Isabel Ordaz sobre su experiencia con el c¨¢ncer: ¡°El peor de los escenarios es el dolor, es un gran tirano¡±
La int¨¦rprete publica ¡®La vida en otra parte¡¯, un diario ¨ªntimo y po¨¦tico en el que aborda su experiencia con el c¨¢ncer
A Isabel Ordaz (Madrid, 67 a?os) le detectaron un c¨¢ncer de colon en la primavera de 2018. Esta actriz y poeta, con un buen pu?ado de papeles inolvidables en la ficci¨®n (Todos los hombres sois iguales, Aqu¨ª no hay quien viva) y siete poemarios publicados, recurri¨® a la literatura para sobrellevar un viaje extremo y desdichado. ¡°El resto de mi vida se paraliz¨®, pero escrib¨ªa compulsivamente porque ten¨ªa una necesidad vital de seguir narrando¡±, explica quien, tras haber sido durante a?os funcionaria de su propia salud puede celebrar haber pasado con ¨¦xito al r¨¦gimen de aut¨®nomos. La vida en otra parte (Roca Editorial), ya en librer¨ªas, es el testimonio l¨ªrico de aquel tiempo.
Se lamenta de que los m¨¦dicos siempre se pongan en el peor de los escenarios. ?No hay cierta l¨®gica en que el peor escenario para una actriz sea el que la obligue a bajarse de ¨¦l?
Tienes raz¨®n, pero el peor escenario es el dolor. Su majestad el dolor es un gran tirano, un gran personaje. Una de las cosas que me ayud¨® a sobrellevarme en este tr¨¢nsito fue salir de m¨ª, salir de este ¡®yo¡¯ enfermo y doliente. Llevo muchos a?os siendo ¡®ellas¡¯, me dono con facilidad a ser otras. En este caso, a trav¨¦s de la escritura: Isabel, que enferm¨® en un momento determinado, nos cuenta su viaje.
En una sociedad obsesionada con la apariencia del ¨¦xito, ?sinti¨® que tener c¨¢ncer era motivo de fracaso?
Sientes que has fracasado, que ya no est¨¢s en la autopista y te han echado a la cuneta. Te sabes apartada porque ahora prima el ¨¦xito, la juventud y la fuerza. Identitariamente tampoco eres la que eras. En esta sociedad somos en funci¨®n de una profesi¨®n en gran medida y, cuando no puedes ejecutarla, algo pasa en tu identidad. Tu vida se reduce a interiores y a susurros.
Durante el tiempo que dur¨® ese viaje, ?c¨®mo fue su relaci¨®n con la esperanza?
Me hac¨ªa da?o. La esperanza es futuro, es proyectarte en el tiempo hacia delante y yo necesitaba no tener expectativas, vivir solo el presente.
?Verse guapa durante su convalecencia era importante para usted?
Desde luego. No quer¨ªa verme cara de enferma al mirarme al espejo, as¨ª que trataba de cuidarme much¨ªsimo. En un momento determinado te acabas volviendo m¨¢s sencilla y m¨¢s pr¨¢ctica con la est¨¦tica, pero lo haces para decirte que no est¨¢s acabada, que sigues siendo linda. Es un como un grito. Yo tuve la suerte de no perder el pelo, ten¨ªa buen aspecto. Mi dolor y mi enfermedad iban por dentro.
?Supuso un peso extra la fama durante la enfermedad? ?Escuch¨® alg¨²n: ¡°Mira, ¡®La Hierbas¡¯?
No soy ¡®La Hierbas¡¯. Comprendo que es la llamada popular, pero no soporto que se me rese?e continuamente con eso porque he hecho otros miles de personajes. La gente suele ser muy respetuosa porque tampoco est¨¢s t¨² para fiestas. Hay un factor amoroso: tienen la necesidad de mostrarte gratitud porque les gusta tu trabajo.
?C¨®mo encontr¨® poes¨ªa en un sitio tan hostil como la consulta de oncolog¨ªa de un hospital?
Vivo mucho en la poes¨ªa. Es una parte de mi vida, no se ha revelado de repente, pero el c¨¢ncer y los versos no se llevan bien. Est¨¢s demasiado impactada y la poes¨ªa necesita de una latencia, una distancia, un ensimismamiento; requiere de sus propias reglas y leyes, por eso encontr¨¦ esa prosa m¨¢s descriptiva y reflexiva. Me interesaba la parte m¨¢s metaf¨ªsica de la enfermedad. Buscaba trascender de la materia, trascender de la carne, que la ten¨ªa herida.
La vida en otra parte es una obra l¨ªrica, pero se permite ser muy directa al reivindicar la sanidad p¨²blica.
No entiendo pol¨ªtica si no es social, si no gestiona lo com¨²n. La pol¨ªtica existe porque hay una polis, un espacio p¨²blico que todos tenemos que compartir y con dos columnas esenciales: la educaci¨®n y la sanidad p¨²blica. Pagamos para cuidar de nuestros mayores, de los enfermos y de los menos favorecidos. Ese es el fundamento del ejercicio de la pol¨ªtica. Tendr¨ªamos que estar todos de acuerdo en esto.
H¨¢blenos sobre aquel ¡°excesivo¡± kimono japon¨¦s que se llev¨® al hospital antes de la operaci¨®n.
Necesitaba locamente tener algo elegante, unos ¡°caprichos de boudoir¡±. Y siendo actriz tienes ese plus de ser mirada y querer estar coqueta. Era un kimono suelto, muy largo, que me fue quedando cada vez m¨¢s grande porque adelgac¨¦ much¨ªsimo al alimentarme solo con suero. Me sobraba much¨ªsimo, pero las enfermeras hablaban del kimono y eso me pon¨ªa muy contenta. Tambi¨¦n me llev¨¦ unas zapatillas con pomp¨®n, pero se me sal¨ªan cuando andaba por los pasillos¡ un desastre (r¨ªe).
Desde entonces ha vuelto al teatro con mucho ¨¦xito. ?Una lo retoma donde lo dej¨® o nota que ya no es la misma?
Eres y no eres. En primer lugar, tu cuerpo, que es tu templo, ha cambiado. Ha sido interferido, reestructurado en esa intervenci¨®n tan severa. Todas las terapias cambian la gen¨¦tica y la biolog¨ªa. Volv¨ª con p¨¢nico, pero con una determinaci¨®n absoluta. No sab¨ªa si ser¨ªa capaz, pero fue como volver a volar. Poder poseer tu cuerpo otra vez para crear ficci¨®n es muy bonito.
En la era de la hiperexposici¨®n digital, en el libro ha preferido constre?ir a su pareja a las iniciales ¡®HP¡¯. ?Por qu¨¦?
Precisamente para que se reflexione sobre la era hiperexposici¨®n (r¨ªe). Reivindico la privacidad absoluta de la persona y, adem¨¢s, las iniciales son muy magn¨¦ticas y misteriosas.
Defiende que escribir el libro durante su enfermedad fue algo terap¨¦utico. ?Revisitar ahora esos momentos est¨¢ siendo dif¨ªcil para usted?
Est¨¢ siendo conmovedor. Hay un perfil de lectores que est¨¢n en ese tr¨¢nsito y me dicen que les encantar¨ªa leerlo; otros esperan otro momento porque no se sienten con la fuerza para hacerlo. Hay una cierta pena al recordar, pero no siento que me perjudique. Estoy contenta porque, aparte del valor literario, puede ayudar a acompa?ar a otros.
?C¨®mo maneja alguien con una agenda tan fren¨¦tica durante d¨¦cadas el par¨®n que conlleva la enfermedad?
Recuerdo que el tiempo se alargaba much¨ªsimo, no hab¨ªa distracciones ni expectativas. Ten¨ªa que andar lento, arrastraba las zapatillas. Viv¨ªa una vida min¨²scula, de fragmentos peque?os. Se me abri¨® otra agenda, la oncol¨®gica de los hospitales y las terapias, y necesitaba ser muy ordenada con todo ello. En esta frontera tan radical s¨ª valor¨¦ mucho la amistad, eso fue muy revelador.
Es una gran aficionada al estudio. ?Se ha matriculado recientemente en alguna asignatura?
Sigo tan arrebatada de trabajo que no he podido, pero estoy deseando retomarlo. Llevo a?os matriculada en Lengua y Literatura en la UNED. No creo que me d¨¦ la vida para terminarla, pero cuando puedo me cojo un par de asignaturas. Me gusta estudiar. Cuando no estoy por los pueblos de Espa?a dedico mi tiempo a estudiar, leer y escribir.
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