C¨®mo Taylor Swift convirti¨® su carrera en una m¨¢quina de amasar dinero sin apenas contratos publicitarios

La ¨²nica vez que la estadounidense Taylor Swift actu¨® en Espa?a fue el 19 de marzo de 2011 en el Palacio de Deportes?de la Comunidad de?Madrid, el actual WiZink Center, con motivo de su Speak Now World Tour. Pese a que ya atesoraba varios Grammys ¡ªentre ellos, el de ¨¢lbum del a?o por Fearless, su segundo trabajo editado en 2008¡ª, apenas 4.000 personas acudieron a la cita, una cifra muy por debajo de las algo m¨¢s de 15.500 que puede albergar el recinto. Lo mismo ocurri¨® en la mayor¨ªa del resto de los conciertos programados en Europa.

En aquel momento, visto en perspectiva, se la consideraba una inofensiva cantautora country, un producto para p¨²beres que anhelaban hallar a su pr¨ªncipe azul. Infravalorarla era la t¨®nica habitual. Prueba de ello pudo comprobarse en los MTV Video Music Awards de 2009: la noche que Kanye West irrumpi¨® en el escenario vociferando que el premio al mejor v¨ªdeo femenino se lo merec¨ªa Beyonc¨¦ por Single Ladies?(Put a Ring on It), y no ella por You Belong With Me, algunos defendieron las palabras, que no las formas, del rapero. Mucho, demasiado, ha llovido desde entonces.

Como Shania Twain hiciera a mediados de los noventa, Swift decidi¨® alejarse de sus ra¨ªces country para abrazar el pop de masas. Lo hizo t¨ªmidamente en 2012, con la ayuda del todopoderoso productor sueco Max Martin ¡ªel art¨ªfice de hits como ¡­Baby One More Time, de Britney Spears, o I Kissed a Girl, de Katy Perry¡ª, en el ¨¢lbum Red. Tal fue la buena acogida de aquella reinvenci¨®n que, en 2014, la perfeccion¨® en 1989: adem¨¢s de alzarse nuevamente con el Grammy al ¨¢lbum del a?o en 2016, contin¨²a siendo su disco m¨¢s vendido, con m¨¢s de 10 millones de copias en todo el mundo.

Un nuevo icono pop hab¨ªa llegado para quedarse. Pero, ante la pobre acogida de su Speak Now World Tour en Europa, las siguientes giras de Swift contaron con escasas fechas en el Viejo Continente. En concreto, el Red Tour visit¨® pabellones de Londres y Berl¨ªn, mientras que The 1989 World Tour hizo lo propio en Colonia, ?msterdam, Glasgow, M¨¢nchester, Dubl¨ªn y la capital brit¨¢nica, donde s¨ª se dio un ba?o de masas en Hyde Park. A finales de 2017, cuando anunci¨® que al a?o siguiente saldr¨ªa a la carretera y dar¨ªa el salto a los estadios, a nadie le choc¨® por estos lares que el Reputation Tour s¨®lo recalara en M¨¢nchester, Dubl¨ªn y Londres. Con 53 conciertos en total, 40 de ellos en Norteam¨¦rica, entre mayo y noviembre de 2018 recaud¨® 345 millones de d¨®lares (unos 300 millones de euros).

Siempre quedar¨¢ la duda de c¨®mo, en el verano de 2020, hubiera funcionado su periplo por festivales europeos. Por culpa de la pandemia nos quedamos con las ganas de verla presentando Lover en el madrile?o Mad Cool. Ahora bien, analizando los datos que maneja al otro lado del Atl¨¢ntico, se sobrentiende que anteponga ese mercado a cualquier otro. Con su d¨¦cimo ¨¢lbum de estudio, Midnights, despidi¨® 2022 batiendo varios r¨¦cords: m¨¢s all¨¢ de convertirse en el trabajo m¨¢s escuchado en la historia de Spotify el d¨ªa de su lanzamiento ¡ª184,6 millones de reproducciones en apenas 24 horas¡ª, en Estados Unidos despach¨® 1.578.000 de unidades f¨ªsicas en una semana y, por si fuera poco, col¨® 10 de sus temas en el top ten del Billboard Hot 100. Tambi¨¦n, en su pa¨ªs natal, uno de cada 25 vinilos vendidos en 2022 llevaba su firma: Midnights encabez¨® la lista con 1,7 millones de copias, y Folklore, editado originalmente en 2020, ocup¨® el s¨¦ptimo puesto con 174.000. A pesar de que la era del streaming puso fin a las ventas astron¨®micas, sus cifras se asemejan a las que las grandes estrellas de la industria manejaban a finales del siglo pasado.

Asimismo, una encuesta realizada por Morning Consult hace pocas semanas puso en relieve algo muy interesante: un 53% de los adultos estadounidenses aseguran ser seguidores de la cantante, mientras que un 16% se identifican como ¨¢vidos fans. ¡°El fandom de Swift, que supera en n¨²mero al de otras estrellas del pop como Beyonc¨¦, Miley Cyrus o Harry Styles, est¨¢ formado en gran parte por mileniales, y se inclina por la raza blanca, los suburbios y los dem¨®cratas¡±, se?ala el estudio. Con raz¨®n Tickemaster, la web de entradas encargada de la preventa de su actual gira, The Eras Tour, colaps¨® en noviembre tras recibir un total de 3.500 millones de solicitudes, muchas de ellas de?bots.

Desde que arranc¨® el 17 de marzo en el State Farm Stadium de Glendale, The Eras Tour ha acaparado un sinf¨ªn de titulares por su espectacular producci¨®n y, sobre todo, las 44 canciones que interpreta en algo m¨¢s de tres horas de duraci¨®n. Con 52 fechas a lo largo y ancho de Estados Unidos, al igual que el Reputation Tour de 2018 se trata de una gira exclusiva de estadios. Una vez finalice el 9 de agosto, en la ciudad californiana de Inglewood, se desconoce si pr¨®ximamente tambi¨¦n recalar¨¢ en Europa. No obstante, a la espera de que se confirme o desmienta esta noticia, hay algo innegable: Swift va a hacerse de oro.

Billboard predice que el tour recaudar¨¢ 591 millones de d¨®lares. Y Forbes, por su parte, apunta que llegar¨¢ a los 620 millones de d¨®lares. Independientemente de este baile de cifras, y a falta de conocer la cuant¨ªa exacta, ya es la gira de una artista solista m¨¢s lucrativa en la historia: superar¨¢ los cerca de 408 millones de d¨®lares que Madonna obtuvo entre 2008 y 2009 con su Sticky & Sweet Tour. Y lo que a¨²n es m¨¢s importante: teniendo presente que la misma Forbes estim¨® que su fortuna era de 570 millones de d¨®lares en 2022, Swift despedir¨¢ el a?o ingresando en el selecto club de las milmillonarias.

A diferencia de Rihanna, cuya fortuna ascend¨ªa hasta los 1.700 millones de d¨®lares en 2021 gracias a la inclusiva l¨ªnea de maquillaje Fenty Beauty y de lencer¨ªa Savage X Fenty, Swift est¨¢ erigiendo un imperio solo con sus canciones. Particularmente, con las ventas f¨ªsicas de sus discos, el dinero que percibe de los servicios de streaming ¡ªen Spotify tiene 84 millones de oyentes mensualmente¡ª y las entradas que agota en cuesti¨®n de minutos en los principales colosos estadounidenses. Cierto es que, en 2019, colabor¨® en una colecci¨®n de moda sostenible junto a Stella McCartney. Y en 2021, coincidiendo con el lanzamiento de Red (Taylor¡¯s version), se ali¨® con Starbucks ¡ªdurante un tiempo limitado pudo pedirse en sus establecimientos un Taylor¡¯s Latte¡ª y la empresa de fitness online Peloton. Pero al contrario de la ya mencionada Rihanna o Beyonc¨¦, quien recientemente se separ¨® de Adidas por la baja facturaci¨®n de su alianza en torno a Ivy Park, Swift no cuenta con ninguna marca propia. En realidad, tampoco le hace falta.