Eres vieja, por Eva Hache

A veces pienso que me gustar¨¢ que me digan ?eres vieja?. Cuando sea vieja, claro. No como aquella vez que mi sobrino me dijo que ¨¦l ten¨ªa siete a?os y yo le respond¨ª que ten¨ªa treinta y seis; a lo que ¨¦l contest¨®: ?Es que t¨² tienes muchos a?os porque eres vieja?. Y yo no lo era. Pero cuando yo sea vieja, con mis arrugas y mis man¨ªas, con m¨¢s arrugas y m¨¢s man¨ªas, me gustar¨¢. Aunque, ?qui¨¦n sabe?, a lo mejor cuando yo sea vieja ya no existan las viejas. Quiero decir, existir¨¢n por edad, pero no por aspecto. De hecho, ahora mismo hay viejas, claro que las hay, pero solo en los pueblos, en los barrios, se?oras muy muy mayores que tienen unos doscientos a?os. Porque las otras, las mujeres urbanas de sesenta o setenta y pico a?os, no son viejas. Tampoco son j¨®venes, no. Por poco, que yo recuerdo cuando los bancos obsequiaban con La Hipoteca Joven hasta los treinta y cinco. Y recuerdo tambi¨¦n haber le¨ªdo cosas como: ?En Espa?a los j¨®venes viven en casa de sus padres hasta pasados los cuarenta?.

O sea, que si somos j¨®venes hasta pasados los cuarenta (aunque solo sea para que tu madre te haga la comida, la colada y te aplique el tinte para las canas), l¨®gicamente a los sesenta no se puede ser vieja. A no ser que, en lugar de cosmopolita y sofisticada, una se haya empe?ado en ser paleta y cutre. Porque entonces, s¨ª; entonces se puede ser vieja a los sesenta y, si te empe?as mucho, a los quince reci¨¦n cumplidos.

Yo ser¨¦ vieja, pero no s¨¦ a qu¨¦ edad. Por lo visto, las arrugas ya deben estar prohibidas o hay un anteproyecto de ley para prohibirlas. A golpe de bistur¨ª, de inyecciones vitaminadas o de paladas de cemento armado con un toque de llana fina. A la vista est¨¢ que no est¨¢n. Las sexagenarias tienen cara y cuerpo de sesenta?eras: Diane Keaton, Helen Mirren, Sigourney Weaver, ?la mism¨ªsima Madonna! La verdad es que, incluso sin tanto gimnasio como la mism¨ªsima, tienen m¨¢s de sesenta a?os pero no son viejas. Son muy extranjeras; ser¨¢ por eso.

Espa?olas que nacieron en la d¨¦cada de los cincuenta: Las Grecas, Amparo Mu?oz, Carmina Ord¨®?ez¡­ Vaya, me sale mucha muerta. Vamos a ver, en Espa?a, vivas y sin mucho indagar, de sesenta y tantos est¨¢n Isabel Preysler o Mar¨ªa Antonia Iglesias. ?Mira qu¨¦ dos diferencias tan diferentes! ?Qu¨¦ foll¨®n! A lo mejor no es la edad lo que marca ser o no vieja. A lo mejor lo que yo quiero es tener sesenta y tantos a?os como Mayra G¨®mez Kemp, pero con el esp¨ªritu y la alegr¨ªa de cuando cantaba ?Rema, rema marinero? con el tr¨ªo Acuario. Y ense?ar piernaza por la raja de la falda, pero con clase y mesura.

?Sabes qu¨¦ te digo? Que el tiempo es el¨¢stico. Los embarazos los contamos en semanas; los beb¨¦s, en meses; hasta m¨¢s o menos los cuarenta, en a?os. A partir de ah¨ª, nos soltamos la melena de la imprecisi¨®n y contamos en d¨¦cadas: ?Debe de andar por los cincuenta?, ?sesenta y tantos?, ?esta no cumple los setenta?. Como personalmente soy muy partidaria de tocar las pelotas, yo dir¨¦ tranquilamente: ?Tengo 812 meses?. Y entre que les hace gracia y practican el c¨¢lculo mental ya les da tiempo a darse cuenta de que realmente les da lo mismo saber mi edad y ser¨¦ vieja cuando yo quiera.