?Entiendo que se haga cola para comprar un Kelly de Herm¨¨s?
Loquillo hace locuras para conservar su estilo.
Incombustible a los 50 a?os, inicia gira con su nuevo disco Su nombre era el de todas las mujeres (Warner). Varias generaciones han cantado sus temas, pero pocos saben que su leyenda empez¨® por culpa de una prenda de vestir. ?Cuando ten¨ªa 15 a?os vi por Las Ramblas a un marine que llevaba una cazadora de b¨¦isbol con un P¨¢jaro Loco bordado. Lo segu¨ª hasta un bar y le di la brasa hasta que lo convenc¨ª de que me la vendiera. No me la quitaba, y empezaron a llamarme ¡°loco¡±. Lo de ¡°Loquillo¡± me lo puso Epi (Juan Antonio San Epifanio, el jugador de baloncesto)?.
Por lo que veo, al p¨¢jaro de marras lo lleva hasta en el anillo (me acerca una sortija de plata donde se distingue un P¨¢jaro Loco con las tibias cruzadas). Y en los botones de la chaqueta ?ves? Me los hacen especialmente. Lo cierto es que me hago todos los trajes a medida. Y eso que cada d¨ªa es m¨¢s dif¨ªcil encontrar un sastre en condiciones. Una vez me encargu¨¦ un traje en Savile Road, en Londres.
Un capricho muy caro¡ Es que era eso: un lujazo que quer¨ªa darme una vez en la vida. Entiendo perfectamente a esas mujeres que, si pueden permit¨ªrselo, se apuntan en una lista de espera para hacerse con un Kelly de Herm¨¨s¡
?Su armario guarda muchos recuerdos? Conservo todas las prendas que he llevado en las portadas de mis discos y mi primera chupa de cuero. Es una cazadora de Guardia Civil de los a?os 50. Con ella me sent¨ªa Marlon Brando.
Vamos, que a usted le va lo de ir a la caza y captura de prendas con solera. Me compraba los zapatos de punta en Los Encantes, en Barcelona. Y cuando hace un par de a?os tuve una lesi¨®n de rodilla y me recomendaron zapatos totalmente planos, no par¨¦ hasta encontrar unos Sebago de los de antes. Di con ellos en un almac¨¦n de Andorra. El due?o no sab¨ªa ni el tiempo que llevaban all¨ª. El precio a¨²n estaba en pesetas.
Desde que comenz¨® en la m¨²sica, usted hizo de la ropa una se?a de identidad¡ Una vez actuamos en una fiesta del PSUC y como salimos de punta en blanco empezaron a llamarnos fachas. Pero aprend¨ª algo: que la ropa era tambi¨¦n una forma de comunicaci¨®n.
Y de ir a contracorriente¡ lo recuerdo con esmoquin en plenos a?os 80, cuando nadie lo llevaba. Es un homenaje a los chicos del Rat Pack, a Sinatra, a Dean Martin. Tengo tres: uno cl¨¢sico, uno blanco y uno cruzado. Por cierto, adem¨¢s de un esmoquin, un hombre con pasado rockero tiene que viajar con su cazadora Schott.
Apuesto a que usted es de los que se hace el nudo de corbata sin ayuda de nadie¡ As¨ª es. Me ense?¨® un argentino exiliado que, de paso, me mostr¨® toda la discograf¨ªa de Gardel, uno de mis iconos. Mi padre cantaba sus tangos en el campo de concentraci¨®n donde estaba recluido al finalizar la Guerra Civil.
Iba a preguntarle por una compra muy especial, pero ser¨¢ dif¨ªcil escoger¡ Uno de los d¨ªas m¨¢s felices de mi vida fue cuando compr¨¦ mi primera capa espa?ola en Sese?a.?
Un tesoro que guarda¡ Una chaqueta de lam¨¦ de los a?os 50 y una cazadora de tela de paraca¨ªdas que perteneci¨® a un veterano de Vietnam.
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