La historia de la mujer que ?no ten¨ªa pinta de ser maltratada?
Entrevistamos en exclusiva a una mujer que, tras vivir 10 a?os de vejaciones y golpes a manos de su exmarido, ha decidido publicar un libro contando sus vivencias en primera persona.
Olivia Roca es una de esas mujeres que no tienen pinta de haber sido maltratadas. O eso le han dicho muchas veces. Porque una se?ora con estudios superiores, buen porte y las cosas claras ¡°no puede ser tan tonta¡± de aguantar durante m¨¢s de una d¨¦cada los insultos, vejaciones, humillaciones y golpes de su marido. Olivia, que en realidad prefiere mantenerse en el anonimato bajo este pseud¨®nimo, ha decidido que es el momento de contar su historia derribando los mitos que a¨²n rodean a la violencia de g¨¦nero y reivindicando la necesidad de dar soluciones reales a un problema que nos afecta a todos. Recientemente ha publicado, con la ayuda de la comunidad digital, Ponte en mi lugar, la decisi¨®n de una mujer maltrada* (Libros.com), un testimonio en el que narra c¨®mo una relaci¨®n mod¨¦lica a ojos de los dem¨¢s convirti¨® su vida en un infierno. Un necesario relato en primera persona sobre el largo camino al que se enfrentan las mujeres maltratadas a todos los niveles: social, legal y personal. Entrevistamos en exclusiva a la autora.
?Por qu¨¦ decidiste escribir el libro?
Un d¨ªa escuch¨¦ c¨®mo mis compa?eras de trabajo, mujeres formadas a las que considero inteligentes, hac¨ªan un comentario despectivo acerca de una mujer que hab¨ªa sido asesinada a manos de su marido. Comentaban que c¨®mo era posible que una se?ora que hab¨ªa ejercido varios cargos de responsabilidad p¨²blica consintiera una relaci¨®n de ese tipo. No estaban sorprendidas por la noticia, ¨²nicamente hac¨ªan una cr¨ªtica destructiva contra la mujer, como si fuera su culpa morir apu?alada. En ese momento no me pude contener. Me estaban doliendo mucho sus palabras y decid¨ª levantarme de mi sitio. ¡°?De qu¨¦ est¨¢is hablando?, les pregunt¨¦. ?Qu¨¦ idea ten¨¦is de una mujer maltratada?, ?pens¨¢is que es d¨¦bil, fea o que vive en un cuchitril?, ?cre¨¦is que yo, por ejemplo, por mi forma de ser o de vestir, he podido tener una relaci¨®n de maltrato?¡±. Por supuesto me contestaron que no. ?Pues s¨ª?, les dije. Fue en ese momento cuando decid¨ª que hab¨ªa que hacer algo. Porque si nosotras, que somos mujeres que podemos romper porque hemos tenido la gran suerte de tener formaci¨®n y podemos hacer cosas interesantes a nivel social no las hacemos, ?qu¨¦ va a pasar con las mujeres que est¨¢n atadas de pies y manos?
?Por qu¨¦ crees que la sociedad asocia el maltrato a un estereotipo de mujer concreto?
Hace muchos a?os, cuando yo a¨²n no quer¨ªa ver que estaba siendo maltratada, escuch¨¦ una frase en televisi¨®n que siempre recuerdo: ¡°Todo depende del grosor de las paredes¡±. Siempre ha habido casos de maltratos en familias importantes pero es m¨¢s dif¨ªcil que trascienda o se perciba. Por eso muchas veces se identifica a la v¨ªctima con una mujer de clase social baja o con pocos recursos econ¨®micos. Por eso muchos han puesto en duda a lo largo de este tiempo que yo, con mi aspecto y mi trabajo, pudiera ser una mujer maltratada.
?Qu¨¦ crees que diferencia tu experiencia de otros libros que registran vivencias similares?
Habr¨¢ muchos puntos en com¨²n con las historias de otras mujeres maltratadas porque todas pasamos por fases parecidas (no querer verlo al principio, disfrazarlo¡). Mi intenci¨®n en el libro es poner hincapi¨¦ en que esto es cosa de todos. Y no es una frase hecha. Hay que romper t¨®picos tanto de la v¨ªctima como de la persona que infringe el maltrato y mostrar la soledad a la que te enfrentas cuando tomas medidas legales contra lo que est¨¢s viviendo. Crees que va a ser f¨¢cil y r¨¢pido pero el sistema es lento y no funciona. Tienes protecci¨®n, te vigilan y act¨²an en caso de que ¨¦l haga algo pero, ?por qu¨¦ no le vigilan a ¨¦l? Yo no he hecho nada. De todo esto hablo en el libro para que todas las mujeres que est¨¦n en la situaci¨®n sepan a lo que van a enfrentarse pero, sobre todo, para que den el paso.
?Por qu¨¦ has decidido escribirlo desde el anonimato, bajo un pseud¨®nimo?
Quiero mantener una vida tranquila, pasar desapercibida y no hacer de esto una feria. He elegido contarlo a trav¨¦s de un pseud¨®nimo porque necesito hacerlo. Desde un punto de vista ego¨ªsta me est¨¢ sirviendo sacarlo fuera y hasta me siento liberada cuando me levanto por las ma?anas. Y tambi¨¦n lo considero importante porque hay muchas chicas j¨®venes que tienen relaciones muy desiguales. Basta con entrar en un centro comercial para ver c¨®mo muchos novios les dicen a sus parejas que se quiten esa falda, ¡°que les sienta mal y les hace paticortas¡±. Y ya vale.
En tu relaci¨®n, ?cu¨¢l fue el punto de inflexi¨®n que te hizo abrir los ojos?
Una bofetada muy fuerte que me dio delante de mis dos hijos. Eso me hizo darme cuenta pero no llegu¨¦ a decir ¡°hasta aqu¨ª¡±. Raras veces se es capaz de decir ¡°se acab¨®¡± con determinaci¨®n salvo que acabes en el hospital. Ese no es mi caso. Nunca tuve heridas tan desgraciadas como otras mujeres pero s¨ª fui v¨ªctima de patadas, bofetadas, insultos, vejaciones¡ El dolor f¨ªsico se queda ah¨ª pero me volv¨ª una mujer torpe, acomplejada, que ten¨ªa la sensaci¨®n de que la gente notaba lo que estaba pasando. Despu¨¦s de recibir la primera bofetada y de ver los ojos de mis hijos observando lo que hab¨ªa sucedido me dio miedo que ellos fueran los siguientes. Lo hice por ellos.
?Cu¨¢nto tiempo transcurri¨® desde que comenz¨® a aislarte y dominarte hasta que fuiste consciente de lo que estaba pasando?
En realidad fue desde que empec¨¦ a salir con ¨¦l. De hecho ten¨ªa amigas que intentaban avisarme pero yo no lo ve¨ªa. A veces ejerc¨ªa un papel casi paternal, de protecci¨®n y eso lleva impl¨ªcito el control. Tu llegas a pensar que es bueno, que te ama mucho y por eso se preocupa tanto. Luego todo se deforma. Pero es sutil, gradual.
Una vez que decides dar el paso y denunciar, ?te sentiste m¨¢s preocupada o juzgada por tu entorno, por la sociedad, por la justicia o por ti misma?
Por parte de mis amigos y de mi entorno laboral tuve much¨ªsimo apoyo y se alegraron de que diera el paso. Mi familia, sin embargo, no me respald¨® como me hubiera gustado. Socialmente, creo que si o¨ªmos algo al otro lado de la pared deber¨ªamos actuar.
?Tiene consecuencias en tu vida actual la situaci¨®n que has vivido?
No he vuelto a tener pareja ni quiero tenerla. Me he cerrado. Totalmente. Vas atravesando distintas fases: asumir, liberarte, recuperarte como eres e incluso perdonar. En mi caso llegu¨¦ a decirle a mi expareja: ¡°Te perdono¡±. Y ¨¦l me contest¨®: ¡°Gracias¡±. Pero no llegas a olvidar porque ellos adem¨¢s buscan c¨®mo llegar a ti, sobre todo, si tienes hijos. Son muy h¨¢biles.
?C¨®mo se puede reconocer a un hombre autoritario? ?Qu¨¦ comportamientos ¡®normales¡¯ son en realidad pistas para ponernos sobre aviso?
Hay una cosa muy reveladora, cuando ¨¦l quiere saber todo de ti y de tus amigas o trata de que en lugar de quedar con ellas te vayas con ¨¦l. El siguiente paso suele ser empezar a criticar a tu familia y argumentar que ¡°el mundo entero os tiene envidia por lo felices que sois¡±. Por eso te pide que dejes de invitar a la gente o de quedar con ellos. El aislamiento es lo m¨¢s detectable, la base para el control. Posiblemente la situaci¨®n conlleve que te enfades con tu mejor amiga, con tu hermana o con tu madre. Te quedas sola y piensas que dependes de ¨¦l. Pero no es as¨ª.
?Qu¨¦ tiene que saber una mujer antes de dar el paso de denunciar? ?A qu¨¦ se va a enfrentar?
No tienen que tener miedo porque la situaci¨®n siempre va a ir a mejor. A peor es imposible. Tambi¨¦n creo que es importante contar con el apoyo del entorno m¨¢s cercano. Si viven lejos de sus familias que vayan a verlos y les cuenten todo desde el minuto uno. Adem¨¢s deben perder el miedo a ser juzgadas porque su conducta no es la anormal, ellas son las v¨ªctimas. Y, por ¨²ltimo, que se asesoren muy bien. Que sepan sus derechos y no se dejen arrastrar por chantajes emocionales porque eso es lo primero que va a hacer: prometerte que cambiar¨¢n y que van a convertirse en una persona nueva. Muchas veces esto provoca que se de un paso hacia delante y dos hacia atr¨¢s. Que se retiren denuncias. Que se tengan ¨®rdenes de alejamiento y las v¨ªctimas les dejen entrar en casa. Pero no se las puede juzgar. Muchas de ellas dependen de ellos econ¨®micamente y si tienen hijos en com¨²n la cosa se complica todav¨ªa m¨¢s.
En tu caso, ?qu¨¦ ha sido lo peor o lo m¨¢s duro del proceso legal?
Mi proceso dur¨® casi 12 a?os. Por eso quiero reivindicar que debe ser r¨¢pido. R¨¢pido. R¨¢pido. Hay que agilizarlo para que la mujer pueda rehacer su vida. En mi caso no ha sido f¨¢cil porque un proceso tan largo conlleva cambios de abogados, entre otras cosas. Lo m¨¢s dif¨ªcil es aguantar sin terminar loca. Pero arruinada s¨ª acabas. Pero de todo se sale y el dinero es lo menos importante. Doy gracias de no haber enfermado como les pasa a muchas.
?Qu¨¦ tiene que cambiar desde el punto de vista institucional cuando una mujer denuncia?
Creo que debe haber m¨¢s delicadeza, m¨¢s profesionalidad. Hay jueces maravillosos pero hay otros para los que solo eres una m¨¢s. O polic¨ªas que ni te escuchan ni anotan lo que les dices. Yo en una ocasi¨®n me fui sin poner la denuncia gracias a una jueza de un juzgado de guardia que me mand¨® a casa a ver si se me pasaba. Tambi¨¦n hace falta mayor comunicaci¨®n y que se deje de creer que influenciamos a nuestros hijos para que est¨¦n en contra de sus padres. Habr¨¢ alg¨²n caso as¨ª pero lo que todas las madres queremos es que est¨¦n bien y tengan una vida equilibrada.
?Qu¨¦ crees que se puede hacer desde el punto de vista pol¨ªtico? ?Qu¨¦ opinas de la marcha del pasado 7 de noviembre en la que se ped¨ªa que las agresiones contra las mujeres sean consideradas cuesti¨®n de Estado?
Para mi las campa?as y las manifestaciones son abstractas. Quedan bien y sirven para visibilizar s¨ª, pero luego toca poner los pies en el suelo y entrar en la casa en la que vive esa mujer y saber lo que pasa. Creo que lo importante es que se busque la excelencia de las personas que trabajan en estos ¨¢mbitos, que quien haga ese trabajo sea porque le gusta y tenga experiencia. Hace falta un compromiso formal porque las asociaciones de mujeres est¨¢n saturadas.
A nivel educativo, ?c¨®mo se podr¨ªa evitar que esto siga ocurriendo en el futuro?
En los patios de los colegios muchas veces se repiten los mismos esquemas que hace 50 a?os: ellos juegan al bal¨®n como locos y ellas est¨¢n hablando sentadas. Es necesario cuidar detalles como el lenguaje, los juguetes que se regalan a los ni?os, la publicidad o el ¡°cuidado no te manches el vestido que eres una se?orita¡±. Del mismo modo, hay que acabar con la concepci¨®n idealizada del amor que transmitimos principalmente a las chicas.
Las mujeres maltratadas sufren una doble victimizaci¨®n. Por un lado soportan la agresi¨®n y por otro son menospreciadas por su entorno por seguir al lado de su maltratador (recordemos las cr¨ªticas hacia la mujer del jugador de la NFL). ?Qu¨¦ tiene que cambiar para que se deje de culpar a las mujeres maltratadas por ¡®aguantar¡¯ al lado de su marido?
Una vez me dijo un m¨¦dico forense que el maltrato es como un hilo fino con el que te atan y luego van estirando, aflojando¡ Para ellos es como un juego pero a ti te llega a anular. Es m¨¢s f¨¢cil juzgarnos a nosotras porque somos m¨¢s visibles. Pero no se puede hacer. Esta chica, por ejemplo, se casar¨ªa con ¨¦l porque le prometer¨ªa el cielo o algo as¨ª. No sabemos lo que pasa por su cabeza. Hay que estar ah¨ª, con quien lo sufre, pero sin juzgar.
?Qu¨¦ le dir¨ªas a una mujer que te est¨¦ leyendo y se est¨¦ sintiendo identificada contigo, que est¨¦ siendo maltratada por su pareja psicol¨®gica o f¨ªsicamente?
Le aconsejo que analice su vida como si no fuera ella, desde fuera, como si lo que est¨¢ viviendo le pasase a una amiga suya. Que reflexione sobre lo que vive como si estuviera mirando un cuadro en la lejan¨ªa y que sea sincera con la realidad. Una vez que haya aceptado que algo falla, que eso no es amor, creo que es bueno que busque alguien con quien tenga confianza para que la vea llorar, enfadarse o estar hecha una porquer¨ªa. A partir de ah¨ª que busque asesoramiento. Que pregunten, pregunten y pregunten. Hay asociaciones, como la de Clara Campoamor, que te orientan desde el primer momento. Y tambi¨¦n les dir¨ªa que nunca se sientan culpables por poner la primera denuncia. Porque una vez que das el salto siempre hay algo debajo, siempre caes en una red.
* Ponte en mi lugar, la decisi¨®n de una mujer maltratada est¨¢ a la venta en Libros.com en formato papel y e-book.
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