proceso de las chaquetas o los vestidos.
Aun as¨ª, y pese a que muchos de sus dise?os tienen vocaci¨®n unisex, no decidieron crear una l¨ªnea femenina hasta el a?o pasado. ?En realidad siempre ha estado ah¨ª. Muchas mujeres ya compraban nuestra ropa, pero lo vimos como un paso natural?, dice el dise?ador. La presentan, eso s¨ª, con desfiles mixtos en la Semana de la Moda masculina de Par¨ªs ?porque al final muchos de nuestros productos son ambivalentes?, a?ade.
Con seis tiendas propias (cuatro en Estocolmo, una en Londres y otra en Berl¨ªn) y m¨¢s de 200 puntos de venta a sus espaldas, en Our Legacy no se plantean hacer campa?as digitales y mucho menos contratar a celebridades. Prefieren autoeditarse libros en los que distintos fot¨®grafos suecos reinterpretan y descontextualizan sus prendas. ?Igual que intentamos crear prendas que duren y reciclar lo antiguo, necesitamos alejarnos de toda la cultura del usar y tirar?, comenta Nying. Hasta ahora, a su cada vez m¨¢s extensa legi¨®n de fans les funciona muy bien esta f¨®rmula.
The Bodysuits of Barcelona
Aparte de la fama y la belleza, ?qu¨¦ tienen en com¨²n Brigitte Bardot, Rachel de Friends, Charlotte Rampling y la modelo Marine Vacth? Todas convirtieron el body en la prenda protagonista de su fondo de armario. Lo cierto es que no es una prenda muy habitual (ahora mismo, de hecho, es dif¨ªcil de encontrar) pero, desde hace un par de a?os, ha vuelto respaldada por el auge del minimalismo. ?Permite resaltar el cuerpo femenino de forma sencilla pero poderosa?, cuenta Susana Mart¨ªn, creadora de la marca The Bodysuits of Barcelona, una firma nicho que, con solo tres a?os de vida, ya cuelga el cartel de agotado en muchos productos de su tienda online.
Susana estudi¨® dise?o de interiores, pero pronto se dio cuenta de que todo estaba conectado, y la moda ten¨ªa mucho que ver con su formaci¨®n. Tras graduarse, decidi¨® emprender creando una firma inusual, en las ant¨ªpodas de las tendencias del momento, que alaban la excentricidad y la variedad de l¨ªneas de producto. ?Quer¨ªa ofrecer algo que pudiera integrarse en cualquier armario?, dice. ?Siempre me gustaron los bodies, y pens¨¦ en darles el protagonismo y redefinir su uso. No necesitan grandes detalles para ser bellos y llevarlos es una especie de declaraci¨®n de intenciones. Son un b¨¢sico diferente?, explica Susana.
Su oferta es tan limitada que resulta doblemente apetecible. Solo dispone de dos colecciones: la Original, compuesta de bodies de manga corta en beis, azul y blanco, y la Dance, con culottes, leggings y alg¨²n mono en color blanco y gris. El tejido casi siempre es de algod¨®n org¨¢nico. ?Los materiales que usamos son la clave. Siempre buscamos los mejores. Por el tipo de prenda que hacemos, deben ser suaves y c¨®modos. Por supuesto, todas las fibras son naturales?, comenta. ?En cuanto a los colores, trabajamos solo una paleta neutral, porque lo que nos influye es la est¨¦tica mediterr¨¢nea. Si decidimos salirnos de eso, siempre lo hacemos nosotros mismos en el taller?.
Como no pod¨ªa ser de otra forma, la imagen de una marca tan natural y b¨¢sica tiene que ver m¨¢s con el realismo que con la aspiraci¨®n. ?Nunca sabemos las tallas de las modelos o su altura antes de la sesi¨®n?, cuenta Susana. ?No solemos utilizar maquillaje, y preferimos chicas que no hayan trabajado antes y tambi¨¦n otras que no sean modelos?. Esa es su forma de demostrar que, aunque durante a?os haya sido una prenda considerada dif¨ªcil, el body es perfecto para cualquier cuerpo o edad. Por ahora, y con solo tres a?os a sus espaldas, The Bodysuits of Barcelona se vende en varias tiendas multimarca y cuenta con clientas ilustres como la instagramer Sabine Socol o la fot¨®grafa e influencer Jessie Bush. Igual que el producto, el crecimiento de esta firma catalana es discreto, pero seguro.
On Atlas
Tiene nombre global, pero sus valores son enteramente locales. On Atlas se define como una marca made in Spain ?que nace para crear colecciones atemporales de una manera justa y sostenible?, cuenta su fundadora, Mar¨ªa Garc¨ªa, quien, despu¨¦s de una d¨¦cada trabajando para varias firmas del sector, decidi¨® poner en pr¨¢ctica un proyecto ?con la convicci¨®n de que otra forma de consumo es posible?, dice. ?La industria textil es la segunda m¨¢s contaminante del mundo, y no pod¨ªamos abordar la marca de otro modo que no fuera este?.
Enfocada sobre todo hacia el lino y la seda natural, la gama de tejidos de On Atlas es la base de todo el proceso. ?Producimos en Espa?a y escogemos los materiales muy cuidadosamente, lo que ralentiza la elaboraci¨®n de nuestras colecciones?, cuenta Mar¨ªa. ?Todos los tejidos vienen de f¨¢bricas europeas que comparten nuestros valores ecologistas. La mayor¨ªa de ellas, adem¨¢s, son expertas en trabajar con materias recicladas?. Aunque dise?an casi cualquier tipo de prenda, la pieza clave de On Atlas es el vestido camisero, siempre en colores y siluetas b¨¢sicas.
Su punto de referencia son las mujeres normales. Ellas son las que inspiran el dise?o y sus campa?as, normalmente protagonizadas por gente de mediana edad. ?Son esas mujeres, con sus imperfecciones y su ropa discreta pero adecuada, a las que nos dirigimos?, dice Mar¨ªa. Su otra gran inspiraci¨®n es la naturaleza. ?Nuestra colecci¨®n de oto?o se llama Ardora. Es la palabra que se utiliza para definir la fosforescencia del mar que surge de la presencia de un banco de peces?, explica. Las criaturas marinas, su brillo y su movimiento, se traducen en prendas con vol¨²menes redondeados y texturas ligeras, principalmente sacadas de la lana y la seda recicladas.
Por ahora, las colecciones de On Atlas tienen unidades muy limitadas (aunque los precios rara vez superan los 200 euros) y se venden, sobre todo, en su p¨¢gina web, aunque algunas de sus prendas ya comienzan a ser habituales en perfiles de Instagram como el de Cat Morrison, comisaria de arte y estrella digital. Lo importante para Mar¨ªa, en cualquier caso, es que sus dise?os ?se usen m¨¢s all¨¢ de lo ocasional?. Una aspiraci¨®n l¨®gica (y b¨¢sica).
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