En las distop¨ªas nadie se imaginaba el futuro en vaqueros. Con el coronavirus tampoco

Asociar al pantal¨®n de denim con alg¨²n tipo de desajuste mental est¨¢ siendo una de las frases y pensamientos m¨¢s recurrentes del confinamiento. Arrinconados y olvidados en los armarios de medio planeta, la primavera 2020 tambi¨¦n ser¨¢ recordada como la de la alergia global (y mental) a los vaqueros. El que fuese s¨ªmbolo de la working class?con aquel Bruce Springsteen y su trasero de portada, el pantal¨®n que se cre¨ªa imbatible como aliado en el uniforme informal en el ¨²ltimo siglo, ha quedado relegado al olvido, rechazado con un ??todo bien por ah¨ª?? cada vez que alguien confirma que lleva puestos unos en su casa en alguno de los m¨²ltiples chats que mantenemos diariamente.

En cuesti¨®n de semanas, y de forma radical, el vaquero ha pasado de ser considerado uno de los b¨¢sicos e imprescindibles de nuestro armario ¨Cah¨ª quedar¨¢n todas las reinterpretaciones hist¨®ricas del modelo repensadas desde Martin Margiela, Rei Kawakubo a Vetements¨C a un s¨ªmbolo de la incomodidad y de las falsas apariencias. La minor¨ªa restante, la que resiste y todav¨ªa lo viste en su confinamiento, alega que?lo hace por cierto masoquismo de confort mental, de orden social y de sentimiento de pertenencia a una humanidad conocida. Lo mismo que con el sujetador de Maruja Torres. Oprimir las piernas con esos pitillos que compramos el invierno pasado nos recuerda que alguna vez fuimos?aquella persona.

Mallas, pantal¨®n de algod¨®n, bombachos o incluso ch¨¢ndal. Nadie se imagina en vaqueros #EnCasa. Hasta los memes que han parodiado nuestros predictivos estilismos confinados lo han desterrado de la ecuaci¨®n. Ni siquiera se lo imagina Sophie Turner (Sansa Stark en Juego de tronos) que hace unos d¨ªas le cont¨® a Conan O¡¯Brien en una videoconferencia que ella estaba tan ricamente en ch¨¢ndal mientras su marido, Joe Jonas, se paseaba por la casa con unos puestos. ?Joe lo hace. Joe lleva vaqueros en casa, donde nadie puede verle. Es como, ?acaso eres un psic¨®pata??. Trastornos mentales aparte, el coronavirus ha conseguido algo que ya nos ven¨ªan advirtiendo desde pel¨ªculas y series: en las distop¨ªas casi nadie se viste con vaqueros. En la nuestra, donde la marcas del silencioso imperio del minimalismo y el fen¨®meno del athleisure? ya nos hab¨ªan allanado el camino, lo del? ?comfy and neutral? ha sido la senda m¨¢s l¨®gica para desterrarlos.

El viral y las pel¨ªculas que tambi¨¦n lo sab¨ªan

A mediados de noviembre de 2019, el CEO de Mobile Monkey, Larry Kim, comparti¨® un v¨ªdeo educacional grabado en 1967 sobre c¨®mo se educar¨ªa la humanidad en 2020. M¨¢s all¨¢ del prof¨¦tico homeschooling?y teletrabajo del v¨ªdeo en el que nos vemos representados, otro fen¨®meno llam¨® poderosamente la atenci¨®n: los protagonistas parec¨ªan salidos de una campa?a de Christophe Lemaire para Uniqlo. O lo que es lo mismo, he aqu¨ª un futuro en el que los humanos visten en colores neutros,? sin estridencias y lo m¨¢s importante: sin vaqueros. No son los ¨²nicos testigos visuales. A la ciencia ficci¨®n le ha gustado imaginarse a la humanidad huyendo del denim.

Una de las pel¨ªculas m¨¢s simb¨®licas en este nuevo devenir estil¨ªstico fue Her, el film de Spike Jonze que en 2013 imagin¨® una sociedad de un futuro cercano repleta de almas solitarias entregadas a la b¨²squeda de calor tecnol¨®gico. Al igual que en el v¨ªdeo viral de 1967, los humanos de la pel¨ªcula de Jonze son seguidores del uniforme minimalista, ajenos, tambi¨¦n, al denim.

Sin estridencias, el vestuario de la cinta (y en especial el pantal¨®n de tiro alto del protagonista, Joaquin Phoenix) fue sobreanalizado por la cr¨ªtica. ?Lo que muchas pel¨ªculas sobre el futuro han hecho y nosotros no, es a?adir cosas?; cont¨® el director de vestuario, Casey Storm a The New York Times. ?Aqu¨ª no hay?insignias, materiales, texturas. Esas son las cosas que ves en todas las otras pel¨ªculas y piensas: ¡®Ese es el futuro. Ese es el uniforme¡¯. Lo que hicimos fue quitar cosas?. Un vistazo a la cinta sirve para comprobar esa voluntad minimalista por la comodidad algo prof¨¦tica, porque otra de las cosas claras que ten¨ªan era que los materiales que utilizar¨ªan deb¨ªan ser reciclables y org¨¢nicos: ?Todo el vestuario de la pel¨ªcula son prendas que alguien podr¨ªa estar vistiendo ahora, pero no tenemos ninguna mezclilla, o hebillas o corbatas o gorras de b¨¦isbol. Apenas tenemos cuellos o solapas. Las l¨ªneas de la cintura son todas m¨¢s altas?, aclar¨®. Siete a?os despu¨¦s, su predicci¨®n se hizo realidad.

Her no est¨¢ sola en imaginar un futuro minimalista. Gattaca (1997) abri¨® el camino, Black Mirror recogi¨® el testigo en algunos de sus cap¨ªtulos y?Equals, la cinta de Drake Doremus de 2015 sobre un futuro sin emociones y sin ning¨²n tipo de estridencias tambi¨¦n lo apost¨® todo a los pisos minimalistas con agender monocrom¨¢tico en sus armarios. ?Ten¨ªamos que vestir por igual a hombres y mujeres de forma que se viesen bien y que no fuese raro, que fuese funcional. As¨ª que apostamos por el look minimal, como si vivi¨¦semos nuestras vidas por igual. Todo se basaba en la funcionalidad y la necesidad?, explic¨® a WWD la directora de vestuario, Alana Morshead. Una predicci¨®n que se hizo realidad en el trancurso de los siguentes cinco a?os.

Qui¨¦n busca vaqueros en el imperio de las marcas minimalistas

El minimalismo es mucho m¨¢s que una realidad nicho en la moda. Es una tendencia adaptada a la evoluci¨®n socioecon¨®mica y las demandas de una sociedad multitarea. El nuevo rival del vaquero es el legging. Desde hace unos a?os, esta es la prenda fetiche entre las millennials. Uniforme de batalla de la mujer?freelance, las mallas deportivas eran el?nuevo mono de trabajo del s. XXI y hasta Chanel lo ha incluido en sus ¨²ltimos desfiles. ?Los pantalones de yoga pueden parecer desali?ados para tu madre, pero?son eficaces: puedes pasar sin problemas de una clase de ejercicios a una reuni¨®n por Skype o a recoger a los ni?os?,?defend¨ªa?la periodista Anne Helen Petersen en su ensayo sobre los millennials como generaci¨®n quemada.?Ponerse mallas el¨¢sticas como opci¨®n de supervivencia funcional para rendir m¨¢s en una sociedad precarizada. Si las secretarias de Wall Street pusieron de moda?las zapatillas blancas de aer¨®bic?en el Nueva York de los 80 ¨Cpara cambiarlas por tacones al llegar a sus respectivas oficinas¨C, ?las tendencias que han popularizado los?millennials, como la ropa de deporte, hablan de nuestra autooptimizaci¨®n?, confirmaba Petersen en su texto.

La f¨®rmula de minimalismo y ropa deportiva para la calle (y para casa) con prendas sin estampados y un corte estructurado han sido sin¨®nimo de culto instant¨¢neo en la ¨²ltima d¨¦cada. Ah¨ª est¨¢ el furor por el desembarco en Espa?a de la mencionada Uniqlo, la llegada al mercado online de Arket (del gigante H&M) o el crecimiento a pasos agigantados de firmas como las estadounidenses Outdoor Voices o?Everlane, que, pese haber gestionado de forma p¨¦sima con sus trabajadores la crisis del coronavirus, acumula?listas de esperas de miles de compradores cada vez que anuncia el lanzamiento de unas sandalias?de piel o uno?simples?pantalones negros. En esa nueva liga tambi¨¦n juega el proyecto de la espa?ola Curatedby o Entireworld (del fundador de Band of Outsiders y gur¨² de la modernidad de los dosmiles, Scott Sternberg), que se ha popularizado por sus looks de ch¨¢ndals monocrom¨¢ticos a 150 d¨®lares la prenda y con campa?as con Kirsten Dunst como protagonista.

Karl Lagerfeld dijo aquello de que??el pantal¨®n de ch¨¢ndal es un s¨ªmbolo de derrota. Has perdido el control de tu vida, as¨ª que te has comprado un ch¨¢ndal?. Claro que el K¨¢iser no lleg¨® a convivir con los tiempos del coronavirus y nunca sabremos si ahora seguir¨ªa pensando lo mismo.