Enrique Loewe: ?La moda en Espa?a ha sido objeto de chanza y amarillismo?
Tras 49 a?os dedicado a la firma familiar y 25 a?os al frente la Fundaci¨®n Loewe ¨Cde la que ahora tomar¨¢ las riendas su hija Sheila¨C, Enrique Loewe comparte con S?Moda recuerdos, an¨¦cdotas y reflexiones sobre moda, dise?o y futuro.
En el 64 no crea usted que en la Facultad de Econ¨®micas preparaban para dirigir una empresa como Loewe?, explica a S?Moda Enrique Loewe Lynch, de 72 a?os, cuarta generaci¨®n de la familia. Corr¨ªan los a?os 60 y aunque el pa¨ªs estaba inmerso en grandes cambios sociales y econ¨®micos, la firma iba cinco o diez a?os por delante. ?Aquello s¨ª que eran narices. Porque fue un momento dur¨ªsimo?. En 1959, cuando Loewe abri¨® la tienda de Serrano, el presidente estadounidense visit¨® la capital. ?La tarde que Eisenhower desfil¨® junto al general¨ªsimo Franco por La Castellana marc¨® el inicio de la apertura de Espa?a; aquel d¨ªa, al finalizar el acto, fuimos a la inauguraci¨®n de la tienda?.
Mientras la casa de lujo desembarcaba en Londres en 1963 ¨Cdonde la contracultura pop hac¨ªa tambalear los cimientos de la sociedad inglesa¨C, en Madrid la clienta de los a?os 60 ten¨ªa todav¨ªa un concepto cl¨¢sico de la moda. ?Prefer¨ªa bolsos r¨ªgidos, importantones?, recuerda Enrique. ?Con Javier Carvajal, se hab¨ªan roto los velos que separaban con cortinajes la tienda de la calle; y, en su lugar, se hab¨ªan creado escenarios abiertos al p¨²blico, escaparates que no ocultaban nada?, describe. Sin embargo, la gente permanec¨ªa ancorada en el pasado.
Crear una alternativa diferente, moderna y con visi¨®n de futuro requer¨ªa trabajar en equipo. El arquitecto Javier Carvajal, el pintor Vicente Vela, el dise?ador Dario Rossi (creador del bolso Amazona en 1972 y art¨ªfice de la l¨ªnea Ante-Oro de 1974)¡ ??Los famosos bolsos de napa!?, suspira Enrique con nostalgia. Con los 70, llegaron los dise?os blandos: ?Bolsos m¨®rbidos, bolsos que toman tus arrugas, bolsos que son compa?eros y sirven para la vida misma?. Fueron a?os muy divertidos. ?Mi d¨¦cada favorita, sin duda, porque fue mi bautizo de fuego?. En 1973 se lanzaron los perfumes ?y, reunidos en torno a una mesa, sustituimos la mente de un dise?ador mon¨®gamo por una especie de adulterio colectivo bell¨ªsimo para crear la primera esencia?.
Fue tambi¨¦n entonces cuando llegaron Lagerfeld y Armani y naci¨® el pr¨ºt-¨¤-porter de Loewe. ?No es f¨¢cil pasar de ser una casa de piel y art¨ªculos de regalo a convertirse en una firma de moda con may¨²sculas. Prada lo consigui¨® a trav¨¦s de un genio creador, que es Miuccia; Gucci, gracias a Tom [Ford]; y Loewe, gracias a las ense?anzas de Lagerfeld y, sobre todo, Armani. ?l se invent¨® la mujer de la ropa desestructurada?.
Ha llovido mucho desde aquella ¨¦poca; y para reflexionar sobre el papel del dise?o y la artesan¨ªa en la industria actual, Loewe imparte un m¨¢ster en Ubrique, en el que participan 24 j¨®venes. ?En Espa?a falta crear una conciencia colectiva?, cree Enrique. ?Falta crear el orgullo del dise?ador. Convencerlo de que el lujo es inalcanzable si no procede del mundo del dise?o, de las ra¨ªces, de la cultura, de lo que uno mama, huele, siente y se ilumina. Hoy bajo el nombre de design se agrupan muchas cosas que no lo son, que son mentirijillas, modelnidades, personajes en busca de un autor, piezas desconectas de una realidad, de una tradici¨®n y de un saber hacer. Yo quisiera convencer a los dise?adores de su papel, de su riqueza, de su testimonio, de su b¨²squeda, de su investigaci¨®n?.
La clave sigue siendo la misma: evolucionar. ?Toda barca que no sepa adaptarse a los tiempos desaparece, no sabes con qu¨¦ facilidad. La moda es un negocio jardinero. O riegas las plantas, o se te secan?, admite. El futuro est¨¢ en la Red: ?Por Internet se puede y se debe vender todo. Estoy convencido de que dentro de 10 a?os no habr¨¢ que abrir tantas tiendas. Ser¨¢n virtuales. Poniendo un ejemplo, Loewe deber¨ªa tener dos buques insignia inauditos, uno en Madrid y otro en Barcelona, y dejarse de hacer 170 tiendas por el mundo?, imagina en voz alta.
Sin embargo, otras revoluciones parecen todav¨ªa lejanas. ?El lujo es un problema en Espa?a. Hasta hace muy poco la moda tambi¨¦n era un problema. Ha sido objeto de chanza y de amarillismo; y todav¨ªa hoy hay l¨ªderes de opini¨®n incapaces de comprender lo que representa la vestimenta en la sociedad. Lo que indica el grado de incultura de este pa¨ªs. Basta con dar un paseo por Toledo, Salamanca o ?vila, ciudades que son templos de la cultura y la historia, para descubrir c¨®mo son los comercios en Espa?a?. Nada que ver con un paseo por Via della Spiga en Mil¨¢n en los a?os 60. ??La moda, en un pa¨ªs, se tiene que ver en la calle! La moda no es una cosa para las revistas. Es una expresi¨®n de la cultura. Es cambio. Es modernidad?.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.